Revised Common Lectionary - Daily Readings

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Novela «El Terror de Alicia» Autor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

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¡Cristo ha Resucitado! ¡Ha Resucitado en Verdad!

17 de abril 2022

Domingo de Resurrección de Nuestro Señor – Día de Pascua.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 118:1-2, 14-24; Hechos 10:34-43; 1 Corintios 15:19-26; Lucas 24:1-12

Tema de hoy: ¡Cristo ha Resucitado! ¡Ha Resucitado en Verdad!

Nuestra reflexión para el día de hoy Domingo de Domingo de Resurrección de Nuestro Señor – Día de Pascua, está basada en el pasaje del evangelio que se encuentra en: Lucas Capítulo 24 Versículos desde el 1 hasta 12:

Hermanos, ¡Cristo ha Resucitado! ¡Ha Resucitado en Verdad!

En este pasaje del evangelio que narra la resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, hay algo que debe llamarlos la atención, y es que las mujeres que llegan al amanecer al sepulcro se asustaron al no encontrar el cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo y, la pregunta sería, ¿por qué sorprenderse?, ¿es que este hecho las tomaba de sorpresa? ¿El maestro no les había hablado reiteradamente acerca de que, al tercer día se levantaría de entre los muertos?; pero, así es la naturaleza humana; ellas vieron claramente que Jesús dio vista a ciegos, sanó a: mancos; paralíticos; leprosos; había resucitado no solamente a Lázaro, sino, también al hijo de la viuda de Nain (Lucas 7: 11-17); entonces, uno se pregunta, ¿es que acaso no entendían lo que Jesús les enseñaba y el alcance de su poder? O ¿tenían miedo de que no apareciera el cuerpo de Jesús y las autoridades romanas arremetieran contra todos sus seguidores?

Hermanos, ¿podemos criticar a estas mujeres porque dudaron y el miedo las arropó? ¿Es que nosotros, ante el menor contratiempo en nuestras vidas no hacemos al igual que ellas? Hermanos, revisemos de tanto en tanto nuestra fe en las promesas de Jesús para nuestras vidas.

Hermanos, ¡Cristo ha Resucitado! ¡Ha Resucitado en Verdad!

Lucas nos dice que los dos hombres con apariencia angelical, son quienes hacen recordar a las mujeres sobre lo que Jesús les había profetizado y después fue que recordaron.

Cuando las mujeres regresan y dan a conocer a los apóstoles lo que han presenciado, a ellos les parece solo un cuento de mujeres ociosas.

Luego, Pedro llega a la tumba y le embarga un sentimiento de sorpresa y admiración de lo que había sucedido. En este caso, podemos pensar que Pedro sí cree que ha habido un milagro.

Hermanos, la sola tumba vacía no prueba la resurrección de Jesús de entre los muertos; pudieran existir muchas explicaciones del porqué su cuerpo no fue encontrado: tal vez se lo habían llevado las mismas autoridades militares, para evitar que los discípulos lo robaran y dijeran que había resucitado; mas si había sucedido de esta manera, esto no favorecía en absoluto a los seguidores de Jesús y su doctrina; ya que, desde el mismo momento en que los discípulos manifestaran el milagro de la resurrección, las autoridades iban a presentar el cuerpo, dando por terminada la mentira.

Hay autores de la nueva era que han escrito, que Jesús fue adormecido por un tipo de planta que daba la sensación y aportaba características catalépticas, en las cuales el cuerpo no presenta ninguna de los signos vitales; para luego, en un lapso de pocas horas retomar sus funciones a cabalidad.

Esto es lo que significa Jesús para los incrédulos, una farsa, que se burló del mundo; pero, ¿qué debe significar la resurrección de Nuestro Señor Jesucristo para nosotros?

Es así que, la respuesta nos es dada dentro del mismo contexto del pasaje bíblico, por los dos varones con vestiduras luminosas, que para nosotros deben ser considerados ángeles. Ellos les dijeron a las mujeres «—¿Por qué buscan ustedes entre los muertos al que está vivo? No está aquí, sino que ha resucitado».

Podemos recordar las palabras del apóstol Pablo. «Y si Cristo no resucitó vana es nuestra fe», no tenemos esperanza de nada, no hay vida eterna ante la presencia del rostro amoroso de Nuestro Dios.

