Novela «El Terror de Alicia» Autor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

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Revised Common Lectionary - Daily Readings

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Tercer Domingo de Pascua.

01 de mayo 2022

Tercer Domingo de Pascua.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 30; Hechos 9:1-6; Apocalipsis 5:11-14; Juan 21:1-19

Tema de hoy: Desayuno con el Señor Jesús

Nuestra reflexión para el día de hoy Tercer Domingo de Pascua, está basada en el pasaje del evangelio que acabamos de leer en Juan Capítulo 21 Versículos desde el 1 hasta el 19. 

El lugar escogido por el Señor Jesucristo para aparecérseles por tercera vez a siete de sus discípulos es a orillas del lago de Tiberias.

Pedro tuvo la iniciativa de ir a pescar y lo otros le siguieron en la idea. Subieron a la barca y estuvieron toda la noche tratando de pescar algo; pero no consiguieron atrapar ningún pez.

Esta vez Jesús se les apareció a la orilla; mas ellos no sabían que se trataba de su maestro y Dios.

Hermanos, así nos pasa muchas veces en la vida, que Jesús se nos aparece en forma de alguien con una necesidad y, se la suplimos con amor cristiano o por el contrario, pudiera ser alguna persona que nos ayuda en un momento crítico y desesperado de nuestra vida; pero no reconocemos que allí está Jesús con su amor, bondad y misericordia unidireccional, y esto es muchas veces así porque nuestra vida discurre en piloto automático; pero no de manera reflexiva como debería ser.

Jesús como un amigo más, como alguien que los conoce y los trata con confianza, les preguntan: «muchachos, ¿no han pescado nada?».

Hermanos, si supiéramos escuchar la voz de Jesús, pudiéramos percibir que se dirigiría a nosotros en ese tono amigable, cariñoso, confiable, sí, como el mejor amigo que jamás hemos tenido.

Ante la respuesta negativa expresada por sus amigos, les recomendó lanzar la red hacia una dirección especifica de la embarcación. Luego de lo cual les sorprendió el número abundante de peces que lograron capturar.

En este punto, es necesario recordar que cuando el Señor reclutó a los discípulos a su causa, les dijo con firmeza: YO, los haré pescadores de hombres.

Muchos lideres cristianos hablan de la crisis de sus iglesias, ellos se quejan que la gente no está llegando a las misas, los servicios, los cultos o como queramos llamarles, el ausentismo de los feligreses es bastante con tendencia a exagerado. Los dirigentes eclesiásticos se preocupan mucho por esta situación; pero deberían recordar las palabras de Nuestro Señor Jesús: YO, los haré pescadores de hombres; hermano, no eres tú con tu sabiduría humana quien va a llevar las ovejas al templo, es el buen Pastor quien te va a adiestrar, sí, así como les indicó a los discípulos, sus amigos, en donde arrojar la red, así mismo lo hará contigo, solamente debes estar quieto, guardar silencio y reconocer que Jesús es Dios, quien está de tu lado para ayudarte en tu evangelismo.

Y nosotros hermanos, sin ser lideres, ¿estamos atentos a ver que nos dicta el Señor Jesucristo, en cómo y dónde compartir las escrituras con quienes las necesiten y de esta forma tener una pesca abundante?

Juan exclama «es el Señor» y, Pedro, quien estaba desnudo ante sus amigos y condiscípulos, al enterarse que se trata de Jesús, se viste rápidamente antes de presentarse ante su amigo, Dios y Señor. De aquí podemos observar el grado de respeto por su Dios.

Ya en la orilla, encontraron un fuego encendido con un pescado encima. A nadie se le ocurrió preguntar a Jesús de dónde había obtenido el pescado, porque dudaban de que fuera Jesús.

El maestro les dijo que trajeran de los pescados recién atrapados, los invitó a desayunar, entonces les dio pan y pescado a cada uno de ellos.

Hermanos, ¿desde cuándo no desayunamos con Jesús en una intima y reconfortante oración? 

Para finalizar el pasaje, Jesús hace un paralelismo de las tres veces que Pedro le negó antes que el gallo cantase.

Le hace tres preguntas y tres encargos: 1) ¿Me amas más que estos? 1) Cuida de mis corderos. 2) ¿Me amas? 2) Cuida de mis ovejas. 3) ¿Me quieres? 3) Cuida de mis ovejas. 

Oremos:

Dios Padre eterno, te pedimos en este día que tus palabras sean audibles a mi corazón y de esta manera poder ser un buen pescador de hombres para tu reino.

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!

 

 


Segundo Domingo de Pascua - ¡Véanme Soy Yo Su Maestro!

24 de abril de 2022

Segundo Domingo de Pascua.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 118:14-29; Hechos 5:27-32; Apocalipsis 1:4-8; Juan 20:19-31

Tema de hoy: ¡Véanme Soy Yo Su Maestro!

