12 de septiembre 2021
Decimosexto Domingo Después de Pentecostés.
Pastor: Miguel Moreno
Lecturas: Salmo 116: 1-9;
Isaías 50: 4-9a; Santiago 3: 1-12; San Marcos 8: 27-38
Tema de hoy: Espasmódica
Conducta Espiritual
Nuestra reflexión para el día de hoy Decimosexto Domingo
Después de Pentecostés, está basada en el pasaje del evangelio que se encuentra
en: San Marcos 8:
27-38 y es del siguiente tenor:
“Después de esto, Jesús y sus discípulos fueron a las
aldeas de la región de Cesarea de Filipo. En el camino, Jesús preguntó a sus
discípulos:
—¿Quién
dice la gente que soy yo?
Ellos contestaron:
—Algunos
dicen que eres Juan el Bautista, otros dicen que eres Elías, y otros dicen que
eres uno de los profetas.
—Y ustedes, ¿quién dicen que soy? —les preguntó.
Pedro le
respondió:
—Tú eres el
Mesías.
Pero Jesús les ordenó que no hablaran de él a nadie.
Jesús comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre tendría que sufrir
mucho, y que sería rechazado por los ancianos, por los jefes de los sacerdotes
y por los maestros de la ley. Les dijo que lo iban a matar, pero que
resucitaría a los tres días. Esto se lo advirtió claramente. Entonces Pedro lo
llevó aparte y comenzó a reprenderlo. Pero Jesús
se volvió, miró a los discípulos y reprendió a Pedro, diciéndole:
—¡Apártate
de mí, Satanás! Tú no ves las cosas como las ve Dios, sino como las ven los
hombres.
Luego Jesús llamó a sus discípulos y a la gente, y dijo:
—Si alguno quiere ser discípulo mío, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz y sígame. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda la vida por causa mía y por aceptar el evangelio, la salvará. ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde la vida? O también, ¿cuánto podrá pagar el hombre por su vida? Pues si alguno se avergüenza de mí y de mi mensaje delante de esta gente infiel y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga con la gloria de su Padre y con los santos ángeles”.
Sermón
Casi siempre, es usado el ejemplo de que, si a un barco no se le marca un destino y se sueltan sus cabos, lo más seguro es que esa nave dé tumbos en varias direcciones sin salir del muelle, terminando con la mayor de las probabilidades encallada cerca de donde inició su travesía.
Por otro lado, si a la misma nave se le fija su itinerario, y se le señala un destino especifico y claro; tenemos la segurida que la misma no se dejará llevar por las órdenes que le den las olas, sino que con determinación, surcará las aguas hasta puerto seguro y confiable.
Se nota de ese ejercicio mental que, si uno conoce cuál
es el objetivo, propósito de su labor y se identifica con éste, la actitud de
compromiso y esmero en el mismo, será gratificante, provechosa y de gran
calidad en su realización.
Para el día de hoy, observamos a un Mesías
que conoce con exactitud y detalles, qué pasará con él y el modo en que lo
llevará a cabo.
“...el Hijo del hombre
tendría que sufrir mucho, y que sería rechazado por los ancianos, por los jefes
de los sacerdotes y por los maestros de la ley. Les dijo que lo iban a matar,
pero que resucitaría a los tres días”.
Y observamos a un discípulo
que, pocos versículos antes había confesado por medio del Espíritu Santo que
Jesús era el Mesías, es ahora lamentablemente atacado por Satanás; desviando la
mirada de la misión de su Maestro, desconociéndola y negándola, porque ve el
plan de Dios desde el punto de vista de los hombres, rechazando el plan de su
Señor.
Luego, Jesús les ofrece a
los discípulos, directrices de cómo deben conducir su vida de devoción y
creencia.
«Olvídense de sí mismos y
carguen su cruz, esto es, no sean egoístas y trabajen en la obra del Reino de
Dios»
«No vayan detrás del resplandeciente
brillo de los asuntos cotidianos, menospreciando la relación con su creador»
«Proclamen el nombre de
Jesucristo, sin avergonzarse, para que en el día final él se enorgullezca de
ustedes»
¿Has vivido momentos de dudas, confusión de no saber adónde vas?
¿Dudas de tus capacidades, de tu fe, de tus amigos?
¿Sabes lo que significa cargar la cruz?
Hermanos, pidamos a Dios
Padre que, en todo tiempo, pongamos la mira en la vida que nos otorga la cruz
de Nuestro Señor Jesucristo y, jamás sigamos el ejemplo de Pedro y su espasmódica
conducta espiritual.
Amén.
Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!