Ahora bien, veamos que nos puede enseñar Martín Lutero en sus comentarios a la primera epístola a los corintios capítulo 15 versículos del 12 hasta el 15: «Pablo basa toda su argumentación en el factor básico con el que empezó, es decir, que Cristo se levantó de entre los muertos. Este es el artículo principal de la doctrina cristiana. Nadie que se llame a sí mismo cristiano o predicador del Evangelio, puede atreverse a negarlo. Con ello se propone enfrentarse a ellos y obligarles a admitir el hecho de que, negando la resurrección, niegan que Cristo se levantó de entre los muertos; porque si lo primero no es cierto, lo segundo ha de ser fabricado»

Continúa Lutero: «De este modo, San Pablo luchó y redondeó este artículo a partir de los más sólidos principios, de manera que quien niegue la resurrección de los muertos, niega también que Cristo se levantó de los muertos. Y quien niega esto, lo niega todo. Quien estime como una mentira la existencia de Dios y de Cristo y todas sus obras y palabras, es decir, como algo nulo que no existe, hay que considerarle un infame, un pagano ateo, a quien ni Dios ni el mundo pueden defender e indigno de nadie»

Hermanos, ¡Cristo ha Resucitado! ¡Ha Resucitado en Verdad!

Oremos:

Todopoderoso Padre eterno, tú que resucitaste a tu hijo de la muerte, te pedimos de todo corazón, nos resucites cada día a la fe en la obra salvadora de Nuestro Señor Jesucristo y, de esta manera, tener vida eterna en ti.

Amén. Dios los bendiga; y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!

 

 

Domingo de Ramos

10 de abril 2022

Sexto domingo de Cuaresma.

Pastor: Miguel Moreno

Lecturas:

Salmo 31:9-16; Isaías 50:4-9a; Filipenses 2:5-11; Lucas 19:28-40

Tema de hoy: Domingo de Ramos

Nuestra reflexión para el día de hoy Sexto domingo de Cuaresma, está basada en el pasaje del evangelio que se encuentra en: Lucas 19: 28-40 y sobre el mismo podemos exponer lo siguiente:

Leemos que Jesús siguió su viaje a Jerusalén; los historiadores indican que es muy difícil saber el lugar exacto en el cual se encontraba Betfagé; mas de Betania si tenemos conocimiento, que estaba situada hacia el lado oriental del monte de los Olivos, a unos cinco kilómetros de Jerusalén, en esta aldea de Betania Jesús pasó algún tiempo viviendo en casa de sus amigos: María, Marta y Lázaro, y esto lo sabemos de parte del evangelio según San Juan, recordemos que hacía poco tiempo que Jesús había resucitado a Lázaro.

¡Qué bueno compartir momentos con nuestros hermanos en la fe!, orando, leyendo la biblia, reflexionando en las maravillas que nos ha dado el Señor.

Hermanos: ¿tomamos tiempo de calidad para invertirlo en la presencia de nuestro Dios al igual que Lázaro y sus hermanas?

De una actitud prudente de parte de Jesús a una exhibición pública, es todo un reto lo que se propone Nuestro Señor y que finalmente lleva a cabo. Jesús da instrucciones precisas a dos de sus discípulos, tan precisas que debemos creer que el Señor había preparado y acordado con la persona dueña de la bestia su utilización.

La característica de que el animal de carga no hubiese sido todavía montado, lleva implícito el significado de que, de esa misma manera y hasta ese momento, nadie en el mundo había cargado con los pecados de la humanidad como efectivamente pronto lo haría Jesús.

Cuando los dos discípulos desataban el burro, los dueños les dijeron ¿por qué lo desatan? Y ellos respondieron —Porque el Señor lo necesita.

Si Dios necesita de algo o alguien, ¿quién puede negarse o resistirse? Al igual que Dios Padre necesitaba que alguien, su unigénito Hijo, cargara con los pecados de todo el mundo, el burro es una simbólica muestra de humildad al cargar con Jesús.

Dándole un trato justo de Rey, los discípulos colocaron sus propias ropas sobre el lomo del animal. Una vez Nuestro Señor estuvo sobre la bestia, empezó a avanzar y la gente colocaba sus propias ropas sobre el camino para que Jesús pasara sobre ellas.

