Novela «El Terror de Alicia» Autor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

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Revised Common Lectionary - Daily Readings

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Segundo Domingo de Cuaresma - En sintonía con nuestro Dios y Salvador

25 de febrero de 2024

Segundo Domingo de Cuaresma. 

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 22:23-31; Génesis 17:1-7, 15-16; Romanos 4:13-25; Marcos 8:31-38

Tema de hoy: En sintonía con nuestro Dios y Salvador

Nuestra reflexión está basada en la lectura del evangelio que hemos leído y escuchado hoy, cuando arribamos al segundo domingo de Cuaresma.     

En el mundo de los motivadores es muy conocido y se repite mucho en sus escenarios, el relato acerca de dos albañiles que trabajaban en una misma obra de construcción, pero diferían, tanto en su autoimagen, como en en el propósito de su labor.

Se cuenta que se le preguntó a cada uno por separado, en qué era lo que estaba trabajando, y el primero respondió, «—Yo, lo que hago es colocar ladrillo sobre ladrillo a lo largo del día», mientras que el otro al ser consultado manifestó «—Yo, estoy construyendo la catedral más grande y más bella que jamás haya existido».

Se nota de ese relato que, si uno conoce cuál es el objetivo, propósito de su labor y se identifica con éste, la actitud de compromiso y esmero en el mismo, será gratificante, provechosa y de gran calidad en su realización.

Para el día de hoy, observamos a un Mesías que conoce con exactitud y detalles, qué pasará con él y el modo en que lo llevará a cabo. 

«...el Hijo del hombre tendría que sufrir mucho, y sería rechazado por los ancianos, por los jefes de los sacerdotes y por los maestros de la ley. Les dijo que lo iban a matar, pero que resucitaría a los tres días».

Y observamos a un discípulo que, zarandeado por Satanás, desvía la mirada que debería poner y mantener en la misión de su Maestro, la desconoce y la niega, porque ve las cosas desde la óptica de los hombres, rechazando el plan de Dios.

Luego, Jesús les ofrece a los discípulos, directrices de cómo deben conducir su vida de devoción y creencia.

Les dice: Olvídense de sí mismos y carguen su cruz, esto quiere decir, que no sean egoístas y estén prestos a trabajar en la obra del Reino de Dios.

No vayan trás el resplandeciente brillo de los asuntos cotidianos, menospreciando la relación con su creador.

Proclamen el nombre de Jesucristo, sin avergonzarse, para que en el día final él se enorgullezca de ustedes.


Oremos:

Hermanos, pidamos a Dios Padre, que en este tiempo de Cuaresma, pongamos la mirada en la vida que nos otorga la cruz de Nuestro Señor Jesucristo y, jamás sigamos el ejemplo de Pedro y su falta de sintonía con su Dios y Salvador.

Amén. Dios los bendiga. Y recuerden: ¡Solo Dios Salva!


Primer Domingo de Cuaresma - Nuestro Salvador es bautizado, puesto a pruebas y listo para iniciar su Ministerio

18 de febrero de 2024

Primer Domingo de Cuaresma. 

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 25:1-10; Génesis 9:8-17; 1 Pedro 3:18-22 Marcos 1:9-15

Tema de hoy: Nuestro Salvador es bautizado, puesto a pruebas y listo para iniciar su Ministerio.

Nuestra predicación está basada en la lectura del evangelio escuchado hoy, Primer Domingo de Cuaresma. 

En la lectura bíblica de hoy, tenemos tres segmentos en la vida de Jesús.

Primero: El Bautismo

Jesús salió de Nazaret y fue en busca de Juan, quien lo bautizó en el río Jordán.

Este acto plantea ciertas preguntas, como la jerarquía de Jesús con respecto a Juan y viceversa: ¿Cómo es posible, o qué es ésto, el discípulo bautizando al Maestro, quién es mayor a quién?

El segundo aspecto es, la gente viene al bautismo de Juan como muestra indiscutible de arrepentimiento: ¿De qué tenía que arrepentirse Jesús?

Ellos confesaban sus pecados, los cuales eran perdonados. ¿Cuáles pecados debía confesar Jesús?

Hay quienes piensan que las personas confesaban sus pecados sociales más  personales, y con esto se preparaban para recibir el reino de Dios y dejar atrás el reino de opresión que de parte de los romanos habían sufrido.

