16 de mayo de 2021
Séptimo Domingo de Pascua.
Pastor: Miguel Moreno
Lecturas: Salmo
1; Hechos 1: 15-17, 21-26; 1 Juan 5: 9-13; Juan 17: 6-19
Tema de hoy: ¡Formando Parte de una
Selección Especial!
Nuestra predicación está basada en la lectura del
evangelio para el día de hoy, Séptimo Domingo de Pascua, y la misma se
encuentra en el evangelio según Juan
17: 6-19
En el pasaje del evangelio para el día de hoy, podemos
ver que Jesús está entregando cuentas a su Padre celestial en una oración en la
cual, también hace peticiones especificas en relación al amor y cuidado espiritual.
Esta oración es conocida con el nombre de “La Oración Sumo
sacerdotal” de Nuestro Señor Jesucristo, y la misma contiene elementos muy
interesantes, los cuales han sido analizados incisivamente a través de los
siglos ya que, representa una intercesión efectuada por nuestro Salvador ante
nuestro Padre.
Primeramente, Jesús al conversar con Dios Padre, habla en
forma que los escuchas sepan cómo ha sido el proceso de su elección.
Jesús muestra que, quien elige a sus seguidores es el
Padre. En pocas palabras, esa introducción expone todos los pasos que ha tenido
el proceso de educación y adoctrinamiento del Maestro hacia sus discípulos
Luego, el Mesías entra a considerar lo que ha de venir
una vez que él haya partido; la persecución será ejecutada con fuerza y
crueldad contra estos discípulos y quienes los acompañen en sus creencias, así
que, pide a su Padre que los cuide, los proteja con el poder de su nombre, sí,
el mismo nombre que diera Dios a Moisés, “Yo Soy” ese nombre tiene poder en sí
mismo.
Jesús sabía que iba a regresar a donde pertenece desde la
eternidad, mas ruega al Padre que cuide a sus seguidores, esta petición no
podemos considerarla circunscrita solamente a los discípulos, sino a todas las
generaciones de creyentes que vendrían en el futuro.
Debemos notar algo que es muy importante, Jesús sabe que
el mundo odia y odiará a los cristianos, por “mundo” debemos entender a quienes
en el disfrute de su vida no reparan en considerar siquiera la existencia y
respeto hacia Dios, pero no pide a su Padre que los sustraiga del mundo, sino
que los proteja de toda maldad.
Muchas veces surgen discusiones, acerca de si debemos
como cristianos, asistir a fiestas, reuniones y diferentes sitios del acontecer
social. Hay quienes suelen decir: “no debemos asistir porque eso es “mundano” y
nosotros somos “cristianos”.
Ahora bien, preguntémonos qué diría y haría Jesucristo.
No es muy difícil saberlo, si buscamos en su palabra. Jesús vino a buscar lo
que se había perdido, los enfermos son quienes necesitan de un médico.
No vamos a cumplir la gran comisión, predicándoles en la
Iglesia a quienes ya han creído en Jesús; así como, tampoco un médico iría a un
gimnasio esperando encontrar enfermos que curar.
Si te encuentras en cualesquiera de los dos escenarios
anteriormente dibujados, haz estado incumpliendo con lo que tu Señor Jesús te
ha mandado hacer, has desobedecido su enseñanza de amor.
Mas, no te sientas mal por ello, lo importante es entender
y reconocer los errores cometidos por malinterpretar su Palabra o afirmar
doctrinas de hombres, los cuales se han alejado de Dios y tal vez no lo sepan.
Pero tu hermano, vuélvete, que el Cristo de la gloria ha
pagado por todos tus pecados en la cruz del Calvario, ha resucitado y vive
eternamente dándonos a su vez vida a todos sus fieles.
Hermano, pidamos a Nuestro Padre Celestial que, en lugar
de predicarnos entre nosotros mismos en la Iglesia, salgamos al “mundo”
tratemos con los “mundanos” y lleguemos a formar parte de su selección especial.
Amén. Dios los bendiga, y
recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!
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