Hermanos, ¿colocamos nuestras ropas delante de Jesús para que él avance hacia nuestras vidas? O ¿por el contrario le ponemos obstáculos a cualquier forma de acercamiento?

Ahora bien, es aquí donde podemos comprender y aparejar esta actividad de Jesús con la profetizada por Zacarías 9: 9 «¡Alégrate mucho, ciudad de Sión! ¡Canta de alegría, ciudad de Jerusalén! Tu rey viene a ti, justo y victorioso, pero humilde, montado en un burro, en un burrito, cría de una burra» y deducir por fe y creer que Jesús cumplía con plena conciencia esta profecía.

Interesante notar como Jesús en su oficio de Rey, manifiesta al mismo tiempo y plenamente su estado de «humillación» ante todo el pueblo. Este es un vivo ejemplo para la humanidad, de cómo debería conducirse cualquier persona envestida de un cargo, profesión o jerarquía. Mientras mayor el nombramiento o distinción mayor aún la sencillez y humildad a demostrar para con nuestros semejantes.

La multitud daba gritos de alegría y alababan a Dios por todos los milagros que habían visto.

Hermanos, ¿damos graciasen todo tiempo a Dios porque amanecimos vivos en este día; porque hemos comido; porque tenemos salud tanto nosotros como nuestros familiares? O ¿damos por sobrentendido y merecidos todas estas bondades de parte de Nuestro Señor?

Hermanos, ¿bendecimos al que viene en el nombre del Señor? O ¿hacemos caso de personas fariseas que nos piden que nos callemos y no adoremos ni alabemos a Nuestro Señor?

Y, por último, Jesús nos tiene la infalible y perfecta respuesta divina a los saboteadores de su sagrado ministerio —Les digo que, si éstos se callan, las piedras gritarán.

Hermanos, debemos entender que no existe en todo el universo, tal como lo conocemos, entidad alguna que pueda sabotear, impedir o trastocar la adoración y alabanza a Nuestro Santo de Israel.

Oremos:

Amantísimo Padre celestial, venimos a ti queriendo adorarte y alabarte, rogamos que nada ni nadie pueda impedir que veamos y sigamos el ejemplo de humildad y amor de tu hijo Jesucristo.

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!

 

 

Lo mejor de mí para ti, Señor

03 de abril 2022

Quinto Domingo De Cuaresma.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas:

Salmo 126; Isaías 43:16-21; Filipenses 3:4b-14; Juan 12:1-8

Tema de hoy: Lo mejor de mí para ti, Señor

Nuestra reflexión para el día de hoy Quinto Domingo De Cuaresma, lleva como título «Lo mejor de mí para ti, Señor» y la misma está centrada en el pasaje del evangelio que acabamos de leer.

Vamos a iniciar esta reflexión con un punto previo al pasaje asignado para hoy, y debemos mencionar que Jesús viene de resucitar a su amigo Lázaro, hermano de Marta y María.

Luego de la resurrección de Lázaro, algunos de los habían presenciado el milagro, fuero a ver a los fariseos y los jefes de los sacerdotes y, estos determinaron que debían arrestarlo para de esta forma evitar que más gente creyera en él, y así evitar que los romanos destruyeran el templo y su nación.

La gente comentaba si Jesús iría a la fiesta de la Pascua; mas seis días antes de que tuviera lugar ese evento, Jesús va a Betania donde vivían Lázaro, Marta y María ya que, en casa de Simón el leproso como lo registran los evangelios de Mateo 26: 6 y Marcos 14: 3, habían hecho una cena en su honor.

Hermanos, viendo como estos primeros creyentes hacen un agasajo en honor a Jesús por gratitud, nos podemos preguntar ¿nos reunimos con frecuencia en nuestras iglesias para adorar, alabar a Nuestro Dios y participar de su Santa Cena.

El evangelista escribe, que Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa comiendo con el Señor Jesús; esto es así y debemos entenderlo, como ratificación de que la resurrección que Dios produjera en él fue un hecho real, palpable e históricamente confirmado.

María hizo algo inesperado por todos los presentes, tomó nardo concentrado, un perfume de los más costosos que se importaban en ese tiempo y lo derramó no sólo sobre la cabeza de Jesús, como señalan los otros evangelios, sino también sobre sus pies.

María lo ungió como se hacía con los reyes y secó sus pies con la humildad de una esclava.

