Revised Common Lectionary - Daily Readings

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Novela «El Terror de Alicia» Autor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

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Decimotercer Domingo Después de Pentecostés - Señor Jesús, Yo te Confieso Como mi Dios y Salvador

27 de agosto de 2023

Decimotercer Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 138; Isaías 51:1-6; Romanos 12:1-8; Mateo 16:13-20

Tema de hoy: Señor Jesús, Yo te Confieso Como mi Dios y Salvador.

Hermanos, vamos a reflexionar sobre el Evangelio leído hoy, el cual nos muestra un diálogo entre Jesús y sus discípulos que resulta muy interesante para la cristiandad, ya que nos muestra la forma en que solo Dios nos hace confesar nuestra fe en él. 

Jesús viene de encontrarse con un pueblo que pedía señales milagrosas y; luego, Jesús amonesta a sus discípulos que no se dejen contaminar con la levadura de los fariseos y saduceos quienes tenían ideas contrarias a las enseñadas por él. En ese intercambio de relaciones y tratos necesarios con personas de diferentes creencias, Jesús decide confirmar qué tan sólidos eran los conocimientos de sus discípulos  y aprovechar para establecer su reino sobre bases sólidas.

De entrada debemos atender a la revelación confesional que hace Pedro. Dice el pasaje que, cuando llegaron a la región de Cesarea de Filipo, Jesús le pregunta a sus discípulos acerca de lo que las personas piensan, dicen o comentan de quién es él y, ellos responden que la generalidad de las personas se mueven entre las opiniones de que, o eres Juan el Bautista, o Elías o tal vez Jeremías o alguno de los otros profetas. 

Debemos tener presente que la gente en su mayoría tenía un alto concepto de Jesús; pero no tenían el que era justo, real y verdadero: Jesús, como el Hijo de Dios y Dios verdadero, encarnado en una virgen para salvarlos de sus pecados.

Hermanos, ¿qué escuchamos nosotros hoy en día acerca de Jesús? ¿Qué representa Jesús para el pueblo tanto cristiano como no cristiano en nuestras comunidades, dentro de las mismas iglesias, dentro de las diferentes y abundantes predicaciones a las cuales estamos expuestos por los diferentes medios de comunicación y las llamadas redes sociales?

Continuando con el texto del evangelio, leemos que nuestro Señor no los dejó ni terminar la frase cuando les sorprendió con otra pregunta: Y, ¿ustedes, quién dicen que soy yo? A este punto podemos pensar que los discípulos pudieron salvarse de la pregunta anterior sin mayores responsabilidades o complejos, porque estaban respondiendo por la opinión de gente ajena a ellos; pero ahora, los ojos de su maestro estaban fijos sobre ellos, expectantes. Es de nuestro conocimiento que los discípulos habían convivido con su maestro por más de dos años. Ellos sabían cómo vivía, habían sido testigos de los milagros que había hecho, conocían sus enseñanzas y ahora, se les ponía ante un desafío y dilema inexcusable: ¿Serían de la misma opinión que la multitud?

Pedro, dando una muestra de su carácter reactivo respondió: «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente» Jesús alabó y reconoció que en Pedro había influido Dios Padre, quien le había revelado esa verdad al discípulo. 

Hermanos, al igual que Pedro, nosotros no podemos llegar al conocimiento de la obra salvífica de nuestro Señor Jesucristo, sino no nos lo revela Dios el Espíritu Santo. ¿Qué verdad nos ha revelado Dios acerca de su Hijo Jesús? ¿Dónde podemos encontrar esa revelación? Solamente en su Santa Palabra (la Biblia) y la Santa Cena y el Bautismo, es allí donde se muestra la verdad revelada de nuestra salvación lograda por Jesús en la cruz.

Jesús le dice a Pedro que sobre esa confesión que acababa de hacer, él construiría su Iglesia; y así sucedería. En la actualidad, cada persona que hace esa misma confesión se convierte en una roca que sirve perfectamente a la estructura de la Iglesia de Cristo.

Así mismo, Jesús le dice que las puertas del Hades no podrán vencer a la iglesia. Por «Hades» normalmente se entiende y traduce como muerte, infierno o tumba. Podemos entender que se trataría de los espíritus malos, dirigidos por Satanás que intentarían incursionar y sabotear el reino de Cristo. También es una doctrina bíblica: la muerte jamás podrá tener poder sobre los creyentes, ni vencerlos,  porque Jesucristo la venció al resucitar al tercer día.

