Revised Common Lectionary - Daily Readings

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Novela «El Terror de Alicia» Autor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Novela «El Terror de Alicia» Autor: Miguel Ángel Moreno Villarroel
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Decimoctavo domingo después de Pentecostés - La humildad que proviene de Dios



22 de septiembre de 2024

Decimoctavo domingo después de Pentecostés

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 54; Jeremías 11:18-20; Santiago 3:13 - 4:3, 7-8a; Marcos 9:30-37

Tema de hoy: La humildad que proviene de Dios

Nuestra reflexión para el día de hoy Decimoctavo Domingo Después de Pentecostés, está basada en el pasaje del evangelio que se encuentra en: San Marcos 9: 30-37 y es del siguiente tenor:

“Cuando se fueron de allí, pasaron por Galilea. Pero Jesús no quiso que nadie lo supiera, porque estaba enseñando a sus discípulos. Les decía:

—El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; pero tres días después resucitará.

Ellos no entendían lo que les decía, y tenían miedo de preguntarle.

Llegaron a la ciudad de Cafarnaúm. Cuando ya estaban en casa, Jesús les preguntó:

—¿Qué venían discutiendo ustedes por el camino?

Pero se quedaron callados, porque en el camino habían discutido quién de ellos era el más importante. Entonces Jesús se sentó, llamó a los doce y les dijo:

—Si alguien quiere ser el primero, deberá ser el último de todos, y servirlos a todos.

Luego puso un niño en medio de ellos, y tomándolo en brazos les dijo:

—El que recibe en mi nombre a un niño como éste, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, no solamente a mí me recibe, sino también a aquel que me envió”.

***

En nuestro pasaje del evangelio para el día de hoy, vemos a un Jesús que reclama tiempo libre a solas y en paz para enseñar a sus discípulos.

Este es un ejemplo muy claro para los que se dedican a la enseñanza de la Palabra de Dios dentro de nuestras comunidades eclesiásticas; ya que, muchas veces vemos a individuos que, sin instrucción adecuada ni vocación demostrada, pretenden fungir como adoctrinadores correctos y sabios de quienes luego servirán como efecto multiplicador por todo el mundo.

Y se demuestran muy fácilmente sus carencias en virtud de que, todo lo hacen improvisado, apurados, desordenado y ladeandose en su mayoría hacia lo meramente humano o, buscando la aceptación y reconocimiento social. Suelen pensar «voy a hacerme maestro en esa iglesia y listo, subo en la escala social» dejando a un lado el amor y el sacrificio de Cristo Nuestro Señor en la Cruz.

Jesús necesita enseñar lo más pronto posible, porque, como les anuncia a sus seguidores, en breve será «entregado, asesinado; pero al tercer día resucitará». Y quienes heredarán el compromiso de anunciar sus buenas nuevas serán ellos mismos, así que, necesita un lugar tranquilo, solitario, para que se complete perfectamente el proceso de enseñanza tan importante que comprende la salvación de toda la humanidad.

Hermano. ¿Has sentido algunas veces que estando en el rol de la enseñanza cristiana, has fallado porque has errado en tu vocación? ¿Entendemos la importancia que significa enseñar las Buenas Nuevas de Nuestro Señor Jesucristo?

Cada persona que es enseñada en el evangelio, se convierte en un discípulo de Jesús y, la importancia sobre estos conocimientos no ha mermado a lo largo de los años; sigue siendo igual que en aquel entonces.

En la ilación de este pasaje, los discípulos parecen entender al igual que sucede hoy en día, que ellos están aprendiendo acerca del reino de Dios, solamente con el único objetivo de ganar jerarquía entre ellos, es decir ser el más importante, sentir esa satisfacción humana en sus mentes y en sus corazones, como si se tratara de un curso más sobre ventas del algún producto determinado.

Pero Jesús que es Dios omnisciente, los sorprende en su autoengaño, y les dice amorosa y firmemente con su revolucionaria enseñanza, que: «Si alguien quiere ser el primero, deberá ser el último de todos, y servirles a todos».

¡Pero no, yo no quiero ser el último, yo quiero y siempre querré ser el primero! Pensaría algunos de los discípulos por no decir todos.

