Revised Common Lectionary - Daily Readings

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Novela «El Terror de Alicia» Autor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Novela «El Terror de Alicia» Autor: Miguel Ángel Moreno Villarroel
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Décimo domingo después de Pentecostés - ¡Hagámoslo como si lo hicieramos para Jesús!



28 de julio de 2024

Décimo domingo después de Pentecostés

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 145:10-18; 2 Reyes 4:42-44; Efesios 3:14-21; Juan 6:1-21

Tema de hoy: ¡Hagámoslo como si lo hicieramos para Jesús!

Nuestra reflexión para el día de hoy Décimo Domingo Después de Pentecostés, está basada en el pasaje del evangelio que se encuentra en: San Juan 6: 1- 21

“Después de esto, Jesús se fue al otro lado del Lago de Galilea, que es el mismo Lago de Tiberias. Mucha gente lo seguía, porque habían visto las señales milagrosas que hacía sanando a los enfermos. Entonces Jesús subió a un monte, y se sentó con sus discípulos. Ya estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Cuando Jesús miró y vio la mucha gente que lo seguía, le dijo a Felipe:

—¿Dónde vamos a comprar pan para toda esta gente?

Pero lo dijo por ver qué contestaría Felipe, porque Jesús mismo sabía bien lo que había de hacer. Felipe le respondió:

—Ni siquiera el salario de doscientos días bastaría para comprar el pan suficiente para que cada uno recibiera un poco.

Entonces Andrés, que era otro de sus discípulos y hermano de Simón Pedro, le dijo:

—Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados; pero, ¿qué es esto para tanta gente?

Jesús respondió:

—Díganles a todos que se sienten.

Había mucha hierba en aquel lugar, y se sentaron. Eran unos cinco mil hombres. Jesús tomó en sus manos los panes y, después de dar gracias a Dios, los repartió entre los que estaban sentados. Hizo lo mismo con los pescados, dándoles todo lo que querían. Cuando ya estuvieron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos:

—Recojan los pedazos sobrantes, para que no se desperdicie nada.

Ellos los recogieron, y llenaron doce canastas con los pedazos que sobraron de los cinco panes de cebada. La gente, al ver esta señal milagrosa hecha por Jesús, decía:

—De veras éste es el profeta que había de venir al mundo.

Pero como Jesús se dio cuenta de que querían llevárselo a la fuerza para hacerlo rey, se retiró otra vez a lo alto del cerro, para estar solo.

Al llegar la noche, los discípulos de Jesús bajaron al lago, subieron a una barca y comenzaron a cruzar el lago para llegar a Cafarnaúm. Ya estaba completamente oscuro, y Jesús no había regresado todavía. En esto, el lago se alborotó a causa de un fuerte viento que se había levantado. Cuando ya habían avanzado unos cinco o seis kilómetros, vieron a Jesús, que se acercaba a la barca caminando sobre el agua, y tuvieron miedo. Él les dijo:

—¡Soy yo, no tengan miedo!

Con gusto lo recibieron en la barca, y en un momento llegaron a la tierra adonde iban.”

                                                                            ***

Es interesante observar, que estos pasajes bíblicos también fueron registrados por inspiración del Espíritu Santo, en los evangelios de San Mateo, San Marcos y San Lucas, otorgándole a este pasaje fuerza histórica y consistencia al relato del evangelista.

San Juan coloca este relato en medio del texto de los milagros, que va desde el capítulo 1 hasta el 12, pareciera que este capítulo 6, es la pieza central de las señales milagrosas de Nuestro Señor Jesús.

Según el último informe de la FAO (Food and Agriculture Organization, por sus siglas en inglés; agencia de las Naciones Unidas que lidera el esfuerzo internacional para poner fin al hambre), se calcula que unos 820 millones de personas no tenían los alimentos necesarios para comer en el año 2018, comparado con 811 millones el año 2017, la FAO considera que este es el tercer año consecutivo en que esta cifra se incrementa.

