Novela «El Terror de Alicia» Autor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

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Revised Common Lectionary - Daily Readings

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No nos Divorciemos de Dios


Imagen de Gerd Altmann en Pixabay

03 de octubre 2021

Decimonoveno Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Moreno

Lecturas:

Genesis 2:18-24; Salmo 8; Hebreos 1:1-4; 2:5-12; Marcos 10:2-16

Tema de hoy: No nos Divorciemos de Dios

Nuestra reflexión para el día de hoy Decimonoveno Domingo Después de Pentecostés, está basada en el pasaje del evangelio que se encuentra en: Marcos 10:2-16 y sobre el mismo podemos reflexionar lo siguiente:

Los fariseos, quienes siempre estaban buscando alguna excusa o motivo para detener el ministerio de Jesús, esta vez le hacen una pregunta para tratar de hacerlo caer en una trampa. Y ¿cuál es la pregunta? Bueno, que si al esposo le era permitido divorciarse de su esposa.

Jesús, a su vez, les responde con una pregunta ¿qué les concedió hacer Moisés en relación a ese tema? Y, ellos contestaron «Moisés nos permitió separarnos de la esposa dándole un certificado de divorcio»

Luego de lo cual, Jesús los adoctrinó de tal manera que entendiesen que no sabían nada acerca del plan de Dios para la humanidad. Y les expuso: 1.- Moisés les permitió esa separación, por la terquedad que su egoísmo produce en ustedes. 2.- Si no lo han leído, aquí se los enseño: en el principio, cuando mi Padre creó los cielos y la tierra, y todo lo que hay en ellos; él los creó hombre y mujer. 3.- Y ¿con qué motivo u objeto los creó hombre y mujer?, para que el hombre, en alguna etapa de su vida, deje a su padre y madre y se una a su mujer. Y ¿por qué se deben unir? Sencillo, porque ese fue el plan para su creación, que vivieran juntos y, ambos fuesen como un solo ser. Así que, donde esté constituido un matrimonio, Dios no ve dos personas sino solamente una. Y si se preguntan ¿hasta cuándo vivirán juntos? Jesús les responde: Ahora bien, ya que son un solo ser, que el hombre no separe lo que ha unido Dios.

Debemos estar vigilantes en no ser causa de separación de lo que ha unido Dios, sino por el contrario, procurar ayudar que las parejas lleven una vida armoniosa y rica en bendiciones de Nuestro Dios y, de esta manera formar parte de su plan para la humanidad.

Ya más reposados y en casa con los discípulos, Jesús les aclaró sobre el punto tratado con los fariseos: El que se divorcia de su esposa y se casa con otra, comete adulterio, y, esto es así, porque aún está unido a los ojos de Dios a su esposa y así mismo se aplica esto para la esposa.

El párrafo anterior nos da luces para pensar por contrario sensu que, el que comete adulterio se divorcia de su esposa o esposo ante los ojos de Dios.

Continuamos con nuestro pasaje evangélico para el día de hoy y, nos encontramos con el hecho de que, les llevaron unos niños a Jesús para que los tocara; pero los discípulos pensando que con esto Jesús perdía tiempo y le perturbaba en el ministerio, trataban de evitarlo llamándole la atención a quienes llevaban los niños.

Mas, Jesús les dijo a los discípulos que no impidieran que los niños se acercaran a él; porque de quienes son como ellos es el reino de Dios.

Y luego asegura que: el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él.

Es erróneo pensar como muchos «cristianos», que suelen decir, por ejemplo: «no bautices al niño, porque Jesús dijo que ellos ya tienen la salvación asegurada» Esa premisa se desecha de las palabras del salmista en el Salmo 51: 5 «Soy pecador desde el vientre de mi madre» concatenado con Juan 3: 6 «lo que es nacido de carne, carne es».

Jesús quiere que sepamos que para recibir la fe, nuestros corazones deben ser desprejuiciados y humildes como el de los niños, de lo contrario sería engañarnos.

Oremos:

Hermanos, pidamos a Dios nos separe de las personas descuidadas que, conscientes o inconscientemente promueven el divorcio entre los matrimonios; haznos instrumentos de unión y reconciliación en ellos y, crea en nosotros corazones humildes y fieles como el de los niños para poder entrar en tu reino eterno.

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!

