Revised Common Lectionary - Daily Readings

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Novela «El Terror de Alicia» Autor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

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Un Bocado del Maná que da vida Eterna

 

Imagen de Vladimir Strebkov en Pixabay

08 de agosto 2021

Undécimo Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Moreno

Lecturas: Salmo 34: 1-8; 1 Reyes 19: 4-8; Efesios 4: 25—5: 2; Juan 6:35, 41-51

Tema de hoy: Un Bocado del Maná que da vida Eterna

Himnos: 04, 128, 303, 324, 662

Nuestra reflexión para el día de hoy Undécimo Domingo Después de Pentecostés, está basada en el pasaje del evangelio que se encuentra en: Juan 6:35, 41-51 y es del siguiente tenor:

“Y Jesús les dijo:

—Yo soy el pan que da vida. El que viene a mí, nunca tendrá hambre; y el que cree en mí, nunca tendrá sed.

Por esto los judíos comenzaron a murmurar de Jesús, porque afirmó: <<Yo soy el pan que ha bajado del cielo.>> Y dijeron:

—¿No es este Jesús, el hijo de José? Nosotros conocemos a su padre y a su madre. ¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo?

Jesús les dijo entonces:

—Dejen de murmurar. Nadie puede venir a mí, si no lo trae el Padre, que me ha enviado; y yo lo resucitaré en el día último. En los libros de los profetas se dice: “Dios instruirá a todos.” Así que todos los que escuchan al Padre y aprenden de él, vienen a mí.

«No es que alguno haya visto al Padre; el único que lo ha visto es el que procede de Dios. Les aseguro que quien cree, tiene vida eterna. Yo soy el pan que da vida. Los antepasados de ustedescomieron el maná en el desierto, y a pesar de ello murieron;pero yo hablo del pan que baja del cielo; quien come de él, no muere. Yo soy ese pan vivo que ha bajado del cielo; el que come de este pan, vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi propia carne. Lo daré por la vida del mundo.

Aclamación al Evangelio

Aleluya. Yo soy ese pan vivo que ha bajado del cielo; el que come de este pan, vivirá para siempre. Aleluya. (Juan 6:51)

Sermón

El evangelista Juan, continúa la exposición narrativa que viene desde la alimentación de multitudes hasta una revelación inesperada y que causa: afectos, murmuraciones y odio hacia Jesús.

El leccionario programado para hoy, nos deja como separado e introducción el versículo 35, que es considerado como marca y guía del significado de los siguientes.

El famoso “Yo Soy” que representó ante el Faraón de Egipto, el nombre propio de Dios “Yo Soy el que soy” es revelado en esta oportunidad por Jesús, no prometiendo, mas sí asegurando que el que va a él nunca tendrá hambre, y si cree en él nunca tendrá sed.

Y alguien me preguntará: Y por qué dices que no es una simple promesa.

Tan sencillo es deducirlo porque, Jesús utiliza la palabra “nunca”, que en español da la inequívoca idea de que, quien habla asegura y garantiza el cumplimiento de su afirmación y, más allá, él está a cargo y controla la ejecución de lo que ofrece.

En el versículo 41, el evangelista muestra como el pueblo de Israel seguía siendo del mismo corazón de aquel que murmuró contra Dios, pensando que renegaban contra Moisés y Aaron, por su deseo de llenarse el estómago al igual que lo hacían en Egipto.

Los judíos no veían en Jesús, el Dios que él les mostraba ser con hechos y palabras.

Decían —No puede ser: Él es el hijo de José y María, así que, como resultado lógico, no puede ser divino. En conclusión: es terrenal y vamos a murmurar todo lo que podamos.

En el mundo actual en que vivimos, las personas se quedan en la idea de que Jesús es un maestro más, un líder espiritual como cualquiera de los que existen y han existido. Y esto es así, porque para ellos el evangelio es una tontería. Jesús se les convierte en piedra de tropiezo.

Cuando Jesús les dice que dejen de murmurar, es una enseñanza franca para todos nosotros de que, a Dios no le gusta esa practica tan estéril. Pensemos en lo siguiente: Cuando nos quejamos, por el motivo que fuere y, al mismo tiempo criticamos y murmuramos, estamos siendo despectivos y rechazamos la creación de Dios.

¿Por cuales motivos nos quejamos y murmuramos cotidianamente? Desde los sencillos, simples e inocentes: Qué sol; qué nieve; qué calor; qué frio…hasta los más elaborados, tendenciosos y suspicaces: Siempre comemos lo mismo, quiero comer más; estos gobernantes no sirven para nada; el jefe me tiene harto, lo odio etc.

En todas esas circunstancias, estamos murmurando y criticando a Dios, creador del cielo y la tierra, de lo visible e invisible.

Ahora bien, nadie llega a los pies de Jesús, si el Padre no lo lleva hasta él.

No podemos acercarnos a Jesús por nuestra propia voluntad, ya que, por naturaleza heredada del viejo Adán, somos enemigos de Dios.

Es el Padre quien toca nuestros corazones y, hace que nuestra voluntad se dirija a amar a Jesús.

Nuestros antepasados, pidieron pan a Dios y él les envío el maná. Saciaron sus estómagos, pero murieron

Jesús, nos dará de comer su propio cuerpo, pero este maná, es el pan que ha bajado del cielo para dar vida eterna a todo aquel que lo coma.

Hermano. ¿Sientes hambre y no hayas como saciarla? ¿Has probado toda forma humana conocida para satisfacer o llenar el vació espiritual que atormenta tu vida?

Hoy quiero invitarte a probar, aunque sea un bocado del Pan de Vida, sí, Jesucristo. Él te dará lo que asegura en su Palabra: vida eterna y en abundancia; desde hoy, ya, inmediatamente, desde el primer bocado que comas. ¡Así será!


Oremos: Dios Padre eterno, te suplicamos envíes tu espíritu Santo a cada persona que necesite la fe verdadera, seamos humildes para nunca murmurar de tu creación y, así reconocerque necesitamos comer del maná que asegura vida eterna en tu presencia.

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!