Según datos de la pagina web https://www.worldometers.info/ la población mundial alcanza el numero de 7.8 billones de personas, lo que nos arroja que, el 10,29% por ciento de la población del planeta no tiene alimento alguno que llevarse a la boca.

Jesús es seguido por las multitudes ya que ellos habían visto los milagros que hacía, al subir a un monte, se da cuenta de la cantidad de personas que le espera.

Seguidamente Jesús pregunta a Felipe cómo haremos para conseguir alimentos para todos esos seguidores, que estaban ahí porque tenían alguna necesidad espiritual o de sanidad.

Relata el evangelista que Jesús estaba poniendo a prueba a Felipe, porque Jesús, el Hijo de Dios, Dios mismo, tenía pleno conocimiento de lo que tenía que realizar para dar de comer a los hambrientos.

Felipe responde que los recursos que tenemos son escasos, se necesitaría mucho dinero, y Andrés interviene y como por decir algo, manifiesta que allí había un niño, con cinco panes y dos pescados.

Tal vez, ese niño era un vendedor ambulante que aprovechaba estas grandes concentraciones de personas, para vender algo de comida a quienes tuvieran hambre y pudieran pagarla, y de esa forma colaboraba con el sustento de su hogar.

Jesús, no se frustra ante la poca comida que tiene el niño, por el contrario, busca rápidamente dar indicaciones que todos se sienten, como acto previo al disfrute de cualquier banquete ofrecido por un Rey.

Toma los panes y los pescados y dando gracias a Dios Padre, reparte tanta cantidad de comida que todos quedaron saciados y aún sobraron pedazos.

Finalmente, Jesús indica que se recogieran los pedazos sobrantes, para que no se desperdiciara nada. Una muestra de la sensatez y mayordomía, que debemos practicar en nuestras vidas con los buenos dones que vienen de Dios.

¿Estamos conscientes que la tierra sufre por la caída en pecado de los primeros padres Adán y Eva, en el Jardín del Edén?

Hermanos, ¿Nos preocupamos por los hambrientos que viven cerca en nuestras comunidades?

¿Como Iglesia, destinamos de las ofrendas, un apartado para llevarles el sustento diario a esos hermanos sin alimentos?

¿Participamos de los programas mundiales para erradicar el hambre sobre el planeta?

Cuando ves un anuncio en las redes sociales, de instituciones solicitando donativos para luchar contra el hambre de tantos prójimos ¿donas? ¿Somos tan egoístas o pobres que nos resulta demasiado dinero donar un dólar americano a esa causa?

¿Estás cumpliendo por fe y amor lo que dice Jesús en Mateo 25:35? “Pues tuve hambre, y ustedes me dieron de comer…”

Cuando das de comer a un hambriento, le estás dando de comer a Jesús, el Dios verdadero, a quien dices seguir y amar de todo corazón.

En la palabra “Ustedes”, ¿crees con sinceridad que te puedes incluir o estás fuera?

Hermano, no te quedes afuera, porque ya sabemos lo que pasará con ellos en el día final.

Oremos: 

Dios Padre eterno, te rogamos pongas en nuestros corazones una fe viva y una compasión que actúa, para que de esta manera podamos alimentar a Jesús por medio de los hambrientos de este mundo.

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!

 

Noveno domingo después de Pentecostés - Jesús, un Pastor misericordioso



21 de julio de 2024

Noveno domingo después de Pentecostés

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 23; Jeremías 23:1-6; Efesios 2:11-22; Marcos 6:30-34, 53-56

Tema de hoy: Jesús, un Pastor misericordioso

Nuestra reflexión para el día de hoy Noveno Domingo Después de Pentecostés, está basada en el pasaje del evangelio que se encuentra en: Marcos 6: 30-34, 53-56

“Después de esto, los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Jesús les dijo:

—Vengan, vamos nosotros solos a descansar un poco en un lugar tranquilo.