 

 

 

No Seas Socio de una Iglesia Club, Sé un Ejemplo Cristiano a Seguir

Imagen de 이동원 lee en Pixabay

26 de septiembre 2021

Decimoctavo Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Moreno

Lecturas: Salmo 19:7-14; Números 11:4-6, 10-16, 24-29; Santiago 5:13-20; Marcos 9:38-50

Tema de hoy: No Seas Socio de una Iglesia Club, Sé un Ejemplo Cristiano a Seguir.

Nuestra reflexión para el día de hoy Decimoctavo Domingo Después de Pentecostés, está basada en el pasaje del evangelio que se encuentra en: Marcos 9:38-50 y es del contenido siguiente:

Juan le dijo:

—Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, y tratamos de impedírselo, porque no es de los nuestros.

Jesús contestó:

—No se lo prohíban, porque nadie que haga un milagro en mi nombre podrá luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros, está a nuestro favor. Cualquiera que les dé a ustedes aunque sólo sea un vaso de agua por ser ustedes de Cristo, les aseguro que tendrá su premio.

»A cualquiera que haga caer en pecado a uno de estos pequeños que creen en mí, mejor le sería que lo echaran al mar con una gran piedra de molino atada al cuello. Si tu mano te hace caer en pecado, córtatela; es mejor que entres manco en la vida, y no que con las dos manos vayas a parar al infierno, donde el fuego no se puede apagar. Y si tu pie te hace caer en pecado, córtatelo; es mejor que entres cojo en la vida, y no que con los dos pies seas arrojado al infierno. Y si tu ojo te hace caer en pecado, sácatelo; es mejor que entres con un solo ojo en el reino de Dios, y no que con los dos ojos seas arrojado al infierno, donde los gusanos no mueren y el fuego no se apaga.

» Porque todos serán salados con fuego. La sal es buena; pero si deja de estar salada, ¿cómo podrán ustedes hacerla útil otra vez? Tengan sal en ustedes y vivan en paz unos con otros”.

Sermón

La definición del término Sectarismo según la RAE es: Fanatismo e intransigencia en la defensa de una idea o una ideología.

En nuestro pasaje del evangelio para el día de hoy, vemos a un Juan muy preocupado porque habían visto a una persona que en el nombre de Jesús, expulsaba espíritus de alguien poseído.

A ellos les pareció raro, injusto e ilegal que otras personas adorando al mismo Jesús que ellos adoraban, osaran siquiera mencionarlo en sus prácticas espirituales.

No, decían los discípulos de Jesús, esto no puede ser posible, para creer en Jesús, adorarlo como el Dios que es y orar en su nombre, la persona tiene que pertenecer a nuestro grupo cerrado, a nuestra iglesia y a nuestra denominación porque sino, es un hereje a quien hay que denunciar ante las autoridades policiales y execrarle de la sociedad.

Esa malsana practica de ser intolerantes ante personas que no pertenecen a mi “Iglesia Club”, deja mucho que desear en este mundo y mucho más en lo que respecta al destino eterno, así que mucho cuidado con eso, hermanos.

¿Qué responde Jesús ante las pretensiones de Juan de hacer de su Iglesia un club exclusivo de un puñado de seguidores?

«No se lo prohíban, porque nadie que haga un milagro en mi nombre podrá luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros, está a nuestro favor».

Luego hace una advertencia a los líderes cristianos, los conmina a tener cuidado con las predicaciones que hacen con sus testimonios de vidas ante los niños; Jesús no habla aquí de lo que predicas con tu boca, sino con lo que tú predicas con el ejemplo diario.

Hermano. ¿Qué estás predicando con tu conducta a tus hijos, vecinos y amigos acerca del reino de Dios?

Recuerdo a un líder en exitología que solía decir: «así como usted es en un área de su vida, seguramente, así mismo será usted en las demás facetas de su existencia».

No te engañes a ti mismo y mucho menos pretendas engañar a Dios; Dios no puede ser burlado.

Para finalizar el pasaje de hoy, Jesús habla sobre las pruebas a las cuales debe ser sometido el cristiano, para luego poder llegar a ser un elemento de atracción de quienes vean su testimonio conductual.

Hermano. ¿Tenemos el gusto, alegría y goce de vivir que procede de la comunión con Dios? ¿O andamos por esta tierra de los vivientes: llorosos, quejándonos por todo, temerosos y enlutados?

Vivamos alegres y con el gozo del Espíritu Santo que mora en nosotros, dando gracias a Dios en todo momento; como dice Pablo inspirado por el Espíritu «Alégrense, alégrense siempre en el Señor»

Oremos: Hermanos, supliquemos a Dios Padre que, nunca pensemos que nuestra iglesia local es la única que tiene a Dios, respetemos a todos los cristianos en su profesión de fe y seamos ejemplos influyentes sobre la vida de los niños y de todos en general.

