17 de noviembre 2024
Vigésimo sexto domingo después de Pentecostés.
Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel
Lecturas: Salmo 16; Daniel 12:1-3; Hebreos 10:11-14, 19-25; Marcos 13:1-8
Tema de hoy: Los Suplantadores de Jesucristo.
Nuestra reflexión para el día de hoy vigésimo sexto domingo después de Pentecostés, está basada en el pasaje del evangelio que se encuentra en: San Marcos 13: 1-8 y sobre el mismo podemos reflexionar lo siguiente:
El historiador Flavio Josefo, escribió que los bloques usados en la reconstrucción del templo de Jerusalén por Herodes el Grande hacia el año 20 antes de Cristo, tenían una medida de 12 x 3.5 x 2,4m; la idea que daba la edificación era de resistencia, durabilidad y eternidad a los ojos de los visitantes.
De allí que, ante su avasallante estructura, uno de los discípulos le comenta a Jesús «¡Maestro, mira qué piedras y qué edificios!» (Versión Dios Habla Hoy).
Jesús, que sabe de la impresión de eternidad que le ha transmitido el inmueble a su seguidor le dice en otras palabras: No te sorprendas ni le rindas culto en tu corazón a algo que yo sé que dentro de setenta años el ejército romano destruirá, y no quedará piedra sobre piedra; y eso fue lo que sucedió.
Lo que queda hoy en día del edificio son los muros de contención, de los cuales no podemos afirmar que formaran parte de la estructura del templo; a estos muros de contención en la actualidad se les conocen con el nombre de «muros de los lamentos» y, este muro por más lamentaciones que se hagan, no ha demostrado poder hacer que las personas que efectúan sus ritos allí, se vuelvan al único Señor de Salvación, nuestro Dios Jesucristo. Estemos vigilantes para no cometer el error de buscar a Dios por los rincones o en amuletos y reliquias.
Este pasaje es el inicio del extensamente conocido en el mundo cristiano, como «el pequeño apocalipsis». Hay quienes piensan que desde el templo hasta el monte de los Olivos, este grupo de personas nada hablaron; pero yo pienso que sí conversaron y debió ser así: «¿Señor, por qué dices tú que todo será destruido?» «¿Es que acaso vendrá un ejército tan temible que arrasará con todo sobre el planeta?» y Jesús debió responderles: «No, será el fin de los tiempos y de todas las cosas; el regreso del hijo».
Solo entonces, los cuatro discípulos que primeramente Jesús había escogido como tales, se animaron a hacerle la doble pregunta: 1.- ¿Cuándo iba a ocurrir esto? y 2.- ¿Cuál sería la señal de que estas cosas ya estaban a punto de suceder?
Jesús no les da fecha a los discípulos ya que esto les podía afectar en su ministerio, debido a que en lugar de enfocarse en el camino se enfocaría en el destino, el fin, y no debe ser así.
A lo largo y ancho de la historia, muchas «iglesias» se han encauzado en la doctrina de la escatología, esto es, acerca de las «últimas cosas» del cristianismo, procediendo a pronosticar fechas en las cuales se produciría el fin del mundo como lo conocemos, sin reparar en leer las sagradas escrituras, en donde dice que la fecha acerca de estas cosas solamente la sabe Dios Padre, porque ni siquiera el Hijo la conoce.
Esos pronósticos han servido para identificar a sectas que hacen mucho daño en las almas de personas que, si aquellas no existieran, estas últimas pudieran llegar a tener la fe verdadera en nuestro Señor Jesucristo y así, vivir la salvación eterna.
Jesús les dice que se cuiden de ser engañados porque vendrán muchos diciendo: «yo soy el Cristo», y esto se puede ver en el mundo actual en donde se pueden encontrar diez (10) personas que dicen ser la «reencarnación» de Cristo: 1.- Vissarion (Sergey Anatolyevitch Torop) – Rusia. 2.- Apollo Quiboloy – Filipinas. 3.- Shoko Asahara (Chizuo Matsamoto) – Japón. 4.- Inri Cristo (Álvaro Thais) – Brasil. 5.- María Devis Christo (Marina Tsvigun) – Ucrania. 6.- Mitsuo Matayoshi – Japón. 7.- Wayne Bent -Estados Unidos. 8.- Alan John Miller – Australia. 9.- Jehovah Wanyonyi – Kenia. 10.- Brian David Mitchell – Estados Unidos.
Estos son solo diez sujetos que aseguran ser Jesucristo y los mismos tienen sus seguidores. Imaginen por un momento que no existiera este pasaje sobre el cual estamos reflexionando hoy; ¿Cuántas personas afirmando ser Jesucristo habría sobre el planeta? De la lista de los diez señalados anteriormente, solamente nos queda pensar que son unos timadores o estafadores con exclusivo ánimo de lucro o, necesariamente son unos enajenados mentales, ya que, el mismo Jesús en su fiel y verdadera Palabra les quita a estos malvivientes, la oportunidad siquiera de pensar por un segundo el creerse ser nuestro Señor Jesucristo.
Jesús termina el relato asignado para hoy, manifestando que esas señales son principio de dolores, queriendo significar que sería solo el comienzo de lo que vendría luego.
Oremos:
Amantísimo Padre celestial, permítenos pensar con seriedad y reflexión sobre la temporalidad de las cosas de este mundo, y que nos mantengamos en oración para saber identificar a todos los falsos líderes que, quieran apropiarse de tu persona con el solo propósito de hacer dinero sometiendo a tu pueblo.
Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!