Translate This Blog

Novela «El Terror de Alicia» Autor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Novela «El Terror de Alicia» Autor: Miguel Ángel Moreno Villarroel
Disponible en Amazon Kindle - Presiona sobre la imagen

Primer Domingo Después de Epifanía - El Bautismo del Salvador

08 de enero de 2023

Primer Domingo Después de Epifanía. 

Pastor: Miguel Moreno 

Lecturas: Salmo 29; Isaías 42:1-9; Hechos 10:34-43; Mateo 3:13-17 

Tema de hoy: El Bautismo del Salvador

La reflexión para el día de hoy, que corresponde al primer servicio después del día de Epifanía, en esta oportunidad podremos observar la presencia de la Santa Trinidad en el bautismo de Jesús.

Esta fecha y ocasión, son aprovechadas y utilizadad en muchas iglesias de diferentes países para bautizar a sus nuevos creyentes. 

Entrando en nuestra reflexión para hoy, podemos pensar que el escenario parecía cargado con particularidades a considerar cuando Jesús vino para ser bautizado. Por un lado, Juan se había mostrado renuente a bautizar a los fariseos y a los saduceos ya que, no mostraban frutos verdaderos de arrepentimiento; Juan por otro lado, no concebía la idea de bautizar a Jesús, porque Jesús no tenía pecados que confesar, nada de qué arrepentirse; (Juan se encontraba ante la presencia del mismo Dios). 

Y nos preguntamos: ¿había tenido Juan contacto con Jesús hasta ese episodio del bautismo? Podemos deducir que se conocían, ya que sus madres eran parientes, recordemos que María había visitado a la madre de Juan, Isabel, cuando estaban en estado de gravidez. No hay registros bíblicos sobre algún acercamiento entre Jesús y Juan, por lo menos durante los primeros treinta años de vida de Jesús. 

Jesús estaba de acuerdo con la propuesta de Juan, que necesitaba que Jesús lo bautizara y lo perdonara. Era verdad que Juan era por naturaleza pecador, mientras que en Jesús era imposible encontrar pecado alguno; mas el Señor le dijo a Juan que de todas maneras lo bautizara. 

Y nos preguntamos, hermanos: ¿qué quiso decir Jesús con: «es conveniente que cumplamos todo lo que Dios ha ordenado? Para los conocedores esta no era una petición de tipo legalista, como sí lo constituía, por ejemplo, el que Jesús observara los diez mandamientos, porque el bautismo es evangelio; mas jamás pude ser tenido como ley. Jesús dio a entender que su Padre deseaba que se hiciera de esa manera y, eso bastó para su cumplimiento por ambos. 

Algunos cronistas afirman que, el Hermano Martín Lutero manifestó: que él pensaba que el Espíritu Santo había descendido como una paloma en su forma natural, es decir un ave; pero, eso sería ir más allá de lo que nos enseña la Palabra de Dios. 

Hermanos debemos creer que, en ese acontecimiento, el Espíritu Santo le confirió a nuestro Salvador los dones especiales que iba a necesitar para llevar a cabo las inmensas responsabilidades de su ministerio como el Mesías esperado. 

El bautismo de Jesús es una de las pocas oportunidades en las cuales Dios se dejó ver como un ser en tres personas. 

La Biblia nunca usa la palabra «trinidad», y hoy en día hay denominaciones que no reconocen a una Santa Trinidad, solo porque el término «trinidad» no aparece como tal en las Sagradas escrituras; pero la iglesia de Cristo ha hecho uso de este concepto a lo largo de los siglos. 

Hermanos, estas tres personas distintas son un solo Dios y comparten en justa medida todas las manifestaciones, obras, así como, todos los atributos de Dios. 

Ahora bien, hermanos, debemos atribuir: 1) la creación, como la obra especifica atinente al Padre; 2) la redención, como obra única e irrepetible correspondiente al Hijo y, 3) la santificación, como la obra perteneciente al Espíritu Santo. 