Porque iba y venía tanta gente, que ellos ni siquiera tenían tiempo para comer. Así que Jesús y sus apóstoles se fueron en una barca a un lugar apartado. Pero muchos los vieron ir, y los reconocieron; entonces de todos los pueblos corrieron allá, y llegaron antes que ellos. Al bajar Jesús de la barca, vio la multitud, y sintió compasión de ellos, porque estaban como ovejas que no tienen pastor; y comenzó a enseñarles muchas cosas.

Cruzaron el lago y llegaron a la tierra de Genesaret, donde amarraron la barca a la orilla. Tan pronto como bajaron de la barca, la gente reconoció a Jesús. Corrieron por toda aquella región, y comenzaron a llevar en camillas a los enfermos a donde oían decir que estaba Jesús. Y dondequiera que él entraba, ya fuera en las aldeas, en los pueblos o en los campos, ponían a los enfermos en las calles y le rogaban que los dejara tocar siquiera el borde de su capa; y todos los que la tocaban, quedaban sanos.”

***

Es de observar, que estos pasajes bíblicos también fueron registrados por inspiración del Espíritu Santo, en los evangelios de San Mateo, San Lucas y San Juan, dándoles fuerza y consistencia al relato del evangelista.

Si bien la misión de Juan El Bautista había terminado, la de los Apóstoles apenas había empezado.

Ellos se reúnen alrededor de Jesús y le cuentan todas las cosas, tanto lo que habían hecho como lo que habían enseñado.

Estos son misioneros que entregan cuenta en forma seria a su Maestro o Líder. El trabajo realizado por ellos les debió producir bastante cansancio ya que, Jesús les invita a ir a un lugar desierto para descansar por un rato, porque eran muchos los que iban y venían y, ellos no habían tenido un simple momento de ocio para siquiera comer algo.

Es de observar que Jesús sabe de la importancia del descanso, y basado en su experiencia divina aplica lo practicado en la culminación de la obra de su creación; Génesis 2: 2 “El séptimo día terminó Dios lo que había hecho, y descansó.”

Jesús, el Buen Pastor, lleva a sus ovejas hacia verdes praderas y los hace descansar.  

Hermanos, ¿tomamos tiempo de ocio para descansar de nuestra obra diaria?

O tal vez pensamos que somos de acero inoxidable y, nunca vamos a sucumbir, como resultado de sobre exponernos a la fatiga que trae la laboriosidad cuando no damos espacio a cierto tiempo de reposo.

Y el mejor tiempo de ocio empleado, es cuando nos congregamos, leemos la Palabra de Dios y nos sumergimos en oración ante Él. Así ganamos en comunión verdadera con nuestro Padre celestial, quien nos proporciona el descanso perfecto.

Las multitudes los reconocían dondequiera que fueran; no podían ocultarse de ellos.

El Buen Maestro vio a la multitud con un corazón compasivo, porque parecían ovejas sin pastor.

Una oveja sin pastor, no tiene mucha esperanza de vida en sí misma, ya que son seres débiles, inocentes, crédulos y confiados de todo lo que le rodea.

Hermanos, ¿tenemos compasión cuando vemos personas que no tienen un Dios verdadero en quien creer y confiar?

¿Hablamos del amor de Dios en la Cruz, o nos quedamos callados?

Si tienes por costumbre guardar silencio y no hacer nada, en alguna forma estás negando a Nuestro Señor Jesucristo y él promete negarte el día del juicio final.

Finalmente, Jesús y sus discípulos arribaron a Genesaret, allí la gente lo reconoció. Le llevaban a los enfermos en camillas y los colocaban en las calles, en la creencia de que, si sólo tocaban el borde de su traje, quedarían sano y asimismo les fue hecho según su fe.