Jesús le promete unas llaves del reino de los cielos a Pedro, y le dijo que lo que atara en la tierra sería atado en el cielo y lo que desatara en la tierra sería desatado en el cielo. Las llaves de las que habla y promete Jesús, en realidad es solamente una llave y no es más que el evangelio, correcta y seriamente predicado. Como consecuencia directa de la predicación del evangelio, muchos serán salvados para vida eterna y otros muchos desechados para la perdición y destrucción en el infierno. En relación a la promesa de atar y desatar, es lo que nuestro Catecismo Menor nos enseña como el Oficio de las Llaves, y se define como la autoridad especial que Cristo ha dado a su iglesia sobre la tierra para anunciar el perdón de los pecados. Cualquier cristiano que le asegure a un pecador arrepentido que Cristo murió por todos sus pecados, y que le perdona gratuitamente, está haciendo uso adecuado de este oficio de las llaves; lo mismo sucede al contrario.

Hermanos, ¿hemos recibido la seguridad de nuestro perdón de pecados por la muerte sacrificial de nuestro Señor Jesucristo? ¿La hemos escuchado de alguien: un líder religioso, un Pastor? ¿Tenemos en nuestras mentes y corazones la paz que proporciona sentirnos y sabernos perdonados ante Dios de toda nuestra maldad?

Oremos:

Eterno y glorioso Dios, te suplicamos con humildad de corazón, que siempre tengamos personas que nos prediquen tu Santa Palabra, para que al igual que Pedro, confesemos que Jesucristo es tu Hijo amado y, nuestro verdadero Dios y Salvador 

Amén. Dios los bendiga y recuerden: ¡Solo Dios Salva!

 


Decimoprimer Domingo Después de Pentecostés - Experimentemos la Gloria de Dios

13 de agosto de 2023

Decimoprimer Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 85:8-13; 1 Reyes 19:9-18; Romanos 10:5-15;Mateo 14:22-33

Tema de hoy: Experimentemos la Gloria de Dios

Hoy, en nuestras lecturas, vemos una variedad de temas que podemos aplicar a nuestras vidas cristianas. Vemos la importancia de la confianza en Dios, la necesidad de compartir el Evangelio con los demás y la forma en que Dios puede guiarnos a través de los momentos difíciles. Así que permítanme hablarles sobre estas cosas hoy.

Primero, la confianza en Dios. En el Salmo 85, leemos que Dios hablará paz a su pueblo cuando confíen en él. Es importante que como cristianos, confiemos en Dios en todo momento, no solo durante los buenos momentos, sino también durante los difíciles. Una de las formas en que podemos hacer esto es mediante la oración y la lectura de la Palabra de Dios. Al ir a Dios en oración, podemos entregarle nuestras preocupaciones y permitirle que tome el control. Al leer la Palabra de Dios, podemos encontrar seguridad y fortaleza en la promesa de que Dios está siempre con nosotros. Tambien es oportuno indicar como elemento que se repite en las lecturas para hoy, la gloria de Dios, en esta porción de la lectura podemos pensar que nos habla de nuestro Salvador Jesucristo; nos dice que está cerca y su presencia se siente en la tierra. 

En segundo lugar, consideremos la letura del libro de 1 de Reyes, en el cual se nos narra el encuentro entre Dios y Elias. Elias estaba escondiendose de sufrir igual percanse del que habian sufrido los otros profetas de Jehová. Luego, vemos como Dios hace que deje el temor y salga de la cueva en la cual se encontraba, y así se suceden hechos que van dando cuerpo y proximidad a la goria de Dios, su presencia.

Hermanos, ¿algunas vez hemos tenido que escondernos sin, primero tomar en cuenta el cuidado y guía que nos quiere dar Dios mediante su presencia?

En tercero término, tenemos la importancia de compartir el Evangelio con los que nos rodean. En Romanos 10, leemos que: «todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo», esta no es una formula mágica y voluntariosa por medio de la cual ganamos o nos proporcionamos a nosotros mismo la salvación eterna; solo Cristo logró esto; y luego, por medio de la fe nos apoderamos de toda la obra salvífica obtenida por Jesús en la Cruz. Y continúa diciendo Pablo; pero ¿cómo pueden las personas invocar el nombre del Señor si no lo han escuchado? Pues, en éste punto no miremos hacia los lados, ya que es nuestra responsabilidad como seguidores de Cristo, el compartir el Evangelio con aquellos que tenemos relación en nuestra cotidianidad. Debemos ser valientes y, estar dispuestos a hablar sobre nuestra fe y la gracia de Dios con los demás. Incluso si nuestros esfuerzos parecen pequeños, confiemos en que Dios puede usarlos para alcanzar a alguien y cambiar su vida para siempre.

