29 de agosto 2021
Decimocuarto Domingo Después de Pentecostés.
Pastor: Miguel Moreno
Lecturas: Salmo 15;
Deuteronomio 4: 1-2, 6-9; Santiago 1: 17-27; Marcos 7: 1-8, 14-15, 21-23
Tema de hoy: Un dios Alejado de las Tradiciones
del Hombre
Nuestra reflexión para el día de hoy Decimocuarto Domingo
Después de Pentecostés, está basada en el pasaje del evangelio que se encuentra
en: Marcos 7: 1-8,
14-15, 21-23 y es del siguiente tenor:
“Se
acercaron los fariseos a Jesús, con unos maestros de la ley que habían llegado
de Jerusalén. Éstos, al ver que algunos discípulos de Jesús comían con las
manos impuras, es decir, sin haber cumplido con la ceremonia de lavárselas, los
criticaron. (Porque los fariseos y todos los judíos siguen la tradición
de sus antepasados, de no comer sin antes lavarse las manos debidamente.
Y cuando regresan del mercado, no comen sin antes cumplir con la ceremonia de
lavarse. Y aún tienen otras muchas costumbres, como lavar los vasos, los
jarros, las vasijas de metal y las camas.) Por eso, los fariseos y los
maestros de la ley le preguntaron:
—¿Por qué
tus discípulos no siguen la tradición de nuestros antepasados, sino que comen
con las manos impuras?
Jesús les contestó:
—Bien habló
el profeta Isaías acerca de lo hipócritas que son ustedes, cuando escribió:
“Este pueblo me honra con la boca, pero su
corazón está lejos de mí. De nada sirve que me rinda culto: sus
enseñanzas son mandatos de hombres.”
Porque
ustedes dejan el mandato de Dios para seguir las tradiciones de los hombres.
Luego Jesús llamó a la gente, y dijo:
—Escúchenme
todos, y entiendan: Nada de lo que entra de afuera puede hacer impuro al hombre. Lo que
sale del corazón del hombre es lo que lo hace impuro.
Porque de adentro, es decir, del
corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual,
los robos, los asesinatos, los adulterios, la codicia, las maldades, el
engaño, los vicios, la envidia, los chismes, el orgullo y la falta de juicio. Todas estas cosas malas salen de adentro y hacen impuro al
hombre.”
Oración
del día
Oh
Dios, fortaleza nuestra, sin ti somos criaturas débiles y descarriadas.
Protégenos de todos los peligros que nos atacan desde el exterior y límpianos
de todo mal que surge de nuestro interior, para que seamos preservados por tu
Hijo, Jesucristo, nuestro Salvador y Señor.
Aclamación
al Evangelio
Aleluya. Él, porque así lo quiso,
nos dio vida mediante el mensaje de la verdad, para que seamos los primeros
frutos de su creación. Aleluya. (Santiago 1:18)
Sermón
El niño de dos años de edad se encontraba jugando sobre la tierra, mientras
se pasaba las manos por el rostro y comía del pan que le había dado su padre.
El padre del niño, no se había dado cuenta de esa situación, ya que estaba
conversando con un amigo, que se había hallado en el parque que frecuentaban los
fines de semana.
El padre del niño, al darse cuenta exclamó ¡Ay! ¡Santo Dios, se va a
enfermar y su madre me va a matar! El amigo del angustiado padre, le miró con
ojos de tranquilidad y le dijo —Épale amigo no te preocupes, que dicen que así
y que los niños agarran anticuerpos y se enferman menos...según dicen.
Esa afirmación, que forma parte de la sabiduría o la ignorancia general en ciertos
grupos sociales, no sabemos decirles que tanto de verdad contenga. Lo que sí es cierto es que, en la sociedad de los fariseos y judíos de hace dos milenios, tenían una
obsesión que ellos llamaban eufemísticamente «ceremonia».
Esta sociedad, se lavaba las manos con tanta asiduidad que rayaba en un sin
sentido lo hacían: si comían, si iban al mercado, si iban, si regresaban etc.
Ellos, estaban encadenados a una ley que pensaban les traería la paz con
Dios; pero estaban lejos de lograr la paz con Dios, ya que estos cumplimientos
eran más de tipo social, para cumplir ante los hombres «el qué dirán».
Y lo anterior es tan cierto que, como niños que buscan aceptación y
popularidad con sus coetáneos, le dicen a Jesús: mira tu que dices que eres maestro,
¿por qué no les enseñas a tus seguidores que cumplan con la tradición de nuestros
antecesores?
Jesús, responde con las palabras del profeta Isaías y les llamó: seguidores
de enseñanzas y mandatos de hombres, también los catalogó de hipócritas, en
fin, ustedes hace tiempo que abandonaron lo que ordena Dios para obedecer lo
que dicen los hombres.
Nuestro Señor les dice: lo que entra al cuerpo del hombre no le puede hacer
impuro «espiritualmente hablando» (recordemos la enseñanza de Jesús “cuídense de
la levadura de los fariseos) el niño en el parque con las manos sucias de
tierra que se la lleva a la boca, muy bien pudiera desarrollar parásitos y
otras patologías; mas espiritualmente no podrá ser afectado por ello.
Pero, el mismo niño, sometido a enseñanzas malsanas desde su infancia,
pudiera traerles consecuencias de eterna perdición espiritual, que no
afectarían en principio su organismo, pero sí su alma.
Culmina Jesús diciendo: todas las cosas malas salen del corazón del hombre.
Pudiéramos decir que, esas cosas malas, primero debieron llegar al corazón del
hombre para luego poder salir.
Recordemos y tengamos muy presente, que el ser humano es pecador desde el
vientre de su madre; el pecado original le domina y somete, el hombre ya desde
que nace se encuentra equipado con toda esa artillería pesada de maldad; y lo
que resta es tiempo para que este empiece a manifestarla en su cotidianidad.
Hermano, ¿cuáles prácticas tradicionales inventadas por los hombres sigues
hoy en día? ¿De cuáles ritos o ceremonias eres copartícipe, pensando que con
eso estarás en la buena con Dios y ganarás el cielo?
Déjame decirte que, solamente el sacrificio y pago por todos nuestros
pecados, obtenido por Jesucristo en la Cruz gloriosa del Calvario lo han
logrado, sí, es un hecho irrepetible, no acepta otro vicario, él es el único
que puede y quiere llevarte a la vida eterna junto a su Padre,
Oremos: Dios Padre eterno, te suplicamos que nos sostengas en nuestro
diario vivir, de tal forma que no nos desviemos detrás de elementos y actores
que pretendan y finjan conducirnos a tu reino eterno de gloria.
Amén.
Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!