Las ovejas confían en su pastor, y éste les cura con cuidadoso amor dando cumplimiento a la profecía de Ezequiel 34:16 “Buscaré a las ovejas perdidas, traeré a las extraviadas, vendaré a las que tengan alguna pata rota, ayudaré a las débiles, y cuidaré a las gordas y fuertes. Yo las cuidaré como es debido.”

Hermanos, ¿cuando estamos rotos emocionalmente o enfermos físicamente, acudimos primero a nuestro Pastor en oración, o sólo luego que hemos tratado todo lo demás sin resultado exitoso alguno?

Oremos

Dios Padre eterno, te suplicamos que siempre nos orientes a acudir primeramente a Nuestro Pastor Jesucristo, para encontrar guía, dirección y sanidad de nuestros cuerpos y almas.

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!


Octavo domingo después de Pentecostés - Asesinando al mensajero de Dios



14 de julio de 2024

Octavo domingo después de Pentecostés

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 85:8-13; Amós 7:7-15; Efesios 1:3-14; Marcos 6:14-29

Tema de hoy: Asesinando al mensajero de Dios

Nuestra reflexión para el día de hoy Octavo Domingo Después de Pentecostés, está basada en el pasaje del evangelio que se encuentra en: San Marcos 6: 14-29

“El rey Herodes oyó hablar de Jesús, cuya fama había corrido por todas partes. Pues unos decían: «Juan el Bautista ha resucitado, y por eso tiene este poder milagroso.»

Otros decían: «Es el profeta Elías.»

Y otros: «Es un profeta, como los antiguos profetas.»

Al oír estas cosas, Herodes decía:

—Ése es Juan. Yo mandé cortarle la cabeza y ahora ha resucitado.

Es que, por causa de Herodías, Herodes había mandado arrestar a Juan, y lo había hecho encadenar en la cárcel. Herodías era esposa de Filipo, hermano de Herodes, pero Herodes se había casado con ella. Y Juan había dicho a Herodes: «No debes tener como tuya a la mujer de tu hermano.»

Herodías odiaba por eso a Juan, y quería matarlo; pero no podía, porque Herodes le tenía miedo, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo protegía. Y aunque al oírlo se quedaba sin saber qué hacer, Herodes escuchaba a Juan de buena gana. Pero Herodías vio llegar su oportunidad cuando Herodes, en su cumpleaños, dio un banquete a sus jefes y comandantes y a las personas importantes de Galilea. La hija de Herodías entró en el lugar del banquete y bailó, y el baile gustó tanto a Herodes y a los que estaban cenando con él, que el rey dijo a la muchacha:

—Pídeme lo que quieras, y te lo daré.

Y le juró una y otra vez que le daría cualquier cosa que pidiera, aunque fuera la mitad del país que él gobernaba. Ella salió, y le preguntó a su madre:

—¿Qué pediré?

Le contestó:

—Pídele la cabeza de Juan el Bautista.

La muchacha entró de prisa donde estaba el rey, y le dijo:

—Quiero que ahora mismo me des en un plato la cabeza de Juan el Bautista.

El rey se puso muy triste; pero como había hecho un juramento en presencia de sus invitados, no quiso negarle lo que le pedía. Así que mandó en seguida a un soldado con la orden de llevarle la cabeza de Juan. Fue el soldado a la cárcel, le cortó la cabeza a Juan y se la llevó en un plato. Se la dio a la muchacha, y ella se la entregó a su madre.

Cuando los seguidores de Juan lo supieron, recogieron el cuerpo y se lo llevaron a enterrar.”

***

Es de observar, que estos pasajes bíblicos también fueron registrados por inspiración del Espíritu Santo, en los evangelios de San Mateo y San Lucas, dándoles fuerza y consistencia al relato del evangelista.

El relato inicia con que el rey Herodes había oído hablar de Jesús debido a la fama que había cobrado. En todas partes se hablaba de él.

La gente pensaba y, así lo hacía saber a sus coterráneos que, Jesús era algún profeta antiguo, otros, insistían al igual que lo hicieron con Juan el Bautista, que se trataba del mismísimo profeta Elías.