Nuestra predicación está basada en la lectura del evangelio para el día de hoy, Segundo Domingo de Pascua, y la misma se encuentra en el evangelio según Juan 20: 19-31

Así nos llega la noche del día domingo, los discípulos decidieron encerrarse llenos de terror por la persecución de los lideres judíos, así como también de las autoridades romanas; y esto es así porque hay un cuerpo desaparecido que no está en su tumba y debe ser ubicado, debe aparecer, ya que a los líderes hebreos no les convenía que se dijera que Jesús había resucitado, y por otro lado a las autoridades romanas les guiaba su responsabilidad formal ante el Emperador, proceso este, que era muy severo a la hora de juzgar estos casos.

La Palabra de Dios dice que Jesús entró y se puso en medio de los once discípulos; recordemos que para este momento, Judas el traidor, se había quitado la vida.

¿Cómo pudo ser esto posible si la puerta estaba cerrada? Bien, la explicación es muy sencilla y por todos conocida, Jesucristo es Dios y uno de los atributos de Dios es la de ser Omnipresente, esto significa que puede estar en todas partes y ante todos al mismo tiempo.

Muchas personas acostumbran juzgar desafortunadamente a los discípulos por haberse escondidos; mas sus motivos fueron serios, reales y de consecuencia fatales.

Es muy fácil juzgarlos; pero, cuántas veces nos ocultamos detrás de la máscara de la insensatez y, por omisión negamos conocer a Jesús; quizá alguien que necesita del consuelo del evangelio y nosotros guardamos silencio.

¿Será que somos mejores que los discípulos?

Continúa el Maestro y les da su paz, y les dice, que no pueden quedarse para siempre enclaustrados en sus casas, que deben ir al mundo a proclamar su victoria sobre la muerte y el pecado que la produce.

Les proporcionó la efectiva llenura del Espíritu Santo e instituyó el Oficio de las Llaves, que es el peculiar poder que nuestro Señor Jesucristo ha dado a su Iglesia de perdonar los pecados a los penitentes y de retener los pecados a los impenitentes mientras no se arrepientan.

Tomás no estaba cuando les visitó Jesús y él dijo que si no veía a Jesús, y comprobaba por él mismo las marcas que la crucifixión dejaran sobre su cuerpo no creería.

Una semana más tarde, volvió a aparecerse Jesús, les dio su paz y, dirigiéndose a Tomás le invitó a tocar su cuerpo donde se suponía estaban sus heridas; mas no fue necesario la comprobación, creemos que este discípulo colmado de emoción y llanto, solamente exclamó, ¡mi Señor y mi Dios!

En este punto, siempre se menciona a Tomás como el discípulo incrédulo; pero, ¿es que alguno de ellos estaba claro en esperar la resurrección gloriosa de su Maestro? Basta mencionar al discípulo más amado (Juan); solo cuando entro en la tumba vacía fue que entendió lo que Jesús en tantas ocasiones les confesara.

¿Y nosotros? ¿Creemos firmemente en que Jesús ha resucitado, está a la derecha de Dios Padre y desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos? ¿O somos como cualquiera de los discípulos que dudaron?

Hermanos, oremos a Dios Padre pidiendo que, cada vez que nos encerremos en la habitación de nuestra timidez y del qué dirán los demás, envíe a Jesús a nuestros corazones y nuestras vidas y como cerrajero sorprendendente, traspase esas puertas y luego podamos exclamar ¡Mi Señor y mi Dios!

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!

 

 

 

¡Cristo ha Resucitado! ¡Ha Resucitado en Verdad!

17 de abril 2022

Domingo de Resurrección de Nuestro Señor – Día de Pascua.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 118:1-2, 14-24; Hechos 10:34-43; 1 Corintios 15:19-26; Lucas 24:1-12

Tema de hoy: ¡Cristo ha Resucitado! ¡Ha Resucitado en Verdad!

Nuestra reflexión para el día de hoy Domingo de Domingo de Resurrección de Nuestro Señor – Día de Pascua, está basada en el pasaje del evangelio que se encuentra en: Lucas Capítulo 24 Versículos desde el 1 hasta 12:

Hermanos, ¡Cristo ha Resucitado! ¡Ha Resucitado en Verdad!