Hermanos, ¿llevamos y damos a Nuestro Señor Jesús todo de lo mejor de nuestras vidas? 

Luego de esto, Judas, quien llevaba las cuentas de los discípulos se quejó, diciendo que hubiese sido mejor se vendiera esa fragancia para ayudar a los más necesitados.

Hermanos, ¿somo egoístas al igual que Judas? ¿Escatimamos recursos destinados a la adoración y alabanza a Nuestro Señor Jesucristo, para destinarlos en otros asuntos que no merecen consideración alguna?

El evangelista nos ilustra acerca de las verdaderas intenciones de Judas con el reclamo esgrimido; lo que pasa es que Judas era ladrón y él robaba con asiduidad de lo contenido en la bolsa de dinero.

Hermanos, en nuestro tiempo actual ¿conocemos lideres religiosos que se roban el dinero de nuestros templos? ¿Cómo nos sentimos, qué pensamos de estas conductas delictivas? ¿Tenemos cuidado con los hipócritas que se presentan como santurrones en nuestras congregaciones?

Jesús responde a la pregunta de Judas y preocupación por los pobres, aunque como sabemos su interés no era verdadero. María había conservado y había usado el perfume con un propósito más y no era solamente el de ensalzar a Jesús como Rey, lo cual era un acto de justicia y reconocimiento; sino el de glorificar su posterior muerte en la cruz y entierro.

Todos los asistentes tendrían infinidad de oportunidades de ayudar a los pobres, ya que siempre habría pobre entre ellos; mas esta ocasión de honrar a Nuestro Señor era fugaz porque Jesús no siempre iba a estar con ellos en su naturaleza humana.

Hermanos, ¿consideramos a los necesitamos para aplicar el evangelio de misericordia en ellos?

Esta es una enseñanza acerca de las prioridades espirituales para nuestras vidas como creyentes. Jesús es primero. No malgastamos nuestros bienes materiales cuando los empleamos para honrar y adorar a Jesús.

Oremos:

Amantísimo Padre celestial, Hoy te rogamos de todo corazón, que podamos rendirte el honor, la adoración y alabanza reunidos en nuestras congragaciones y además estemos atentos y dispuestos a ayudar los pobres de este mundo.

Amén. Dios los bendiga, y recuerden.¡¡Sólo Dios Salva!!

 

 

El Padre Expectante

 27 de marzo 2022

Cuarto Domingo De Cuaresma.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas:

Salmo 32; Josué 5:9-12; 2 Corintios 5:16-21; Lucas 15:1-3, 11b-32

Tema de hoy: El Padre Expectante

Nuestra reflexión para el día de hoy Cuarto Domingo De Cuaresma, lleva como título “El Padre Expectante” y la misma está centrada en el pasaje del evangelio que acabamos de leer.

La lectura del evangelio asignada para hoy empieza diciendo que la gente pecadora se acercaba a Jesús para escucharlo, mientras que, por otro lado, aquellas personas a quienes Dios les había encargado guardar y enseñar la Escritura, lo que hacen es criticar a Jesús murmurando: «Este recibe a los pecadores y come con ellos».

Es de observar que los maestros de la ley no se reconocen ellos mismos como pecadores, sino que, todo pecador siempre va a estar fuera de sus propias personas y reducido circulo religioso.

Es por demás visible que, si bien los maestros de la ley la tenían a resguardo, pareciera que no la leían ni mucho menos las estudiaban, porque de ser así tendrían claro lo que el salmo 32 dice en su versículo 5 «Pero te confesé sin reservas mi pecado y mi maldad; decidí confesarte mis pecados, y tú, Señor, los perdonaste».

Hermanos, ¿Hacemos nosotros como estos religiosos del tiempo de Jesús? ¿Consideramos nuestro tiempo como perdido al hablarle de Nuestro Señor a otros? ¿Vemos a algún hermano en Cristo llevando la Palabra de Dios a personas con mala fama y pensamos? «¡Bah, eso es tiempo perdido!».

Nuestro Señor inmediatamente les contó una parábola basada en un tema que su audiencia muchos de ellos criadores de ovejas pudieran entender fácilmente; pero, también dirigida a los intelectuales maestros religiosos que le criticaban.