Y para finalizar,  en el Evangelio leído hoy, vemos a Pedro caminando sobre el agua hacia Jesús; él, había pedido a su Señor ir hasta donde este estaba y todo iba muy bien, hasta que le prestó más atención a los elementos circundantes que al llamado de su Dios; y, de esta manera se asustó y comenzó a hundirse cuando perdió la vista de él. Cuando Pedro le gritó a Jesús, Jesús inmediatamente extendió la mano y lo sostuvo. A veces, en la vida cristiana, podemos sentirnos desanimados o abrumados, pero debemos recordar que la presencia de Dios (su gloria) siempre está con nosotros y que puede guiarnos a través de cualquier tormenta. Cuando nos enfrentamos a pruebas y tribulaciones, debemos aferrarnos a Dios y confiar en que él nos guiará a través de ellas.

Así que, hermanos y hermanas, recordemos la importancia de confiar en Dios, compartir el Evangelio con los demás y estar abiertos a la dirección que él tiene para nuestras vidas. A través de la fe y la gracia de Dios, podemos superar cualquier cosa y darnos cuenta de la plenitud de su amor y su plan para con nosotros.

Oremos:

Dios Padre eterno, te suplicamos que nos hagas entender que, el sentir la presencia de nuestro Señor Jesucristo, es un milagro de todos los días y lo podemos apreciar en tu Santa Palabra y tus Sacramentos. 

Amén. Dios los bendiga y recuerden: ¡Solo Dios Salva!

 

Décimo Domingo Después de Pentecostés - La Abundante Gracia de Dios.

 06 de agosto de 2023

Décimo Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroe

Lecturas: Salmo 145:8-9, 14-21; Isaias 55:1-5; Romanos 9:1-5; Mateo 14:13-21

Tema de hoy: La Abundante Gracia de Dios.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy, en nuestras lecturas, vemos un hilo común: la abundante gracia de Dios y su amor por nosotros. En el Salmo 145, se nos muestra que Dios es misericordioso y paciente con nosotros. En Isaías 55, escuchamos a Dios llamarnos a todos a beber de la copa de la salvación. En Romanos 9, el apóstol Pablo expresa su amor por su pueblo judío y su gran deseo de verlos salvarse. Y en el Evangelio de Mateo, vemos a Jesús alimentando a una multitud de cinco mil personas con sólo cinco panes y dos peces.

Es importante recordar que la gracia de Dios no se limita sólo a algunos, sino que está disponible para todos. Como Dios dice en Isaías, “todos los sedientos, venid a las aguas, y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed” (Isaías 55:1). No hay nada que podamos hacer para ganar la gracia de Dios, ya que es un regalo gratuito que Él nos da por medio de su amor por nosotros.

En Romanos 9, Pablo expresa su gran dolor y angustia por los judíos que no han aceptado a Cristo como su salvador. Este mismo deseo debería estar presente en nosotros hoy en día, ya que hay muchas personas que aún no han oído hablar del amor de Dios y de su gracia salvadora. Debemos estar dispuestos a compartir la buena noticia con aquellos que aún no la han oído.

Y en el Evangelio de Mateo, vemos a Jesús alimentando a la multitud con sólo unos pocos panes y peces. Esto nos enseña que, aunque puede parecer que no hay suficiente para todos, Dios siempre provee lo que necesitamos. Tenemos que tener fe en Él y estar dispuestos a compartir lo que tenemos con los demás.

En resumen, nuestras lecturas de hoy nos recuerdan la abundante gracia de Dios y su amor por nosotros. Debemos estar dispuestos a compartir este amor con los demás y confiar en que Dios siempre proveerá lo que necesitamos.

Oremos:

Que Dios nos dé la fuerza y el coraje para hacer su voluntad y compartir su amor con el mundo. 

Amén. Dios me los bendiga y recuerden. Solo Dios Salva..

Segundo Domingo Después de Pentecostés - Así nos llama y nos cura Dios

11 de junio de 2023

Segundo Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 50:7-15; Oseas 5:15-6:6; Romanos 4:13-25; Mateo 9:9-13, 18-26

Tema de hoy: Así nos llama y nos cura Dios.