El bautismo, siendo un signo visible de lo anteriormente mencionado, era natural que Jesús se identificara con ésta práctica y cumpliera con ésta como ejemplo hacia la población; aunque a muchos hoy en día les incomoda esta versión, ésta es la más sincera interpretación que pudiera mostrar el texto bíblico.

Segundo: Jesús en el desierto

Jesús es probado en el desierto, los cuarenta días, pueden tener relación simbólica con los cuarenta años que pasaron los israelitas en el desierto de Sinaí. Su prueba en el desierto, pudo haber servido para su preparación y empoderamiento en el inicio de su ministerio público.

El hecho de haber sido asistido por ángeles, constituye una remembranza de cómo el Profeta Elias fue asistido por ángeles.

Tercero: Jesús inicia su ministerio

Una vez bautizado y, severamente preparado y empoderado a través de muchas pruebas, Jesús empieza su servicio de llevar las buenas noticias de vida, tan sencillas como: Arrepiéntanse y vuélvanse a Dios.


Oremos:

Hermano, pidamos a Dios Padre nos muestre la necesidad de cumplir también con las etapas que llevan a ser un buen cristiano, al igual que sucedió con Jesús: Seamos bautizados, probados y estemos listos para trabajar en su reino!

Amén. Dios los bendiga. Y recuerden: ¡Solo Dios Salva!


Último domingo después de Epifanía/Transfiguración de Nuestro Señor

11 de febrero de 2024

Último domingo después de Epifanía/Transfiguración de Nuestro Señor

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 50:1-6; 2 Reyes 2:1-12; 2 Corintios 4:3-6; Marcos 9:2-9

Tema de hoy: ¡Más blanco, imposible!

Nuestra predicación está basada en la lectura del evangelio para el día de hoy, «Domingo de La Transfiguración», y la misma se encuentra en el evangelio según San Marcos 9:2-9.

    Los comerciales de detergentes para lavar la ropa, siempre han sido fuente de creatividad y competencia entre los diversos fabricantes y publicistas, quienes presentan sus propiedades en tratar de demostrar que, el fabricado por quien paga el comercial es el que más blanquea la ropa; además de poseer un poderoso componente químico que, al mismo tiempo que blanquea, desmancha. El pasaje leído hoy, nos hace recordar algo de esos comerciales; veamos.

      Se suele decir dentro del mundo cristiano conocedor, que la transfiguración probablemente tuvo lugar en Cesarea de Filipo.

Jesús lleva consigo a Pedro, Santiago y Juan a la cima del monte, estaban compartiendo tiempo juntos, orando, aprendiendo del Señor.

De pronto, allí frente a ellos, tanto la apariencia como la vestidura de Jesús, cambiaron. La palabra de Dios nos dice que su ropa brillaba y quedó más blanca que la tela mejor lavada.

Con la transfiguración, Jesús da a conocer su naturaleza divina, ratificando de esta manera todo cuanto había contado a sus discípulos, apenas seis días antes.

Esta manifestación en Jesús, nos hace recordar el resplandor reflejado en el rostro del patriarca Moisés cuando descendió del monte Sinaí; pero Moisés sólo reflejaba la gloria de Dios; Jesús muestra la suya propia que como Dios le es propio irradiar.

También nos hace recordar la gloria de Dios que se expandió alrededor de los pastores en Belén, la noche en que nació Nuestro Señor Jesucristo, y así mismo, de los ángeles brillantes y relucientes en la tumba de Jesús en la mañana de la Pascua de Resurrección.

Podemos pensar y decir con toda certeza que, con este acontecimiento se produce el punto máximo de la Epifanía de Dios, ya que su manifestación, contiene las características de los otros eventos considerados por los expertos en Biblia, como «Manifestaciones de Dios a los hombres». 

Simplemente, la gloria de Dios que le corresponde y pertenece, se hizo presente en Jesús. Él estaba revelando, tanto el testimonio vivo de que era Dios, así como, todas sus aseveraciones que como Dios había enseñado privadamente a sus discípulos.

El porqué de las apariciones especiales y específicas de Moisés y Elías, se puede deber a que, de Moisés se dice que no se conoce dónde fue sepultado Deuteronomio 34:6 «y fue enterrado en un valle de la región de Moab, frente a Bet-peor, en un lugar que hasta la fecha nadie conoce», y de Elías nos habla la palabra de Dios que subió al cielo sin conocer la muerte 2 Reyes 2:11 «Y mientras ellos iban caminando y hablando, de pronto apareció un carro de fuego, con caballos también de fuego, que los separó, y Elías subió al cielo en un torbellino».

