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Novela «El Terror de Alicia» Autor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

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Cuarto Domingo de Pascua - Yo soy tu oveja



11 de mayo 2025

Cuarto Domingo de Pascua.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 23; Hechos 9:36-43; Apocalipsis 7:9-17; Juan 10:22-30

Tema de hoy: Yo soy tu oveja

Nuestra reflexión para el día de hoy Cuarto Domingo de Pascua, está basada en el pasaje del evangelio que acabamos de leer en Juan Capítulo 10 Versículos desde el 22 hasta el 30. 

El escenario para este pasaje bíblico nos ubica en la estación de invierno y la fiesta en que se conmemoraba la dedicación del templo, llamada también Hanukkah: la fiesta de las Luces o Luminarias y, es la celebración de cuando el pueblo judío pudo reclamar con la independencia del pueblo griego, el Templo de Jerusalén mediante una revuelta en el siglo II a.C.

-Jesús está en el templo y anda por el pórtico de Salomón

Los expertos en biblia dicen que el pórtico de Salomón formaba parte del templo original y era allí donde la gente se reunía con mayor frecuencia, ya que como estaba techado, proporcionaba protección del inclemente frío del invierno; Jesús estaba caminando por esa área y al parecer estaba enseñando a los presentes.

Hermanos, Jesús aún hoy en día anda por el templo, ya que su promesa fue que: donde dos o más estén reunidos en mi nombre allí estaré yo. ¿Lo creemos? Cuando su Palabra es predicada y enseñada con la mayor seriedad y pureza, ahí está Jesús. Cuando rechazamos a los falsos profetas, allí está Jesús. Cuando aceptamos erróneas enseñanzas que niegan la deidad de Jesús o a la Santa Trinidad, entonces ya no está Jesús, sino el diablo y sus secuaces. Debemos tener mucho cuidado y atender a lo que nos dicta el Espíritu Santo a nuestras mentes y corazones en estos aspectos, para de esta manera poder distinguir lo falso de los verdadero.

-Los judíos le rodean y le preguntan ¿hasta cuándo nos vas a tener con esta duda? Si eres el Mesías, dínoslo de una vez.

Muchos de ellos creían que Jesús era efectivamente el Mesías, y la respuesta que querían dilucidar era si él era verdaderamente el Mesías prometido a lo largo de los siglos.

Hermanos, ¿vamos cada domingo a la iglesia y sentimos dudas en nuestros corazones de si Jesús es verdaderamente Dios y el Mesías prometido?

-Jesús les dice: ya se los he dicho y no me creyeron. He hecho señales milagrosas con la autoridad de mi Padre y eso lo demuestra.

Se ve que estos judíos no querían creer en Jesús, ya que él les había desplegado toda clase de milagros y su conducta demostraba que el Padre estaba en él; entonces, ¿qué más esperaban de él? Ah, pues claro, ellos en su mayoría se habían hecho a la idea de que el Mesías prometido sería alguien que los liberaría del yugo romano, es decir, alguien que comandaría un poderoso y victorioso ejército.

Hermanos, ¿creemos que Jesús es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo, que nos libera del pecado y la muerte eterna? O ¿todavía tenemos dudas o no creemos acerca de esto?

Jesús declara:

-Si no creen es porque no son parte de mis ovejas.

-Les digo algo; mis ovejas oyen mi voz y me conocen y yo las conozco.

-Yo les doy vida eterna y, jamás morirán ni nadie (el diablo) me las quitará

La relación de Jesús con sus verdaderos seguidores y adoradores es estrechamente íntima, muy personal. Ahora bien, como Jesús es el Hijo de Dios y Dios verdadero, la relación con él es de duración eterna. Él les asegura la vida eterna y también les dice que el diablo jamás podrá arrebatarle a sus escogidos.

Nuestra seguridad está garantizada por Dios Padre que está en los cielos.

Hermano, ¿sí nos consideramos ovejas del redil de Nuestro Señor Jesucristo?