Estimados hermanos, hoy arribamos al Segundo Domingo Después de Pentecostés y nuestra reflexión para hoy, la basaremos en el evangelio de Mateo que hemos leído.

«Dios jamás lo llamará a su reino, porque ese tipo es bastante malo y super pecador». Muchas veces escuchamos expresiones de este tipo y otras parecidas, que no dan ni un céntimo por el futuro espiritual de alguien. Y, así se nos pasa el tiempo, diciendo o escuchando: «no, no le prediques a ese, o no vayamos allá a compartir el evangelio, porque son una partida de perdidos».

En la lectura del evangelio asignada para hoy, nos encontramos con Jesús que muestra la paciencia, el amor, la compasión y misericordia que como Dios sobreabundaba en él. Aquí es el mismo evangelista quien relata cómo fue llamado por Jesús a su ministerio. Debemos entender que el trabajo de los recaudadores de impuesto era uno de los más viles empleos que se podían ejercer en ese tiempo para el imperio romano, ya que, esto abarcaba, la expoliación de un pueblo sometido a la bota romana y a las dificultades económicas domésticas. Muchos de los hacendistas como Mateo, investigaban la vida económica de los pobladores, sus fuentes de ingresos y otras circunstancias para de esta manera asegurase de que estaban tributando lo correcto, en virtud de que ellos percibían una parte importante de lo recabado.

Así las cosa, mateo recibió a Jesús en su casa y se unieron algunos colegas y personas de dudosa reputación moral; y, como mencionamos antes, siempre habrá personas que están prestas a murmurar, criticar y juzgar si alguien es digno del mensaje de salvación o no. En el caso del segmento que nos cupa, les correspondió a los fariseos desempeñar este triste papel; mas Jesús les respondió con la sabiduría que solo procede de Dios: «Los sanos no tiene necesidad de médico, sino los enfermos» rematándoles que debían aprender a tener misericordia del prójimo y, no vivir confiados con el cumplimiento legalista de los sacrificios. Dios es quien anda buscando a los pecadores al arrepentimiento y no a los santos.

Mas adelante, en el pasaje leído hoy, identificamos que hay una humanidad, rescatable por Dios, cuyos seres humanos son de corazón humilde y misericordioso, que no sienten vergüenza de acercarse a Dios para ponerse de rodillas y pedirle por el destino de una hija que acaba de morir, y de una fe tan solida, que cree que con tan solo el Señor Jesús poner su mano sobre ella la resucitará, y, efectivamente cuando llega a la casa de la niña muerta, todos se burlaban de él porque el les decía que la niña no estaba muerta sino, que estaba dormida, y la tomó de la mano y ella se incorporó.

Hermanos, aquí nos enseña Jesús, que Dios ve a las personas que les ha cesado sus signos vitales como seres que están dormidos, recordemos: Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos.

También acudió ante él una mujer enferma con flujo de sangre desde hacía doce años. Esta mujer tenía una firme creencia de que, con tan solo tocar el manto de Jesús, ella iba a quedar curada; bien, así lo hizo, y el flujo cesó de inmediato. Jesús sintió que alguien lo había palpado y, dándose la vuelta la vio, ella estaba como apenada; mas Jesús le dijo que recobrara el ánimo porque su fe la había salvado.

Hermanos, debemos observar que Jesús dice en la versión de traducción de tipo «palabra por palabra» Reina-Valera «salvado» en lugar de «sanado» y esto no debe parecernos extraño, ya que, Dios primero te salva tu alma y tu cuerpo del pecado, y luego procede a curar todas tus enfermedades. Quien acude a Jesús para ser curado, debe acercarse con fe como hemos visto hoy, esa fe lo salva y luego lo cura de sus dolencias tanto físicas como espirituales.

Oremos:

Amantísimo Dios, te rogamos hoy, que nos concedas vivir en comunión con el Espíritu Santo y, de esta manera poder atender tu llamado y ser salvados con tu poder sanador.

Amén. Dios me los bendiga y recuerden. Solo Dios Salva.

