Novela «El Terror de Alicia» Autor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Novela «El Terror de Alicia» Autor: Miguel Ángel Moreno Villarroel
Disponible en Amazon Kindle - Presiona sobre la imagen

Revised Common Lectionary - Daily Readings

Translate This Blog

Mostrando las entradas con la etiqueta Evangelio. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Evangelio. Mostrar todas las entradas

Alimentemos a Jesús

 

Image by Gordon Johnson from Pixabay

 

25 de julio 2021

Noveno Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Moreno

Lecturas: Salmo 145: 10-18; 2 Reyes 4: 42-44; Efesios 3: 14-21; Juan 6: 1-21

Tema de hoy: ¡Alimentemos a Jesús!

Himnos: 02, 126, 301, 322, 660

Nuestra reflexión para el día de hoy Noveno Domingo Después de Pentecostés, está basada en el pasaje del evangelio que se encuentra en: San Juan 6: 1- 21

“Después de esto, Jesús se fue al otro lado del Lago de Galilea, que es el mismo Lago de Tiberias. Mucha gente lo seguía, porque habían visto las señales milagrosas que hacía sanando a los enfermos. Entonces Jesús subió a un monte, y se sentó con sus discípulos. Ya estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Cuando Jesús miró y vio la mucha gente que lo seguía, le dijo a Felipe:

—¿Dónde vamos a comprar pan para toda esta gente?

Pero lo dijo por ver qué contestaría Felipe, porque Jesús mismo sabía bien lo que había de hacer. Felipe le respondió:

—Ni siquiera el salario de doscientos días bastaría para comprar el pan suficiente para que cada uno recibiera un poco.

Entonces Andrés, que era otro de sus discípulos y hermano de Simón Pedro, le dijo:

—Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados; pero, ¿qué es esto para tanta gente?

Jesús respondió:

—Díganles a todos que se sienten.

Había mucha hierba en aquel lugar, y se sentaron. Eran unos cinco mil hombres. Jesús tomó en sus manos los panes y, después de dar gracias a Dios, los repartió entre los que estaban sentados. Hizo lo mismo con los pescados, dándoles todo lo que querían. Cuando ya estuvieron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos:

—Recojan los pedazos sobrantes, para que no se desperdicie nada.

Ellos los recogieron, y llenaron doce canastas con los pedazos que sobraron de los cinco panes de cebada. La gente, al ver esta señal milagrosa hecha por Jesús, decía:

—De veras éste es el profeta que había de venir al mundo.

Pero como Jesús se dio cuenta de que querían llevárselo a la fuerza para hacerlo rey, se retiró otra vez a lo alto del cerro, para estar solo.

Al llegar la noche, los discípulos de Jesús bajaron al lago, subieron a una barca y comenzaron a cruzar el lago para llegar a Cafarnaúm. Ya estaba completamente oscuro, y Jesús no había regresado todavía. En esto, el lago se alborotó a causa de un fuerte viento que se había levantado. Cuando ya habían avanzado unos cinco o seis kilómetros, vieron a Jesús, que se acercaba a la barca caminando sobre el agua, y tuvieron miedo. Él les dijo:

—¡Soy yo, no tengan miedo!

Con gusto lo recibieron en la barca, y en un momento llegaron a la tierra adonde iban.

Oración del día

Dios misericordioso, has puesto en el corazón de todos tus hijos el anhelo de tu palabra y el hambre de tu verdad. Haz que sepamos que tu Hijo es el verdadero pan del cielo y compartamos este pan con todo el mundo, por Jesucristo, nuestro Salvador y Señor.

Aclamación al Evangelio

Aleluya. ¡Un gran profeta se ha levantado entre nosotros! ¡Dios nos ha mirado favorablemente! Aleluya. (Lucas 7:16)

Sermón

Es interesante observar, que estos pasajes bíblicos también fueron registrados por inspiración del Espíritu Santo, en los evangelios de San mateo, San Marcos y San Lucas, otorgándole a este pasaje fuerza histórica y consistencia al relato del evangelista.

San Juan coloca este relato en medio del texto de los milagros, que va desde el capitulo 1 hasta el 12, pareciera que este capítulo 6, es la pieza central de las señales milagrosas de Nuestro Señor Jesús.

Según el último informe de la FAO (Food and Agriculture Organization, por sus siglas en inglés; agencia de las Naciones Unidas que lidera el esfuerzo internacional para poner fin al hambre), se calcula que unos 820 millones de personas no tenían los alimentos necesarios para comer en el año 2018, comparado con 811 millones el año 2017, la FAO considera que este es el tercer año consecutivo en que esta cifra se incrementa.

Según datos de la pagina web https://www.worldometers.info/ la población mundial alcanza el numero de 7.8 billones de personas, lo que nos arroja que, el 10,29% por ciento de la población del planeta no tiene alimento alguno que llevarse a la boca.

Jesús es seguido por las multitudes ya que ellos habían visto los milagros que hacía, al subir a un monte, se da cuenta de la cantidad de personas que le espera.

Seguidamente Jesús pregunta a Felipe cómo haremos para conseguir alimentos para todos esos seguidores, que estaban ahí porque tenían alguna necesidad espiritual o de sanidad.

Relata el evangelista que Jesús estaba poniendo a prueba a Felipe, porque Jesús, el Hijo de Dios, Dios mismo, tenia pleno conocimiento de lo que tenía que realizar para dar de comer a los hambrientos.

Felipe responde los recursos que tenemos son escasos, se necesitaría mucho dinero, y Andrés interviene y como por decir algo, manifiesta que allí había un niño, con cinco panes y dos pescados.