-El padre y yo somos uno.

Las palabras de Nuestro Señor Jesucristo fueron claras. Él proviene de Dios y es el Hijo de Dios. Él es Dios verdadero. Él es el Cristo prometido, que terminó diciendo: «El Padre y yo uno somos». No es suficiente hacer deducciones humanas de sus palabras y, sacar como conclusión que solamente él y el Padre pensaban igual o que tenían una relación armoniosa o que trataban a sus ovejas por igual; no, Jesús dijo que él es de una esencia con el Padre, quien es Dios; otra prueba evidente de la existencia de la Santa Trinidad.

Oremos:

Amantísimo Padre Celestial, te rogamos nos hagas comprender cada día de nuestra existencia que Jesús es Dios verdadero, y mantengas esta creencia aferrada a nuestros corazones que nos asegura la vida eterna con Nuestro Dios en la eternidad.

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!

 

Tercer Domingo de Pascua - Desayuno con nuestro mejor amigo



04 de mayo 2025

Tercer Domingo de Pascua.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 30; Hechos 9:1-6; Apocalipsis 5:11-14; Juan 21:1-19

Tema de hoy: Desayuno con nuestro mejor amigo

Nuestra reflexión para el día de hoy Tercer Domingo de Pascua, está basada en el pasaje del evangelio que acabamos de leer en Juan Capítulo 21 Versículos desde el 1 hasta el 19. 

El lugar escogido por el Señor Jesucristo para aparecérseles por tercera vez a siete de sus discípulos es a orillas del lago de Tiberias.

Pedro tuvo la iniciativa de ir a pescar y los otros le siguieron en la idea. Subieron a la barca y estuvieron toda la noche tratando de pescar algo; pero no consiguieron atrapar ningún pez.

Esta vez Jesús se les apareció a la orilla; mas ellos no sabían que se trataba de su maestro y Dios.

Hermanos, del Salmo 30 aprendemos que quien hizo que el que estuvo muerto volviera a vivir, también se acuerda de nosotros en todas nuestras necesidades; así nos pasa muchas veces en la vida que, como le sucedió a los discípulos, Jesús se nos aparece en forma de alguien con una necesidad y, se la suplimos con amor cristiano o por el contrario, pudiera ser alguna persona que nos ayuda en un momento crítico y desesperado de nuestra vida; pero no reconocemos que allí está Jesús con su amor, bondad y misericordia unidireccional. Y, esto es muchas veces así porque nuestra vida discurre en piloto automático; pero no de manera reflexiva como debiera ser.

Jesús, como un amigo más, como alguien que les conoce y les trata con confianza, les pregunta: «muchachos, ¿no han pescado nada?».

Hermanos, si supiéramos escuchar la voz de Jesús, pudiéramos percibir cuando también él se dirige a nosotros en ese tono amigable, cariñoso, confiable, sí, como el mejor amigo que jamás hemos tenido. En el libro de Hechos de los apóstoles, Saulo escuchó la voz de nuestro Señor Jesucristo y le pidió instrucciones: «Señor, ¿qué quieres que yo haga?» y recibió instrucciones que obedeció fielmente.

En relación con los discípulos que no habían pescado nada en toda la noche, el que había estado muerto y ahora estaba vivo, les recomendó lanzar la red hacia una dirección específica de la embarcación. Ellos obecieron fielmente a Dios; luego de lo cual les sorprendió el número abundante de peces que lograron capturar.

En este punto, es necesario recordar que cuando el Señor reclutó a los discípulos a su causa, les dijo con firmeza: YO, los haré pescadores de hombres.