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!

 

 

Acerquémonos a su Humildad


Imagen de John Hain en Pixabay

19 de septiembre 2021

Decimoséptimo Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Moreno

Lecturas: Salmo 54; Jeremías 11: 18-20; Santiago 3:13 - 4: 3, 7-8a; San Marcos 9: 30-37

Tema de hoy: Acerquémonos a su Humildad

Nuestra reflexión para el día de hoy Decimoséptimo Domingo Después de Pentecostés, está basada en el pasaje del evangelio que se encuentra en: San Marcos 9: 30-37 y es del siguiente tenor:

Cuando se fueron de allí, pasaron por Galilea. Pero Jesús no quiso que nadie lo supiera, porque estaba enseñando a sus discípulos. Les decía:

—El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; pero tres días después resucitará.

Ellos no entendían lo que les decía, y tenían miedo de preguntarle.

Llegaron a la ciudad de Cafarnaúm. Cuando ya estaban en casa, Jesús les preguntó:

—¿Qué venían discutiendo ustedes por el camino?

Pero se quedaron callados, porque en el camino habían discutido quién de ellos era el más importante. Entonces Jesús se sentó, llamó a los doce y les dijo:

—Si alguien quiere ser el primero, deberá ser el último de todos, y servirlos a todos.

Luego puso un niño en medio de ellos, y tomándolo en brazos les dijo:

—El que recibe en mi nombre a un niño como éste, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, no solamente a mí me recibe, sino también a aquel que me envió”.

Sermón

En nuestro pasaje del evangelio para el día de hoy, vemos a un Jesús que reclama tiempo libre a solas y en paz para enseñar a sus discípulos.

Este es un ejemplo muy claro para los que se dedican a la enseñanza de la Palabra de Dios dentro de nuestras comunidades eclesiásticas; ya que, muchas veces vemos a individuos que, sin instrucción adecuada ni vocación demostrada, pretenden fungir como adoctrinadores correctos y sabios de quienes luego servirán como efecto multiplicador por todo el mundo.

Y se demuestran muy fácilmente sus carencias en virtud de que, todo lo hacen improvisado, apurados, desordenado y ladeándose en su mayoría hacia lo meramente humano o buscando la aceptación y reconocimiento social. Suelen pensar «voy a hacerme maestro en esa iglesia y listo, subo en la escala social» dejando a un lado el amor y el sacrificio de Cristo Nuestro Señor en la Cruz.

Jesús necesita enseñar lo más pronto posible, porque, como les anuncia a sus seguidores, en breve será «entregado, asesinado; pero al tercer día resucitará». Y quienes heredarán el compromiso de anunciar sus buenas nuevas serán ellos mismos, así que, necesita un lugar tranquilo, solitario, para que se complete perfectamente el proceso de enseñanza tan importante que comprende la salvación de toda la humanidad.

Hermano. ¿Has sentido algunas veces que estando en el rol de la enseñanza cristiana, has fallado porque has errado en tu vocación? ¿Entiendes la importancia que significa el enseñar las Buenas Nuevas de Nuestro Señor Jesucristo?

Cada persona que es enseñada en el evangelio, se convierte en un discípulo de Jesús y, la importancia sobre estos conocimientos no ha mermado a lo largo de los años; sigue siendo igual que en aquel entonces.

En la ilación de este pasaje, los discípulos parecen entender al igual que sucede hoy día, que ellos están aprendiendo acerca del reino de Dios, solamente con el único objetivo de ganar jerarquía entre ellos, es decir ser el más importante, sentir esa satisfacción humana en su mente y en su corazón, como si se tratara de un curso más sobre ventas del algún producto determinado.

Pero Jesús que es Dios omnisciente, los sorprende en su autoengaño, y les dice amorosa y firmemente con su revolucionaria enseñanza, que: «Si alguien quiere ser el primero, deberá ser el último de todos, y servirlos a todos».

¡Pero no, yo no quiero ser el último, yo quiero y siempre querré ser el primero! Pensaría algunos de los discípulos por no decir todos.

Y como nuestro Dios omnisciente escucha sus pensamientos, les regala otro ejemplo a ver si lo entienden de una vez por todas «El que recibe en mi nombre a un niño como éste, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, no solamente a mí me recibe, sino también a aquel que me envió»

El hecho de recibir gustosamente a un niño en el nombre de Jesús, significa que esa persona se negó a si misma, luego habla de la humildad que ha recibido del Espíritu Santo y ha guardado fielmente en su corazón, entonces y sólo entonces, podrá considerarse a ese sujeto como el primero y más importante en el reino de los cielos.