Talvez, ese niño era un vendedor ambulante que aprovechaba estas grandes concentraciones de personas, para vender algo de comida a quienes tuvieran hambre y pudieran pagarla, y de esa forma colaboraba con el sustento de su hogar.

Jesús, no se frustra ante la poca comida que tiene el niño, por el contrario, busca rápidamente dar indicaciones que todos se sienten, como acto previo al disfrute de cualquier banquete ofrecido por un Rey.

Toma los panes y los pescados y dando gracias a Dios Padre, reparte tanta cantidad de comida que todos quedaron saciados y aún sobraron pedazos.

Finalmente, Jesús indica que se recogieran los pedazos sobrantes, para que no se desperdiciara nada. Una muestra de la sensatez y mayordomía, que debemos practicar en nuestras vidas con los buenos dones que vienen de Dios.

¿Estamos concientes que la tierra sufre por la caída en pecado de los primeros padres Adán y Eva, en el Jardin del Edén?

Hermanos, ¿Nos preocupamos por los hambrientos que viven cerca en nuestras comunidades?

¿Como Iglesia, destinamos de las ofrendas, un apartado para llevarles el sustento diario a esos hermanos sin alimentos?

¿Participamos de los programas mundiales para erradicar el hambre sobre el planeta?

Cuando ves un anuncio en las redes sociales, de instituciones solicitando donativos para luchar contra el hambre de tantos prójimos ¿donas? ¿Somos tan egoístas o pobres que nos resulta demasiado dinero donar un dólar americano a esa causa?

¿Estas cumpliendo por fe y amor lo que dice Jesús en Mateo 25:35? “Pues tuve hambre, y ustedes me dieron de comer…”

Cuando das de comer a un hambriento, le estas dando de comer a Jesús, el Dios verdadero, a quien dices seguir y amar de todo corazón.

En la palabra “Ustedes” ¿crees con sinceridad que te puedes incluir o estas fuera?

Hermano, no te quedes afuera, porque ya sabemos lo que pasará con ellos en el día final.

Oremos: Dios Padre eterno, te rogamos pongas en nuestros corazones una fe viva y una compasión que actúa, para que de esta manera podamos alimentar a Jesús por medio de los hambrientos de este mundo.

 

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!

 

Un Evangelio Indetenible

Photo by RODNAE Productions from Pexels


24 de Enero de 2021

Tercer domingo después de Epifania. 


Pastor: Miguel Moreno

Lecturas: Salmo 62: 5-12; Jonás 3: 1-5, 10; 1 Corintios 7: 29-31; Marcos 1: 14-20


Tema de hoy: Un Evangelio Indetenible.


Nuestra predicación está basada en la lectura del evangelio para el día de hoy Tercer domingo después de Epifania, y la misma se encuentra en el evangelio según Marcos 1: 14-20  


Yo me pregunto. ¿Cuántas veces alguién soñó con el fin del cristianismo? Desde gobiernos autoritarios a los cuales no les interesaba en absoluto la doctrina de Jesucristo, ya que entorpecían la dominación de los pueblos, hasta individualidades que soñaban despiertos con la muerte o detención carcelaria de algún lider cristiano, para que de esta forma cesara la difusión del mensaje. 


Las pretensiones, como los sueños, nunca han podido ni podrán detener la expansión del mensaje de salvación, que se muestra en la Santa palabra de Dios.


En este pasaje, observamos que Juan había caído en las manos de las autoridades romanas, y sometido a carcel.


Y cuando tal vez, muchos de los jerárcas religiosos y autoridades civiles, pensaban que con Juan preso se detendría esa "moda pasajera", justo toma más fuerza y presencia el ministerio de Nuestro Señor Jesucristo; les decía que según el cumplimiento de las profecías, el tiempo había llegado, así que, vuelvanse a Dios, arrepiéntanse de su mal vivir y acepten con creencia genuina estas buenas noticias de  salvación y vida. 


Este mensaje, llevó a que muchos de sus oyentes se volvieran a las escrituras y reconocieran el cumplimiento de las mismas.


Jesús sabe que Juan no saldrá con vida de la carcel, así que, piensa en que el punto culminante de su misión en este mundo, su obra de redención se acerca, todavía no cree oportuno revelárselo a sus seguidores; pronto estará en el cielo con su padre, y debe escoger a sus discipulos que propagarán su evangelio como testigos fieles.


Jesús llama a dos pares de hermanos; primero llama a Simón y a Andrés con su usual frase "Siganme", pero esta vez le agrega "y yo haré que sean pescadores de hombres". Es necesario observar que, además de la inmediatez con la cual los hermanos atienden al llamado de Jesús, en esta frase, Jesús hace énfasis en la palabra "Yo", lo que nos da la idea que, él nos instruirá en cada oportunidad de nuestras vidas, para hacer que las personas que nos rodean, puedan ser efectivamente llevadas a sus pies.


Luego, un poco más allá, el Maestro se encuentra con los hermanos Santiago y Juan, ellos están con su padre arreglando unas redes, y ante el llamado de Jesús, ellos deján lo que están haciendo y a su padre, e inmediatamente acuden al llamado de Dios a seguirlo. No hubo excusas, ni contratiempos, pudieron haber dicho: déjanos terminar de ayudar a nuestro padre a reparar las redes, pero no, ellos atendieron en forma veloz a la invitación de Jesucristo.


Hemanos, pidamos a Dios en oración, que atendamos con prontitud el llamado de Nuestro Señor Jesucristo, y confiemos que sólo él puede enseñarnos como pescar hombres para su causa eterna, con la herramienta de su evangelio indetenible,.


Amén. Dios me los bendiga y recuerden Sólo Dios Salva.