Revised Common Lectionary - Daily Readings

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Novela «El Terror de Alicia» Autor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

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Decimotercer Domingo Después de Pentecostés - Señor Jesús, Yo te Confieso Como mi Dios y Salvador

27 de agosto de 2023

Decimotercer Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 138; Isaías 51:1-6; Romanos 12:1-8; Mateo 16:13-20

Tema de hoy: Señor Jesús, Yo te Confieso Como mi Dios y Salvador.

Hermanos, vamos a reflexionar sobre el Evangelio leído hoy, el cual nos muestra un diálogo entre Jesús y sus discípulos que resulta muy interesante para la cristiandad, ya que nos muestra la forma en que solo Dios nos hace confesar nuestra fe en él. 

Jesús viene de encontrarse con un pueblo que pedía señales milagrosas y; luego, Jesús amonesta a sus discípulos que no se dejen contaminar con la levadura de los fariseos y saduceos quienes tenían ideas contrarias a las enseñadas por él. En ese intercambio de relaciones y tratos necesarios con personas de diferentes creencias, Jesús decide confirmar qué tan sólidos eran los conocimientos de sus discípulos  y aprovechar para establecer su reino sobre bases sólidas.

De entrada debemos atender a la revelación confesional que hace Pedro. Dice el pasaje que, cuando llegaron a la región de Cesarea de Filipo, Jesús le pregunta a sus discípulos acerca de lo que las personas piensan, dicen o comentan de quién es él y, ellos responden que la generalidad de las personas se mueven entre las opiniones de que, o eres Juan el Bautista, o Elías o tal vez Jeremías o alguno de los otros profetas. 

Debemos tener presente que la gente en su mayoría tenía un alto concepto de Jesús; pero no tenían el que era justo, real y verdadero: Jesús, como el Hijo de Dios y Dios verdadero, encarnado en una virgen para salvarlos de sus pecados.

Hermanos, ¿qué escuchamos nosotros hoy en día acerca de Jesús? ¿Qué representa Jesús para el pueblo tanto cristiano como no cristiano en nuestras comunidades, dentro de las mismas iglesias, dentro de las diferentes y abundantes predicaciones a las cuales estamos expuestos por los diferentes medios de comunicación y las llamadas redes sociales?

Continuando con el texto del evangelio, leemos que nuestro Señor no los dejó ni terminar la frase cuando les sorprendió con otra pregunta: Y, ¿ustedes, quién dicen que soy yo? A este punto podemos pensar que los discípulos pudieron salvarse de la pregunta anterior sin mayores responsabilidades o complejos, porque estaban respondiendo por la opinión de gente ajena a ellos; pero ahora, los ojos de su maestro estaban fijos sobre ellos, expectantes. Es de nuestro conocimiento que los discípulos habían convivido con su maestro por más de dos años. Ellos sabían cómo vivía, habían sido testigos de los milagros que había hecho, conocían sus enseñanzas y ahora, se les ponía ante un desafío y dilema inexcusable: ¿Serían de la misma opinión que la multitud?

Pedro, dando una muestra de su carácter reactivo respondió: «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente» Jesús alabó y reconoció que en Pedro había influido Dios Padre, quien le había revelado esa verdad al discípulo. 

Hermanos, al igual que Pedro, nosotros no podemos llegar al conocimiento de la obra salvífica de nuestro Señor Jesucristo, sino no nos lo revela Dios el Espíritu Santo. ¿Qué verdad nos ha revelado Dios acerca de su Hijo Jesús? ¿Dónde podemos encontrar esa revelación? Solamente en su Santa Palabra (la Biblia) y la Santa Cena y el Bautismo, es allí donde se muestra la verdad revelada de nuestra salvación lograda por Jesús en la cruz.

Jesús le dice a Pedro que sobre esa confesión que acababa de hacer, él construiría su Iglesia; y así sucedería. En la actualidad, cada persona que hace esa misma confesión se convierte en una roca que sirve perfectamente a la estructura de la Iglesia de Cristo.

Así mismo, Jesús le dice que las puertas del Hades no podrán vencer a la iglesia. Por «Hades» normalmente se entiende y traduce como muerte, infierno o tumba. Podemos entender que se trataría de los espíritus malos, dirigidos por Satanás que intentarían incursionar y sabotear el reino de Cristo. También es una doctrina bíblica: la muerte jamás podrá tener poder sobre los creyentes, ni vencerlos,  porque Jesucristo la venció al resucitar al tercer día.

Jesús le promete unas llaves del reino de los cielos a Pedro, y le dijo que lo que atara en la tierra sería atado en el cielo y lo que desatara en la tierra sería desatado en el cielo. Las llaves de las que habla y promete Jesús, en realidad es solamente una llave y no es más que el evangelio, correcta y seriamente predicado. Como consecuencia directa de la predicación del evangelio, muchos serán salvados para vida eterna y otros muchos desechados para la perdición y destrucción en el infierno. En relación a la promesa de atar y desatar, es lo que nuestro Catecismo Menor nos enseña como el Oficio de las Llaves, y se define como la autoridad especial que Cristo ha dado a su iglesia sobre la tierra para anunciar el perdón de los pecados. Cualquier cristiano que le asegure a un pecador arrepentido que Cristo murió por todos sus pecados, y que le perdona gratuitamente, está haciendo uso adecuado de este oficio de las llaves; lo mismo sucede al contrario.