 

  

Un dios Alejado de las Tradiciones del Hombre

 

Imagen de Samer Chidiac en Pixabay

29 de agosto 2021

Decimocuarto Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Moreno

Lecturas: Salmo 15; Deuteronomio 4: 1-2, 6-9; Santiago 1: 17-27; Marcos 7: 1-8, 14-15, 21-23

Tema de hoy: Un dios Alejado de las Tradiciones del Hombre

Nuestra reflexión para el día de hoy Decimocuarto Domingo Después de Pentecostés, está basada en el pasaje del evangelio que se encuentra en: Marcos 7: 1-8, 14-15, 21-23 y es del siguiente tenor:

Se acercaron los fariseos a Jesús, con unos maestros de la ley que habían llegado de Jerusalén. Éstos, al ver que algunos discípulos de Jesús comían con las manos impuras, es decir, sin haber cumplido con la ceremonia de lavárselas, los criticaron. (Porque los fariseos y todos los judíos siguen la tradición de sus antepasados, de no comer sin antes lavarse las manos debidamente. Y cuando regresan del mercado, no comen sin antes cumplir con la ceremonia de lavarse. Y aún tienen otras muchas costumbres, como lavar los vasos, los jarros, las vasijas de metal y las camas.) Por eso, los fariseos y los maestros de la ley le preguntaron:

—¿Por qué tus discípulos no siguen la tradición de nuestros antepasados, sino que comen con las manos impuras?

Jesús les contestó:

—Bien habló el profeta Isaías acerca de lo hipócritas que son ustedes, cuando escribió:

“Este pueblo me honra con la boca, pero su corazón está lejos de mí. De nada sirve que me rinda culto: sus enseñanzas son mandatos de hombres.”

Porque ustedes dejan el mandato de Dios para seguir las tradiciones de los hombres.

Luego Jesús llamó a la gente, y dijo:

—Escúchenme todos, y entiendan: Nada de lo que entra de afuera puede hacer impuro al hombre. Lo que sale del corazón del hombre es lo que lo hace impuro.

Porque de adentro, es decir, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los asesinatos, los adulterios, la codicia, las maldades, el engaño, los vicios, la envidia, los chismes, el orgullo y la falta de juicio. Todas estas cosas malas salen de adentro y hacen impuro al hombre.

Oración del día

Oh Dios, fortaleza nuestra, sin ti somos criaturas débiles y descarriadas. Protégenos de todos los peligros que nos atacan desde el exterior y límpianos de todo mal que surge de nuestro interior, para que seamos preservados por tu Hijo, Jesucristo, nuestro Salvador y Señor.

Aclamación al Evangelio

Aleluya. Él, porque así lo quiso, nos dio vida mediante el mensaje de la verdad, para que seamos los primeros frutos de su creación. Aleluya. (Santiago 1:18)

Sermón

El niño de dos años de edad se encontraba jugando sobre la tierra, mientras se pasaba las manos por el rostro y comía del pan que le había dado su padre.

El padre del niño, no se había dado cuenta de esa situación, ya que estaba conversando con un amigo, que se había hallado en el parque que frecuentaban los fines de semana.

El padre del niño, al darse cuenta exclamó ¡Ay! ¡Santo Dios, se va a enfermar y su madre me va a matar! El amigo del angustiado padre, le miró con ojos de tranquilidad y le dijo —Épale amigo no te preocupes, que dicen que así y que los niños agarran anticuerpos y se enferman menos...según dicen.

Esa afirmación, que forma parte de la sabiduría o la ignorancia general en ciertos grupos sociales, no sabemos decirles que tanto de verdad contenga. Lo que sí es cierto es que, en la sociedad de los fariseos y judíos de hace dos milenios, tenían una obsesión que ellos llamaban eufemísticamente «ceremonia».

Esta sociedad, se lavaba las manos con tanta asiduidad que rayaba en un sin sentido lo hacían: si comían, si iban al mercado, si iban, si regresaban etc.

Ellos, estaban encadenados a una ley que pensaban les traería la paz con Dios; pero estaban lejos de lograr la paz con Dios, ya que estos cumplimientos eran más de tipo social, para cumplir ante los hombres «el qué dirán».

Y lo anterior es tan cierto que, como niños que buscan aceptación y popularidad con sus coetáneos, le dicen a Jesús: mira tu que dices que eres maestro, ¿por qué no les enseñas a tus seguidores que cumplan con la tradición de nuestros antecesores?

Jesús, responde con las palabras del profeta Isaías y les llamó: seguidores de enseñanzas y mandatos de hombres, también los catalogó de hipócritas, en fin, ustedes hace tiempo que abandonaron lo que ordena Dios para obedecer lo que dicen los hombres.

