Revised Common Lectionary - Daily Readings

Translate This Blog

Novela «El Terror de Alicia» Autor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Novela «El Terror de Alicia» Autor: Miguel Ángel Moreno Villarroel
Disponible en Amazon Kindle - Presiona sobre la imagen

La Santa Trinidad – Primer Domingo Después de Pentecostés

12 de junio 2022

La Santa Trinidad – Primer Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 8; Proverbios 8:1-4, 22-31; Romanos 5:1-5; Juan 16:12-15

Tema de hoy: Un Espíritu Vinculado a Dos Personas Más

Hoy celebramos con regocijo el día de la Santa Trinidad, es decir, el día de Dios constituido por tres personas distintas.

El Credo de Atanasio nos dice: «Una es la persona del Padre, otra la del Hijo, otra la del Espíritu Santo»

El Salmo asignado para hoy, nos habla y enseña que Dios es soberano. En el versículo 2 de este Salmo 8 leemos «Con la alabanza de los pequeños, de los niñitos de pecho, has construido una fortaleza por causa de tus enemigos» …; pero, ¿cómo es posible que un niño de pecho pueda alabar a Dios, y este, de esa alabanza, levantar toda una fortificación para silenciar a sus enemigos?

Lo hemos planteado antes; los niños al ser bautizados, llegan a creer como obra de la tercera persona de la Santa Trinidad, el Espíritu Santo. Él vive en los niños aún en los niños que aún están lactando; luego nos preguntamos y, ¿cómo es esto posible? Bueno, la respuesta es sencilla, Dios en su infinita y omnipotente sabiduría quiso que esto fuera de esta forma.

Del texto de proverbios 8 versículo 25 leemos: «Antes de afirmar los cerros y los montes, el Señor ya me había engendrado» y del Credo de Atanasio podemos aprender que: «El Hijo es del Padre solamente; ni hecho, ni creado, sino engendrado»

Así, podemos deducir que en este segmento es el Hijo quien está hablando desde el versículo 22 hasta el 31. En esta parte el Hijo nos da a conocer cosas como: «Yo era su fuente constante de alegría… ¡me sentía feliz por el género humano!

El Padre amoroso tenía como regocijo a su propio hijo, quien le producía gran júbilo para el momento de la creación.

En la lectura del libro de Romanos nos encontramos con la Santa Trinidad al leer del apóstol Pablo inspirado por Dios: v5 «Puesto que Dios (Padre) ya nos ha hecho justos gracias a la fe»; v2 «Pues por Cristo (Dios Hijo) hemos podido acercarnos a Dios (Padre) por medio de la fe»; v5«Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios (Padre) ha llenado con su amor nuestro corazón por medio del Espíritu Santo (Dios) que nos ha dado». Y de esta forma parecida aparecen ejemplos clarísimos de la doctrina de la Santa Trinidad a lo largo de toda la Biblia; habrá personas que la negarán, algunos arguyen que es porque la palabra «trinidad» no aparece en el texto sagrado y otros; porque, lo que no pueden encapsular dentro de las cuatro parades de la lógica humana, es porque necesariamente no existe. ¡Lástima por ellos!

En el contenido del evangelio de hoy, que se encuentra en Juan Capítulo 16 Versículos desde el 12 hasta 15, nos encontramos con otra indubitable manifestación de la Santa Trinidad. Así leemos: «Cuando venga el Espíritu de la verdad…dirá todo lo que oiga» «Él…recibirá de lo que es mío» … «Todo lo que el Padre (Dios) tiene es mío (Hijo) también; por eso dije que el Espíritu (Dios) recibirá de lo que es mío (Dios Hijo) y se lo dará a conocer ustedes».

Lo que como simples y humildes mortales podemos decir de este pasaje es lo siguiente: El Espíritu Santo oye lo que dicen el Padre y el Hijo. El Espíritu Santo percibe de lo que pertenece al Hijo; porque todo lo que es propiedad del Padre también pertenece al Hijo y el Hijo está facultado por el Padre para entregárselo al Espíritu Santo de tal manera que nos lo proporcione benéfica y satisfactoriamente a toda la cristiandad que cree y adora a Dios.

Recordemos y tengamos también presente que, este es el único misterio que el ser humano debe tratar con cautela, discreción, sencillez de corazón y aceptarlo tal como es, sin pretender ir más allá con la lógica humana que no tiene cabida en las cosas eternas de Dios

Oremos:

Dios, hoy venimos ante ti para que nos mantengas siempre en la fe verdadera, confiando en que eres un solo Dios y tres personas distintas, que guardemos con sencillez de corazón esta gran verdad y misterio, el cual conoceremos a plenitud una vez estemos en tu gloria eterna.

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario