26 de marzo de 2023
Quinto Domingo De
Cuaresma.
Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel
Lecturas:
Salmo 130; Ezequiel 37:1-14;Romanos 8:6-11; Juan 11:1-45
Tema
de hoy: Yo Soy la Resurrección y la Vida
Nuestra reflexión
para el día de hoy Quinto Domingo De Cuaresma, tiene como basamento central el
pasaje del evangelio que hemos leído y, sobre
el mismo podemos reflexionar lo siguiente:
Si usted tuviese la capacidad de curar a
una persona muy amiga suya, y, avisándole sus familiares que el sujeto esta
grave, ¿qué haría usted, se retasaría, iría más lento o por el contrario correría en su auxilio?
Pues en el relato de hoy, vemos a un
Jesús que contra todos los pronósticos le da más tiempo a la urgencia que
padecen sus amigos; nuestro Señor se tomó dos días más en el lugar en donde
estaban.
A pesar de amar a sus amigos, Jesús
tomó esta decisión porque sabía que esa enfermedad no era para muerte, sino a
para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios fuese glorificado.
Hermanos, así procede Dios, recordemos
como hizo que el Faraón pusiese su corazón duro y no dejara salir a su pueblo
de Egipto, solo para que la gloria y fama de Jehová se extendiera por toda la
tierra.
Jesús le dice a sus discípulos sus deseos de ir a
Judea, al extremo contrario de Betania, ellos lo llaman a reflexionar y le dicen
que no hace mucho los judíos querían darte muerte y, ¿tú quieres volver allá?
Ellos no saben que están ante la presencia del Dios todopoderoso y omnisciente.
Jesús les
manifiesta que su amigo Lázaro duerme, ellos piensan que está dormido y que esa
es una buena señal que indica que sanara. Seguidamente les confiesa que Lázaro
ha muerto. No creo que Jesús haya dicho que estaba dormido por consideración y
evitarles dolor; sino más bien, debemos pensar que esa es la concepción divina
sobre la muerte, es simplemente un sueño del cual nos despertara el mismo Jesús en el día
final con gran poder y gran gloria. Me alegro por ustedes el no haber estado allí, para que esto sirva de crecimiento en su fe, y Tomas quien es considerado el discípulo
de la duda, dice con emoción, a sus condiscípulos, vamos nosotros también a
morir con él. Tal vez, Tomas estaba considerando que si iba y moría con Lázaro,
su fe iba a ser de una gran solidez, según lo que le acababa de asomar su
Maestro.
Jesús regresó a
Betania y Lázaro ya tenía cuatro días de sepultado. Marta desconsolada fue a
recibir al Señor y le dice que si él hubiese estado allí su hermano no hubiese
muerto; pero sé que todo lo que pidas a Dios, él te lo dará. Luego de esto
surge un dialogo muy interesante en el cual Jesús le dice que su hermano resucitaría,
ella responde: si ya sé que resucitara en el día final. Y uno puede preguntarse, ¿a qué se refería Marta cuando dijo que ella sabía que Dios le daría todo lo
que le pidiera? ¿Podía otorgarle todo a Jesús; pero no el resucitar a su
hermano? Necesariamente, debemos creer que para Marta, la resurrección de los
muertos estaba temporalmente establecida solamente para el día final. Jesús le
hace entender que ella está ante Dios mismo y quien vendrá el día ultimo a resucitar
a todos los muertos; luego de lo cual, ella hace una confesión acentuada en la
que manifiesta que, ella sabe que está frente al Mesías, el hijo de Dios que ha
venido al mundo.
Hermanos, ¿cuántas
veces hemos supuesto que, Dios es un ser para considerar en un tiempo anterior
o posterior dentro del trayecto histórico de nuestras vidas y no para el hoy,
el ahora?
Más adelante, Jesús
se encuentra con María, y en un momento Jesús llora por el dolor que la pérdida
de un ser querido causa en las personas, como vemos en el Salmo 116: 15 «Estimada
es a los ojos de Jehová la muerte de sus santos».
Marta vuelve a
dudar, y es de lógico entendimiento cuando el ser humano se enfrenta a la dura
realidad de la muerte. Ella le dice a Jesús: Señor, ya tiene cuatro días muerto
y debe oler mal. El responde: ¿no te he dicho que si creyeres veras la gloria de
Dios?
Jesús dijo, Señor
gracias por escucharme, yo sé que siempre me escuchas y luego hizo que saliera Lázaro
y el que estaba muerto resucito.
Hermanos, ¿Cuántas
veces hemos pensado: donde estaba Dios cuando murió tal persona, o donde estaba
Dios cuando le necesite?
Este pasaje nos
enseña que la voluntad soberana de Dios se cumple inexorablemente y nada
podemos hacer, solo orar y rogar que no se haga nuestra voluntad sino la suya.
Oremos:
Dios Padre eterno, te rogamos que pongas en nosotros el entender y
aceptar tu Santa y soberana voluntad.
Amén. Dios me los
bendiga y recuerden. Solo Dios Salva.
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