20 de febrero 2022
Séptimo
Domingo Después de Epifanía.
Pastor: Miguel
Moreno
Lecturas:
Salmo 37:1-11,
39-40; Génesis 45:3-11, 15; 1 Corintios 15:35-38, 42-50; Lucas 6:27-38
Tema de hoy: Séptimo
Domingo Después de Epifanía.
Nuestra reflexión para el día de hoy Séptimo Domingo
Después de Epifanía, está basada en el pasaje del evangelio que se encuentra en: Lucas 6:27-38 y sobre el mismo podemos reflexionar
lo siguiente:
Continúa nuestro Señor Jesucristo sus
enseñanzas; pero ahora las hace de conocimiento de todos los presentes y
empieza sus sentencias que van en contra de toda lógica y entendimiento de lo
normal, natural y de uso común por el hombre desde que existe: «Amen a sus
enemigos» «Hagan bien a quienes los odian» «Bendigan a quienes los maldicen»
«Oren por quienes los insultan».
¿Cómo podemos cumplir con estos exhortos
de nuestro Señor Jesús? Necesariamente la persona que logre hacer esto de corazón,
es porque tiene una comunión completa con Dios y esto es por obra del Espíritu
Santo.
Esto solo se puede obtener desde la
inconmensurable paz que nos otorga nuestro Señor Jesucristo.
Cuando leemos los evangelios ¿nos vemos
reflejados en estos consejos de nuestro Señor Jesús? ¿Nos consideramos capaces
de vivir una vida de esta manera?
Así continúa nuestro Dios señalando otras
doctrinas y finaliza diciendo en pocas palabras que, debemos tener trato con
nuestro semejante, así como nos gustaría que ellos nos trataran.
Entonces sería cuestión de ponerse uno en
el lugar del otro; si alguien está triste por algún motivo, preguntarnos ¿y si
me sucediera algo parecido a eso, estaría triste? Y de esta manera muchas otras
interrogantes.
Muchas veces en nuestras vidas nos
encontramos con personas que pensando nos causarían un perjuicio, este se
convierte y termina siendo un elemento de bienestar para nosotros; es por ello que
observamos en el pasaje del antiguo testamento leído hoy, como José les dice a sus
hermanos que no teman, porque queriendo hacer un mal, Dios en su soberana
voluntad ha permitido que todo eso sucediera para salvarlos de morir de hambre.
Hermano, si usted camina confiando en su
sentido de la vista, mas no por el poder de la fe que Dios obra en usted,
entonces le será muy difícil reconocer las bendiciones que se hayan en cada
individuo o circunstancia que se presenta ante sus ojos como adversa.
Ya para concluir, Jesús nos invita a vivir
una vida de excelencia, sí, excedernos en forma extraordinaria en hacer el
bien, sin esperar nada a cambio, ya que, de lo contrario en las más de las
veces recibiremos decepciones.
Jesús nos manda a ser compasivos como
nuestro Padre que está en los cielos es compasivo con todos nosotros, seamos
malos o seamos buenos.
Hermano, ¿sabemos reconocer las cosas
buenas que nos han llegado a través de situaciones aparentemente malos o
desagradables?
¿Vivimos una vida que provoca y merece ser
vivida colmada de todo tipo de excelencias?
Hermano, ¿ante las necesidades de nuestros
semejantes o prójimo, lo primero que nos viene a la mente y el corazón es proceder
con compasión?
Oremos:
Pidamos en oración a nuestro Padre celestial,
nos haga entender que, como en el caso de José y su familia, muchas veces las bendiciones
que él nos envía, llegan a nuestras vidas bajo la apariencias de cosas o circunstancias
malas o desagradables.
Amén. Dios los bendiga y recuerden Sólo
Dios Salva.
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