Finalmente, vemos la aparición de una nube y, desde allí una voz que dijo, «éste es mi hijo amado, escúchenlo», muy parecido al anuncio y consejo que nos da Dios Padre durante el bautismo de Jesús.

Oremos:

Hermanos, roguemos a Dios, que nos muestre todo su amor, para apreciar el resplandor de su paz en nuestras vidas, y que podamos por fe sincera exclamar todos los días: ¡más blanca, imposible!

Amén. Dios los bendiga. Y recuerden: ¡Solo Dios Salva!

 

Quinto domingo después de Epifanía - Primero te salvo y luego te sano

04 de febrero de 2024

Quinto domingo después de Epifanía 

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 147:1-11, 20c; Isaías 40:21-31; 1 Corintios 9:16-23; Marcos 1:29-39

Tema de hoy: Primero te salvo y luego te sano.


Nuestra predicación está basada en la lectura del evangelio que acabamos de escuchar.      

Jesús curaba entre las multitudes y en forma pública, mas los discípulos no sabían si eso era así para lograr fama y reconocimiento, o si él estaba dispuesto a curar en privado.

Hermanos, muchos de nosotros tal vez hayamos escuchados chistes acerca de las suegras. El relato para hoy nos hace pensar, por constraste, acerca de los tantos chistes malsanos en relación a las madres de nuestras parejas.

El pasaje para hoy nos habla de una curación hecha en privado. Jesús, va con Santiago y Andrés a casa de Pedro, en donde la suegra de éste se encuentra enferma en cama, tiene fiebre, ésta es señal de que algo no funciona bien en el cuerpo de la persona con alta temperatura; dice el pasaje bíblico que la fiebre le cesó al Señor tomarla de la mano. Esto significa que Jesucristo, sanó a la suegra de Pedro de una enfermedad, no sabemos cuál; pero por lo menos, según dicen los médicos tenía una infección en su organismo, y, en verdad Jesús la curó.

Debemos fijarnos, que los discípulos le comentaron a Jesús que la señora estaba enferma, en cama, con fiebre; esto nos hace pensar que ellos la estimaban bastante, como para pedir al Señor que hiciera algo por ella.

  La suegra, al sentirse curada, inmediatamente empezó a servirles, lo que refleja que ella además de querer a Pedro, y ser, una buena persona, debió formar parte de las mujeres que colaboraba en el ministerio de Jesús, ya que esta muestra de agradecimiento, sólo puede proceder de una creyente.

Al anochecer, trajeron a Jesús todos los enfermos y poseídos por demonios; dice la escritura, que el pueblo mismo le esperaba reunido a la puerta de la casa de Pedro.

Pasó la mayor parte de la noche curando de toda clase de enfermedades y practicó exorcismos, pero no permitía que los demonios hablaran para que no lo delataran.

Se cree que Jesús no permitía que los espíritus hablaran y le reconocieran públicamente, para que la población no pensara que él había venido con el solo propósito de servir como sanador de dolencias físicas y lidiar con los demonios. 

Él estaba más interesado en predicar sobre el Reino de los cielos, y el perdón de pecados que sólo se consigue por fe en él.

Jesús se levantó temprano y, luego de haber sanado a tantas personas, se fue a orar a un lugar solitario, los discípulos lo alcanzaron y le dijeron que la gente le estaba buscando. Jesús les respondió, debemos ir a otros lugares para anunciar el mensaje, porque para esto he venido. Notemos, que dice «Anunciar el Mensaje», no dice curar a más gente.

Éste mensaje, no es otro que el sencillo mensaje de salvación, la que se logra por medio de la fe en él.

Hermanos, debemos creer que nuestro Señor Jesucristo vino a dar su vida en la Cruz como sacrificio suficiente para el pago de todos nuestros pecados; y que sus manifestaciones milagrosas de curaciones se sucedieron para mostrar la gloria que como Dios le corresponde. 

Oremos:

Hermanos, pidamos a Dios en oración, que reconozcamos que sin Jesús en la cruz no hay perdón de pecados, pero también que reflexionemos cada día que, solamente él nos puede curar las dolencias del cuerpo y el alma, ya que él es un Médico incansable.

Amén. Dios los bendiga. Y recuerden: ¡Solo Dios Salva!