Segundo domingo de Adviento.
Pastor: Miguel Moreno
Lecturas: Salmo 85:1-2, 8-13; Isaías 40:1-11; 2 Pedro 3:8-15a; Marcos 1:1-8
Tema de hoy: Haciendo marketing a nuestro Señor Jesús
Nuestra predicación está basada en la lectura del evangelio leído el día de hoy, Segundo Domingo de Adviento.
Hermanos, tal vez hayamos escuchado hablar de la palabra marketing.
Bien, hacer marketing, es un término usado para ejecutar la introducción y presencia de un producto o presentación favorable de un servicio y, también es aplicado en figuras como: cantantes, actores, políticos y sus campañas electorales.
Es necesario precisar, que estos trabajos de marketing cuestan enormes cantidades de dinero, y muchas veces no se consigue el resultado esperado.
En el evangelio de hoy, Juan el Bautista, pariente cercano de Jesús, es presentado por Marcos como «Principio de la buena noticia de Jesús» el mesías, el hijo de Dios. Este principio de la buena noticia de Jesús, no es más que el principio del evangelio de Jesús, ya que eso es lo que significa la palabra «Evangelio».
Luego del marketing efectuado por Marcos, Juan el Bautista, se auto hace marketing al proclamar la profecía de Isaías que dice: «Envío mi mensajero delante de ti, para que te prepare el camino. Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, ábranle un camino recto».
Juan nos exhorta al arrepentimiento. En el versículo 4, Juan se presenta en el desierto cumpliendo con su ministerio a Dios, mediante el bautismo, todo ello para lograr el perdón de pecados.
El versículo 5, nos muestra que la gente primero debía confesar sus pecados y luego se procedía al bautismo.
En este pasaje bíblico se hace una descripción de Juan El Bautista. Se nos dice que su ropa era rústica, elaborada con pelo de camello, sujeta a su cuerpo con un cinturón de cuero y comía langosta y miel del monte. Después de cuatrocientos años sin la aparición de un verdadero profeta, aparece Juan con las características del profeta Elías descritas en 2 Reyes 1: 8 «Era un hombre vestido con una capa peluda, y con un cinturón de cuero en la cintura».
En el versículo 7, Juan humildemente revela que después de Él viene uno más poderoso, que ni siquiera merece arrodillarse para atarle sus sandalias; esta es la declaración cumbre de su proposito en la presentación de Nuestro Señor Jesucristo al pueblo judío.
Y concluye el pasaje para hoy con el verso 8, donde Juan dice: «yo los he bautizado con agua, pero Él los bautizará con el Espíritu Santo».
Este versículo 8, genera confusión a ciertos cristianos, ya que consideran como una separación entre el acto de bautizar con agua y el recibimiento del Espíritu Santo. Esa es una muy vaga deducción, porque Juan se refiere a la experimentación del poder del Espíritu Santo que se trata en el libro de Hechos de los Apóstoles.
No es que vamos a bautizar a una persona con agua un día y al día siguiente lo hacemos con el Espíritu Santo. Debemos entender que todo ser humano bautizado con agua, simultáneamente recibe el Espíritu Santo, éste le conduce a Cristo, y Jesús es el único camino al Padre.
Oremos:
Hermanos, pidámosle a Dios que nos guíe con su sabiduría, para saber hacer el marketing que como cristianos nos corresponde y, compartir con todos los necesitados, la salvación eterna ganada por Nuestro Señor Jesucristro en la cruz.
Amén. Dios los bendiga. Y recuerden: ¡Solo Dios Salva!
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