Hermanos, ¿hemos recibido la seguridad de nuestro perdón de pecados por la muerte sacrificial de nuestro Señor Jesucristo? ¿La hemos escuchado de alguien: un líder religioso, un Pastor? ¿Tenemos en nuestras mentes y corazones la paz que proporciona sentirnos y sabernos perdonados ante Dios de toda nuestra maldad?

Oremos:

Eterno y glorioso Dios, te suplicamos con humildad de corazón, que siempre tengamos personas que nos prediquen tu Santa Palabra, para que al igual que Pedro, confesemos que Jesucristo es tu Hijo amado y, nuestro verdadero Dios y Salvador 

Amén. Dios los bendiga y recuerden: ¡Solo Dios Salva!

 


Decimosegundo Domingo Después de Pentecostés - En Jesucristo No Hay Discriminación

20 de agosto de 2023

Decimosegundo Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 67; Isaías 56:1, 6-8; Romanos 11:1-2a, 29-32; Mateo 15: 21-28

Tema de hoy: En Jesucristo No Hay Discriminación

Hoy vamos a reflexionar sobre el Evangelio leído hoy; mas para ello vamos a revisar las lecturas que nos antecedieron: el salmista pide por la compasión de Dios, teniendo como propósito que todos los pueblos de la Tierra lleguen a conocer la salvación que es en y por Jesucristo. 

En el Antiguo Testamento, el profeta Isaías transmite las palabras de Jehová y sus promesas para los extranjeros que les amen y sirvan, a quienes él mismo traerá y los hará que estén con él en su templo y en su monte santo. 

En el libro de Romanos observamos que Dios también volcó sus ojos a los pueblos diferentes a Israel y, les dispensa su abundante misericordia; los adopta como hijos amados y les da la salvación. Sabemos que somos descendientes de Israel por la promesa hecha a nuestro padre Abraham y esto es por fe, nunca por obras, ni por la vinculación geográfica que suelen asignar los hombres. Dios tiene compasión de todos nosotros sin jamás hacer exclusión de personas.

En el evangelio leído hoy, nos encontramos que Jesús fue hacia la región de Tiro y Sidón y, una mujer cananea de aquella región se le acercó gritando. Según lo relatado, la necesidad de la mujer era que tenía una hija que se encontraba poseída por un espíritu impuro o demonio. Ella le pide que tenga compasión ya que, el sufrimiento de la hija es desesperante. Al mismo tiempo los discípulos le dicen a su maestro que no haga caso de la mujer y que mejor la despida, porque viene con gritos que causan mucha vergüenza. Jesús le dice a la mujer que solamente había sido enviado a las ovejas perdidas de Israel, ante lo cual ella responde e insiste que la ayude. El Señor Jesús le responde que no está bien quitarle la comida a los hijos y dársela a los perros; mas ella responde que hasta los perros comen de las migajas que caen de las mesas de sus amos. Jesús maravillado le dice: mujer qué grande es tu fe, hágase como sea tu deseo, y en ese mismo momento la hija de la mujer cananea quedó curada.

Hermanos, muchos cristianos confunden este pasaje pensando que Jesús, quien es verdadero Dios, estaba haciendo distinción y exclusión de personas. Nuestro Señor, lejos de esa intención, lo que estaba haciendo era probar la fe de la mujer cananea y que confesara su confianza en que Dios puede hacer maravillas en las vidas de quienes se acercan con temor (respeto) y le sirven gustosa y misericordiosamente. No existe diferencia ni distinción para nuestro Dios entre perros y ovejas, (ninguna nacionalidad o gentilicio es mejor que otro ante él) ninguno es más merecedor que otro de la salvación eterna que es en y por Cristo Jesús. 

Oremos:

Amantísimo Padre celestial, te pedimos que mantengas nuestros corazones plenos de humildad, para reconocer a nuestro prójimo como merecedor de la gracia de la salvación ganada por Jesuscristo, sin importar su nacionalidad, estatus socioeconómico u otra particularidad aparente. 

Amén. Dios los bendiga y recuerden: ¡Solo Dios Salva!

 

Decimoprimer Domingo Después de Pentecostés - Experimentemos la Gloria de Dios

13 de agosto de 2023

Decimoprimer Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 85:8-13; 1 Reyes 19:9-18; Romanos 10:5-15;Mateo 14:22-33

Tema de hoy: Experimentemos la Gloria de Dios

Hoy, en nuestras lecturas, vemos una variedad de temas que podemos aplicar a nuestras vidas cristianas. Vemos la importancia de la confianza en Dios, la necesidad de compartir el Evangelio con los demás y la forma en que Dios puede guiarnos a través de los momentos difíciles. Así que permítanme hablarles sobre estas cosas hoy.

