Revised Common Lectionary - Daily Readings

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Novela «El Terror de Alicia» Autor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

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Decimoprimer Domingo Después de Pentecostés - Experimentemos la Gloria de Dios

13 de agosto de 2023

Decimoprimer Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 85:8-13; 1 Reyes 19:9-18; Romanos 10:5-15;Mateo 14:22-33

Tema de hoy: Experimentemos la Gloria de Dios

Hoy, en nuestras lecturas, vemos una variedad de temas que podemos aplicar a nuestras vidas cristianas. Vemos la importancia de la confianza en Dios, la necesidad de compartir el Evangelio con los demás y la forma en que Dios puede guiarnos a través de los momentos difíciles. Así que permítanme hablarles sobre estas cosas hoy.

Primero, la confianza en Dios. En el Salmo 85, leemos que Dios hablará paz a su pueblo cuando confíen en él. Es importante que como cristianos, confiemos en Dios en todo momento, no solo durante los buenos momentos, sino también durante los difíciles. Una de las formas en que podemos hacer esto es mediante la oración y la lectura de la Palabra de Dios. Al ir a Dios en oración, podemos entregarle nuestras preocupaciones y permitirle que tome el control. Al leer la Palabra de Dios, podemos encontrar seguridad y fortaleza en la promesa de que Dios está siempre con nosotros. Tambien es oportuno indicar como elemento que se repite en las lecturas para hoy, la gloria de Dios, en esta porción de la lectura podemos pensar que nos habla de nuestro Salvador Jesucristo; nos dice que está cerca y su presencia se siente en la tierra. 

En segundo lugar, consideremos la letura del libro de 1 de Reyes, en el cual se nos narra el encuentro entre Dios y Elias. Elias estaba escondiendose de sufrir igual percanse del que habian sufrido los otros profetas de Jehová. Luego, vemos como Dios hace que deje el temor y salga de la cueva en la cual se encontraba, y así se suceden hechos que van dando cuerpo y proximidad a la goria de Dios, su presencia.

Hermanos, ¿algunas vez hemos tenido que escondernos sin, primero tomar en cuenta el cuidado y guía que nos quiere dar Dios mediante su presencia?

En tercero término, tenemos la importancia de compartir el Evangelio con los que nos rodean. En Romanos 10, leemos que: «todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo», esta no es una formula mágica y voluntariosa por medio de la cual ganamos o nos proporcionamos a nosotros mismo la salvación eterna; solo Cristo logró esto; y luego, por medio de la fe nos apoderamos de toda la obra salvífica obtenida por Jesús en la Cruz. Y continúa diciendo Pablo; pero ¿cómo pueden las personas invocar el nombre del Señor si no lo han escuchado? Pues, en éste punto no miremos hacia los lados, ya que es nuestra responsabilidad como seguidores de Cristo, el compartir el Evangelio con aquellos que tenemos relación en nuestra cotidianidad. Debemos ser valientes y, estar dispuestos a hablar sobre nuestra fe y la gracia de Dios con los demás. Incluso si nuestros esfuerzos parecen pequeños, confiemos en que Dios puede usarlos para alcanzar a alguien y cambiar su vida para siempre.

Y para finalizar,  en el Evangelio leído hoy, vemos a Pedro caminando sobre el agua hacia Jesús; él, había pedido a su Señor ir hasta donde este estaba y todo iba muy bien, hasta que le prestó más atención a los elementos circundantes que al llamado de su Dios; y, de esta manera se asustó y comenzó a hundirse cuando perdió la vista de él. Cuando Pedro le gritó a Jesús, Jesús inmediatamente extendió la mano y lo sostuvo. A veces, en la vida cristiana, podemos sentirnos desanimados o abrumados, pero debemos recordar que la presencia de Dios (su gloria) siempre está con nosotros y que puede guiarnos a través de cualquier tormenta. Cuando nos enfrentamos a pruebas y tribulaciones, debemos aferrarnos a Dios y confiar en que él nos guiará a través de ellas.

Así que, hermanos y hermanas, recordemos la importancia de confiar en Dios, compartir el Evangelio con los demás y estar abiertos a la dirección que él tiene para nuestras vidas. A través de la fe y la gracia de Dios, podemos superar cualquier cosa y darnos cuenta de la plenitud de su amor y su plan para con nosotros.

Oremos:

Dios Padre eterno, te suplicamos que nos hagas entender que, el sentir la presencia de nuestro Señor Jesucristo, es un milagro de todos los días y lo podemos apreciar en tu Santa Palabra y tus Sacramentos. 

Amén. Dios los bendiga y recuerden: ¡Solo Dios Salva!