16 de enero 2022
Segundo
Domingo Después de Epifanía.
Pastor: Miguel
Moreno
Lecturas:
Salmo 36:5-10;
Isaías 62:1-5; 1 Corintios 12:1-11; Juan 2:1-11
Tema de hoy: Segundo
Domingo Después de Epifanía.
Nuestra reflexión para el día de hoy Segundo Domingo
Después de Epifanía, está basada en el pasaje del evangelio que se encuentra en: Juan 2:1-11 y sobre el mismo podemos reflexionar
lo siguiente:
Jesús asiste a una boda en Caná de Galilea
tres días después de haber llamado a Felipe y a Natanael a seguirlo. En ella es
acompañado por su madre y se cree que seis discípulos: Andrés, Felipe, Juan, Natanael,
Pedro y Santiago.
Las bodas judías por lo general se extendían
a lo largo de una semana en casa del novio, luego que la misma comenzara en la
residencia de la novia.
Se puede apreciar del texto que la celebración
estaba bastante animada, porque la narración nos dice repentinamente y de
entrada…"se acabó el vino".
El vino era el acompañante ideal para las
comidas, y al terminarse este, causaba algo de pena en los anfitriones.
Seguidamente podemos pensar que los novios o
los padres de los novios eran más amigos y de confianza de María la madre de
Jesús que de este último.
Cualquier lector con agudeza diría, y ¿por
qué la madre de Jesús tiene que decirle a su hijo que se había terminado el
vino?, ¿acaso Jesús fabricaba o vendía licores? ¡Pues claro que no!
Entonces, ¿por qué María le habla a Jesús en
esa forma de requerimiento, como esperando que él haga algo?
Podemos especular y decir que, María ya había
presenciado algunas señales milagrosas de Jesús a lo largo de su vida. Esta era
la misma madre que guardaba en su corazón todo cuanto hacía su hijo y profetizaban acerca de él.
María sorprende a Jesús, quien manifiesta que
su tiempo de ministerio no ha llegado aún.
A este punto, María sabe qué pide y a quién.
Jesús por su parte, sacrifica el cronograma de la planificación de servicio a
su Padre, y cede como hijo obediente a los deseos de su madre en ayudar a los
homenajeados a dar una recepción nupcial sin escasez.
Nuestro Señor Jesucristo es el mejor ejemplo
jamás visto de obediencia a los padres.
Como hijos e hijas debemos imitar este comportamiento
de nuestro Señor; no debemos esperar que nuestros padres nos soliciten alguna
ayuda reiteradamente, sino, asistirlos con prontitud y gustosamente.
María dijo a los que servían que hicieran
todo lo que su hijo les indicara.
El total de las tinajas hacía un estimado como
mínimo de trescientos litros.
Jesús les dijo que llenaran las tinajas con
agua y ellos las llenaron completamente.
Estas tinajas que eran usadas por los judíos en
sus ritos de purificación iban a cumplir otro uso.
Jesús les está diciendo, «aquí hay algo más importante
que las ceremonias de purificación, aquí está la manifestación de la gloria de
Dios»
Luego les pidió que sacaran e hicieran que lo
probara el encargado de la fiesta.
El jefe de ceremonia maravillado por el sabor
y calidad del vino, llamó al novio y le dijo: todo el mundo primeramente usa el
mejor vino y luego cuando ya todos han bebido suficiente, saca el vino de
inferior calidad; pero tú has guardado el mejor vino hasta este momento.
Muchos cristianos discuten si Jesús promovió
o no el consumo de alcohol.
Algunos dicen que el vino que creó Jesús fue
jugo de uvas, sin alcohol, ellos quieren defender a Jesús, cuidarlo, pelear por
él y hacer “santo” a Jesús, sin saber que están tratando de ayudar a DIOS;
éste actuar es tristísimo y lastimero.
Ellos dicen, repitiendo como loros
analfabetos, que Dios prohibió el consumo de alcohol; mas la evidencia bíblica
lo que trata es acerca de No abusar de su uso.
El anfitrión probó el vino que Jesús había creado
y supo notar la diferencia.
Hermano, ¿has probado el milagro de Jesús
para tu vida? ¿El milagro de estar vivo y saludable? ¿El milagro de tener
alimentos y de poder comerlos?
¿El milagro de la fe que vive en ti?
¡Hermano, apreciemos el milagro de Dios en
nuestras vidas y reconozcamos la diferencia con nuestra anterior vida!
Oremos:
Hermanos, pidamos a Nuestro Padre
celestial, nos haga apreciar el milagro de la vida que ha creado en nosotros y
sepamos reconocer la diferencia con la vida pasada que tuvimos, y de esta
manera darles gracias de corazón.
Amén. Dios me los bendiga y recuerden Sólo
Dios Salva.
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