13 de noviembre de 2022
Vigesimotercer
domingo después de Pentecostés.
Pastor: Miguel Moreno
Lecturas: Salmo 98; Malaquías 4:1-2a; 2 Tesalonicenses 3:6-13;
Lucas 21:5-19
Tema de hoy: Señor, Quiero
estar Preparado para tu Segunda Venida
El
mensaje para el día de hoy, cuando arribamos al servicio vigesimotercero después
de haber asistido al culto de celebración de Pentecostés, nos dirige a tratar
un tema muchas veces tratado con morbo y, se trata de las señales acerca de acontecimientos
futuros.
Hoy
hemos leído muy gratamente en el Salmo 98: versículo 2: «El Señor ha anunciado
su victoria, ha mostrado su justicia a la vista de las naciones;» Más adelante
en los versículos 7 al 9 leemos: «Que brame el mar y todo lo que contiene, el
mundo y sus habitantes; que aplaudan los ríos; que se unan las montañas en
gritos de alegría delante del Señor, que viene a gobernar a la tierra. Él
gobernará a los pueblos del mundo con rectitud e igualdad».
Nuestro
Dios Padre, ha hecho notoria su salvación y ha descubierto su justicia, sí,
hermano, en estos versículos el salmista profetiza sobre la venida de un Salvador,
nuestro Señor Jesucristo. Mas en los otros versículos, Dios pide a su creación que
haga festividad claramente visible y audible, ya que, si bien Jesús, el Mesías,
ya vino como la Justicia de Dios hecha sacrificio suficiente mediante su muerte
en la cruz, volverá para juzgar a todas las naciones y razas con rectitud de
juicio.
El pasaje del antiguo testamento que hemos
revisado hoy, nos habla de que: Vendrá un día muy caliente como un gran horno,
y quienes viven en pecado, serán consumidos como algodón que se expone al fuego,
y además, les arrancará cualquier raíz de donde puedan retoñar en su maldad;
luego, el profeta nos revela una promesa que, nos debe llenar de felicidad y
gozo para quienes respetamos a Dios con la seriedad y firmeza que nos aporta la
fe; nacerá el sol de justicia (Jesucristo), quien traerá salvación, y ese hecho
nos hará saltar como becerros de la manada, con nuevos bríos, agilidad y alegría.
La epístola a considerar para el día de hoy,
nos sugiere que tratemos el tema de la disciplina y el orden en nuestras vidas,
así como, en las comunidades cristianas. Dios nos recomienda que no nos
juntemos con personas desorganizadas o desordenadas en sus vidas; aquellas que
se comportan diferente a las enseñanzas de una buena doctrina sobre la fe.
Pablo les recuerda que mientras estuvo con
ellos, jamás esperó recibir alimentos sin habérselos ganado con su esfuerzo,
para no llegar a ser una carga adicional en esa comunidad de Tesalónica.
Pablo entiende y enseña que, el individuo que
no quiera laboral, sino que, por el contrario, en su ocio lo que quiere es
estar inmiscuyéndose en las vidas ajenas, tampoco merece comer. También nos
exhorta a no desmayar en nuestro propósito, en cuanto podamos, de hacer el bien
al prójimo.
El evangelio que nos ocupa hoy, nos trae una profecía
hecha por Jesús.
Muchos conocedores consideran que, Lucas
escribió sobre esto después de la destrucción del templo y de Jerusalén en el
año 70 d.C, bajo el gobierno del Emperador romano Tito Flavio Vespasiano.
Un grupo de individuos hablan acerca de la
belleza que mostraba el templo; nuestro Señor les dice que: en relación a esas
cosas que ven, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra, que no sea destruida.
Y la pregunta no se hizo esperar: Maestro, ¿en qué fecha será eso y cuáles será
las señales que indicarán la destrucción?
Nuestro Señor les recomienda: No sean
engañados, ya que vendrán muchos en mi nombre, haciéndose pasar por mí. También
les habla de que habrá guerras y separaciones de comunidades de sus propios
países. Los países se enfrentarán unos contra otros, los desastres y fenómenos naturales
causarán mortandad; habrá muchas señales en el cielo. Serán perseguidos; pero
no preparen su propia defensa, porque yo les daré las palabras y la sabiduría
para responder.
Continúa Jesús diciendo: en ese tiempo ustedes
serán entregados por sus mismos familiares y algunos será asesinados; y serán despreciados
por haber creído en mí; mas yo les cuidaré en su integridad. Al final les
declara que con la paciencia preservarán sus almas.
Hermanos, si bien estas revelaciones de nuestros Señor Jesucristo, están dirigidas a un público específico que lo viviría hacia el año 70 d.C, también pueden ser aplicadas a nosotros en la espera de la segunda venida de nuestro Salvador, sobre todo en lo que atañe a la aparición de falsos Cristos, falsos Mesías, falsos profetas; el incremento de la devastaciones productos del embate furioso de los fenómenos naturales; la aplicación en ciertas y determinadas naciones, de medidas coercitivas y penalidades capitales a personas que profesan la fe cristiana; pero, sigamos las recomendaciones de nuestro Dios Jesús, no preparemos defensa alguna en nuestras mentes, ya que, él ha prometido llenarnos de sabiduría sobre qué alegar en nuestra defensa y, sobre todo roguemos y vivamos en la perfecta paciencia que él nos otorga, y de esta manera cuidaremos nuestras almas hasta que él regrese.
Oremos:
Padre celestial, así como los hermanos de las
primeras congregaciones fueron guiados ante los acontecimientos por venir en Jerusalén;
que nosotros estemos bien adoctrinados y preparados, para esperar con propiedad
la segunda venida gloriosa de tu Hijo Jesucristo.
Amén. Dios
los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!
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