21 de marzo de
2021
Quinto Domingo
de Cuaresma.
Pastor: Miguel Moreno
Lecturas: Salmo 51: 1-12; Jeremías 31: 31-34; Hebreos 5: 5-10; Juan
12: 20-33
Tema de hoy: Un Héroe con Fama Internacional
Nuestra predicación está basada en la lectura del evangelio para el día de
hoy, Quinto Domingo de Cuaresma, y la misma se encuentra en el evangelio
según Juan 12: 20-33
Nuestro pasaje para hoy inicia así:
*Versión bíblica utilizada: Dios Habla Hoy
“20 Entre la gente que
había ido a Jerusalén a adorar durante la fiesta, había algunos griegos. 21 Éstos se
acercaron a Felipe, que era de Betsaida, un pueblo de Galilea, y le rogaron:
—Señor, queremos ver a Jesús.
22 Felipe fue y se lo
dijo a Andrés, y los dos fueron a contárselo a Jesús. 23 Jesús les dijo
entonces:
—Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser glorificado. 24 Les aseguro
que si el grano de trigo al caer en tierra no muere, queda él solo; pero si
muere, da abundante cosecha. 25 El que ama su
vida, la perderá; pero el que desprecia su vida en este mundo, la conservará
para la vida eterna. 26 Si alguno
quiere servirme, que me siga; y donde yo esté, allí estará también el que me
sirva. Si alguno me sirve, mi
Padre lo honrará.”
Jesucristo había venido para todo el mundo, esto es, para
todas las naciones históricamente conocidas hasta entonces y las que se
descubrieran después.
Allí se encontraban algunos griegos que se confundían
entre la masa de gente presente en la celebración festiva.
Esos griegos, formaban parte de la representación de lo
gentiles que también les correspondería adorar a Jesucristo y fiarse en él para
su salvación.
Así también, ese episodio es una muestra del cumplimiento
de la profecía en Isaías 60: 3 “Las
naciones vendrán hacia tu luz,
los reyes vendrán hacia el resplandor de tu amanecer.”
Llama la atención la frase “queremos ver a Jesús”; el
cristiano verdadero ha querido siempre ver a Jesús, es por esto que, se ocupa
en estudiar su Palabra con la regularidad correspondiente con una devoción fiel,
que colme su alma de esperanza solida en su salvación.
Nuestro pasaje continúa de la manera siguiente:
“27 »¡Siento en este
momento una angustia terrible! ¿Y qué voy a decir? ¿Diré: “Padre, líbrame de
esta angustia”? ¡Pero precisamente para esto he venido! 28 Padre,
glorifica tu nombre.
Entonces se oyó una voz del cielo, que decía: «Ya lo he glorificado, y lo voy
a glorificar otra vez.»
29 La gente que estaba
allí escuchando, decía que había sido un trueno; pero algunos afirmaban:
—Un ángel le ha hablado.
30 Jesús les dijo:
—No fue por mí por quien se oyó esta voz, sino por ustedes. 31 Éste es el
momento en que el mundo va a ser juzgado, y ahora será expulsado el que manda
en este mundo. 32 Pero cuando yo sea levantado de
la tierra, atraeré a todos a mí mismo.
33 Con esto daba a
entender de qué forma había de morir.”
Para el lector reflexivo, ya es familiar el anuncio de la
muerte del Señor; mas en esta oportunidad, Jesús reconoce que ha venido a darse
en sacrificio no sólo por los judíos, sino por toda la humanidad.
De ese análisis podemos aducir que, los griegos se volvieron
a su tierra confiados en que la salvación en Cristo también era para ellos.
Cuando Jesús fue crucificado, se escribió un letrero en
los principales idiomas internacionales para ese momento.
Juan 19:19-20
“19 Pilato escribió un letrero que decía: «Jesús de Nazaret, Rey
de los judíos», y lo mandó poner sobre la cruz. 20 Muchos judíos leyeron aquel letrero,
porque el lugar donde crucificaron a Jesús estaba cerca de la ciudad, y el
letrero estaba escrito en hebreo, latín y griego.”
Entonces, no sólo estaba sugiriendo
la forma en que iba a cumplir su sacrificio por nosotros, sino también que el
mundo entero representado para ese entonces, en los pueblos que hablaban dichas
lenguas, acudirían a él para la necesaria salvación de sus almas.
Hermanos, oremos a Dios el Espíritu Santo, para que cada
día sostenga y aumente nuestra fe, y que reconozcamos que la salvación en Jesús
vino para nosotros, pero también para nuestro prójimo.