En estas inconmovibles verdades deberíamos estar conteste toda la cristiandad. 

Oremos:

Señor Dios, esperamos en ti, confiados en que el bautismo de Nuestro Señor Jesucristo nos alcanzará, para llegar a vivir en tu sublime presencia por la eternidad.

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!

 

 

Primer Domingo de Navidad - El deber de Proteger al Niño Dios

01 de enero de 2023

Primer Domingo de Navidad. 

Pastor: Miguel Moreno 

Lecturas: Salmo 148; Isaías 63:7-9; Hebreos 2:10-18; Mateo 2:13-23 

Tema de hoy: El deber de Proteger al Niño Dios.

La reflexión para el día de hoy, que corresponde al primer servicio después de la Navidad, en esta oportunidad podremos observar con emoción, como a cada paso del relato, Dios actúa para proteger al Niño Dios, que ha nacido para poder cumplir su plan de salvar a la humanidad.

El evangelista nos dice: que luego de marcharse los magos que habían llegado del oriente, un ángel apareció a José y le dijo que huyera hacia Egipto, ya que Herodes buscaría al niño para asesinarlo. Este gobernante no quería competencia en su reinado, y muchos menos alguien que viniera a sublevar a sus súbditos.

Por su parte, otra vez debemos notar la obediencia de José para con su creador; el ángel promete avisarles cuando el peligro haya pasado, y veremos que efectivamente lo cumplirá, porque Dios tiene excelente memoria (en Él no hay olvido) y siempre cumple sus promesas.

Hermanos, ¿puede hablarnos Dios, nosotros escucharlos y a continuación obedecer o seguir las instrucciones de Dios para nuestras propias vidas? ¿Por cuál medio nos habla Dios hoy en día? En la Carta a los hebreos capítulo 1 versículos 1-2, podemos leer y aprender: «En tiempos antiguos Dios habló a nuestros antepasados muchas veces y de muchas maneras por medio de los profetas. Ahora, en estos tiempos últimos nos ha hablado por su Hijo…» Pues hermanos, al leer los evangelios, debemos estar convencidos y confiados que, es Jesús quien nos habla. Hermanos, ¿leemos los evangelios de Nuestro Señor Jesucristo con regularidad y devoción, sabiendo que es Dios mismo quien nos habla?

Herodes en su enojo y prepotencia, al verse engañado por los sabios orientales, ordenó que dieran muerte a todos los niños cuyas edades fueran inferior a dos años.

Con esta matanza que dio pie a la celebración del día de los Santos Inocentes cada 28 de diciembre, se cumplía la profecía de Jeremías capítulo 31 versículo 15: «Voz fue oída en Ramá, llanto y lloro amargo; Raquel que lamenta por sus hijos, y no quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque perecieron».

Hermanos, ¿conocemos lideres de toda clase y tendencias sobre este mundo que se sienta eclipsado por la luz preciosa de Jesucristo y por ello cada día trata de aniquilarlo? Cada vez que las personas que están en eminencia, se muestran complacientes con iniciativas contrarias al evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, lo persiguen para matarlo, al igual que hizo Herodes en su tiempo.

Llegó Herodes al fin de su vida y, Dios se acordó de la Santa Familia y le dijo a José, que había cesado el peligro y que marcharan a la tierra de Israel.

En lugar de Israel, José siendo avisado que gobernaba en Judea Arquelao, el hijo de Herodes, decidió llevar su familia a la región de Galilea y habitaron en la ciudad de Nazaret, para que se cumpliera la profecía de que Jesús habría de ser llamado nazareno.

Oremos:

Señor Dios de cielo y tierra, haznos entender que tu dispones todos los elementos y recursos, para que el cumplimiento de la salvación que es en Cristo Jesús tenga lugar en la humanidad.

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!