Y, como nuestro Dios omnisciente escucha sus pensamientos, les regala otro ejemplo a ver si lo entienden de una vez por todas «El que recibe en mi nombre a un niño como éste, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, no solamente a mí me recibe, sino también a aquel que me envió»

El hecho de recibir gustosamente a un niño en el nombre de Jesús, significa que esa persona se negó a sí misma; luego, habla de la humildad que ha recibido del Espíritu Santo y ha guardado fielmente en su corazón, entonces y sólo entonces, podrá considerarse a ese sujeto como el primero y más importante en el reino de los cielos.

Hermano, ¿has sentido que quieres ser el que más figura, primero en todo y más importante dentro de la Iglesia de Cristo?

Es tiempo de recapacitar y practicar lo que nos dice Jesús en su Palabra.

Oremos:

Roguemos a Dios Padre que, en todo momento nos acerquemos a la humildad que nos enseñó el que nació en un pesebre, murió por nosotros en una cruz y resucitó para darnos la certeza de la vida eterna junto a él.

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!


Decimoséptimo domingo después de Pentecostés - Una vida espiritual errática



15 de septiembre de 2024

Decimoséptimo domingo después de Pentecostés

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 116:1-9; Isaías 50:4-9a; Santiago 3:1-12; Marcos 8:27-38

Tema de hoy: Una vida espiritual errática

Nuestra reflexión para el día de hoy decimoséptimo domingo después de Pentecostés, está basada en el pasaje del evangelio que se encuentra en: San Marcos 8: 27-38 y es del siguiente tenor:

“Después de esto, Jesús y sus discípulos fueron a las aldeas de la región de Cesarea de Filipo. En el camino, Jesús preguntó a sus discípulos:

—¿Quién dice la gente que soy yo?

Ellos contestaron:

—Algunos dicen que eres Juan el Bautista, otros dicen que eres Elías, y otros dicen que eres uno de los profetas.

—Y ustedes, ¿quién dicen que soy? —les preguntó.

Pedro le respondió:

—Tú eres el Mesías.

Pero Jesús les ordenó que no hablaran de él a nadie.

Jesús comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre tendría que sufrir mucho, y que sería rechazado por los ancianos, por los jefes de los sacerdotes y por los maestros de la ley. Les dijo que lo iban a matar, pero que resucitaría a los tres días. Esto se lo advirtió claramente. Entonces Pedro lo llevó aparte y comenzó a reprenderlo. Pero Jesús se volvió, miró a los discípulos y reprendió a Pedro, diciéndole:

—¡Apártate de mí, Satanás! Tú no ves las cosas como las ve Dios, sino como las ven los hombres.

Luego Jesús llamó a sus discípulos y a la gente, y dijo:

—Si alguno quiere ser discípulo mío, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz y sígame. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda la vida por causa mía y por aceptar el evangelio, la salvará. ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde la vida? O también, ¿cuánto podrá pagar el hombre por su vida? Pues si alguno se avergüenza de mí y de mi mensaje delante de esta gente infiel y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga con la gloria de su Padre y con los santos ángeles”.

***

Casi siempre, es usado el ejemplo de que, si a un barco no se le marca un destino y se sueltan sus cabos, lo más seguro es que esa nave dé tumbos en varias direcciones sin salir del muelle, terminando con la mayor de las probabilidades encallada cerca de donde inició su travesía.

Por otro lado, si a la misma nave se le fija su itinerario, y se le señala un destino específico y claro; tenemos la seguridad que la misma no se dejará llevar por las órdenes que le den las olas, sino que con determinación, surcará las aguas hasta puerto seguro y confiable.

Se nota de ese ejercicio mental que, si uno conoce cuál es el objetivo, propósito de su labor y se identifica con éste, la actitud de compromiso y esmero en el mismo, será gratificante, provechosa y de gran calidad en su realización.

Para el día de hoy, observamos a un Mesías que conoce con exactitud y detalles, qué pasará con él y el modo en que lo llevará a cabo.

“...el Hijo del hombre tendría que sufrir mucho, y que sería rechazado por los ancianos, por los jefes de los sacerdotes y por los maestros de la ley. Les dijo que lo iban a matar, pero que resucitaría a los tres días”.

Y observamos a un discípulo que, pocos versículos antes había confesado por medio del Espíritu Santo que Jesús era el Mesías, es ahora lamentablemente atacado por Satanás; desviando la mirada de la misión de su Maestro, desconociéndola y negándola, porque ve el plan de Dios desde el punto de vista de los hombres, rechazando el plan de su Señor.