Muchos líderes cristianos hablan de la crisis en sus iglesias, ellos se quejan que la gente no está llegando a las misas, los servicios, los cultos o como queramos llamarles; el ausentismo de los feligreses es bastante con tendencia a demasiado. Los dirigentes eclesiásticos se preocupan mucho por esta situación; pero deberían recordar las palabras de Nuestro Señor Jesús: YO, los haré pescadores de hombres; hermano, no eres tú con tu sabiduría humana quien va a llevar las ovejas al templo, es el buen Pastor quien te va a adiestrar; sí, así como les indicó a los discípulos, sus amigos, en donde arrojar la red, así mismo lo hará contigo, solamente debes estar quieto, guardar silencio y reconocer que Jesús es Dios, quien está de tu lado para ayudarte en tu evangelismo. Y debemos tener presente las palabras que nos dice el libro de Apocalipsis en su lectura para hoy: «El cordero inmolado (Jesús), es digno de recibir el poder y las riquezas», y agrego, y de compartirlas con quienes le obedezcan en sus instrucciones y mandatos fielmente.

Y, nosotros hermanos, sin ser líderes, ¿estamos atentos a ver que nos dicta el Señor Jesucristo, en cómo y dónde compartir las escrituras con quienes las necesiten y de esta forma tener una pesca abundante?

Juan exclama: «es el Señor», y Pedro, quien estaba desnudo ante sus amigos y condiscípulos, al enterarse que se trata de Jesús, se viste rápidamente antes de presentarse ante su amigo, Dios y Señor. De aquí podemos observar el grado de respeto por su Dios.

Ya en la orilla, encontraron un fuego encendido con un pescado encima. A nadie se le ocurrió preguntar a Jesús de dónde había obtenido el pescado, porque dudaban de que fuera Jesús.

El maestro les dijo que trajeran de los pescados recién atrapados, los invitó a desayunar, entonces les dio pan y pescado a cada uno de ellos.

Hermanos, ¿desde cuándo no desayunamos con Jesús en una íntima y reconfortante oración? 

Para finalizar el pasaje, Jesús hace un paralelismo de las tres veces que Pedro le negó antes que el gallo cantase.

Le hace tres preguntas y tres encargos: 1) ¿Me amas más que estos? 1) Cuida de mis corderos. 2) ¿Me amas? 2) Cuida de mis ovejas. 3) ¿Me quieres? 3) Cuida de mis ovejas. 

Oremos:

Dios Padre eterno, te pedimos en este día que tus palabras sean audibles a mi corazón y, de esta manera poder ser un buen pescador de hombres para tu reino.

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!


Segundo Domingo de Pascua - ¡Véanme Soy Yo, Su Maestro!



27 de abril 2025

Segundo Domingo de Pascua.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 118:14-29; Hechos 5:27-32; Apocalipsis 1:4-8; Juan 20:19-31

Tema de hoy: ¡Véanme Soy Yo, Su Maestro!

Nuestra predicación está basada en la lectura del evangelio para el día de hoy, Segundo Domingo de Pascua, y la misma se encuentra en el evangelio según Juan 20: 19-31

Así nos llega la noche del día domingo, los discípulos decidieron encerrarse llenos de terror por la persecución de los lideres judíos, así como también de las autoridades romanas; y esto es así porque hay un cuerpo desaparecido que no está en su tumba y debe ser ubicado, debe aparecer, ya que a los líderes hebreos no les convenía que se dijera que Jesús había resucitado, y por otro lado a las autoridades romanas les guiaba su responsabilidad formal ante el Emperador, proceso este, que era muy severo a la hora de juzgar estos casos.

La Palabra de Dios dice que Jesús entró y se puso en medio de los once discípulos; recordemos que para este momento, Judas el traidor, se había quitado la vida.

¿Cómo pudo ser esto posible si la puerta estaba cerrada? Bien, la explicación es muy sencilla y por todos conocida, Jesucristo es Dios y uno de los atributos de Dios es la de ser Omnipresente, esto significa que puede estar en todas partes y ante todos al mismo tiempo.

Muchas personas acostumbran juzgar desafortunadamente a los discípulos por haberse escondido; mas sus motivos eran serios, reales y de consecuencia fatales.

