08 de mayo 2022
Cuarto Domingo de Pascua.
Pastor: Miguel
Ángel Moreno Villarroel
Lecturas: Salmo 23; Hechos 9:36-43; Apocalipsis 7:9-17; Juan
10:22-30
Tema de hoy: Escuchando la voz de mi Pastor
Nuestra reflexión para el día de hoy Cuarto
Domingo de Pascua, está basada en el pasaje del evangelio que acabamos de leer
en Juan Capítulo 10 Versículos desde el 22 hasta el 30.
El escenario para este pasaje bíblico nos ubica
en la estación de invierno y la fiesta en que se conmemoraba la dedicación del
templo, llamada también Hanukkah, la fiesta de las Luces o Luminaria, es la celebración
de cuando el pueblo judío pudo reclamar con la independencia del pueblo griego
el Templo de Jerusalén mediante una revuelta en el siglo II a.C.
-Jesús está en el templo y anda por el
pórtico de Salomón
Los expertos en biblia dicen que el pórtico
de Salomón formaba parte del templo original y era allí donde la gente se
reunía con mayor frecuencia, proporcionaba protección del inclemente frío del
invierno; Jesús estaba caminando por esa área y al parecer estaba enseñando a los
presentes.
Hermanos, Jesús aún hoy en día anda por el
templo, ya que su promesa fue que donde dos o más estén reunidos en mi nombre allí
estaré yo. ¿Lo creemos? Cuando su Palabra es predicada y enseñada con la mayor seriedad
y pureza, ahí está Jesús. Cuando rechazamos a los falsos profetas, allí está
Jesús. Cuando aceptamos erróneas enseñanzas que niegan la deidad de Jesús o a
la Santa Trinidad, entonces ya no está Jesús, sino el diablo y sus secuaces.
Debemos tener mucho cuidado y atender a lo que nos dicta el Espíritu Santo a
nuestras mentes y corazones en estos aspectos, para así poder distinguir lo
falso de los verdadero.
-Los judíos le rodean y le preguntan ¿hasta
cuándo nos vas a tener con esta duda? Si eres el Mesías, dínoslo de una vez.
Muchos de ellos creían que Jesús era
efectivamente el Mesías, y la respuesta que querían dilucidar era si él era verdaderamente
el Mesías prometido a lo largo de los siglos.
Hermanos, ¿vamos cada domingo a la iglesia
y sentimos dudas en nuestros corazones de si Jesús es verdaderamente el Mesías
prometido?
-Jesús les dice ya se los he dicho y no me
creyeron. He hecho señales milagrosas con la autoridad de mi Padre y eso lo
demuestra.
Se ve que estos judíos no querían creer en
Jesús, ya que él les había desplegado toda clase de milagros y su conducta
demostraba que el Padre estaba en él; entonces ¿qué más esperaban de él? Ah,
pues claro, ellos en su mayoría se habían hecho a la idea de que el Mesías
prometido sería alguien que los liberaría de del yugo romano, es decir, alguien
que comandaría un poderoso y victorioso ejército.
Hermanos, ¿creemos que Jesús es el cordero
de Dios que quita el pecado del mundo? O ¿todavía tenemos dudas o no creemos acerca
de esto?
-Si no creen es porque no son parte de mis
ovejas
-Les digo algo; mis ovejas oyen mi voz y
me conocen y yo las conozco.
-Yo les doy vida eterna y, jamás morirán
ni nadie (el diablo) me las quitará
La relación de Jesús con sus verdaderos
seguidores y adoradores es estrechamente intima, muy personal. Ahora bien, como
Jesús es el Hijo de Dios y Dios verdadero la relación con él es de duración
eterna. El les asegura la vida eterna y también nos dice que el diablo jamás
podrá arrebatarle a sus escogidos.
Nuestra seguridad está garantizada por
Dios Padre que está en los cielos.
Hermano, ¿sí nos consideramos ovejas del
redil de Nuestro Señor Jesucristo?
-El padre y yo somos uno.
Las
palabras de Nuestro Señor Jesucristo fueron claras. Él proviene de Dios y es el
Hijo de Dios. Él es Dios verdadero. Él es el Cristo prometido, que terminó
diciendo: «El Padre y yo uno somos». No es suficiente hacer deducciones humanas
de sus palabras y, sacar como conclusión que solamente él y el Padre pensaban
igual o que tenían una relación armoniosa o que trataban a sus ovejas por igual;
no, Jesús dijo que él es de una esencia con el Padre, quien es Dios.
Oremos:
Amantísimo Padre Celestial, te rogamos nos
hagas comprender cada día de nuestra existencia que Jesús es Dios verdadero y,
mantengas esta creencia aferrada a nuestros corazones que nos asegura la vida
eterna con Nuestro Dios en la eternidad.
Amén. Dios los bendiga, y
recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!
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