Nuestro Señor les dice: lo que entra al cuerpo del hombre no le puede hacer impuro «espiritualmente hablando» (recordemos la enseñanza de Jesús “cuídense de la levadura de los fariseos) el niño en el parque con las manos sucias de tierra que se la lleva a la boca, muy bien pudiera desarrollar parásitos y otras patologías; mas espiritualmente no podrá ser afectado por ello.

Pero, el mismo niño, sometido a enseñanzas malsanas desde su infancia, pudiera traerles consecuencias de eterna perdición espiritual, que no afectarían en principio su organismo, pero sí su alma.

Culmina Jesús diciendo: todas las cosas malas salen del corazón del hombre. Pudiéramos decir que, esas cosas malas, primero debieron llegar al corazón del hombre para luego poder salir.

Recordemos y tengamos muy presente, que el ser humano es pecador desde el vientre de su madre; el pecado original le domina y somete, el hombre ya desde que nace se encuentra equipado con toda esa artillería pesada de maldad; y lo que resta es tiempo para que este empiece a manifestarla en su cotidianidad.

 No sólo el pecado original es abastecedor confiable de todas estas inmundicias; el hombre en su desenvolvimiento social va adquiriendo todo este bagaje de maldad, que luego saldrá de su corazón, contaminando todo a su alrededor y principalmente a él mismo.

Hermano, ¿cuáles prácticas tradicionales inventadas por los hombres sigues hoy en día? ¿De cuáles ritos o ceremonias eres copartícipe, pensando que con eso estarás en la buena con Dios y ganarás el cielo?

Déjame decirte que, solamente el sacrificio y pago por todos nuestros pecados, obtenido por Jesucristo en la Cruz gloriosa del Calvario lo han logrado, sí, es un hecho irrepetible, no acepta otro vicario, él es el único que puede y quiere llevarte a la vida eterna junto a su Padre,

Oremos: Dios Padre eterno, te suplicamos que nos sostengas en nuestro diario vivir, de tal forma que no nos desviemos detrás de elementos y actores que pretendan y finjan conducirnos a tu reino eterno de gloria.

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!


Alimentemos a Jesús

 

Image by Gordon Johnson from Pixabay

 

25 de julio 2021

Noveno Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Moreno

Lecturas: Salmo 145: 10-18; 2 Reyes 4: 42-44; Efesios 3: 14-21; Juan 6: 1-21

Tema de hoy: ¡Alimentemos a Jesús!

Himnos: 02, 126, 301, 322, 660

Nuestra reflexión para el día de hoy Noveno Domingo Después de Pentecostés, está basada en el pasaje del evangelio que se encuentra en: San Juan 6: 1- 21

“Después de esto, Jesús se fue al otro lado del Lago de Galilea, que es el mismo Lago de Tiberias. Mucha gente lo seguía, porque habían visto las señales milagrosas que hacía sanando a los enfermos. Entonces Jesús subió a un monte, y se sentó con sus discípulos. Ya estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Cuando Jesús miró y vio la mucha gente que lo seguía, le dijo a Felipe:

—¿Dónde vamos a comprar pan para toda esta gente?

Pero lo dijo por ver qué contestaría Felipe, porque Jesús mismo sabía bien lo que había de hacer. Felipe le respondió:

—Ni siquiera el salario de doscientos días bastaría para comprar el pan suficiente para que cada uno recibiera un poco.

Entonces Andrés, que era otro de sus discípulos y hermano de Simón Pedro, le dijo:

—Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados; pero, ¿qué es esto para tanta gente?

Jesús respondió:

—Díganles a todos que se sienten.

Había mucha hierba en aquel lugar, y se sentaron. Eran unos cinco mil hombres. Jesús tomó en sus manos los panes y, después de dar gracias a Dios, los repartió entre los que estaban sentados. Hizo lo mismo con los pescados, dándoles todo lo que querían. Cuando ya estuvieron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos:

—Recojan los pedazos sobrantes, para que no se desperdicie nada.

Ellos los recogieron, y llenaron doce canastas con los pedazos que sobraron de los cinco panes de cebada. La gente, al ver esta señal milagrosa hecha por Jesús, decía:

—De veras éste es el profeta que había de venir al mundo.

Pero como Jesús se dio cuenta de que querían llevárselo a la fuerza para hacerlo rey, se retiró otra vez a lo alto del cerro, para estar solo.

