02 de enero 2022
Segundo Domingo Después de Navidad.
Pastor: Miguel
Moreno
Lecturas:
Salmo 147: 12-20; Jeremías 31: 7-14; Efesios 1: 3-14;
Juan 1: 1-18
Tema de hoy: Un Verbo de Existencia Eternal.
Nuestra reflexión para el día de hoy Segundo Domingo
Después de Navidad, está basada en el pasaje del evangelio que se encuentra en: Juan 1: 1-18 y sobre el mismo podemos reflexionar
lo siguiente:
Juan declara que Jesús era Dios, la
palabra por medio de quien todas las cosas que existen fueron creadas y tienen
vida.
En nuestra sociedad actual, todo mensaje enviado por ser humano en cargo de superioridad tiene contenido en sí mismo algo de poder.
El presidente, el juez, el director, el diputado etc; cada oficio emitido por cada uno de ellos conlleva su volitiva decisión de ser cumplida.
De manera parecida pero a nivel divino, la Palabra tiene y crea poder y de allí que ilumina, da vida y sostiene a todo aquel que la recibe con fe.
El poder del Verbo o Palabra le dio la existencia a
toda la creación. “Por la
palabra del Señor fueron hechos los cielos, por el soplo de su boca, todos los
astros.” (Salmo 33:6). Luego,
cuando leemos en el libro de Génesis que: “Dios dijo: y a continuación creaba todo cuanto hoy día existe, podemos
determinar y concluir acertadamente que Cristo estuvo activo en la creación. En
resumen: Dios habló, y su Palabra creó todas las cosas de la nada.
Jesús continúa siendo una luz que brilla
entre las tinieblas que arropan al mundo, y su luz permanece encendida para
quienes quieran valerse de ella.
El discípulo amado nos hace referencia de
Juan El Bautista, y su previa aparición con el fin de allanar el camino al
Señor; esto es, la preparación del ministerio de Jesucristo en la tierra.
Su propia gente, sus coterráneos, quienes
esperaban al Mesías, no lo reconocieron como tal; mas, quienes le recibieron en
su corazón con convicción y fe, él les dio la ventaja especial de llegar a ser
hijos de Dios; ¡excelente!, pasar de ser simplemente criaturas a hijos de Dios,
y por vía de consecuencia convertirnos en hermanos de Jesús.
El niño del pesebre se convirtió en
hombre, y como tal, vivió entre ellos. Del despliegue de tantos milagros y
otras señales, Juan nos dice que pudieron ver la gloria, es decir, la presencia
divina contenida en él, la cual había recibió del Padre.
El evangelista quiso mostrar el testimonio
de Juan El Bautista, cuando dejó clara que la importancia de Cristo se debía a
la preexistencia de éste antes que aquél. "...es más importante que yo,
porque existía antes que yo".
Para quienes gustan de la teoría de la
"prosperidad" muy en auge en los últimos años, en este pasaje se nos
enseña que Jesucristo es la abundancia, y de él la hemos recibido muchas veces.
La desesperación que trae la ley aportada por medio de moisés, fue atenuada, cumplida
suficientemente por el sacrificio amoroso de nuestro Señor Jesucristo en la
cruz.
Si usted querido amigo (a) quiere ver a Dios, sencillamente mire a Jesús.
Si usted quiere y su deseo es estar más próximo a Dios, entonces acérquese a Jesús.
¿Quiere usted tener un modelo a seguir para vivir en consonancia con la voluntad de Dios? No hay mejor recomendación que: Viva de la mano de Jesús.
Vemos a Dios cuando miramos a su Hijo,
quien es verdadero Dios, de otra manera, es imposible contemplar la hermosura
de Jehová.
¿Vemos a Dios cuando vemos el rostro de Jesús? ¿Asistimos a la iglesia buscando encontrar en Jesús al verdadero y eterno Dios, o acudimos a seguir a hombres, simples mortales?
¡Tengamos mucho cuidado a quienes seguimos, imitamos y adoramos!
Oremos:
Excelentísimo Padre celestial, acudimos a ti, para rogarte con profunda humildad que siempre tengamos presente y claro que debemos mirar con fe y amor el rostro de Jesús, el verbo eterno, con la finalidad de poder ver la gloria de tu majestad.
Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!
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