Revised Common Lectionary - Daily Readings

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Novela «El Terror de Alicia» Autor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

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Cuarto domingo de Pascua - Jesús el buen Pastor


21 de abril de 2024

Cuarto domingo de Pascua 

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 23; Hechos 4:5-12; 1 Juan 3:16-24; Juan 10:11-18

Tema de hoy: Jesús el buen Pastor

Nuestra predicación está basada en la lectura del evangelio para el día de hoy, Cuarto Domingo de Pascua, y la misma se encuentra en el evangelio según Juan 10: 11-18

Como la primera acepción que el Diccionario de la Real Academia Española otorga a la palabra «Vocación» encontramos: «Inspiración con que Dios llama a algún estado, especialmente al de religión».

Si la vocación es la inspiración con que Dios llama a los dirigentes de la Iglesia para proclamar su palabra y cuidar a su pueblo, entonces es necesario poner atención a lo que en este pasaje nuestro Maestro nos quiere mostrar.

En la lectura para hoy, Jesús habla a la multitud en general; les habla indistintamente tanto a creyentes como a adversarios. Jesús enseña de qué trata su Ministerio y cómo debe ser ejercida su vocación, y da el ejemplo para quienes en el futuro tendrán esta responsabilidad.

Les dice, yo soy el buen pastor, debemos fijarnos en las palabras «yo soy» con las cuales Dios manifestó su nombre a Moisés. Éstas vinculan otra vez a Jesús con la divinidad y muestran su poder; luego de lo cual les enseña claramente con un símil que relaciona el oficio de Pastor campestre de ovejas y el Pastor o guía espiritual de creyentes.

El buen Pastor está mentalizado en que, cualquiera que sea el peligro: Clima hostil, fieras salvajes de cualquier tipo de agresividad, enfermedades o accidentes, él estará ahí para que su oveja no sufra ningún daño y, está inclusive dispuesto a dar su propia vida por ésta.

Luego contrapone la imagen de lo que no es un buen Pastor, y dice que es aquel que cuida de las ovejas hasta donde alcance el dinero que se le paga, y que cuando vienen las situaciones difíciles o conflictivas de la vida huye, y abandona a sus ovejas.

Y agrega que a ese hombre lo que solamente le importa es la paga. Hermano, ¿Cuántas veces hemos presenciado, conocido o escuchado acerca de pastores de «Iglesias» que hacen de su «vocación» una caja registradora, y que se interesan sólo por los diezmos, ofrendas y contribuciones que nadie contabiliza, administra y, terminan sin ningún tipo de control en los bolsillos de estos seudos lideres?

Bueno, pero no nos detengamos ahí, ya que ese tipo de personas ya tiene su butaca preparada en el lugar de tormento preparado para el diablo y sus secuaces.

Jesús continúa con lo que se puede llamar el agradecimiento hacia el Pastor y, este consiste en conocer al pastor que está dispuesto a dar su vida por la tuya. Sí, Jesús estuvo dispuesto y de hecho dio su vida en sacrificio por todos nosotros, entonces debemos buscar con deseo ferviente el conocerlo.

El saber más de Nuestro Señor Jesucristo, tiene su método: el estudio bíblico; las oraciones frecuentes dirigidas al Padre y en el nombre de su Hijo Jesucristo; el congregarse regularmente en la Iglesia y el compartir fraternal.

Oremos

Roguemos a Dios Padre en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, para que podamos lograr conocer, identificar y distinguir los buenos Pastores de los malos y, de esa manera el Espíritu Santo aumente nuestra fe en el Pastor que dio su vida por nosotros.

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!






Tercer domingo de Pascua - El Señor está contigo

14 de abril de 2024

Tercer domingo de Pascua 

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 4; Hechos 3:12-19; 1 Juan 3:1-7; Lucas 24:36b-48

Tema de hoy: El Señor está contigo 

Nuestra predicación está basada en la lectura del evangelio para el día de hoy, Tercer Domingo de Pascua, y la misma se encuentra en el evangelio según Lucas 24: 36b-48

Hoy nos corresponde ver la aparición post resurrección de Jesús a sus discípulas, desde el punto de vista de uno de sus seguidores que tenía como profesión «Médico».