Primero, la confianza en Dios. En el Salmo 85, leemos que Dios hablará paz a su pueblo cuando confíen en él. Es importante que como cristianos, confiemos en Dios en todo momento, no solo durante los buenos momentos, sino también durante los difíciles. Una de las formas en que podemos hacer esto es mediante la oración y la lectura de la Palabra de Dios. Al ir a Dios en oración, podemos entregarle nuestras preocupaciones y permitirle que tome el control. Al leer la Palabra de Dios, podemos encontrar seguridad y fortaleza en la promesa de que Dios está siempre con nosotros. Tambien es oportuno indicar como elemento que se repite en las lecturas para hoy, la gloria de Dios, en esta porción de la lectura podemos pensar que nos habla de nuestro Salvador Jesucristo; nos dice que está cerca y su presencia se siente en la tierra. 

En segundo lugar, consideremos la letura del libro de 1 de Reyes, en el cual se nos narra el encuentro entre Dios y Elias. Elias estaba escondiendose de sufrir igual percanse del que habian sufrido los otros profetas de Jehová. Luego, vemos como Dios hace que deje el temor y salga de la cueva en la cual se encontraba, y así se suceden hechos que van dando cuerpo y proximidad a la goria de Dios, su presencia.

Hermanos, ¿algunas vez hemos tenido que escondernos sin, primero tomar en cuenta el cuidado y guía que nos quiere dar Dios mediante su presencia?

En tercero término, tenemos la importancia de compartir el Evangelio con los que nos rodean. En Romanos 10, leemos que: «todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo», esta no es una formula mágica y voluntariosa por medio de la cual ganamos o nos proporcionamos a nosotros mismo la salvación eterna; solo Cristo logró esto; y luego, por medio de la fe nos apoderamos de toda la obra salvífica obtenida por Jesús en la Cruz. Y continúa diciendo Pablo; pero ¿cómo pueden las personas invocar el nombre del Señor si no lo han escuchado? Pues, en éste punto no miremos hacia los lados, ya que es nuestra responsabilidad como seguidores de Cristo, el compartir el Evangelio con aquellos que tenemos relación en nuestra cotidianidad. Debemos ser valientes y, estar dispuestos a hablar sobre nuestra fe y la gracia de Dios con los demás. Incluso si nuestros esfuerzos parecen pequeños, confiemos en que Dios puede usarlos para alcanzar a alguien y cambiar su vida para siempre.

Y para finalizar,  en el Evangelio leído hoy, vemos a Pedro caminando sobre el agua hacia Jesús; él, había pedido a su Señor ir hasta donde este estaba y todo iba muy bien, hasta que le prestó más atención a los elementos circundantes que al llamado de su Dios; y, de esta manera se asustó y comenzó a hundirse cuando perdió la vista de él. Cuando Pedro le gritó a Jesús, Jesús inmediatamente extendió la mano y lo sostuvo. A veces, en la vida cristiana, podemos sentirnos desanimados o abrumados, pero debemos recordar que la presencia de Dios (su gloria) siempre está con nosotros y que puede guiarnos a través de cualquier tormenta. Cuando nos enfrentamos a pruebas y tribulaciones, debemos aferrarnos a Dios y confiar en que él nos guiará a través de ellas.

Así que, hermanos y hermanas, recordemos la importancia de confiar en Dios, compartir el Evangelio con los demás y estar abiertos a la dirección que él tiene para nuestras vidas. A través de la fe y la gracia de Dios, podemos superar cualquier cosa y darnos cuenta de la plenitud de su amor y su plan para con nosotros.

Oremos:

Dios Padre eterno, te suplicamos que nos hagas entender que, el sentir la presencia de nuestro Señor Jesucristo, es un milagro de todos los días y lo podemos apreciar en tu Santa Palabra y tus Sacramentos. 

Amén. Dios los bendiga y recuerden: ¡Solo Dios Salva!

 

Noveno Domingo Después de Pentecostés - Señor Jesús, guíame hacia tu reino

30 de julio de 2023

Noveno Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 119:129-136; 1 Reyes 3:5-12; Romanos 8:26-39; Mateo 13:31-33, 44-52

Tema de hoy: Señor Jesús, guíame hacia tu reino

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy las lecturas que hemos escuchado nos hablan de la sabiduría, la paciencia y el amor de Dios.

En el Salmo 119:129-136, el salmista expresa su amor por la ley de Dios, que le guía en su camino y le da sabiduría. La ley de Dios no es un conjunto de reglas arbitrarias, sino una guía para una vida plena y en armonía con Dios y el prójimo. Siguiendo la ley de Dios, encontramos la sabiduría y la comprensión necesarias para enfrentar las dificultades de la vida.