Al llegar la noche, los discípulos de Jesús bajaron al lago, subieron a una barca y comenzaron a cruzar el lago para llegar a Cafarnaúm. Ya estaba completamente oscuro, y Jesús no había regresado todavía. En esto, el lago se alborotó a causa de un fuerte viento que se había levantado. Cuando ya habían avanzado unos cinco o seis kilómetros, vieron a Jesús, que se acercaba a la barca caminando sobre el agua, y tuvieron miedo. Él les dijo:

—¡Soy yo, no tengan miedo!

Con gusto lo recibieron en la barca, y en un momento llegaron a la tierra adonde iban.

Oración del día

Dios misericordioso, has puesto en el corazón de todos tus hijos el anhelo de tu palabra y el hambre de tu verdad. Haz que sepamos que tu Hijo es el verdadero pan del cielo y compartamos este pan con todo el mundo, por Jesucristo, nuestro Salvador y Señor.

Aclamación al Evangelio

Aleluya. ¡Un gran profeta se ha levantado entre nosotros! ¡Dios nos ha mirado favorablemente! Aleluya. (Lucas 7:16)

Sermón

Es interesante observar, que estos pasajes bíblicos también fueron registrados por inspiración del Espíritu Santo, en los evangelios de San mateo, San Marcos y San Lucas, otorgándole a este pasaje fuerza histórica y consistencia al relato del evangelista.

San Juan coloca este relato en medio del texto de los milagros, que va desde el capitulo 1 hasta el 12, pareciera que este capítulo 6, es la pieza central de las señales milagrosas de Nuestro Señor Jesús.

Según el último informe de la FAO (Food and Agriculture Organization, por sus siglas en inglés; agencia de las Naciones Unidas que lidera el esfuerzo internacional para poner fin al hambre), se calcula que unos 820 millones de personas no tenían los alimentos necesarios para comer en el año 2018, comparado con 811 millones el año 2017, la FAO considera que este es el tercer año consecutivo en que esta cifra se incrementa.

Según datos de la pagina web https://www.worldometers.info/ la población mundial alcanza el numero de 7.8 billones de personas, lo que nos arroja que, el 10,29% por ciento de la población del planeta no tiene alimento alguno que llevarse a la boca.

Jesús es seguido por las multitudes ya que ellos habían visto los milagros que hacía, al subir a un monte, se da cuenta de la cantidad de personas que le espera.

Seguidamente Jesús pregunta a Felipe cómo haremos para conseguir alimentos para todos esos seguidores, que estaban ahí porque tenían alguna necesidad espiritual o de sanidad.

Relata el evangelista que Jesús estaba poniendo a prueba a Felipe, porque Jesús, el Hijo de Dios, Dios mismo, tenia pleno conocimiento de lo que tenía que realizar para dar de comer a los hambrientos.

Felipe responde los recursos que tenemos son escasos, se necesitaría mucho dinero, y Andrés interviene y como por decir algo, manifiesta que allí había un niño, con cinco panes y dos pescados.

Talvez, ese niño era un vendedor ambulante que aprovechaba estas grandes concentraciones de personas, para vender algo de comida a quienes tuvieran hambre y pudieran pagarla, y de esa forma colaboraba con el sustento de su hogar.

Jesús, no se frustra ante la poca comida que tiene el niño, por el contrario, busca rápidamente dar indicaciones que todos se sienten, como acto previo al disfrute de cualquier banquete ofrecido por un Rey.

Toma los panes y los pescados y dando gracias a Dios Padre, reparte tanta cantidad de comida que todos quedaron saciados y aún sobraron pedazos.

Finalmente, Jesús indica que se recogieran los pedazos sobrantes, para que no se desperdiciara nada. Una muestra de la sensatez y mayordomía, que debemos practicar en nuestras vidas con los buenos dones que vienen de Dios.

¿Estamos concientes que la tierra sufre por la caída en pecado de los primeros padres Adán y Eva, en el Jardin del Edén?

Hermanos, ¿Nos preocupamos por los hambrientos que viven cerca en nuestras comunidades?

¿Como Iglesia, destinamos de las ofrendas, un apartado para llevarles el sustento diario a esos hermanos sin alimentos?

¿Participamos de los programas mundiales para erradicar el hambre sobre el planeta?

Cuando ves un anuncio en las redes sociales, de instituciones solicitando donativos para luchar contra el hambre de tantos prójimos ¿donas? ¿Somos tan egoístas o pobres que nos resulta demasiado dinero donar un dólar americano a esa causa?