Es muy fácil juzgarlos; pero, cuántas veces nos ocultamos detrás de la máscara de la insensatez y, por omisión negamos conocer a Jesús; quizá alguien que necesita del consuelo del evangelio y nosotros guardamos silencio.

¿Será que somos mejores que los discípulos?

Continúa el Maestro y les da su paz, y les dice, que no pueden quedarse para siempre enclaustrados en sus casas, que deben ir al mundo a proclamar su victoria sobre la muerte y el pecado que la produce.

Les proporcionó la efectiva llenura del Espíritu Santo e instituyó el Oficio de las Llaves, que es el peculiar poder que nuestro Señor Jesucristo ha dado a su Iglesia de perdonar los pecados a los penitentes y de retener los pecados a los impenitentes mientras no se arrepientan.

Tomás no estaba cuando les visitó Jesús y él dijo que si no veía a Jesús, y comprobaba por él mismo las marcas que la crucifixión dejaron sobre su cuerpo no creería.

Una semana más tarde, volvió a aparecer Jesús, les dio su paz y, dirigiéndose a Tomás le invitó a tocar su cuerpo donde se suponía estaban sus heridas; sin embargo no fue necesario la comprobación. Creemos que este discípulo colmado de emoción y llanto, solamente exclamó, ¡mi Señor y mi Dios!

En este punto, siempre se menciona a Tomás como el discípulo incrédulo; pero, ¿es que alguno de ellos estaba claro en esperar la resurrección gloriosa de su Maestro? Basta mencionar al discípulo más amado (Juan); solo cuando entró en la tumba vacía fue que entendió lo que Jesús en tantas ocasiones les confesó.

¿Y nosotros? ¿Creemos firmemente en que Jesús ha resucitado, está a la derecha de Dios Padre y desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos? ¿O somos como cualquiera de los discípulos que dudaron?

Hermanos, oremos a Dios Padre pidiendo que, cada vez que nos encerremos en la habitación de nuestra timidez y del qué dirán los demás, envíe a Jesús a nuestros corazones y nuestras vidas y, como cerrajero sorprendendente, traspase esas puertas y luego podamos exclamar ¡Mi Señor y mi Dios!

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!

 

Domingo de Resurrección de Nuestro Señor – Día de Pascua



20 de abril 2025

Domingo de Resurrección de Nuestro Señor – Día de Pascua.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 118:1-2, 14-24; Hechos 10:34-43; 1 Corintios 15:19-26; Lucas 24:1-12

Tema de hoy: ¡Cristo ha Resucitado! ¡Ha Resucitado en Verdad!

Nuestra reflexión para el día de hoy Domingo de Domingo de Resurrección de Nuestro Señor – Día de Pascua, está basada en el pasaje del evangelio que se encuentra en: Lucas Capítulo 24 Versículos desde el 1 hasta 12:

Hermanos, ¡Cristo ha Resucitado! ¡Ha Resucitado en Verdad!

En este pasaje del evangelio que narra la resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, hay algo que debe llamarnos la atención y, es que las mujeres que llegan al amanecer al sepulcro se asustaron al no encontrar el cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo y, la pregunta sería: ¿por qué sorprenderse?, ¿es que este hecho las tomaba de sorpresa? ¿El maestro no les había hablado reiteradamente acerca de que, al tercer día se levantaría de entre los muertos?; pero, así es la naturaleza humana; ellas vieron claramente que Jesús dio la vista a ciegos, sanó a: mancos; paralíticos; leprosos; había resucitado no solamente a Lázaro, sino, también al hijo de la viuda de Naín (Lucas 7: 11-17); entonces, uno se pregunta, ¿es que acaso no entendían lo que Jesús les enseñaba y el alcance de su poder? O ¿tenían miedo de que no apareciera el cuerpo de Jesús y las autoridades romanas arremetieran contra todos sus seguidores?

Hermanos, ¿podemos criticar a estas mujeres porque dudaron y el miedo las arropó? ¿Es que nosotros, ante el menor contratiempo en nuestras vidas no hacemos al igual que ellas? Hermanos, revisemos de tanto en tanto nuestra fe en las promesas de Jesús para nuestras vidas.