En 1 Reyes 3:5-12, vemos a Salomón, el rey de Israel, pidiéndole a Dios sabiduría para gobernar al pueblo de Dios. La respuesta de Dios es sorprendente: no solo le da sabiduría a Salomón, sino también riquezas y gloria. La sabiduría de Dios es suficiente para resolver cualquier problema o necesidad que tengamos, y Dios está dispuesto a proporcionarnos todo lo que necesitamos para vivir nuestra vida en plenitud.

En Romanos 8:26-39, Pablo habla de la paciencia y el amor perseverante de Dios por nosotros. Aunque sufrimos y enfrentamos dificultades en esta vida, Dios nos ama incondicionalmente y nos da la fuerza y la perseverancia para enfrentar cualquier desafío. Nada puede separarnos del amor de Dios, y podemos estar seguros de que Él siempre está con nosotros en todas las circunstancias de la vida.

En el evangelio de Mateo 13:31-33, 44-52, Jesús comparte parábolas sobre el reino de Dios, comparándolo con una semilla de mostaza, un tesoro escondido y una red de pesca. En estas parábolas, vemos que el reino de Dios es algo de valor incalculable, algo que debemos buscar y esforzarnos por encontrar. Pero también vemos que el reino de Dios puede comenzar como algo pequeño, como una minúscula semilla que crece y se convierte en un gran árbol.

Queridos hermanos y hermanas, estas lecturas nos recuerdan que Dios nos ama de manera incondicional y nos da la sabiduría, la fuerza y la perseverancia para enfrentar cualquier desafío. Debemos buscar el reino de Dios y la justicia de Dios en todas las áreas de nuestra vida, sabiendo que Él está con nosotros en todo momento. 

Oremos:

Que Dios nos bendiga y nos guíe en nuestro camino hacia Él. Amén.

Octavo Domingo Después de Pentecostés - Oh Señor Jesús, haz de la cizaña trigo limpio

 23 de julio de 2023

Octavo Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 86:11-17; Isaías 44:6-8; Romanos 8:12-25; Mateo 13:24-30, 36-43

Tema de hoy: Oh Señor Jesús, haz de la cizaña, trigo limpio

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, en las lecturas de hoy, Dios nos habla de su poder y amor por nosotros, así como de la lucha entre el bien y el mal en este mundo.

El Salmo 86:11-17 nos recuerda que Dios es único y grande, y que no hay nadie como él. Es un Dios lleno de amor, compasión y fidelidad hacia sus hijos. Debemos buscar el camino de Dios y seguir su voluntad en nuestras vidas. Debemos pedir su dirección y guía, y buscar su misericordia y perdón.

El profeta Isaías en el capítulo 44, versículos 6-8, nos dice que Dios es el rey y el redentor. Él es el creador de todo el universo y su poder es incomparable. No hay otro Dios aparte de él. Debemos poner toda nuestra fe y confianza en él, porque él es el único que puede salvarnos.

En la carta de Pablo a los Romanos, capítulo 8, versículos 12-25, se nos dice que, como hijos de Dios, debemos vivir según el Espíritu y no según la carne. El Espíritu de Dios vive en nosotros y nos da fuerza y ​​vida eterna. Pablo nos dice que el sufrimiento de hoy no se compara con la gloria futura que tendremos en el cielo. Debemos confiar en Dios y en su amor y gracia, ya que él nos ha adoptado como hijos suyos y nos ha dado una gran herencia.

En el Evangelio de Mateo, capítulo 13, versículos 24-30 y 36-43, Jesús nos habla de la parábola del trigo y la cizaña. Nos dice que el reino de Dios es como un campo en el que se siembra trigo, pero mientras todos duermen, un enemigo siembra cizaña. Cuando el trigo comienza a crecer, la cizaña también lo hace. Los siervos del dueño del campo le preguntan si deben sacar la cizaña, pero él les dice que esperen hasta la cosecha. En la cosecha, el trigo será recogido y la cizaña será quemada.

Jesús nos dice que esta parábola se refiere a la lucha entre el bien y el mal en este mundo. El trigo representa a aquellos que siguen a Dios y la cizaña representa a aquellos que siguen al diablo. Jesús nos dice que debemos esperar pacientemente hasta que llegue el juicio final, cuando los justos serán separados de los malvados.

En resumen, las lecturas de hoy nos recuerdan que Dios es poderoso y amoroso, y que como sus hijos debemos poner nuestra fe y confianza en él. Debemos seguir su voluntad y buscar su misericordia y perdón. También nos recuerdan que hay una lucha entre el bien y el mal en este mundo y que debemos esperar pacientemente hasta que llegue el juicio final. 

Oremos:

Que el Espíritu de Dios nos guíe y nos sostenga en esta vida y en la vida eterna. Amén.