 

 

La Natividad de Nuestro Señor - El Nacimiento de Nuestra Única Esperanza

25 de diciembre de 2022

La Natividad de Nuestro Señor 

Pastor: Miguel Moreno 

Lecturas: Salmo 97; Isaías 62:6-12; Tito 3:4-7; Lucas 2:1-20 

Tema de hoy: El Nacimiento de Nuestra Única Esperanza

La reflexión para el día de hoy, que corresponde a la Natividad de Nuestro Señor, nos lleva a considerar la magnífica revelación de Dios encarnado en un niño recién nacido, su ambiente, protagonistas y testigos de este hecho sin igual.

El evangelio asignado para hoy, nos fija como señal en el tiempo del nacimiento del Mesías, la realización de un censo de toda la población ocupada por el imperio romano, esto, con el objeto de conocer el número de habitantes y, de esta manera llevar las estadísticas presupuestarias referidas al impuesto recaudado en cada región.

El procedimiento consistía en que, cada persona tenía que ir al pueblo del cual era originario su familia; a José le correspondió ir al pueblo de Belén, ya que el era de la familia del rey David. José partió hacia allá con María, con quien estaba casado y quien estaba a la espera de dar a luz un niño.

Si bien el imperio romano expoliaba a la población con sus injustos tributos, José, como cabeza de familia, se muestra respetuoso de la autoridad gobernante para ese tiempo. Lucas nos dice que, estando en Belén, llegó el momento del parto y María dio a luz a su hijo primogénito; lo cubrió con pañales y lo acostó en el cajón vacío en el cual usualmente servían la comida a los animales, ya que, no había sitio en las posadas del pueblo porque muchos habían asistido a cumplir con el decreto del censo.

Hermanos, María no era una mujer que vivía de apariencias, ella estaba serena y confiaba en que, el valor de su hijo no pertenecía a parámetros y convencionalismos de este mundo, en ella estaba presente la fe de lo que acontecería y representaba su hijo para la humanidad por las palabras anunciadas por el ángel Gabriel.

Luego, un ángel del Señor buscó a los pastores, sí, personas con el mismo humilde oficio que había ejercido en sus días mozo el rey David; pastores, como sería el niño que acababa de venir a este mundo de oscuridad (Jesús el Buen Pastor), para traer su luz y guiar hacia verdes prados a quien creyera en él.

Del Salmo 97 leído hoy, observamos en el verso 6: “Los cielos anunciaron su justicia, y todos los pueblos vieron su gloria” y en el verso 11: “Luz está sembrada para el justo, y alegría para los rectos de corazón”.

Continúa Lucas diciéndonos que, los pastores siguieron las instrucciones y se aparecieron a la santa familia, y ellos le confirmaron nuevamente acerca del cumplimiento fiel de la voluntad de Dios Padre; y María atesoraba todas estas cosas con fe en su corazón. Podemos ver en la profecía leída hoy en Isaías 62: 11: “Decid a la hija de Sión: He aquí viene tu Salvador; he aquí su recompensa con él”.

Hermanos, ¿qué aprendemos de este relato de Lucas sobre el nacimiento de nuestro Dios Jesucristo? ¿Aprendemos a ser obedientes a las autoridades, como lo fue José? ¿Aprendemos de la humildad de María en no exigir aposentos de lujo para el nacimiento de su hijo? ¿Estamos atentos como los pastores, acerca de la venida de nuestro Señor Jesucristo hoy a nuestras vidas y mañana, en su segunda venida en el día final? Tito en la lectura de hoy capítulo 3 versículo 4 nos dice: “Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres nos salvó…”

Hermanos, entendamos que el amor de Dios para con nosotros es igual a Jesucristo, ¿verdad que es una formula sencilla de entender y aceptar? Sí, lo único que es solamente por fe, y no por mérito propio y humano.

Oremos:

Señor Jehová, haz que estemos siempre atentos para aprender y estar preparados, y de esta manera, con claridad, entender y esperar el cumplimento de tu profética voluntad para la humanidad.

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!

 

 

Cuarto Domingo de Adviento - Un Hombre Cuyo Ejemplo Deberíamos Seguir

18 de diciembre de 2022

Cuarto Domingo de Adviento. 