Luego, Jesús les ofrece a los discípulos, directrices de cómo deben conducir su vida de devoción y creencia.

«Olvídense de sí mismos y carguen su cruz, esto es, no sean egoístas y trabajen en la obra del Reino de Dios»

«No vayan detrás del resplandeciente brillo de los asuntos cotidianos, menospreciando la relación con su creador»

«Proclamen el nombre de Jesucristo, sin avergonzarse, para que en el día final él se enorgullezca de ustedes»

¿Has vivido momentos de dudas, confusión de no saber adónde vas?

¿Dudas de tus capacidades, de tu fe, de tus amigos?

¿Sabes lo que significa cargar la cruz?

Oremos:

Pidamos a Dios Padre que, en todo tiempo, pongamos la mirada en la vida que nos otorga la cruz de Nuestro Señor Jesucristo y, jamás sigamos el ejemplo de Pedro y su vida espiritual errática.

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!

Decimosexto domingo después de Pentecostés - La mejor visa jamás inventada



08 de septiembre de 2024

Decimosexto domingo después de Pentecostés

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 146; Isaías 35:4-7a; Santiago 2:1-10,14-17; Marcos 7:24-37

Tema de hoy: La mejor visa jamás inventada

Nuestra reflexión para el día de hoy decimosexto domingo después de Pentecostés, está basada en el pasaje del evangelio que se encuentra en: San Marcos 7: 24-37 y es del siguiente tenor:

“De allí se dirigió Jesús a la región de Tiro. Entró en una casa, sin querer que nadie lo supiera; pero no pudo esconderse. Pronto supo de él la madre de una muchacha que tenía un espíritu impuro, la cual fue y se arrodilló a los pies de Jesús. La mujer no era judía, sino originaria de Sirofenicia. Fue, pues, y rogó a Jesús que expulsara de su hija al demonio. Pero Jesús le dijo:

—Deja que los hijos coman primero, porque no está bien quitarles el pan a los hijos y dárselo a los perros.

Ella le respondió:

—Pero, Señor, hasta los perros comen debajo de la mesa las migajas que dejan caer los hijos.

Jesús le dijo:

—Por haber hablado así, vete tranquila. El demonio ya ha salido de tu hija.

Cuando la mujer llegó a su casa, encontró a la niña en la cama; el demonio ya había salido de ella.

Jesús volvió a salir de la región de Tiro y, pasando por Sidón, llegó al Lago de Galilea, en pleno territorio de Decápolis. Allí le llevaron un sordo y tartamudo, y le pidieron que pusiera su mano sobre él. Jesús se lo llevó a un lado, aparte de la gente, le metió los dedos en los oídos y con saliva le tocó la lengua. Luego, mirando al cielo, suspiró y dijo al hombre: «¡Efatá!» (es decir: «¡Ábrete!»)

Al momento, los oídos del sordo se abrieron, y se le desató la lengua y pudo hablar bien. Jesús les mandó que no se lo dijeran a nadie; pero cuanto más se lo mandaba, tanto más lo contaban. Llenos de admiración, decían: «Todo lo hace bien. ¡Hasta puede hacer que los sordos oigan y que los mudos hablen!»”

***

Imagine por un momento, que su hija sufre de una enfermedad que ni usted ni nadie sabe cuál es su origen. Usted se encuentra perdido, desorientado, vulnerable. Usted piensa «mi hija va a morir y no puedo hacer nada».

Luego, cuando ya usted está haciendo los preparativos para el entierro, repentinamente, un vecino le dice: —Mira por ahí anda un judío, profeta él, que dicen ha hecho milagros de curaciones. Si bien, nosotros pertenecemos a otra cultura y otra religión, no está demás hablar con ese señor. Amigo, creo que no tienes nada que perder.

¿Qué haría usted? ¿Se quedaría paralizado, y seguiría con los preparativos del sepelio de su hija o, iría y rogaría a ese sujeto que le han recomendado para que la sane?

Muy bien, el contexto de la historia es que, Jesús quería estar en soledad con sus discípulos e hizo algo raro en él, y se fue a tierras de gentiles, tierras de Tiro y Sidón, donde actualmente está ubicado el Líbano.

La mujer del relato acudió con fe a Jesús, se ve bien que la recomendación hecha por las personas y su gran fama, la habían convencido que él era el único camino que le quedaba por transitar.