Séptimo Domingo Después de Pentecostés - Señor Jesús, hazme tierra fertil

 16 de julio de 2023

Séptimo Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 65: 9-13; Isaías 55:10-13; Romanos 8:1-11; Mateo 13:1-9, 18-23

Tema de hoy: Señor Jesús, hazme tierra fértil

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy nos reunimos para meditar en la Palabra de Dios, y en particular, en algunos pasajes que nos hablan de la relación que Dios tiene con su creación. En el Salmo 65: 9-13, se nos dice: "Visitas la tierra y la riegas, la enriqueces mucho; con el río de Dios, lleno de agua, preparas el trigo, porque así preparas la tierra. Saturas sus surcos, aplanas sus terrones, la ablandas con lluvias y bendices sus brotes. Coronas el año con tus bienes, y tus huellas destilan prosperidad". 

Este Salmo nos muestra a un Dios preocupado por su creación, interesado en cuidarla y proveerle todo lo que necesita para florecer. Pero además, nos muestra cómo la tierra y el cielo, la lluvia y el trigo, son dones de Dios, y por lo tanto deben ser valorados y cuidados.

En el pasaje de Isaías 55:10-13, se nos presenta la imagen de la lluvia y la nieve que caen del cielo, y que riegan y fecundan la tierra. Es una imagen poderosa del poder de Dios para hacer crecer la vida. Pero también se nos dice que la Palabra de Dios es como esa lluvia y esa nieve, que no vuelven al cielo sin haber producido fruto: "Así será mi palabra que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero y llevará a cabo mis planes". 

La Palabra de Dios, entonces, es otro don de Dios para su pueblo, una fuente de vida y de salvación que no deja de producir frutos.

En el pasaje de Romanos 8:1-11, San Pablo nos habla de la libertad que tenemos en Cristo. Somos librados del poder del pecado y de la muerte, y podemos vivir según el Espíritu de Dios que habita en nosotros. Pero esta libertad no es para que hagamos lo que queramos, sino para que sigamos el ejemplo de Cristo, quien dio su vida por nosotros: "Porque los que viven conforme al Espíritu tienen la mente puesta en lo que el Espíritu quiere. Pero los que viven según la carne tienen la mente puesta en lo que la carne quiere".

Y finalmente, en el Evangelio de Mateo 13:1-9, 18-23, escuchamos la parábola del sembrador. Jesús nos dice que el reino de los cielos es como un sembrador que sale a sembrar. Y que la semilla, que es la Palabra de Dios, cae en diferentes tipos de tierra, pero solo florece en aquella que es buena. 

La Palabra de Dios siempre es efectiva, pero depende de nosotros y de nuestra disposición el que produzca frutos en nuestras vidas.

En resumen, estos pasajes nos hablan de la relación que Dios tiene con su creación, y de su voluntad de proveer todo lo que necesitamos para florecer. Pero también nos hablan de nuestra responsabilidad como hijos de Dios, de nuestra obligación de cuidar la tierra y de seguir la Palabra de Dios para que produzca frutos en nuestras vidas.

Oremos:

Que el Espíritu Santo nos guíe y nos ilumine en este camino de fe, para que podamos seguir los pasos de Cristo y llevar a cabo los planes de Dios en nuestra vida. Amen.

Sexto Domingo Después de Pentecostés - Jesucristo, Nuestro Eterno Descanso

09 de julio de 2023

Sexto Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 145:8-14; Zacarías 9:9-12; Romanos 7:15-25a; Mateo 11:16-19, 25-30

Tema de hoy: Jesucristo, Nuestro Eterno Descanso

Estimados hermanos, hoy arribamos al Sexto Domingo Después de Pentecostés y nuestra reflexión para hoy, la basaremos en el evangelio de Mateo que hemos leído.

El problema de la generación humana de la época de Jesús sobre esta tierra, fue que, teniendo oídos y suficientes oportunidades, no oyeron, y tampoco quisieron entender el mensaje de importancia vital que les traía Jesús.

Ni Juan el Bautista, ni Jesús lograron aceptación alguna a los ojos de los grupos legalistas, para abarcarlos a todos. Sí, la ley, concebida a lo largo de los siglos, echaba por tierra en la mente y corazones de los legalistas, de la más mínima enseñanza de amor, compasión y de lo más relevante, la salvación de la humanidad solamente por la fe en la obra consumada por Jesucristo en la cruz.

Jesús les hace una comparación de un juego popular infantil de esos días para significar que, ni con Juan ni con Jesús ellos estaban conformes. De Juan criticaban que era un ermitaño, que no bebía alcohol porque era nazareo, por otro lado, de Jesús criticaban duramente, que socializaba con gente de mala fama y, además comía y bebía vino como era la costumbre. Como legalistas, ellos estaban confundidos de cómo clasificar a cada uno de estos personajes.

Hermanos, la usanza hasta el día de hoy sobre este planeta, es el de etiquetar y encasillar a las personas dentro de una tipología especifica, y si no lo logramos, llegamos a la rápida conclusión que esa persona no sirve a nuestros interese, cuales fueran estos.

De tal manera que, luego de exhortarlos, les dijo «Pero la sabiduría es justificada por sus hijos». Hermanos, esta pequeña oración quiere significar que, por más que ellos criticaran y censuraran a Jesús, sus hechos contundentes, es decir, su vida santa sin pecado y, los innumerables milagros, daban testimonio de su infinita sabiduría que como Dios ostenta.