Los discípulos estaban conversando entretenidamente, pero con mucho temor, acerca de los más recientes acontecimientos vividos por ellos.

Tal vez el diálogo incorporaba el avistamiento y conversación de María con el Maestro. La duda que aún les movía. Opinaban que quizá María se había dejado influenciar por sus agudas emociones y, había creído haber visto a Jesús resucitado.

Por otro lado, este paralizante tiempo de ocio, holgaba para hablar de lo que había hecho Judas, y cómo les sorprendió enterarse de la traición de alguien que compartió muchas cosas con ellos, creyéndole más que un correligionario, un buen amigo.

En fin, los sentimientos colisionados eran muchos: Miedo, dudas, incredulidad, tristeza, decepción; mas no creo que hubiese esperanza en el futuro inmediato, de ningún modo.

Permítanme hacer un inserto aquí, y me pregunto ¿Cuántas veces, desde que empezó el rumor de real posibilidad de guerra nuclear, nos desesperamos encerrados en nuestras mentes y viviendas, y damos rienda suelta a los sentimientos de: miedo, dudas, incredulidad, tristeza, decepción con respecto al futuro que nos espera; en lugar de aprovechar esa energía negativa, darle la vuelta para convertirla en positiva, y de esta forma compartir actividades edificantes en familia, y qué más constructivo que recrearnos en la lectura de la Santa Escritura, estudio y devoción a nuestro Dios?

Pero Jesucristo, el Dios verdadero, se les metió en la habitación que estaba asegurada con una tranca, les saluda con su paz y, seguidamente les pregunta por qué estaban tan asustados.

Ellos pensaban que era una aparición fantasmal, de la cual se creía mucho dentro de la tradición judía.

Jesús, mira dentro de sus corazones y sus mentes y lo que halla es duda, confusión, miedo.

El maestro les invita a confirmar su presencia, tóquenme; allí debió estar Tomás «el discípulo que no creía», pero él no era el único, los otros tampoco terminaban de creer.

Y Jesús tuvo que ir más allá en la prueba de su completa y gloriosa resurrección, y así lo deja plasmado Lucas, con sus conocimientos de medicina forense; deja constancia testamentaria de que Jesucristo pidió comida y luego la comió con ellos.

Los discípulos habían quedado como testigos, tal como lo apreciamos de la lectura del libro de Hechos 3:15, cuando Pedro dijo: «Fue así como mataron al Autor de la vida, a quien Dios resucitó de los muertos. De eso nosotros somos testigos»

En la sobremesa que hicieron, Jesús les dice que esto que ven es lo que él tanto les habló, que el Cristo tendría que morir en sacrificio para pagar por los pecados de todos, pero, que al tercer día resucitaría, y se anunciaría esto a todas las naciones, que en su nombre se arrepintieran y se volvieran a Dios, para el perdón de todos sus pecados.

Los discípulos ahora eran semejantes a él porque lo habían visto tal como él es; esto es, en toda su divinidad. Ahora bien, Juan en su Primera Epístola 3: 2 y 3, renueva en las generaciones futuras de creyentes esta afirmación «Pero sabemos que, cuando él se manifieste (en la vida de cada cristiano) lo veremos tal como él es» Y termina diciendo que «quien tiene esta esperanza en su manifestación se purifica, así como él es puro».

Oremos

Queridos hermanos, roguemos a Dios Padre en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, que creamos en la completa y satisfactoria resurrección de nuestro Salvador y que siempre podamos escuchar su voz decirnos ¡Recuerden esto, el Señor está contigo!

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!





 

Segundo domingo de Pascua - Jesús atravesó la puerta, así como también nuestros corazones.