Ahora bien, para el Señor, esta era una situación muy difícil en la que lo ponía la petición de la señora, ya que él había sido enviado a las ovejas perdidas de Israel y así, cumplir la promesa histórica de siglos hecha por Jehová.

Podemos pensar que, si Jesús hubiese empezado su ministerio en tierras de gentiles, tal vez se hubiese retrasado o frustrado el cumplimiento de su plan.

No debemos entender con la palabra «perros», que Jesús pretendía ofender a la dama necesitada.

Y la señora lo supo bien, ya que Jesús lo que daba a entender era que primero debía predicar a los hijos del pueblo de Israel y luego a los otros pueblos en general.

Jesús le dijo: por haber hablado así, vete en paz, lo que has venido a buscar se te ha concedido.

Y la pregunta curiosa e inquisitiva aquí es: ¿Cómo habló la señora? ¿Dijo Abracadabra? ¿Le mostró un amuleto para que se lo bendijera y con eso curaría a su niña?

Bueno, creo que la forma de hablar fue con total fe, autoridad y confianza en que iba a recibir solución de su Señor.

La siguiente historia nos habla de que le llevaron a Jesús, un sordo y tartamudo.

Hemos de precisar que Decápolis también era una región de gentiles; nuestro Señor Jesucristo predicó la Palabra en estos lugares y también realizó muchos milagros.

Jesús tomó aparte al hombre y con señas le enseña lo que va a hacerle, luego introduce sus dedos en los oídos y con saliva le toca la lengua, como haciendo una transfusión de fluidos divinos, desde su lengua hacia la lengua del tartamudo. Jesús utiliza la misma palabra que usó con la hija de Jairo «Efatá».

Jesús termina pidiendo al hombre que no mencione lo que había sucedido, pero como la gloria de Dios es indetenible e inexorable, más se corría acerca de la fama de Jesús.

La multitud se maravilla y dice: todo lo puede hacer bien.

Sí, Jesús todo lo hace bien.

Hermano, ¿tienes miedo de acercarte a Jesús? ¿Crees que Jesús lo hace todo bien? Quiero recordarte que por la promesa que hizo Dios a nuestro Padre Abraham, tú formas parte del pueblo de Israel. Sí, puedes decir confiadamente que tienes doble nacionalidad, y tienes la mejor visa jamás inventada, porque eres ciudadano del Israel celestial.

Oremos

Dios Padre eterno, te rogamos nos hagas entender que todos nosotros formamos parte de la ciudadanía del Israel celestial, para que de esta forma podamos confiar en tus pactos y promesas.

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!


Decimoquinto domingo después de Pentecostés - La ley de libertad



01 de septiembre de 2024

Decimoquinto domingo después de Pentecostés

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 15; Deuteronomio 4:1-2, 6-9; Santiago 1:17-27; Marcos 7:1-8, 14-15, 21-23

Tema de hoy: La ley de libertad

Nuestra reflexión para el día de hoy decimoquinto domingo después de Pentecostés, está basada en el pasaje del evangelio que se encuentra en: Marcos 7: 1-8, 14-15, 21-23 y es del siguiente tenor:

“Se acercaron los fariseos a Jesús, con unos maestros de la ley que habían llegado de Jerusalén. Éstos, al ver que algunos discípulos de Jesús comían con las manos impuras, es decir, sin haber cumplido con la ceremonia de lavárselas, los criticaron. (Porque los fariseos y todos los judíos siguen la tradición de sus antepasados, de no comer sin antes lavarse las manos debidamente. Y cuando regresan del mercado, no comen sin antes cumplir con la ceremonia de lavarse. Y aún tienen otras muchas costumbres, como lavar los vasos, los jarros, las vasijas de metal y las camas.) Por eso, los fariseos y los maestros de la ley le preguntaron:

—¿Por qué tus discípulos no siguen la tradición de nuestros antepasados, sino que comen con las manos impuras?

Jesús les contestó:

—Bien habló el profeta Isaías acerca de lo hipócritas que son ustedes, cuando escribió:

“Este pueblo me honra con la boca, pero su corazón está lejos de mí. De nada sirve que me rinda culto: sus enseñanzas son mandatos de hombres.”

Porque ustedes dejan el mandato de Dios para seguir las tradiciones de los hombres.

