20 de marzo 2022
Pastor: Miguel Angel Moreno Villarroel
Lecturas:
Salmo 63:1-8; Isaías 55:1-9; 1 Corintios 10:1-13; Lucas
13:1-9
Tema de hoy: La Oportunidad
del Arrepentimiento y Conversión
Nuestra reflexión para el día de hoy Tercer Domingo
De Cuaresma, tiene como basamento central el pasaje del evangelio que se encuentra
en: Lucas 13:1-9 y sobre el mismo podemos reflexionar
lo siguiente:
Vamos a ir un
punto previo al pasaje que nos corresponde para el día de hoy, y, así podemos
ver como Jesús amonesta fuertemente a la gente que lo seguía y escuchaba,
debido a su torpeza en darse cuenta del tiempo en el cual vivían, por su
incapacidad para interpretar los asuntos espirituales que tenían delante de
ellos Lucas Capítulo 12 Versículos 54 hasta 56.
Algunos de los
presentes entre el gentío tratan de justificarse en relación a lo que Jesús les
dijo sobre que no sabían determinar el tiempo en que estaban viviendo,
respondiendo que Pilato había dado muerte a unos sujetos del pueblo de Galilea
y, para hacer más atroz su asesinato, había mezclado su sangre con las de los
animales que habían sido dados en sacrificio.
Estas personas
pretendían hacerles saber a Jesús, que ellos estaban en conocimiento de la
forma en que Dios castiga el pecado en el hombre y que, no son tan ignorantes o
no están tan equivocados como el Señor les quería dar a entender.
Por su parte Nuestro
Señor Jesucristo, se ve en la necesidad de darles la explicación correcta
mediante una interpretación adecuada y ajustada a la realidad espiritual y no
carnal.
Según la usanza de
la época, se cree bastante probable que un grupo extenso de peregrinos Galileos
estuviera ofreciendo sacrificios en el Templo de Jerusalén para el momento en
que los funcionarios bajo el mando de Pilato atacaron; pero tan solo un puñado
de ellos fueron asesinados.
Ahora bien, Jesús
le pregunta a la muchedumbre si acaso ellos creen que las personas muertas eran
más pecadores que los que no murieron.
Nuestro Señor
descarta claramente esta deducción lógica. Luego les refiere otro ejemplo de
muerte violenta: dieciocho personas perecieron cuando cayó sobre ellas la torre
de Siloé. Esta era una torre que estaba situada próxima al estanque de Siloé en
la esquina sureste de Jerusalén.
Jesús les
interroga diciéndoles: si ¿esas dieciocho personas eran más culpables que los
otros que vivían en Jerusalén en ese tiempo? Por segunda vez Jesús se opone a
esta creencia.
Nuestro Santo Maestro,
Jesús, nos enseña que no existe relación o vínculo alguno entre cualquier
muerte trágica, violenta o repentina y el castigo como resultado del pecado.
No debemos por
ninguna razón pensar que los padecimientos inusuales en esta vida ni el
fallecimiento de alguna persona por más cercana a nosotros que esta sea, deban
ser considerados como una penalidad por algún pecado que alguien haya cometido.
Inmediatamente
Nuestro Señor nos muestra la explicación correcta sobre esos hechos: «Y si
ustedes mismos no se vuelven a Dios, también morirán». Asesinatos bestiales,
accidentes repentinos o cualquier clase de muerte, son predicaciones de la ley
de Dios: el alma que peque, esa morirá.
A este punto, debemos
tener presente que la paga del pecado es la muerte, tanto espiritual como
física, y que el hombre va a terminar sus días sobre esta tierra de los
vivientes siendo cien por ciento justo (sí tuvo fe en Jesús) y cien por ciento
pecador (porque el pecado original mora en él).
Hay personas que
sacan como conclusión que, si nada malo les sucede en esta vida, entonces es
una demostración de que han llevado una vida con Dios y sin pecado alguno.
Hermano, ¿pasamos
esta vida pensando que todas las cosas malas y horribles les suceden solamente
a otras personas y, en cuanto a nosotros no existe esa fatal posibilidad?
Jesús nos dice
claramente que el arrepentimiento no es solamente para la gente evidentemente
mala, sino también para el de buen comportamiento, es decir debemos hacer del arrepentimiento
nuestra muestra diaria de que necesitamos de Dios para ser salvos y tener acceso
a la vida eterna junto a él.
Hermanos, ¿pedimos
perdón a Dios diariamente por nuestros pecados cometidos?
Estos asesinatos
llevados a cabo por orden de Pilato son considerados como una predicción de la
muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
Muchas personas en
tiempo de Jesús entendieron erróneamente su muerte en la cruz como una señal de
su propia y personal culpa sobre ese hecho. Hoy en día nos podemos encontrar
con «cristianos» que piensan equivocadamente, que ellos deben llevar una vida
de sufrimiento para de esta manera pagarle a Jesús su sufrimiento en la cruz.
Ahora bien, como
cristianos debemos tener muy claro que de ninguna forma ese fue el motivo, ya
que, su muerte fue y es por los pecados del mundo, que fueron puestos sobre él.
Por último, Jesús
les narra una parábola acerca de una higuera sin fruto, la cual nos muestra la
verdad eterna de que Nuestro Dios siempre les concede un tiempo a las personas
para que se vuelvan a él. Dios tiene paciencia con ustedes, pues no quiere que
nadie muera, sino que todos se vuelvan a Dios 2da Epístola de Pedro Capítulo 3
Versículo 9. No obstante, la tardanza en el juicio no debe ser excusa o motivo
para que la gente postergue por su parte el volverse a Dios. Llegará un día en
que si el árbol no da fruto será cortado, luego, la oportunidad de volverse a
Dios habrá caducado inexorablemente. De este texto podemos deducir que, una vez
muerta la persona, son inoficiosas oraciones y misas por su alma, todo en ello
en virtud de que el destino eterno ha sido sellado.
Oremos
Hermanos, oremos a Nuestro Dios, nos permita
reconocer el tiempo oportuno para que, por medio de la fe que obra el Espíritu
Santo en nosotros, cada día y a cada instante nos volvamos a Dios con gozo y
felicidad.
Amén. Dios los bendiga y recuerden Sólo
Dios Salva.
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