Hermanos, ¡Cristo ha Resucitado! ¡Ha Resucitado en Verdad!

Lucas nos dice que los dos hombres con apariencia angelical, son quienes hacen recordar a las mujeres sobre lo que Jesús les había profetizado y después fue que recordaron.

Cuando las mujeres regresan y dan a conocer a los apóstoles lo que han presenciado, a ellos les parece solo un cuento de mujeres ociosas.

Luego, Pedro llega a la tumba y le embarga un sentimiento de sorpresa y admiración de lo que había sucedido. En este caso, podemos pensar que Pedro sí cree que ha habido un milagro.

Hermanos, la sola tumba vacía no prueba la resurrección de Jesús de entre los muertos; pudieran existir muchas explicaciones del porqué su cuerpo no fue encontrado: tal vez se lo habían llevado las mismas autoridades militares, para evitar que los discípulos lo robaran y dijeran que había resucitado; mas si había sucedido de esta manera, esto no favorecía en absoluto a los seguidores de Jesús y su doctrina; ya que, desde el mismo momento en que los discípulos manifestaran el milagro de la resurrección, las autoridades iban a presentar el cuerpo, dando por terminada la mentira.

Hay autores de la nueva era que han escrito, que Jesús fue adormecido por un tipo de planta que daba la sensación y aportaba características catalépticas, en las cuales el cuerpo no presenta ninguna de los signos vitales; para luego, en un lapso de pocas horas retomar sus funciones a cabalidad.

Esto es lo que significa Jesús para los incrédulos, una farsa que se burló del mundo; pero, ¿qué debe significar la resurrección de Nuestro Señor Jesucristo para nosotros?

Es así que, la respuesta nos es dada dentro del mismo contexto del pasaje bíblico, por los dos varones con vestiduras luminosas, que para nosotros deben ser considerados ángeles. Ellos les dijeron a las mujeres «—¿Por qué buscan ustedes entre los muertos al que está vivo? No está aquí, sino que ha resucitado».

Podemos recordar las palabras del apóstol Pablo: «Y si Cristo no resucitó vana es nuestra fe», no tenemos esperanza de nada, no hay vida eterna ante la presencia del rostro amoroso de Nuestro Dios.

Ahora bien, veamos qué nos puede enseñar Martín Lutero en sus comentarios a la Primera Epístola a los Corintios Capítulo 15 Versículos del 12 hasta el 15: «Pablo basa toda su argumentación en el factor básico con el que empezó, es decir, que Cristo se levantó de entre los muertos. Este es el artículo principal de la doctrina cristiana. Nadie que se llame a sí mismo cristiano o predicador del Evangelio, puede atreverse a negarlo. Con ello se propone enfrentarse a ellos y obligarles a admitir el hecho de que, negando la resurrección, niegan que Cristo se levantó de entre los muertos; porque si lo primero no es cierto, lo segundo ha de ser fabricado».

Continúa Lutero: «De este modo, San Pablo luchó y redondeó este artículo a partir de los más sólidos principios, de manera que quien niegue la resurrección de los muertos, niega también que Cristo se levantó de los muertos. Y quien niega esto, lo niega todo. Quien estime como una mentira la existencia de Dios y de Cristo y todas sus obras y palabras, es decir, como algo nulo que no existe, hay que considerarle un infame, un pagano ateo, a quien ni Dios ni el mundo pueden defender e indigno de nadie».

Hermanos, ¡Cristo ha Resucitado! ¡Ha Resucitado en Verdad!

Oremos:

Todopoderoso Padre eterno, tú que resucitaste a tu hijo de la muerte: te pedimos de todo corazón, nos resucites cada día a la fe en la obra salvadora de Nuestro Señor Jesucristo y, de esta manera, tener vida eterna en ti.

Amén. Dios los bendiga; y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!