Luego Jesús llamó a la gente, y dijo:

—Escúchenme todos, y entiendan: Nada de lo que entra de afuera puede hacer impuro al hombre. Lo que sale del corazón del hombre es lo que lo hace impuro.

Porque de adentro, es decir, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los asesinatos, los adulterios, la codicia, las maldades, el engaño, los vicios, la envidia, los chismes, el orgullo y la falta de juicio. Todas estas cosas malas salen de adentro y hacen impuro al hombre.”

***

Desde el Salmo 15 leído hoy, podemos apreciar que David, inspirado por el Espíritu Santo, muestra quién puede presentarse ante Dios y, nos da varias recomendaciones que se traducen en: amar a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

En el libro de Deuteronomio, Moisés escribe, guiado por el Espíritu Santo, acerca de los estatutos que manda Dios y nos aconseja, en pocas palabras, que los guardemos para ser una nación grande y de una vida productiva y de posibilidades en bendiciones. 

Y la epístola de Santiago nos recomienda ser hacedores de la palabra y no tan solo oidores. El apóstol nos habla de la ley de la libertad.

Ahora bien, volviendo al evangélio escuchado hoy, tenemos que, en la sociedad de los fariseos y judíos de hace dos milenios, tenían una obsesión que ellos llamaban eufemísticamente «ceremonia».

Esta sociedad, se lavaba las manos con tanta asiduidad que rayaba en un sin sentido lo que hacían: si comían, si iban al mercado, si iban, si regresaban etc.

Ellos, estaban encadenados a una ley que pensaban les traería la paz con Dios; pero estaban lejos de lograr la paz con Dios, ya que estos cumplimientos eran más de tipo social, para cumplir ante los hombres con «el qué dirán».

Y lo anterior es tan cierto que, como niños que buscan aceptación y popularidad con sus coetáneos, le dicen a Jesús: mira tú que dices que eres maestro, ¿por qué no les enseñas a tus seguidores que cumplan con la tradición de nuestros antecesores?

Jesús, responde con las palabras del profeta Isaías y les llamó: seguidores de enseñanzas y mandatos de hombres; también los catalogó de hipócritas, en fin, ustedes hace tiempo que abandonaron lo que ordena Dios para obedecer lo que dicen los hombres.

Nuestro Señor les dice: lo que entra al cuerpo del hombre no le puede hacer impuro «espiritualmente hablando» (recordemos la enseñanza de Jesús “cuídense de la levadura de los fariseos”) la persona que por necesidad y hambre come de los tambores de basura, muy bien pudiera desarrollar parásitos y otras patologías; mas espiritualmente no podrá ser afectado por ello.

Pero, la misma persona, sometida a enseñanzas malsanas desde su infancia, pudiera traerles consecuencias de eterna perdición espiritual, que no afectarían en principio su organismo, pero sí su alma.

Culmina Jesús diciendo: todas las cosas malas salen del corazón del hombre. Pudiéramos decir que, esas cosas malas, primero debieron llegar al corazón del hombre para luego poder salir.

Recordemos y tengamos muy presente, que el ser humano es pecador desde el vientre de su madre; el pecado original le domina y somete. El hombre ya desde que nace, se encuentra equipado con toda esa artillería pesada de maldad; y lo que resta, es tiempo para que este empiece a manifestarse en su cotidianidad.

No sólo el pecado original es abastecedor confiable de todas estas inmundicias; el hombre en su desenvolvimiento social va adquiriendo todo este bagaje de maldad, que luego saldrá de su corazón, contaminando todo a su alrededor y principalmente a él mismo.

Hermano, ¿cuáles prácticas tradicionales inventadas por los hombres sigues hoy en día? ¿De cuáles ritos o ceremonias eres copartícipe, pensando que con eso estarás en buena con Dios y ganarás el cielo?

Déjame decirte que, solamente el sacrificio y pago por todos nuestros pecados, obtenido por Jesucristo en la Cruz gloriosa del Calvario lo ha logrado, sí, es un hecho irrepetible, no acepta otro vicario, él es el único que puede y quiere llevarte a la vida eterna junto a su Padre,

Oremos: 

Dios Padre eterno, te suplicamos que nos sostengas en nuestro diario vivir, de tal forma que no nos desviemos detrás de elementos y actores que pretendan y finjan conducirnos a tu reino eterno de gloria.

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!