07 de abril de 2024

Segundo domingo de Pascua 

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 133; Hechos 4:32-35; 1 Juan 1:1—2:2; Juan 20:19-31

Tema de hoy: Jesús atravesó la puerta, así como también nuestros corazones.

Nuestra predicación está basada en la lectura del evangelio para el día de hoy, segundo domingo de Pascua, y la misma se encuentra en el evangelio según Juan 20: 19-31.

Así nos llega la noche del día domingo. Los discípulos decidieron encerrarse llenos de terror por la persecución de los lideres judíos, así como también de las autoridades romanas y, esto es así porque hay un cuerpo desaparecido que no está en su tumba, y debe ser ubicado, debe aparecer, ya que a los líderes hebreos no les convenía que se dijera que Jesús había resucitado, y a las autoridades romanas les guiaba su responsabilidad formal ante el Emperador; proceso éste, que  era muy severo a la hora de juzgar estos casos.

La Palabra de Dios dice que Jesús entró y se puso en medio de los once discípulos. Recordemos que para este momento Judas, el traidor, se había quitado la vida.

¿Cómo pudo ser esto posible si la puerta estaba cerrada? Bien, la explicación es muy sencilla y por todos conocida, Jesucristo es Dios y Dios es Omnipresente, esto significa que puede estar en todas partes y ante todos al mismo tiempo.

Muchas personas acostumbran juzgar desafortunadamente a los discípulos por haberse escondido; mas sus motivos fueron serios, reales y de consecuencia fatales.

Es muy fácil juzgarlos, pero, cuántas veces nos ocultamos, detrás de la máscara de la insensatez y por omisión negamos conocer a Jesús; alguien que necesita del consuelo del evangelio y nosotros negligentemente guardamos silencio.

¿Será que somos peores que los discípulos?

Continúa el Maestro y les da su paz, y les dice, que no pueden quedarse para siempre enclaustrados en sus casas, que deben ir al mundo a proclamar su victoria sobre la muerte y el pecado que la produce.

Les proporcionó la efectiva llenura del Espíritu Santo e, instituyó el Oficio de las Llaves, que es: el peculiar poder que nuestro Señor Jesucristo ha dado a su Iglesia de perdonar los pecados a los penitentes, y de retener los pecados a los impenitentes mientras no se arrepientan.

Tomás no estaba cuando les visitó Jesús, y él dijo que, si no veía a Jesús, y comprobaba por él mismo las marcas que la crucifixión dejaran sobre su cuerpo, no creería.

Una semana más tarde, volvió a aparecerse Jesús, les dio su paz y, dirigiéndose a Tomás le invitó a tocar su cuerpo donde se suponía estaban sus heridas; mas no fue necesario la comprobación; creemos que este discípulo colmado de emoción y llanto, solamente exclamó: ¡mi Señor y mi Dios!

En este punto siempre se menciona a Tomás como el discípulo incrédulo, pero, es que, ¿alguno de ellos estaba claro en esperar la resurrección gloriosa de su Maestro? Basta mencionar al discípulo más amado; cuando entró en la tumba vacía, fue que entendió lo que Jesús en tantas ocasiones les confesara.

¿Y nosotros? ¿Creemos firmemente en que Jesús ha resucitado, está a la derecha de Dios Padre y desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos? ¿O somos como cualquiera de los discípulos que dudaron?

Oremos

Hermanos, oremos a Dios Padre pidiendo que, cada vez que nos encerremos en la habitación de nuestra timidez y del qué dirán los demás, envíe a Jesús para que, así como atravesó la puerta para llegar hasta sus discípulos, atraviese nuestros corazones y luego podamos exclamar ¡Mi Señor y mi Dios!

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!