¿Estas cumpliendo por fe y amor lo que dice Jesús en Mateo 25:35? “Pues tuve hambre, y ustedes me dieron de comer…”

Cuando das de comer a un hambriento, le estas dando de comer a Jesús, el Dios verdadero, a quien dices seguir y amar de todo corazón.

En la palabra “Ustedes” ¿crees con sinceridad que te puedes incluir o estas fuera?

Hermano, no te quedes afuera, porque ya sabemos lo que pasará con ellos en el día final.

Oremos: Dios Padre eterno, te rogamos pongas en nuestros corazones una fe viva y una compasión que actúa, para que de esta manera podamos alimentar a Jesús por medio de los hambrientos de este mundo.

 

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!

 

Escondiendo los Dones y Talentos que Dios te Ha Dado

Image by Gerd Altmann from Pixabay


15 de Noviembre de 2020

Vigésimocuarto domingo después de Pentecostés. 


Pastor: Miguel Moreno

Lecturas: Salmo 90: 1-12; Sofonias 1:7, 12-18; 1 Tesalonicenses 5:1-11; Mateo 25: 14-30


Tema de hoy: Escondiendo los Dones y Talentos que Dios te Ha Dado


Queridos hermanos en Cristo, hoy tenemos otra bella e interesante parábola de nuestro maestro, que nos guiará hacia verdades que nos afectan y rigen en el diario vivir.


La lectura del evangelio Mateo 25: 14-30  empieza de la misma forma que la parábola del pasado domingo, ... sucederá también con el reino de los cielos... entonces, Jesús nos cuenta que un hombre próximo a partir a otra nación, llamó a sus empleados y les encargó el cuidado de sus finanzas.


A uno de ellos le confió cinco mil monedas, a otro dos mil y al tercero mil, a cada uno según su capacidad, luego de lo cual se fue.


Así las cosas, los dos primeros sujetos hicieron negocios con el dinero recibido, mas el tercero, que recibió mil monedas escondió el dinero bajo tierra.


Entrega de Cuentas al Jefe


Pasado un tiempo el jefe regresó, y pidió le rindieran cuenta acerca de la administración del dinero dado en custodia.


El primero de ellos entregó al jefe el doble de las monedas recibidas; el segundo, que le habian sido confiadas dos mil monedas entregó otro tanto a su patrón; mas el tercero que había recibido mil monedas, le devolvió las mismas mil monedas excusandose dijo, que el sabía que su jefe era un señor duro que cosecha donde no sembró y recoge donde no esparció, por eso tuve miedo y fue y escondio el dinero bajo tierra.


El patrón, evidentemente molesto, le dijo: eres un empleado malo y perezoso porque si sabías como soy yo, debiste haber llevado mi dinero al banco y por lo menos hubiese obtenido un interés en retribución. Luego dijo que le quitaran las monedas y se la dieran al que tenía diez mil, porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, pero al que no tiene hasta lo poco que tiene se le quitará. Y a este empleado inútil échenlo fuera a la oscuridad, donde será el llanto y la deseperación.


Reflexión


Este pasaje de Jesús presenta imagenes escatológicas aplicables desde ya en nuestras vidas. El jefe que se va de viaje es nuestro Señor Jesuscristo que ascendió a los cielos; los empleados somo nosotros los creyentes, devotos, cristianos practicantes en fin como queramos etiquetarlo. Mas la pregunta que surge acerca de esta parábola es ¿qué representa las monedas entregadas y confiadas por el jefe a nosotros?


Hay quienes piensan que se trata solamente de lo dones de que habla el Apostol Pablo en la epistola a los Corintios 1 Corintios 12: 4-13  otros piensan que no sólo se debe considerar los dones dados por el Espíritu Santo sino tambien los talentos que nos concede Dios.


Efectivamente, debemos considerar e identificar a las monedas con los dones del Espiritu Santo (Dios) y talentos con los que nos ha creado Dios Padre.


¿Qué nos quiere enseñar Dios en este relato? 


Creo que en una vertiente, muestra que debemos desarrollar, multiplicar tantos los dones como los talentos en la obra del reino de los cielos, y en la otra vertiente, tener presente que el jefe (Jesuscristo en su segunda venida) puede llegar en cualquier momento a exigir rendición de cuentas, sobre el uso de los dones otorgados.


Oremos a Dios para que logremos desarrollar y multiplicar los dones y talento concedidos por Él, para la expansión de su reino y no tener que ser echados a la oscuridad eterna, donde habrá llanto y el desespero.


 Amén. Dios me los bendiga y recuerden. Sólo Dios Salva.