Nos dice Jesús: Vengan a mí todos los que están agotados por el trabajo y cargados, y yo les daré el descanso que ustedes necesitan.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, en esta estación de verano sobre el planeta y en especial en el hemisferio norte, muchos seres humanos, con las altas temperaturas están buscando donde refrescarse y un poco de descanso. Un momento para relajarse y disfrutar del tiempo libre. Pero incluso, aparte de lo físico; cuando tomamos un merecido descanso, nuestras mentes y corazones pueden seguir sintiéndose cansados y agotados. Tal vez estamos preocupados por el futuro, el costo de la vida, la educación de los hijos o, cansados de las demandas y retos de la vida diaria. Tal vez nos estamos preguntando ¿qué significado tiene todo esto?

Jesús nos ofrece un consuelo y una esperanza en medio de nuestras fatigas y preocupaciones. Él nos invita a ir hacia Él y encontrar descanso no solo para nuestros cuerpos, sino también para nuestras almas.

Esta es una de las afirmaciones más hermosas y poderosas de Jesús. Él no nos dice que nuestras preocupaciones desaparecerán de inmediato, o que nuestros problemas desaparecerán como por arte de magia. Pero nos promete que, si venimos a Él y lo seguimos, encontraremos un descanso para nuestras mentes y corazones cansados.

Jesús entiende nuestras luchas, porque Él mismo las ha experimentado. Él ha compartido nuestra humanidad y ha conocido el dolor y la fatiga del mundo. Él no solo nos ofrece un camino hacia la paz y el alivio, sino que Él mismo es nuestro descanso.

Así que, cuando nos sintamos abrumados por la vida, cuando nuestros corazones estén pesados y nuestras mentes estén confundidas, recordemos las palabras de Jesús. Vengamos a Él con humildad y esperanza, confiando en que podemos encontrar la paz que anhelamos.

Oremos:

Padre eterno, permite que el amor y la gracia de nuestro Señor Jesucristo nos concedan el descanso que buscamos, hoy y siempre.

Amén. Dios me los bendiga y recuerden. Solo Dios Salva.

 

 

 

Tercer Domingo Después de Pentecostés - La Necesidad del Espíritu Santo

18 de junio de 2023

Tercer Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 100; Éxodo 19:2-8; Romanos 5:1-8; Mateo 9:35-10:8

Tema de hoy: La Necesidad del Espíritu Santo

Estimados hermanos, hoy arribamos al Tercer Domingo Después de Pentecostés y nuestra reflexión para hoy, la basaremos en el evangelio de Mateo que hemos leído.

Es maravilloso ver el trabajo que realizaba el Señor Jesucristo; lo que costaría trasladarse de una población a otra, predicando la fe acerca de la buena noticia de que el reino de Dios se había acercado. Jesús, no solo enseñaba al pueblo, sino que también les sanaba de todas sus dolencias y hasta resucitaba a las personas de entre los muertos, cuando su misericordia era desbordada por una fe genuina de alguien que creía en su poder de lograr estos milagros. La Palabra de Dios nos dice que nuestro Señor sentía mucha compasión de las personas, ya que sabía que estaban desesperados e indefensos. Por ello les dijo a sus estudiantes más cercanos, que la cosecha era abundante; mas los obreros eran escasos, y luego los invitó a orar, pidiendo a Dios, como dueño de aquella cosecha que enviara trabajadores en recogerla.

Hermanos, en este primer segmento Jesús nos enseña el ejemplo que debemos seguir de él en no escatimar nuestros recursos disponibles para llevar el mensaje de vida eterna a todos, y también procurar manifestar el amor que Dios nos ha dado, cooperando con quienes están necesitados de alimentos y salud, por decir lo menos. En estos tiempos de crisis mundial, cuando uno da unas vueltas por las calles, pueden observarse personas necesitadas, tanto de alimentos como de salud; muchas veces la falta de lo primero (alimentos) conlleva a lo otro (enfermedades). Si tenemos la posibilidad en nuestras manos y el Espíritu Santo que mora en nosotros nos lo indica, démosle, aunque sea un pedazo de pan y, al enfermo, si está en nuestras posibilidades visitémoslo.

Más adelante, leemos que Jesús le dio autoridad a sus discípulos para curar a los enfermos y echar fuera los espíritus impuros, y seguidamente el evangelista hace una nominación de los apóstoles de Jesús.

Muchas veces se discute, si esa autoridad era solamente para los apóstoles o si también es extensible a nosotros en la actualidad. Bien, la evidencia bíblica nos señala que, también nos arropa a todos quienes creemos desde el corazón y la mente en nuestro Señor Jesucristo.

Para finalizar nuestra reflexión leemos que Jesús envió a los doce apóstoles a predicara a los Israelitas, diciéndoles que el reino de Dios se había acercado.

