18 de Octubre de 2020
Vigésimo día después de Pentecostés.
Pastor: Miguel Moreno
Lecturas: Salmo 96: 1-9, 10-13; Isaias 45:1-7; 1 Tesalonicenses: 1: 1-10; Mateo: 22: 15-22
Tema de hoy: Corazón en Compartimientos Separados
La lectura del evangelio para el día de hoy que se encuentra en Mateo 22: 15-22, nos trae una reflexión para nuestras vidas muy importante, nos habla acerca del siempre bien ponderado y para muchos temido pago de impuestos.
En esta escena nos alejamos de viñedos, obreros, banquetes y bodas, para adentrarnos en el conflictivo asunto de los tributos; normalmente nos encontramos con diferentes puntos de vistas en si es necesario pagarlos o no y esta diatriba se presenta más en Latinoamerica y demás paises del Tercer Mundo.
Vemos en el pasaje del evangelio para hoy que dos bandos enemigos se juntan para hacer el mal; los fariseos y los herodianos que se demostraban desprecio mutuo se unen para complotar contra de Jesús.
Los hipócritas, empiezan por alabar a Jesús, diciendole que sabian que enseñaba la verdar y el camino a Dios, y hablas sin dejarte llevar por lo que opinen los demás. Le estan diciendo en pocas palabras, habla sin restricciones y dinos acerca de lo que te vamos a preguntar, que no hay que pagar impuestos, para poder acusarte con las autoridades romanas.
Y efectivamente Jesús les advierte, sabiendo sus malas intenciones (porque estamos ante un Dios omnisciente) que son unos hipócritas y pide le muestren la moneda con la cual se pagan los impuestos. Luego de observar detenidamente la moneda, y preguntarle de quién era el rostro acuñado sobre el dinero, y responder ellos que que era del emperador, Jesús les dice en forma energica, entonces den al emperador lo que es del emperador y a Dios lo que es de Dios.
¿Qué quiso dar a enterder Jesús al decir den al emperador lo que es del emperador y a Dios lo que es Dios?
De entrada podemos manifestar que, el Señor no está promoviendo el amar o servir a dos amos, ni que nos hagamos los desentendidos cuando se nos presenta un asunto no cristiano en la cotidianidad.
Nuestro Señor Jesucristo deja por sentado que su fidelidad es para con Dios Padre, de eso no hay duda, pero quiere significar que esto no es impedimento ni razón para incumplir con los deberes que tenemos que honrar como ciudadanos y sujeto a una cultura determinada.
Ahora bien, en nuestro desenvolvimiento social, debemos fijar nuestra vista en que primero somos cristianos, que amamos y obecemos a Dios, y desde allí dimensionar nuestras actitudes y relaciones con la cultura que nos envuelve, es decir, debemos ir desde Dios hacia el hombre; y en ese sentido podremos dar al hombre lo que corresponde y a Dios lo que es de Él, teniendo un mismo corazón, pero cuidando de tenerlo en compartimientos separdos.
Pidamos a Dios nos colme de sabiduría, para poder ponderar como administrar nuestro dar en cada situación de nuestra s vidas.
Amén. Dios me los bendiga y recuerden Sólo Dios Salva.