Hermano, ¿has sentido que quieres ser el que más figura, primero en todo y más importante dentro de la Iglesia de Cristo?

Es tiempo de recapacitar y practicar lo que nos dice Jesús en su Palabra.

Hermanos, roguemos a Dios Padre que, en todo momento nos acerquémos a la humildad que nos enseñó el que nació en un pesebre, murió por nosotros en una cruz y resucitó para darnos la certeza de la vida eterna junto a él.

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!

 

 

Me Volví "Cristiano" para Aprovecharme de la Bondad de la Iglesia


Imagen de truthseeker08 en Pixabay

Era una mañana de un domingo cualquiera dentro del calendario eclesiástico cristiano regular. La mujer de mediana edad profirió unos gritos ininteligibles por la rabia que salía de su ser.

La mayoría de los asistentes al servicio dominical voltearon sorprendidos.

La mujer había vociferado con temperamento ardiente en contra del pastor de la iglesia.

Las personas al salir del edificio empezaron a preguntarse con extrañeza «¡¿Qué había sido aquel momento tan desagradable que habían vivido por unos instantes?!»

Pasado un tiempo pudimos conocer que todo el incidente se debió a que, aquella persona tenía un familiar que necesitaba una formula oftalmológica, y esperaba que la iglesia lo costeara en su totalidad con los fondos procedentes de las ofrendas.

La persona que requería la “ayuda” y no la obtuvo en la forma y momento exigido, optó por no ir más a la iglesia del presente relato.

Ese es solamente uno de los miles y miles de ejemplos vivenciales, que se pueden observar en la iglesia de Cristo hasta el día de hoy.

Personas que se hacen asiduas “visitantes” de una congregación, esperando les resuelvan su vida económica.

Jesús, multiplicó los panes y los peces; pero también le dijo a cierto tipo de seguidores «ustedes me siguen solamente porque les he saciado su hambre».

Es cierto, hay momentos y situaciones específicas y puntuales, en los cuales la iglesia partiendo de su amor y misericordia, puede y debe ayudar al desvalido.

Hermano, no te conviertas en forma vergonzosa y abusadora, en una carga para la iglesia de Cristo. San Pablo lo dice bien claro «el que no trabaje que no coma».

El fin último de la Iglesia de Cristo es, la salvaciónde las almas. No es solventar o suplantar la responsabilidad socioeconómica que sólo a ti atañe. Amén.

 

 

 

Espasmódica Conducta Espiritual

 

Imagen de Dimitris Vetsikas en Pixabay

12 de septiembre 2021

Decimosexto Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Moreno

Lecturas: Salmo 116: 1-9; Isaías 50: 4-9a; Santiago 3: 1-12; San Marcos 8: 27-38

Tema de hoy: Espasmódica Conducta Espiritual

Nuestra reflexión para el día de hoy Decimosexto Domingo Después de Pentecostés, está basada en el pasaje del evangelio que se encuentra en: San Marcos 8: 27-38 y es del siguiente tenor:

Después de esto, Jesús y sus discípulos fueron a las aldeas de la región de Cesarea de Filipo. En el camino, Jesús preguntó a sus discípulos:

—¿Quién dice la gente que soy yo?

Ellos contestaron:

—Algunos dicen que eres Juan el Bautista, otros dicen que eres Elías, y otros dicen que eres uno de los profetas.

—Y ustedes, ¿quién dicen que soy? —les preguntó.

Pedro le respondió:

—Tú eres el Mesías.

Pero Jesús les ordenó que no hablaran de él a nadie.

Jesús comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre tendría que sufrir mucho, y que sería rechazado por los ancianos, por los jefes de los sacerdotes y por los maestros de la ley. Les dijo que lo iban a matar, pero que resucitaría a los tres días. Esto se lo advirtió claramente. Entonces Pedro lo llevó aparte y comenzó a reprenderlo. Pero Jesús se volvió, miró a los discípulos y reprendió a Pedro, diciéndole:

—¡Apártate de mí, Satanás! Tú no ves las cosas como las ve Dios, sino como las ven los hombres.

Luego Jesús llamó a sus discípulos y a la gente, y dijo:

—Si alguno quiere ser discípulo mío, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz y sígame. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda la vida por causa mía y por aceptar el evangelio, la salvará. ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde la vida? O también, ¿cuánto podrá pagar el hombre por su vida? Pues si alguno se avergüenza de mí y de mi mensaje delante de esta gente infiel y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga con la gloria de su Padre y con los santos ángeles”.

