Novela «El Terror de Alicia» Autor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

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Revised Common Lectionary - Daily Readings

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No nos Divorciemos de Dios


Imagen de Gerd Altmann en Pixabay

03 de octubre 2021

Decimonoveno Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Moreno

Lecturas:

Genesis 2:18-24; Salmo 8; Hebreos 1:1-4; 2:5-12; Marcos 10:2-16

Tema de hoy: No nos Divorciemos de Dios

Nuestra reflexión para el día de hoy Decimonoveno Domingo Después de Pentecostés, está basada en el pasaje del evangelio que se encuentra en: Marcos 10:2-16 y sobre el mismo podemos reflexionar lo siguiente:

Los fariseos, quienes siempre estaban buscando alguna excusa o motivo para detener el ministerio de Jesús, esta vez le hacen una pregunta para tratar de hacerlo caer en una trampa. Y ¿cuál es la pregunta? Bueno, que si al esposo le era permitido divorciarse de su esposa.

Jesús, a su vez, les responde con una pregunta ¿qué les concedió hacer Moisés en relación a ese tema? Y, ellos contestaron «Moisés nos permitió separarnos de la esposa dándole un certificado de divorcio»

Luego de lo cual, Jesús los adoctrinó de tal manera que entendiesen que no sabían nada acerca del plan de Dios para la humanidad. Y les expuso: 1.- Moisés les permitió esa separación, por la terquedad que su egoísmo produce en ustedes. 2.- Si no lo han leído, aquí se los enseño: en el principio, cuando mi Padre creó los cielos y la tierra, y todo lo que hay en ellos; él los creó hombre y mujer. 3.- Y ¿con qué motivo u objeto los creó hombre y mujer?, para que el hombre, en alguna etapa de su vida, deje a su padre y madre y se una a su mujer. Y ¿por qué se deben unir? Sencillo, porque ese fue el plan para su creación, que vivieran juntos y, ambos fuesen como un solo ser. Así que, donde esté constituido un matrimonio, Dios no ve dos personas sino solamente una. Y si se preguntan ¿hasta cuándo vivirán juntos? Jesús les responde: Ahora bien, ya que son un solo ser, que el hombre no separe lo que ha unido Dios.

Debemos estar vigilantes en no ser causa de separación de lo que ha unido Dios, sino por el contrario, procurar ayudar que las parejas lleven una vida armoniosa y rica en bendiciones de Nuestro Dios y, de esta manera formar parte de su plan para la humanidad.

Ya más reposados y en casa con los discípulos, Jesús les aclaró sobre el punto tratado con los fariseos: El que se divorcia de su esposa y se casa con otra, comete adulterio, y, esto es así, porque aún está unido a los ojos de Dios a su esposa y así mismo se aplica esto para la esposa.

El párrafo anterior nos da luces para pensar por contrario sensu que, el que comete adulterio se divorcia de su esposa o esposo ante los ojos de Dios.

Continuamos con nuestro pasaje evangélico para el día de hoy y, nos encontramos con el hecho de que, les llevaron unos niños a Jesús para que los tocara; pero los discípulos pensando que con esto Jesús perdía tiempo y le perturbaba en el ministerio, trataban de evitarlo llamándole la atención a quienes llevaban los niños.

Mas, Jesús les dijo a los discípulos que no impidieran que los niños se acercaran a él; porque de quienes son como ellos es el reino de Dios.

Y luego asegura que: el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él.

Es erróneo pensar como muchos «cristianos», que suelen decir, por ejemplo: «no bautices al niño, porque Jesús dijo que ellos ya tienen la salvación asegurada» Esa premisa se desecha de las palabras del salmista en el Salmo 51: 5 «Soy pecador desde el vientre de mi madre» concatenado con Juan 3: 6 «lo que es nacido de carne, carne es».

Jesús quiere que sepamos que para recibir la fe, nuestros corazones deben ser desprejuiciados y humildes como el de los niños, de lo contrario sería engañarnos.

Oremos:

Hermanos, pidamos a Dios nos separe de las personas descuidadas que, conscientes o inconscientemente promueven el divorcio entre los matrimonios; haznos instrumentos de unión y reconciliación en ellos y, crea en nosotros corazones humildes y fieles como el de los niños para poder entrar en tu reino eterno.

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!

 

 

 

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