Hermanos, pues claro que el reino de Dios se había acercado a la humanidad; él estaba hablando acerca de él mismo. Hoy en día el reino de Dios se acerca a nosotros en: el Bautismo, en la Santa Cena y por su Palabra santa.

Jesús luego de haberles dado autoridad, les dio como directrices que: sanaran a los enfermos, resucitaran a los muertos, y expulsaran a los demonios. Hermanos, ¿podemos también nosotros hacer todo esto? Pues, por supuesto que sí. Cuando oramos por los enfermos y proveemos recursos para su curación; cuando compartimos nuestra fe con otros y el Espíritu Santo obra la fe, hemos servido de vehículo para la resurrección de alguien que estaba muerto en sus pecados.

Para concluir nuestro pasaje bíblico, les recuerda y advierte que ellos habían recibido ese poder y dones gratis, que no cobraran tampoco por usarlo.

Hermanos, un alerta para los líderes «cristianos» que, tristemente han convertido a la iglesia del Señor Jesucristo, en una empresa con franquicias incluidas, para enriquecerse malamente. Los casos y ejemplos abundan; pero debemos estar confiados en que, los líderes de enseñanzas cristocéntricas y doctrinas saludables, son mayoría sobre este mundo tan necesitado de su Salvador.

Oremos:

Padre celestial, llénanos con tu Espíritu Santo para reconocer como tus apósteles, las oportunidades de servirte y servir al prójimo.

Amén. Dios me los bendiga y recuerden. Solo Dios Salva.

 

  

Segundo Domingo Después de Pentecostés - Así nos llama y nos cura Dios

11 de junio de 2023

Segundo Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 50:7-15; Oseas 5:15-6:6; Romanos 4:13-25; Mateo 9:9-13, 18-26

Tema de hoy: Así nos llama y nos cura Dios.

Estimados hermanos, hoy arribamos al Segundo Domingo Después de Pentecostés y nuestra reflexión para hoy, la basaremos en el evangelio de Mateo que hemos leído.

«Dios jamás lo llamará a su reino, porque ese tipo es bastante malo y super pecador». Muchas veces escuchamos expresiones de este tipo y otras parecidas, que no dan ni un céntimo por el futuro espiritual de alguien. Y, así se nos pasa el tiempo, diciendo o escuchando: «no, no le prediques a ese, o no vayamos allá a compartir el evangelio, porque son una partida de perdidos».

En la lectura del evangelio asignada para hoy, nos encontramos con Jesús que muestra la paciencia, el amor, la compasión y misericordia que como Dios sobreabundaba en él. Aquí es el mismo evangelista quien relata cómo fue llamado por Jesús a su ministerio. Debemos entender que el trabajo de los recaudadores de impuesto era uno de los más viles empleos que se podían ejercer en ese tiempo para el imperio romano, ya que, esto abarcaba, la expoliación de un pueblo sometido a la bota romana y a las dificultades económicas domésticas. Muchos de los hacendistas como Mateo, investigaban la vida económica de los pobladores, sus fuentes de ingresos y otras circunstancias para de esta manera asegurase de que estaban tributando lo correcto, en virtud de que ellos percibían una parte importante de lo recabado.

Así las cosa, mateo recibió a Jesús en su casa y se unieron algunos colegas y personas de dudosa reputación moral; y, como mencionamos antes, siempre habrá personas que están prestas a murmurar, criticar y juzgar si alguien es digno del mensaje de salvación o no. En el caso del segmento que nos cupa, les correspondió a los fariseos desempeñar este triste papel; mas Jesús les respondió con la sabiduría que solo procede de Dios: «Los sanos no tiene necesidad de médico, sino los enfermos» rematándoles que debían aprender a tener misericordia del prójimo y, no vivir confiados con el cumplimiento legalista de los sacrificios. Dios es quien anda buscando a los pecadores al arrepentimiento y no a los santos.

Mas adelante, en el pasaje leído hoy, identificamos que hay una humanidad, rescatable por Dios, cuyos seres humanos son de corazón humilde y misericordioso, que no sienten vergüenza de acercarse a Dios para ponerse de rodillas y pedirle por el destino de una hija que acaba de morir, y de una fe tan solida, que cree que con tan solo el Señor Jesús poner su mano sobre ella la resucitará, y, efectivamente cuando llega a la casa de la niña muerta, todos se burlaban de él porque el les decía que la niña no estaba muerta sino, que estaba dormida, y la tomó de la mano y ella se incorporó.

Hermanos, aquí nos enseña Jesús, que Dios ve a las personas que les ha cesado sus signos vitales como seres que están dormidos, recordemos: Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos.

También acudió ante él una mujer enferma con flujo de sangre desde hacía doce años. Esta mujer tenía una firme creencia de que, con tan solo tocar el manto de Jesús, ella iba a quedar curada; bien, así lo hizo, y el flujo cesó de inmediato. Jesús sintió que alguien lo había palpado y, dándose la vuelta la vio, ella estaba como apenada; mas Jesús le dijo que recobrara el ánimo porque su fe la había salvado.