Si alguien tiene cien ovejas; mas se le pierde una, ¿es que acaso no deja a las otras noventa y nueve mientras va a buscar a la única que está extraviada? Y cuando la encuentra, se la pone contento sobre sus hombros, es decir carga con ella y no le pesa en absoluto porque la felicidad le embarga su corazón; luego les declara que en el cielo hay más alegría por un pecador que es convertido que por noventa y nueve que no necesitan ser convertidos.

Hermanos, ¿Consideramos a esa única persona que sabemos está sola y triste  por el pecado en su vida, para ser evangelizada? O ¿nos quedamos dentro del círculo íntimo de nuestra iglesia para predicarnos unos a otros; personas que no necesitamos de predicación para conversión? 

Seguidamente,  tomando en cuenta la importancia que representaba el sistema hereditario que regía en esa época, nuestro Señor les relata una parábola muy interesante; Jesús toca ese tópico patrimonial para su enseñanza. 

Un hombre tenía dos hijos y el menor le dijo, dame mi parte de la herencia; vendió sus bienes y llevó una vida de pecado, desenfreno y dilapidó todo su dinero, de tal forma que terminó trabajando en una granja cuidando a los cerdos, y era tanta el hambre que sentía que, deseaba comer de la misma comida que tomaban los cerdos; pero nadie le permitía tomarla. Finalmente, pensó «cuánto de los trabajadores bajo la orden de mi padre tienen comida abundantemente», y se dijo «iré a mi padre y le confesaré mi pecado y pediré que me perdone», y bien así hizo. Cuando aún estaba lejos de casa, su padre lo vio y corrió desesperadamente a encontrase con él, lo abrazó y besó, y dijo a sus empleados que le dieran el mejor de los vestido, calzados y anillo, y también mandó matar el mejor de los becerros para hacer fiesta; porque el padre dijo: «este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a vivir; se había perdido y lo hemos encontrado. Y comenzó a hacer fiesta».

Esta parábola recibe el nombre de «el hijo pródigo», «la parábola del padre que perdona a su hijo» y para esta reflexión he querido llamarla «el padre expectante».

De esta parábola podemos ver que el hijo menor tenía su sentimiento de egoísmo bastante desarrollado, quería ser independiente y voluntarioso, así como, poner distancia entre él y su padre; también notamos que a su vez tenía hambre por vivir una vida loca, llena de liberalidad, dispendio y maneras obsequiosas con todos quienes le rodeaban.

Pronto sucedió lo que tenía que pasar; todo el dinero llegó a su fin por su mala administración, acompañado con una escasez de alimentos que atravesara ese país.

Hermanos, ¿nos vemos retratados en ese cuadro del hijo pródigo? ¿Hemos o llevamos actualmente una vida de derroche y mal vivir creyendo que es «una buena vida»?

El hambre que había tenido por vivir una vida independiente de su padre se convirtió en el hambre material y biológica que devora el estómago humano.

En ese momento, recordó que en casa de su padre la abundancia era lo habitual y dijo: dejaré mi orgullo, ya no me resistiré más, cambiaré este estilo de vida miserable que he llevado lejos de mi padre y volveré; confesaré mis pecados cometidos a mi padre y le pediré perdón.

Hermanos, ¿nos dejamos llevar por el Espíritu Santo cuando quiere obrar la fe en nuestros corazones o lo endurecemos y no nos volvemos a Dios?

Dice la lectura que el padre lo vio a lo lejos; debemos creer que el padre salía a la puerta de su casa a cada rato esperando con ansias ver volver a su hijo. Tal vez lo creía muerto.

Hermano, ¿sabemos que Dios es un Padre expectante, que nos espera en forma activa, buscándonos por todos nuestros retorcidos caminos?

Al final el padre del joven hizo al igual que lo expresado por Jesús al concluir la parábola de la oveja perdida: «les digo que así también hay más alegría en el cielo por un pecador que se convierte que por noventa y nueve personas buenas que no necesitan convertirse» ¡Hizo fiesta!

Oremos:

Amantísimo Padre celestial, te suplicamos que podamos reconocer que tenemos un Padre amoroso en los cielos que nos espera siempre, de tal forma que al ser llamados por el Espíritu Santo a volvernos a él, no le resistamos en el corazón, sino, por el contrario le obedezcamos y nos entreguemos arrepentidos a él.

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!