Sermón

Casi siempre, es usado el ejemplo de que, si a un barco no se le marca un destino y se sueltan sus cabos, lo más seguro es que esa nave dé tumbos en varias direcciones sin salir del muelle, terminando con la mayor de las probabilidades encallada cerca de donde inició su travesía.

Por otro lado, si a la misma nave se le fija su itinerario, y se le señala un destino especifico y claro; tenemos la segurida que la misma no se dejará llevar por las órdenes que le den las olas, sino que con determinación, surcará las aguas hasta puerto seguro y confiable.

Se nota de ese ejercicio mental que, si uno conoce cuál es el objetivo, propósito de su labor y se identifica con éste, la actitud de compromiso y esmero en el mismo, será gratificante, provechosa y de gran calidad en su realización.

Para el día de hoy, observamos a un Mesías que conoce con exactitud y detalles, qué pasará con él y el modo en que lo llevará a cabo.

“...el Hijo del hombre tendría que sufrir mucho, y que sería rechazado por los ancianos, por los jefes de los sacerdotes y por los maestros de la ley. Les dijo que lo iban a matar, pero que resucitaría a los tres días”.

Y observamos a un discípulo que, pocos versículos antes había confesado por medio del Espíritu Santo que Jesús era el Mesías, es ahora lamentablemente atacado por Satanás; desviando la mirada de la misión de su Maestro, desconociéndola y negándola, porque ve el plan de Dios desde el punto de vista de los hombres, rechazando el plan de su Señor.

Luego, Jesús les ofrece a los discípulos, directrices de cómo deben conducir su vida de devoción y creencia.

«Olvídense de sí mismos y carguen su cruz, esto es, no sean egoístas y trabajen en la obra del Reino de Dios»

«No vayan detrás del resplandeciente brillo de los asuntos cotidianos, menospreciando la relación con su creador»

«Proclamen el nombre de Jesucristo, sin avergonzarse, para que en el día final él se enorgullezca de ustedes»

¿Has vivido momentos de dudas, confusión de no saber adónde vas?

¿Dudas de tus capacidades, de tu fe, de tus amigos?

¿Sabes lo que significa cargar la cruz?

Hermanos, pidamos a Dios Padre que, en todo tiempo, pongamos la mira en la vida que nos otorga la cruz de Nuestro Señor Jesucristo y, jamás sigamos el ejemplo de Pedro y su espasmódica conducta espiritual.

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!

 

 



Ciudadanía Celestial

 


05 de septiembre 2021

Decimoquinto Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Moreno

Lecturas: Salmo 146; Isaías 35: 4-7a; Santiago 2: 1-10, 14-17; San Marcos 7: 24-37

Tema de hoy: Ciudadanía Celestial

Nuestra reflexión para el día de hoy Decimoquinto Domingo Después de Pentecostés, está basada en el pasaje del evangelio que se encuentra en: San Marcos 7: 24-37 y es del siguiente tenor:

 

De allí se dirigió Jesús a la región de Tiro. Entró en una casa, sin querer que nadie lo supiera; pero no pudo esconderse. Pronto supo de él la madre de una muchacha que tenía un espíritu impuro, la cual fue y se arrodilló a los pies de Jesús. La mujer no era judía, sino originaria de Sirofenicia. Fue, pues, y rogó a Jesús que expulsara de su hija al demonio. Pero Jesús le dijo:

—Deja que los hijos coman primero, porque no está bien quitarles el pan a los hijos y dárselo a los perros.

Ella le respondió:

—Pero, Señor, hasta los perros comen debajo de la mesa las migajas que dejan caer los hijos.

Jesús le dijo:

—Por haber hablado así, vete tranquila. El demonio ya ha salido de tu hija.

Cuando la mujer llegó a su casa, encontró a la niña en la cama; el demonio ya había salido de ella.

Jesús volvió a salir de la región de Tiro y, pasando por Sidón, llegó al Lago de Galilea, en pleno territorio de Decápolis. Allí le llevaron un sordo y tartamudo, y le pidieron que pusiera su mano sobre él. Jesús se lo llevó a un lado, aparte de la gente, le metió los dedos en los oídos y con saliva le tocó la lengua. Luego, mirando al cielo, suspiró y dijo al hombre: «¡Efatá!» (es decir: «¡Ábrete!»)

