17 de julio 2022
Sexto Domingo Después de Pentecostés.
Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel
Lecturas: Salmo 15; Génesis 18:1-10a;
Colosenses 1:15-28; Lucas 10:38-42
Tema de hoy: Yo Quiero la Mejor Parte, Mi Señor.
Para el día de hoy, continuamos con la lectura y enseñanzas del
evangelio según San Lucas; y en esta oportunidad, vemos que vamos al versículo
siguiente de donde quedamos en nuestro servicio pasado.
Al igual como Jesús les dijo a los setenta enviados, en
relación de que no le faltaría sustento ni alojamiento, así también, podemos
pensar que, Nuestro Señor disfrutó de estas atenciones de parte de las personas
que le apreciaban.
Si hurgamos un poquito, nos preguntamos si esta Marta y María son
las mismas hermanas de Lázaro, que eran a su vez muy amigos de Jesús; y, la
respuesta es afirmativa, lo que sucede, es que Lucas muestra un pequeño error
en su cronología ya que, Jesús no va a arribar a Betania, sino hasta el capítulo
diecinueve, versículo veintinueve; pero, lo cierto es que Marta lo recibe en su
casa y, ella tenía una hermana quien se fue a sentar a los pies del Nuestro
Señor Jesucristo, mientras su hermana, fiel a las costumbres, se dedicaba a
atender bastante atareada, por las actividades propias de su hogar, ahora
sumadas las tareas que tenía que efectuar para darle una buena recepción y estancia
a Jesús, quien no debe haber estado solo.
Marta, confiando en la autoridad que tiene Jesús, recurre a él
para exponerle una queja contra su propia hermana «–Señor, ¿no te preocupa nada
que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude»
El Señor le responde: Marta, solamente hay una cosa necesaria y
María ha escogido la mejor parte y, nadie se la va quitar, y tú, estas afligida
por muchas cosas sin fijarte en qué es esa cosa tan necesaria.
Jesús, ante la pregunta de Marta y su petición de ayuda, pudo
haber respondido al igual que le contestó al hombre que en una oportunidad le
dijo: >> Señor, ¡dile a mi hermano que comparta la herencia conmigo! A lo
que Jesús le respondió: >> Y, ¿quién te dijo que yo he venido como
partidor de herencias?…
Tal vez pudo decirle a Marta algo como: y, ¿Quién te dijo que yo
he venido a poner orden en los asuntos o disputas entre familiares? En lugar de
eso, la llama a poner atención de lo que se está perdiendo, le dice que se
enfoque, que deje de una vez el estrés y desespero a un lado.
Existen personas que, si no están ocupadas, girando en circulo
como el perro que trata de morderse la cola, no están tranquilas, no se sienten
bien. Cuando no están mirando cada veinte segundos las actualizaciones de sus
redes sociales en sus teléfonos celulares, es porque están limándose o mordiéndose
las uñas; pero, y me pregunto: ¿Cuándo se acordará de revisar la biblia?, ¿cuándo
se acordará, aunque sea por treinta segundos en el día de darle gracias a Dios;
pedirle perdón por sus pecados?
Hermanos, podemos preguntarnos: y, ¿cómo será estar sentado a los
pies de Jesús, escuchándole hablar, sintiendo toda esa manifestación de su
inefable amor, sentir su verdadera paz, consuelo y, sentirnos y sabernos
liberados de las cargas que nos impone la vida?
Hermanos, Marta estaba sirviendo al Señor y María estaba de «holgazana».
Ante los ojos de la gente, María era la mala de la escena; pero, si algo es muy
cierto, es que, servir sin tener puesto el corazón en lo que nos dicta Jesús,
es un servicio que no vale de nada. ¿Prestamos nuestro servicio escuchando
desde los pies de Nuestro Señor Jesucristo?
Oremos:
Señor Jehová, crea en nuestras mentes y corazones una fe
inagotable, que nos permita enfocarnos en la cosa que verdaderamente importa y
es necesaria, y de este modo tenerte como nuestra primera prioridad en nuestras
vidas.
Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo
Dios Salva!!
Amén!
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