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Revised Common Lectionary - Daily Readings

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Sexto Domingo de Pascua - Espíritu de Paz y Amor

 

22 de mayo 2022

Sexto Domingo de Pascua.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 67; Hechos 16:9-15; Apocalipsis 21:10, 22—22:5; Juan 14:23-29

Tema de hoy: Espíritu de Paz y Amor

Nuestra reflexión para el día de hoy Sexto Domingo de Pascua, está basada en el pasaje del evangelio que acabamos de leer en Juan Capítulo 14 Versículos desde el 23 hasta el 29.

*El que me ama, hace caso de mi palabra…El que no me ama no hace caso de mi palabra…

Hermanos, vamos a hacer una pequeña evaluación de estas frases; porque Jesús habla acerca de amarle, pudiera tratarse de una afirmación como se desprende de la oración; pero también pudiera tomarse como un mandamiento de Nuestro Señor Jesucristo: Si tú me amas, entonces haz caso de mi palabra y, ¿cómo llegas a amar a Jesús? Esta es una pregunta interesante. Si atendemos a quienes manejan la psicología moderna, podemos aprender de ellos la sentencia que reza: «Nadie puede amar a alguien que no conozca» ¡Oh, que detalle!; luego, esto significa que, si no conocemos a Jesús, su vida y obra, así como afecta a nuestro estado espiritual y destino eterno, debemos considerar como falsa devoción a cualquier persona que llamándose “cristiano” se presente en la iglesia cada domingo a “adorarle” y “alabarle”. ¿Con qué clase de amor se acerca a Dios si no le conoce?

Ahora bien, en cierta forma, cualquiera de nosotros que ame en verdad al Señor se aferrará a él, primeramente, obedeciéndolo y caminando en su vida con él. Atesoraremos la palabra de Jesús, que es la que nos ha dado entrada a su conocimiento pleno. En fin, obedeceremos sus enseñanzas y mandamientos.

Hermanos, ¿podemos decir y aseverar con certeza que conocemos a Nuestro Señor Jesucristo? Y, si no lo conocemos ¿qué debemos hacer, adonde debemos acudir para saber acerca de su vida? Por supuesto, a los evangelios; leer, estudiar y sobre todo aplicar a nuestras vidas sus enseñanzas.

*…y mi Padre y yo vendremos a vivir con él

Jesús nos dice que cuando le amamos, el Padre muestra su amor y su preocupación misericordiosos por nosotros, y así el Padre y el Hijo moran a nuestro lado. Así es como se manifiesta el reino del Cristo, del Mesías, del que había de venir. Y debemos tener presentes las palabras del evangelista Mateo en el Capítulo 18 Versículo 20 que dice: «Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos». Y entonces, por interpretación en contrario, aquellas personas que no aman a Jesús, es porque no le conocen, y como consecuencia natural no podrán obedecerle, cualquier intento de llegarse al Señor resultará un acto de hipocresía y burla ante Dios; esa persona podrá engañar a sus amigos y correligionarios; pero jamás podrá con Dios, porque Dios no puede ser burlado ni engañado.

Hermanos, ¿tenemos la seguridad que vivimos en comunión con la Santa Trinidad? ¿Sabemos reconocer en nuestras vidas la presencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo?

*…pero el Defensor, el Espíritu Santo que el Padre va a enviar en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que yo les he dicho.

Jesús sabía que el entendimiento de sus discípulos (Y de nosotros hoy en día también) es limitado ante la grandeza inconmensurable de Dios; entonces les da el consuelo de que no tienen que estar anotando todo para que no se les olvide nada, ya que, él promete enviarles el Espíritu Santo quien es verdadero Dios, él les enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que les ha dicho.

*Les dejo la paz. Les doy mi paz, pero no se la doy como la dan los que son del mundo. No se angustien ni tengan miedo.

La paz que Jesús nos da no es lo mismo que la paz como la entiende el mundo no creyente; no tiene como base ni el entendimiento ni la falta de guerra entre las naciones, tampoco de la cotidiana tranquilidad que exista en los hogares.

La paz que nos da Jesús tranquiliza el corazón de quien se siente inquieto y hace que el corazón que está ansioso adquiera confianza.

Su paz nos mantiene en comunión con Nuestro Señor y nos señala el camino de la certeza en nuestra salvación.

Hermanos, ¿hemos disfrutado de la paz que nos da Nuestro Señor Jesucristo y la cual es la mayor evidencia y milagro de la fe que vive en nosotros?

Oremos:

Amantísimo Padre celestial, hoy venimos anhelantes ante ti, para rogarte que podamos apreciar la comunión, enseñanza y paz que el Espíritu Santo mantiene en nuestras mentes, corazones y almas, por Jesucristo Nuestro Señor quien contigo y el Espíritu Santo es un solo Dios que vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!

 

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