Hermanos, debemos observar que Jesús dice en la versión de traducción de tipo «palabra por palabra» Reina-Valera «salvado» en lugar de «sanado» y esto no debe parecernos extraño, ya que, Dios primero te salva tu alma y tu cuerpo del pecado, y luego procede a curar todas tus enfermedades. Quien acude a Jesús para ser curado, debe acercarse con fe como hemos visto hoy, esa fe lo salva y luego lo cura de sus dolencias tanto físicas como espirituales.

Oremos:

Amantísimo Dios, te rogamos hoy, que nos concedas vivir en comunión con el Espíritu Santo y, de esta manera poder atender tu llamado y ser salvados con tu poder sanador.

Amén. Dios me los bendiga y recuerden. Solo Dios Salva.

 

  

Primer Domingo Después de Pentecostés - Una Comisión y Razón de Vida muy Especial

04 de junio de 2023

Primer Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 8; Génesis 1:1–2:4a; 2 Corintios 13:11-13; Mateo 28:16-20

Tema de hoy: Una Comisión y Razón de Vida muy Especial

Estimados hermanos, hoy arribamos al Primer Domingo Después de Pentecostés y nuestra reflexión para hoy, la basaremos en el evangelio de Mateo que hemos leído.

Según el Diccionario de la Real Academia Española una comisión es: «Conjunto de personas encargadas por la ley, o por una corporación o autoridad, de ejercer unas determinadas competencias permanentes o entender en algún asunto específico».

Los once discípulos fueron a Galilea, los conocedores creen que este evento tuvo lugar al final de los cuarentas días luego de la resurrección del Señor Jesús. Cuando los discípulos lo vieron le adoraron, como recordamos que lo hicieron los reyes magos. Debemos tener en cuenta que la adoración que hacemos a Jesús, también la haremos en el cielo, tal como lo muestra Juan en Apocalipsis Capítulo 5 Versículo 12: y decían con fuerte voz: «¡El Cordero que fue sacrificado es digno de recibir el poder y la riqueza, la sabiduría y la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza

Luego se presenta una disyuntiva, adoraron y algunos dudaron. ¿Qué puede significar esto? Podemos pensar que ellos simplemente estaban confundidos y llenos de temor; tengamos presente que ellos no sabían cuándo se les iba a aparecer de nuevo. Tampoco sabían con certeza qué era lo que Jesús pretendía que ellos hicieran; de hacerlos pescadores de hombres, nada más les había sugerido que hicieran, de allí la gran respuesta de Jesús a sus preguntas e inquietudes es la gran comisión; sí, de allí tal vez el deseo de Jesús de separarlos de la influencia cotidiana de Jerusalén. Jesús también sabía que pronto ascendería al Padre y debía aprovechar el tiempo que le restaba para explicarle con detalles lo que sería su último encargo.

Esta gran comisión es un mandato claro para llevar la palabra de Dios a todas las personas sobre este planeta, sin importar, credo, raza, sexo, tendencia política etc.

La comisión, según vimos en la definición del vocablo que nos da la Real Academia Española, debe ser otorgada por un organismo o persona que detente autoridad, en nuestro caso vemos que la autoridad del mandante es ilimitada, ya que nos encontramos ante Dios mismo, quien es todopoderoso.

A quienes nos queremos excusar, con el hecho de que no pertenecemos a ningún grupo de evangelismo porque no tenemos tiempo entre semana, quiero decirles que se incumple con la gran comisión mandada por Dios, cuando dejamos de asistir al servicio dominical y, más si tenemos familia, porque el ejemplo que le damos a nuestros cónyuges e hijos es, que de nada vale su propia evangelización, la cual comienza asistiendo al templo de Dios, llevando a otros al culto divino en la medida de lo posible, escuchando su palabra, participando de sus sacramentos y lo más importante, recibiendo el perdón de pecados que todos necesitamos con la mayor frecuencia.

Hermano, ¿has descuidado tu propia evangelización y la de tus propios familiares? Entonces, hermano, déjame decirte que llevas una vida de pecado, sí, porque el vivir separado de Dios es igual a pecado. Sabes que mereces la muerte eterna como destino una vez que partas de esta vida terrenal o ¿es que piensas que nunca vas a morir y rendirle cuentas a tu creador? Yo, siendo tú, estuviese bastante preocupado, ¿no lo crees?

Ahora bien, hermano, no todo está perdido. Quiero decirte que Jesucristo murió por ti, para pagar por todos tus pecados, ya no cierres más tu corazón al Espíritu Santo que te está llamando. Él, creará la fe en ti, y, seguidamente podrás apoderarte de los méritos de Cristo y todos tus pecados te serán perdonados, añadiendo una nueva vida de abundancia, tanto para ti, como para tus seres queridos.

Oremos:

Eterno Dios, haznos entender el significado verdadero de la gran comisión que tu Hijo nos ha encomendado y, de esta manera disfrutar de una vida de abundancia en tu fe.

Amén. Dios me los bendiga y recuerden. Solo Dios Salva.