En este pasaje del evangelio que narra la resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, hay algo que debe llamarlos la atención, y es que las mujeres que llegan al amanecer al sepulcro se asustaron al no encontrar el cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo y, la pregunta sería, ¿por qué sorprenderse?, ¿es que este hecho las tomaba de sorpresa? ¿El maestro no les había hablado reiteradamente acerca de que, al tercer día se levantaría de entre los muertos?; pero, así es la naturaleza humana; ellas vieron claramente que Jesús dio vista a ciegos, sanó a: mancos; paralíticos; leprosos; había resucitado no solamente a Lázaro, sino, también al hijo de la viuda de Nain (Lucas 7: 11-17); entonces, uno se pregunta, ¿es que acaso no entendían lo que Jesús les enseñaba y el alcance de su poder? O ¿tenían miedo de que no apareciera el cuerpo de Jesús y las autoridades romanas arremetieran contra todos sus seguidores?

Hermanos, ¿podemos criticar a estas mujeres porque dudaron y el miedo las arropó? ¿Es que nosotros, ante el menor contratiempo en nuestras vidas no hacemos al igual que ellas? Hermanos, revisemos de tanto en tanto nuestra fe en las promesas de Jesús para nuestras vidas.

Hermanos, ¡Cristo ha Resucitado! ¡Ha Resucitado en Verdad!

Lucas nos dice que los dos hombres con apariencia angelical, son quienes hacen recordar a las mujeres sobre lo que Jesús les había profetizado y después fue que recordaron.

Cuando las mujeres regresan y dan a conocer a los apóstoles lo que han presenciado, a ellos les parece solo un cuento de mujeres ociosas.

Luego, Pedro llega a la tumba y le embarga un sentimiento de sorpresa y admiración de lo que había sucedido. En este caso, podemos pensar que Pedro sí cree que ha habido un milagro.

Hermanos, la sola tumba vacía no prueba la resurrección de Jesús de entre los muertos; pudieran existir muchas explicaciones del porqué su cuerpo no fue encontrado: tal vez se lo habían llevado las mismas autoridades militares, para evitar que los discípulos lo robaran y dijeran que había resucitado; mas si había sucedido de esta manera, esto no favorecía en absoluto a los seguidores de Jesús y su doctrina; ya que, desde el mismo momento en que los discípulos manifestaran el milagro de la resurrección, las autoridades iban a presentar el cuerpo, dando por terminada la mentira.

Hay autores de la nueva era que han escrito, que Jesús fue adormecido por un tipo de planta que daba la sensación y aportaba características catalépticas, en las cuales el cuerpo no presenta ninguna de los signos vitales; para luego, en un lapso de pocas horas retomar sus funciones a cabalidad.

Esto es lo que significa Jesús para los incrédulos, una farsa, que se burló del mundo; pero, ¿qué debe significar la resurrección de Nuestro Señor Jesucristo para nosotros?

Es así que, la respuesta nos es dada dentro del mismo contexto del pasaje bíblico, por los dos varones con vestiduras luminosas, que para nosotros deben ser considerados ángeles. Ellos les dijeron a las mujeres «—¿Por qué buscan ustedes entre los muertos al que está vivo? No está aquí, sino que ha resucitado».

Podemos recordar las palabras del apóstol Pablo. «Y si Cristo no resucitó vana es nuestra fe», no tenemos esperanza de nada, no hay vida eterna ante la presencia del rostro amoroso de Nuestro Dios.

Ahora bien, veamos que nos puede enseñar Martín Lutero en sus comentarios a la primera epístola a los corintios capítulo 15 versículos del 12 hasta el 15: «Pablo basa toda su argumentación en el factor básico con el que empezó, es decir, que Cristo se levantó de entre los muertos. Este es el artículo principal de la doctrina cristiana. Nadie que se llame a sí mismo cristiano o predicador del Evangelio, puede atreverse a negarlo. Con ello se propone enfrentarse a ellos y obligarles a admitir el hecho de que, negando la resurrección, niegan que Cristo se levantó de entre los muertos; porque si lo primero no es cierto, lo segundo ha de ser fabricado»

Continúa Lutero: «De este modo, San Pablo luchó y redondeó este artículo a partir de los más sólidos principios, de manera que quien niegue la resurrección de los muertos, niega también que Cristo se levantó de los muertos. Y quien niega esto, lo niega todo. Quien estime como una mentira la existencia de Dios y de Cristo y todas sus obras y palabras, es decir, como algo nulo que no existe, hay que considerarle un infame, un pagano ateo, a quien ni Dios ni el mundo pueden defender e indigno de nadie»

Hermanos, ¡Cristo ha Resucitado! ¡Ha Resucitado en Verdad!

Oremos:

Todopoderoso Padre eterno, tú que resucitaste a tu hijo de la muerte, te pedimos de todo corazón, nos resucites cada día a la fe en la obra salvadora de Nuestro Señor Jesucristo y, de esta manera, tener vida eterna en ti.

Amén. Dios los bendiga; y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!

 

 

Domingo de Ramos

10 de abril 2022

Sexto domingo de Cuaresma.

