Novela «El Terror de Alicia» Autor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

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Revised Common Lectionary - Daily Readings

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Tercer Domingo Después de Epifanía

 


23 de enero 2022

Tercer Domingo Después de Epifanía.

Pastor: Miguel Moreno

Lecturas:

Salmo 19; Nehemías 8:1-3, 5-6, 8-10; 1 Corintios 12:12-31a; Lucas 4:14-21

Tema de hoy: Tercer Domingo Después de Epifanía.

Nuestra reflexión para el día de hoy Tercer Domingo Después de Epifanía, está basada en el pasaje del evangelio que se encuentra en: Lucas 4:14-21 y sobre el mismo podemos reflexionar lo siguiente: 

Podemos empezar por decir que cuando se menciona que Jesús volvió a Galilea lleno del poder del Espíritu Santo, primeramente debemos observar de dónde venía Jesús; sí, él había sido tentado por el diablo en el desierto; también debemos entender quién lo llevó al desierto, sí, fue el Espíritu Santo; pero el pasaje dice que “Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán”; así podemos entender que el bautismo de Juan llenó a Jesús del Espíritu Santo, y preparó a Jesús para que fuese tentado por el diablo en el desierto, y así volver a Galilea otra vez lleno del Espíritu Santo; es decir, el haber vencido las tentaciones exitosamente le llenó del Espíritu Santo.

Ahora bien, cualquier lector curioso se dirá ¿y por qué si Jesucristo es Dios verdadero, tiene que ser lleno de Dios el Espíritu Santo?

Jesús es verdadero Dios y verdadero hombre; como hombre lloró por la muerte de su amigo Lázaro; sintió hambre en el desierto y tuvo miedo cuando le pidió al Padre que le librara del trago amargo de la crucifixión. Es por todo esto que Jesús necesitaba de toda la llenura, es decir, del poder del único que le daría el consuelo y el valor para la obra sacrificial que tendría que enfrentar en la cruz.

Hermano: ¿necesitas llenura del Espíritu Santo? ¿Buscas la llenura cuando lees la Palabra de Dios o cuando asistes a la iglesia? ¿Qué te falta para ser lleno del Espíritu Santo? ¿Qué te impide ser lleno del Espíritu Santo?

Jesús fue ganando popularidad y fama. Acudió a los templos de los pueblos pequeños para instruir a la gente. Las sinagogas eran los edificios de reunión de la gente para el culto de adoración y para el estudio del Antiguo Testamento, así como también era el centro de las actividades sociales del pueblo de Israel.

Jesús se encontraba en Nazaret el día sábado o día de reposo. Como le era usual, fue y entró a la sinagoga del pueblo en ese día. El servicio ofrecido en la sinagoga comprendía la lectura de los libros de la ley y de los profetas del Antiguo Testamento.

Con solemnidad y el respeto que debe guardarse a la Palabra de Dios, Jesús se puso de pie, tomo los pergaminos que le fueron dados correspondiente al profeta Isaías y leyó Isaías 61:1,2.

En el texto se leen las palabras del siervo del Señor que afirma que el Espíritu está sobre él.

El espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha consagrado; me ha enviado a dar buenas noticias a los pobres, a aliviar a los afligidos, a anunciar libertad a los presos, libertad a los que están en la cárcel; a anunciar el año favorable del Señor, el día en que nuestro Dios nos vengará de nuestros enemigos. Me ha enviado a consolar a todos los tristes”.

Solamente con haber leído el texto, Jesús había ganado la admiración de todos los asistentes al templo, todos los presentes estaban atentos a él, esperando que iba a decir.

De la introducción a la explicación del texto se sintieron satisfechos: “Hoy mismo se ha cumplido esta Escritura delante de ustedes”.

Luego, paulatinamente entendieron los alcances de lo que Jesús exponía. Él mismo era el siervo del Señor que había sido consagrado con el Espíritu.

Eso era demasiado para la gente ya que ellos sabían y se preguntaban: “¿No es él hijo de José el carpintero?” El pueblo que vio hacerse un hombre a Jesús no lo había conocido como alguien que hiciera milagros cuando estuvo entre ellos.

Su lógica y prejuicios no permitió que sus oyentes tuvieran fe y llegaran a ser salvos por el sacrificio vicario de Jesús en la cruz.

Hermano: ¿aún hoy en día tenemos dudas de quién es Jesús? ¿Vemos en Jesús a un simple maestro, guía espiritual o vemos a Dios todopoderoso, creador de los cielos y la tierra?

Oremos:

Hermanos, pidamos a Nuestro Padre celestial nos guíe a toda llenura del Espíritu Santo y, de esta manera podamos tener la fortaleza que tiene nuestro Señor Jesucristo y por fe confiemos plenamente en su sacrificio en la cruz por todos nuestros pecados.

Amén. Dios me los bendiga y recuerden Sólo Dios Salva.

 

 

 


 

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