13 de febrero 2022
Sexto
Domingo Después de Epifanía.
Pastor: Miguel
Moreno
Lecturas:
Salmo 1;
Jeremías 17:5-10; 1 Corintios 15:12-20; Lucas 6:17-26
Tema de hoy: Sexto
Domingo Después de Epifanía.
Nuestra reflexión para el día de hoy Sexto Domingo
Después de Epifanía, está basada en el pasaje del evangelio que se encuentra en: Lucas 6:17-26 y sobre el mismo podemos reflexionar
lo siguiente:
Podemos decir que ya como Jesús ha escogido a
sus discípulos en el versículo 14 de este capítulo 6; luego tenía que darles
una enseñanza intensiva.
Jesús presenta sus discípulos a la multitud
que necesita de él.
Jesús y los doce después
de bajar del cerro permanecieron en un llano para recibir a la multitud.
Hermano, como
cristianos ¿estamos atentos y preparados para recibir a quienes quieran venir a
Jesús con sus necesidades y padecimientos?
No solamente había
una gran cantidad de seguidores reunidos, sino además una gran cantidad de
personas que habían llegado de Judea, de Jerusalén, y de la región costera de
Tiro y de Sidón, que habían acudido a escuchar a Jesús y a ser sanadas por él. Tiro
y Sidón, eran ciudades ubicadas en la costa del mar Mediterráneo, mayoritariamente
ocupada por gentiles.
Hermano, ¿estamos conscientes
que Jesucristo es para todas las naciones o guardamos recelos ante determinados
grupos étnicos?
Como dijimos cuando
Jesús tuvo que usar una barca en un lago para comunicarse con todos sus
seguidores; los espacios dentro de las sinagogas judías no se daban abasto para
contener tanta gente llegada de todas partes.
Los que sufren por
espíritus impuros son sanados; todos los enfermos se aprietan alrededor de él con
la sola intención de tocarlo para ser curados.
Para los
discípulos esta experiencia resulta bastante asombrosa, y si observamos bien le
vamos a encontrar parecido a la pesca milagrosa de Simón - Pedro, cuya lectura y
reflexión abordamos el pasado domingo.
Bajo este ambiente
y circunstancias el evangelista Lucas, registra palabras que Jesús probablemente
expresó en diferentes oportunidades; estas palabras muy parecidas también se
hallan en el evangelio según Mateo capítulo 5, conocido como «el Sermón del
Monte».
La enseñanza va
dirigida a sus discípulos a quienes dice “ustedes”.
Estas enseñanzas
también sirven como guía para la predicación apostólica
que Jesús sabe que vendrá.
La enseñanza
comienza con las dichas y los ayes o «la felicidad y la infelicidad».
Cada una de las
ocho aseveraciones es una rareza, una declaración que es opuesta a lo que
generalmente piensa la gente.
El ser humano a lo
largo de su historia, jamás ha estimado al pobre, al hambriento, al que llora,
y a los que son odiados como dichosos, pero esta es la aseveración que nuestro
Dios Jesús expresa.
El mundo y su
sistema de cosas, no piensa que sean desafortunados los ricos, los satisfechos,
los que ríen, y aquellos que son alabados. Aun así, este es el ¡ay! pronunciado
por Jesús.
Jesús estaba
hablando acerca de la felicidad que sus discípulos iban a gozar en los cielos.
En esta vida pueden ser pobres y odiados, pueden estar hambrientos y tristes.
Sin embargo, cuando lleguen días así, él los exhorta a que se regocijen y a que
salten de gozo «porque ustedes recibirán un gran premio en el cielo”.
Cada una de las
cuatro «Dichas» corresponde a la palabra de advertencia «¡Ay!»; en esta sección
de Lucas los ayes significan una advertencia para los discípulos; se les exhorta
a que no busquen alivio en las riquezas, en la buena comida, en el entretenimiento o en una popularidad obtenida evadiendo
el compromiso auténtico hecho con Cristo.
Hermano, ¿hemos
cambiado la dicha que nos ha dado Jesús por la que nos ha ofrecido el mundo y
sus sistemas?
Con qué facilidad
se sustituyen las verdaderas bendiciones por los goces materiales. Jesús les
advierte a sus discípulos para que estén alertas. Cada uno de las «dichas» y
los «ayes» finaliza con una reseña a la manera en que sus padres trataron a los
profetas, tanto verdaderos como falsos. La expresión “antepasados” se refiere
al Israel del Antiguo Testamento que con frecuencia escuchaba a los falsos profetas;
pero rechazaba las advertencias de los verdaderos profetas.
Hermano, hoy en
día ¿a quién o quiénes estamos escuchando y siguiendo?
Jesús estaba
preparando a sus discípulos para la persecución que iba a venir en su mayoría
de sus mismos compatriotas de la casa de Israel.
Los más importante
es que nosotros como los seguidores e imitadores de Jesús tengamos presente el
pasaje de Lucas 6:17-26 y su meta final: las bendiciones de la vida eterna en
el reino de Dios.
Oremos:
Roguemos a nuestro Padre eterno, para que
podamos permanecer en las enseñanzas que nos ha dado nuestro Señor Jesucristo y
no permitir que nada ni nadie nos las cambie para ir detrás de ilusiones infértiles.
Amén. Dios los bendiga y recuerden Sólo
Dios Salva.
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