La multitud creía esto de Jesús por los milagros que realizaba, su mensaje renovador y la autoridad mostrada en sus enseñanzas.

Notemos bien que, ya no están sorprendidos que el chico de la vecindad, su compañero de juegos infantiles y juveniles se mostrara tal como era, desplegando su divinidad.

Ahora bien, por otro lado, vemos lo que piensa Herodes sobre Jesús y el porqué de este pensar.

Herodes está seguro que la persona de Jesús, es la del mismo Juan el Bautista a quien él mandó decapitar; que ha resucitado.

La idea de la resurrección, era aceptada para ese tiempo y comunidad como algo natural.

Juan el Bautista, reprendía duramente con su discurso la abominación que había cometido Herodes al casarse con la esposa de su hermano y la violación a las leyes, tal como podemos leer en el libro de levítico 18:16 y 20:21.

“No deshonres a tu hermano teniendo relaciones sexuales con su mujer”

“Si alguien le quita la esposa a su hermano, deshonra a su propio hermano. Éste es un acto odioso, y los dos se quedarán sin hijos.”

Tanto Herodes como su esposa estaban viviendo en inmoralidad sexual a los ojos de Dios, Juan, no podía callar ante esa situación generada por un líder político que, debía ante todo, ser ejemplo de decencia y rectitud ante sus súbditos.

Hermano, ¿has conocido algún líder o persona que debiendo ser ejemplo dentro de su comunidad, ha caído en pecados de inmoralidades sexuales parecidos a lo de este pasaje bíblico.?

Hermano, ¿acaso te has encontrado inmerso en algún tipo de pecado de este tenor. Por ejemplo, ¿deseando a la mujer de tu prójimo?, ¿a la mujer de tu hermano? Recuerda lo que dice Jesús, basta con desearla en tu corazón, para consumar el pecado.

Bueno, hermano, déjame decirte que, si has respondido afirmativamente a la pregunta antes formulada, tu alma pende de un hilo y está próxima a pasar la eternidad en el lugar destinado por Dios para los de mal proceder, sí, el infierno, donde el gusano no muere y el tormento de sus llamas es infinito.

¿Has conocido a alguna persona creyente que te haya hablado de Dios y su infinito e inmerecido amor?

¿Estás en conocimiento de que esa persona es alguien respetable, bueno y justo? ¿Has escuchado con atención sus palabras?

Eso mismo pensaba Herodes acerca de Juan el Bautista, mas sin embargo mandó decapitarlo. Y esto es así, porque a nadie le gusta que sus malas acciones sean expuestas claramente a la luz del día y, dejándose corromper por la sensualidad de un baile, procede a cometer un homicidio; tal vez también deseaba a su hijastra, según se desprende de la descripción del texto.

¿Cuántas veces hemos tenido conocimiento de horrendos crímenes, por causa de la infidelidad y el desorden en la vida sexual?

Los seguidores de Juan al tener noticias de su muerte, aceptaron con humildad y resignación de corazón la tragedia; no emprendieron actos de venganzas o retaliaciones, porque estaban seguros de su destino eterno con su Dios.

Hermano, tú que has hecho de tu vida sexual un desastre, que te identificas con los desafueros y crímenes cometido por Herodes, hoy te digo que vengas ante la presencia de Nuestro Señor Jesucristo, ya que él ciertamente pagó todas tus culpas con su propia vida en la Cruz.

Cree que él puede hacer de toda tu vida una nueva vida, llena de amor sincero, fidelidad, comprensión y armonía, basada en su misericordia. Nunca es tarde para volvernos a Dios y dejar de sufrir por nuestras transgresiones.

Oremos

Dios Padre eterno, te suplicamos que pongas en nuestros corazones y mentes, que atiendan a tu mensaje de salvación, y no pretendamos asesinar a tus mensajeros, con la indiferencia de la sensualidad de nuestras vidas.