Al momento, los oídos del sordo se abrieron, y se le desató la lengua y pudo hablar bien. Jesús les mandó que no se lo dijeran a nadie; pero cuanto más se lo mandaba, tanto más lo contaban. Llenos de admiración, decían: «Todo lo hace bien. ¡Hasta puede hacer que los sordos oigan y que los mudos hablen!»

Oración del día

Dios misericordioso, a lo largo de los siglos transformas la enfermedad en salud y la muerte en vida. Ábrenos al poder de tu presencia y haznos un pueblo dispuesto a proclamar tus promesas al mundo entero, a través de Jesucristo, nuestro sanador y Señor.

Aclamación al Evangelio

Aleluya. Alégrense siempre en el Señor. Repito: ¡Alégrense! Aleluya. (Filipenses 4:4)

Sermón

Imagine por un momento, que su hija sufre de una enfermedad que ni usted ni nadie sabe cuál es su origen. Usted se encuentra perdido, desorientado, vulnerable. Usted piensa «mi hija va a morir y no puedo hacer nada».

Luego, cuando ya usted está haciendo los preparativos para el entierro, repentinamente, un vecino le dice: —Mira por ahí anda un judío, profeta él, que dicen ha hecho milagros de curaciones. Si bien, nosotros pertenecemos a otra cultura y otra religión, no está demás hablar con ese señor. Amigo, creo que no tienes nada que perder.

¿Qué haría usted? ¿Se quedaría paralizado, y seguiría con los preparativos del sepelio de su hija o, iría y rogaría a ese sujeto que le han recomendado para que la sane?

Muy bien, el contexto de la historia es que, Jesús quería estar en soledad con sus discípulos e hizo algo raro en él, y se fue a tierras de gentiles, tierras de Tiro y Sidón, donde actualmente está ubicado el Líbano.

La mujer del relato acudió con fe a Jesús, se ve bien que la recomendación hecha por las personas y su gran fama, la habían convencido que él era el único camino que le quedaba por transitar.

Ahora bien, para el Señor, esta era una situación muy difícil en la que lo ponía la petición de la señora, ya que él había sido enviado a las ovejas perdidas de Israel y así, cumplir la promesa histórica de siglos hecha por Jehová.

Podemos pensar que, si Jesús hubiese empezado su ministerio en tierras de gentiles, tal vez se hubiese retrasado o frustrado el cumplimiento de su plan.

No debemos entender con la palabra «perros», que Jesús pretendía ofender a la dama necesitada.

Y la señora lo supo bien, ya que Jesús lo que daba a entender era que primero debía predicarse a los hijos del pueblo de Israel y luego a los otros pueblos en general.

Jesús le dijo: por haber hablado así, vete en paz, lo que has venido a buscar se te ha concedido.

Y la pregunta curiosa e inquisitiva aquí es ¿Cómo habló la señora? ¿Dijo Abracadabra? ¿Le mostró un amuleto para que se lo bendijera y con eso curaría a su niña?

Bueno, creo que la forma de hablar fue con total fe, autoridad y confianza en que iba a recibir solución de su Señor.

La siguiente historia nos habla de que le llevaron a Jesús, un sordo y tartamudo.

Hemos de precisar que Decápolis también era una región de gentiles, nuestro Señor Jesucristo predicó la Palabra en estos lugares y también realizó muchos milagros.

Jesús toma aparte al hombre y con señas le enseña lo que va a hacerle, luego introduce sus dedos en los oídos y con saliva le toca la lengua, como haciendo una transfusión de fluidos divinos, desde su lengua hacia la lengua del tartamudo. Jesús utiliza la misma palabra que usó con la hija de Jairo «Efatá».

Jesús termina pidiendo al hombre que no mencione lo que había sucedido, pero como la gloria de Dios es indetenible e inexorable, más se corría acerca de la fama de Jesús.

La multitud se maravilla y dice todo lo puede hacer bien.

Sí, Jesús todo lo hace bien.

Hermano, ¿tienes miedo de acercarte a Jesús? ¿Crees que Jesús lo hace todo bien? Quiero recordarte que por la promesa que hizo Dios a nuestro Padre Abraham, tú formas parte del pueblo de Israel. Sí, puedes decir confiadamente que tienes doble nacionalidad porque ere ciudadano del Israel celestial.

Oremos: Dios Padre eterno, te rogamos nos hagas entender que todos nosotros formamos parte de la ciudadanía del Israel celestial, para que de esta forma podamos confiar en tus pactos y promesas.

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!