Pastor: Miguel Moreno

Lecturas:

Salmo 31:9-16; Isaías 50:4-9a; Filipenses 2:5-11; Lucas 19:28-40

Tema de hoy: Domingo de Ramos

Nuestra reflexión para el día de hoy Sexto domingo de Cuaresma, está basada en el pasaje del evangelio que se encuentra en: Lucas 19: 28-40 y sobre el mismo podemos exponer lo siguiente:

Leemos que Jesús siguió su viaje a Jerusalén; los historiadores indican que es muy difícil saber el lugar exacto en el cual se encontraba Betfagé; mas de Betania si tenemos conocimiento, que estaba situada hacia el lado oriental del monte de los Olivos, a unos cinco kilómetros de Jerusalén, en esta aldea de Betania Jesús pasó algún tiempo viviendo en casa de sus amigos: María, Marta y Lázaro, y esto lo sabemos de parte del evangelio según San Juan, recordemos que hacía poco tiempo que Jesús había resucitado a Lázaro.

¡Qué bueno compartir momentos con nuestros hermanos en la fe!, orando, leyendo la biblia, reflexionando en las maravillas que nos ha dado el Señor.

Hermanos: ¿tomamos tiempo de calidad para invertirlo en la presencia de nuestro Dios al igual que Lázaro y sus hermanas?

De una actitud prudente de parte de Jesús a una exhibición pública, es todo un reto lo que se propone Nuestro Señor y que finalmente lleva a cabo. Jesús da instrucciones precisas a dos de sus discípulos, tan precisas que debemos creer que el Señor había preparado y acordado con la persona dueña de la bestia su utilización.

La característica de que el animal de carga no hubiese sido todavía montado, lleva implícito el significado de que, de esa misma manera y hasta ese momento, nadie en el mundo había cargado con los pecados de la humanidad como efectivamente pronto lo haría Jesús.

Cuando los dos discípulos desataban el burro, los dueños les dijeron ¿por qué lo desatan? Y ellos respondieron —Porque el Señor lo necesita.

Si Dios necesita de algo o alguien, ¿quién puede negarse o resistirse? Al igual que Dios Padre necesitaba que alguien, su unigénito Hijo, cargara con los pecados de todo el mundo, el burro es una simbólica muestra de humildad al cargar con Jesús.

Dándole un trato justo de Rey, los discípulos colocaron sus propias ropas sobre el lomo del animal. Una vez Nuestro Señor estuvo sobre la bestia, empezó a avanzar y la gente colocaba sus propias ropas sobre el camino para que Jesús pasara sobre ellas.

Hermanos, ¿colocamos nuestras ropas delante de Jesús para que él avance hacia nuestras vidas? O ¿por el contrario le ponemos obstáculos a cualquier forma de acercamiento?

Ahora bien, es aquí donde podemos comprender y aparejar esta actividad de Jesús con la profetizada por Zacarías 9: 9 «¡Alégrate mucho, ciudad de Sión! ¡Canta de alegría, ciudad de Jerusalén! Tu rey viene a ti, justo y victorioso, pero humilde, montado en un burro, en un burrito, cría de una burra» y deducir por fe y creer que Jesús cumplía con plena conciencia esta profecía.

Interesante notar como Jesús en su oficio de Rey, manifiesta al mismo tiempo y plenamente su estado de «humillación» ante todo el pueblo. Este es un vivo ejemplo para la humanidad, de cómo debería conducirse cualquier persona envestida de un cargo, profesión o jerarquía. Mientras mayor el nombramiento o distinción mayor aún la sencillez y humildad a demostrar para con nuestros semejantes.

La multitud daba gritos de alegría y alababan a Dios por todos los milagros que habían visto.

Hermanos, ¿damos graciasen todo tiempo a Dios porque amanecimos vivos en este día; porque hemos comido; porque tenemos salud tanto nosotros como nuestros familiares? O ¿damos por sobrentendido y merecidos todas estas bondades de parte de Nuestro Señor?

Hermanos, ¿bendecimos al que viene en el nombre del Señor? O ¿hacemos caso de personas fariseas que nos piden que nos callemos y no adoremos ni alabemos a Nuestro Señor?

Y, por último, Jesús nos tiene la infalible y perfecta respuesta divina a los saboteadores de su sagrado ministerio —Les digo que, si éstos se callan, las piedras gritarán.

Hermanos, debemos entender que no existe en todo el universo, tal como lo conocemos, entidad alguna que pueda sabotear, impedir o trastocar la adoración y alabanza a Nuestro Santo de Israel.

Oremos:

Amantísimo Padre celestial, venimos a ti queriendo adorarte y alabarte, rogamos que nada ni nadie pueda impedir que veamos y sigamos el ejemplo de humildad y amor de tu hijo Jesucristo.

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!