 Amén. Dios los bendiga, y recuerden: ¡¡Sólo Dios Salva!!

 

Séptimo domingo después de Pentecostés - ¿Quién es Jesús para nosotros?



07 de julio de 2024

Séptimo domingo después de Pentecostés

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 123; Ezequiel 2:1-5; 2 Corintios 12:2-10; Marcos 6:1-13

Tema de hoy: ¿Quién es Jesús para nosotros?

Nuestra reflexión para el día de hoy Séptimo Domingo Después de Pentecostés, está basada en el pasaje del evangelio que se encuentra en: San Marcos 6: 1-13

“Jesús se fue de allí a su propia tierra, y sus discípulos fueron con él. Cuando llegó el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga. Y muchos oyeron a Jesús, y se preguntaron admirados:

—¿Dónde aprendió éste tantas cosas? ¿De dónde ha sacado esa sabiduría y los milagros que hace? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿Y no viven sus hermanas también aquí, entre nosotros?

Y no tenían fe en él. Pero Jesús les dijo:

—En todas partes se honra a un profeta, menos en su propia tierra, entre sus parientes y en su propia casa.

No pudo hacer allí ningún milagro, aparte de poner las manos sobre unos pocos enfermos y sanarlos. Y estaba asombrado porque aquella gente no creía en él.

Jesús recorría las aldeas cercanas, enseñando. Llamó a los doce discípulos, y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus impuros. Les ordenó que no llevaran nada para el camino, sino solamente un bastón. No debían llevar pan ni provisiones ni dinero. Podían ponerse sandalias, pero no llevar ropa de repuesto. Les dijo:

—Cuando entren ustedes en una casa, quédense allí hasta que se vayan del lugar. Y si en algún lugar no los reciben ni los quieren oír, salgan de allí y sacúdanse el polvo de los pies, para que les sirva a ellos de advertencia.

Entonces salieron los discípulos a decirle a la gente que se volviera a Dios. También expulsaron muchos demonios, y curaron a muchos enfermos ungiéndolos con aceite.”

Estos pasajes bíblicos también fueron registrados por inspiración del Espíritu Santo, en los evangelios de San Mateo y San Lucas.

Venimos de un ciclo en el estudio de la fe y su forma de manifestarse. Un Maestro que parece dormir mientras se desata una mortal tormenta, sus discípulos incrédulos se llenan de temor, Jesús luego despierta y, regañando a los elementos de la naturaleza éstos obedecen y se calman.

Luego un jerarca religioso en su desespero por la grave enfermedad e inminente muerte de su hija, recurre al Señor Jesús e implorando le pide que la sane, indicándole a Jesús como tiene que hacerlo y lo hace.

Al propio tiempo una mujer enferma por largo tiempo, cree en su corazón, alma y mente que con tan sólo tocar la capa del Mesías quedará sana y al hacerlo lo logra.

Luego de haber sanado a la hija de Jairo, Jesús partió inmediatamente a Nazaret, acompañado por sus discípulos.

Llegado el sábado, día de reunión en el templo según la tradición judía, comenzó a predicar, enseñando en la sinagoga.

Esta sinagoga era el mismo sitio en donde Jesús había participado y compartido con sus amigos y familiares desde su niñez y hasta su adultez.

Quienes le conocían estaban asombrados, ante tanta sabiduría y autoridad de palabra con la cual se expresaba.

Ellos habían compartido con él; habían jugado, ido a las mismas fiestas, en fin, los mismos eventos, actividades y compromisos sociales.

Entonces, cómo es esto posible, no puede ser, de dónde sacó estas nuevas enseñanzas, dónde aprendió a hablar de esta manera. Él sólo es el hijo del carpintero y conocemos a sus padres y hermanos.

Esta gente no tenía fe en él, ya que veían a alguien igual a ellos, alguien a quien no debían darle tanta importancia o crédito.