Pastor: Miguel A. Moreno Villarroel 

Lecturas: Salmo 80:1-7, 17-19; Isaías 7:10-16; Romanos 1:1-7 Mateo 1:18-25 

Tema de hoy: Un Hombre Cuyo Ejemplo Deberíamos Seguir

La reflexión para el día de hoy, cuarto servicio de Adviento, nos hace reflexionar sobre cómo Dios cambió los planes y el pensar de José de Nazaret, en relación al maravilloso evento que él junto con María tendrían que acoger en sus vidas.

En los evangelios se menciona muy pocas veces, sobre la vida y obra de San José, cuando se nos relata la forma en que se produjo el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo. En esta oportunidad, Mateo honra la memoria y ministerio de este santo patriarca.

San Mateo nos dice que: estando ya casados José y María, antes que consumasen su unión, resultó que María estaba embrazada del Espíritu Santo; mas él, no lo sabía, y como era un hombre consciente del daño que le produciría a María dentro de la comunidad, el hecho de revelar la situación de su estado de gravidez, quiso marcharse secretamente sin mayores problemas. El hecho de que José quisiera irse sigilosamente, era un acto de amor hacia su María, ya que, de saberse acerca de su embarazo, sería condenada a muerte por adultera tal como podemos leer del libro de Levítico 20: 10.

Debemos considerar que José no ha sido valorado con la grandeza que debería. Para muchos viene a ser como el santo silencioso; pero de este mutismo que podríamos apreciar en este personaje, también hay una enseñanza que muchos deberíamos considerar.

Antes de divorciarse secretamente de su esposa, se le aparece en sueños un ángel, no se dice su nombre; mas sería correcto pensar que se trataba del ángel Gabriel. El mensajero de Dios le dice que no tema unirse y recibir a María, porque el ser que se está formando en el vientre de tu esposa, ha sido engendrado por el Espíritu Santo. Seguidamente, le indica que será un varón que llevará por nombre Jesús, que significa «Salvador».

De las palabras del enviado, se develan las profecías de Isaías 7:14, las cuales hemos leído hoy: «Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel».


Nos sigue relatando el evangelista que, una vez se despertó José, siguió las instrucciones del ángel que Dios le había enviado, y aceptó a su esposa; pero, se abstuvieron de consumar su unión hasta que hubo nacido su hijo primogénito a quien llamaron Jesús.

Hermanos, lo que nos trae San Mateo, no es una simple versión más sobre el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, sino, el drama que vive un hombre moralmente cabal y honrado como el que más, quien se entera que su esposa está embarazada, sin que ellos hubiesen tenido relaciones conyugales; su dilema debió ser aterrador, tal vez se imaginaba, por un lado, la deshonra que representaría para él ante la comunidad, y por otro lado, sentirse culpable de la muerte por lapidación a la que sería sometida su bien amada María.

José, hijo de David, padre de Jesús, nuestro Salvador, sí, a él, al igual que María se le encomendó el cuidado, educación y protección del niño Dios, sí, ese mismo cuyo nacimiento celebraremos dentro de una semana, que esperamos con ansias; pero con paz inigualable en su segunda venida.

Hermanos, reconozcamos en José un hombre ejemplar, cuya honradez y discreción debe ser emulada por todos nosotros, cuando se nos asignan responsabilidades que, tal vez, nuestras flaquezas en la fe, no nos permiten afrontar con valentía y éxitos.

Hermanos, desde hoy, veamos en reflexión a José junto a su amada María y nuestro Salvador Jesucristo, como modelo para hombres y mujeres de santa sujeción a los mandatos y designios de nuestro Dios Padre.

Oremos:

Señor Dios Padre, guíanos en este tiempo de adviento, a seguir el ejemplo de nuestro santo patriarca José, y someternos las maravillosas responsabilidades que tengas a bien asignarnos, tanto `para nosotros como para el cumplimiento de tu voluntad sobre el mundo que tu has creado.

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!