 

Resurrección del Señor - Día de Pascua

31 de marzo de 2024

Resurrección del Señor - Día de Pascua 

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 118:1-2, 14-24; Hechos 10:34-43; 1 Corintios 15:1-11; Marcos 16:1-8

Tema de hoy: Domingo de resurrección

Nuestra predicación está basada en la lectura del evangelio para el día de hoy, domingo de resurrección, y la misma se encuentra en el evangelio según Marcos 16: 1-8

María Magdalena; María la esposa de Santiago y Salomé, fueron con perfumes en mano y llegaron al sepulcro; una cavidad hecha en la roca, y cuya entrada estaba tapada con una pesada piedra rodante, cuando aún era temprano y apenas había salido el sol; era un domingo muy triste para ella y los otros discípulos de Jesús.

En el camino, antes de llegar se preguntaban, que quién les quitaría la piedra para ungir con las especias aromáticas el cuerpo de su Maestro.

Tal vez muchos de nosotros hemos sufrido la muerte de un ser querido, y los primeros tiempos del luto nuestro mayor deseo es ir al cementerio a llevarle flores, otros con las lágrimas aún frescas, van y le cuentan cómo se sienten; todo esto para tratar de asimilar la pérdida. 

Habrá momentos en los cuales tendremos obstáculos para hacer la necesaria visita: el clima es adverso, no se consigue transporte o han cerrado las puertas del campo santo. Luego, nos desesperamos e inquietamos pensando que el dolor nunca va a desaparecer.

Las mujeres madrugadoras, tenían como gran deseo aromatizar el cuerpo de su maestro a quien amaban mucho. Pensaron que su obstáculo era la gran piedra que cubría la entrada de la tumba.

Hermanos, ¿qué impedimentos u obstáculos se nos presentan en la vida para poder llegar hasta nuestro Señor?, ¿quién nos moverá la piedra del cansancio, la dejadez, incredulidad, ignorancia, apego al pecado? Como en el relato leído, solamente Jesús, Dios mismo, nos podrá remover esos obstáculos que se han anidado en nuestra mente y corazones. 

Ahora, al llegar, veían que la piedra había sido desplazada de su lugar, por supuesto que ellas miraron dentro del nicho mortuorio vieron a un joven sentado al lado derecho, vestido con ropas blancas y tuvieron miedo.

El joven les dijo, que no tuvieran miedo, yo sé que buscan a Jesús de Nazaret, el que fue crucificado. Seguidamente les dijo que había resucitado.

El Salmo para hoy nos dice: «¡El poder del Señor alcanzó la victoria! La piedra que los constructores despreciaron, se ha convertido en la piedra principal». La lectura del libro de Hechos nos dice que Pedro manifestó: «Pero Dios lo resucitó al tercer día, e hizo que se nos apareciera a nosotros». Pablo dice en su Carta a los Corintios: «que lo sepultaron y que resucitó al tercer día, también según las Escrituras;  y que se apareció a Cefas, y luego a los doce».

El ángel le dio instrucciones a las mujeres. Le indicó que fueran y le dijeran a los discípulos y a Pedro; esta distinción hacia Pedro debemos entenderla como el tipo de liderazgo que Jesús había constituído sobre el discípulo. También les hizo saber que Jesús iría delante de ellos y que los vería en Galilea.

Galilea era una zona apartada del revuelo que causaría la desaparición del cuerpo de Jesús, era un sitio más tranquilo que cualquier otro para ese momento.

Hermanos, ¿quién nos dice dónde reunirnos con nuestro Señor Jesucristo? ¿Conocemos un lugar en donde hablar con Dios, adorarlo y glorificarlo con otros creyentes? ¡Pues claro!, si bien podemos acceder en oración a Dios desde cualquier lugar, el más idóneo es la Iglesia de Cristo. 

¡Cristo ha resucitado!

Oremos

Hermanos, oremos a Dios pidiendo que nos dé la curiosidad y hambre espiritual que le otorgó a las mujeres madrugadoras, para saber dónde se encuentra nuestro Maestro, e ir en su búsqueda y entonces podamos exclamar ¡Aquí estás, mi Señor Jesucristo!

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!