Jesús en su omnisciencia, conociendo sus corazones, les menciona un refrán que dice “En todas partes se honra a un profeta, menos en su propia tierra, entre sus parientes y en su propia casa”

Así las cosas, por ejemplo, alguien que conocemos, se forma en alguna área del conocimiento que, llegada la oportunidad usa en forma excelente ante nuestra presencia, mas como nosotros no conocíamos de sus estudios, nos negamos en creer que esa persona sea capaz de ejecutar sus destrezas o que sean fiables, confiables o de buena calidad.

Así trabaja la naturaleza humana por falta de humildad en reconocer los talentos ajenos, cayendo luego indefectiblemente en la mala hierba de la envidia y ataques infundados a esa persona.

Jesús fue objeto de este mal proceder de la conducta humana; pero identificándolo en sus detractores, les enseñó rápidamente con un proverbio, en la esperanza que entendieran, reflexionaran y se volvieran a la fe.

Es que tal vez, nosotros hoy en día negamos a Jesús, como Dios y Salvador de nuestras almas en la eternidad, debido a este sentimiento o forma de pensar.

Será que estamos viendo en Jesús a un simple mortal, a un hijo de vecina cualquiera.

He llegado a escuchar personas decir, yo creo en Dios, pero eso de Jesucristo es como comiquitas (dibujos animados, cartones) para mí.

Entonces, para esa persona desde su arrogancia, Jesús es un cuento inventado de la nada, sin fundamento, solo para entretener a los niños en sus horas de ocio.

Amigo que lees, ¿has vivido con esta creencia, o una parecida acerca de Jesucristo?

Permíteme que te diga que, si esto es así, tu alma corre peligro de pasar la eternidad en el infierno, donde el fuego no se consume y los gusanos nunca mueren, el lugar de tormento jamás imaginado por la mente humana.

Dice la Palabra Santa de Dios, que el único camino al Padre es el Hijo, Jesús, a quien tú niegas como Dios y Salvador.

Piensa, reflexiona, hoy tienes tiempo de volverte a él, confiesa con tu boca que Jesucristo es Dios y cree en tu corazón para salvación eterna. Aún estás a tiempo…

Continuando con el texto bíblico, observamos como la incredulidad “incapacita” (Disculpas por el entrecomillado, el resaltado y el subrayado de la palabra) a Dios para realizar los milagros que en caso contrario veríamos manifestados abundantemente en nuestras vidas.

Hermano, si usted no tiene fe, Dios no podrá hacer nada en su vida, claro está, que Dios como Todopoderoso y Soberano tiene misericordia de quien él quiere y, esta misericordia suele superar su propia justicia.

Nuestro Maestro, Señor y Dios no era un tele evangelista, no tengo nada en contra de ellos; pero observamos que Jesús caminaba, andaba en las calles, trabajando, enseñando, llevando las buenas nuevas de vida eterna, curando a los enfermos.

Cumpliendo la promesa que los haría pescadores de hombres, los discípulos fueron comisionados a ir en parejas para proporcionarse compañía, aliento, y apoyo en la oración, no debían llevar comida, ni ropa de repuesto.

Debían hospedarse en las casas a las que llegaran y permanecer allí hasta partir. Ellos no iban a hacer turismo, estarían trabajando en el reino de Dios.

El uso del aceite era de uso tradicional en esa cultura y tiempo, con el carácter de ungüento, mas no debemos hacer de esta mención, una práctica obligada al visitar a algún enfermo que requiera de oración.

No debemos llevar en el bolsillo una botellita de aceite cuando visitemos a algún enfermo, no convirtamos una práctica de la cultura hebrea, en un ídolo más para adorar y que nos aleje de nuestro único camino, Jesucristo.

Oremos: 

Dios Padre eterno, te rogamos de todo corazón, podamos con corazón humilde reconocer cada día y en cada situación que Jesucristo, habiendo nacido de Padres humanos, también es Dios, y el único que nos salva por fe.

 

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!