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Novela «El Terror de Alicia» Autor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

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Quinto Domingo Después de Epifanía - Dios Toma en Cuenta el Sentido del Gusto y la Vista, para su Enseñanza.

05 de febrero de 2023

Quinto Domingo Después de Epifanía. 

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel 

Lecturas: Psalm 112: 1-9; Isaias 58: 1-9a; 1 Corintios 2: 1-12; Mateo 5:13-20

Tema de hoy: Dios Toma en Cuenta el Sentido del Gusto y la Vista, para su Enseñanza.

La reflexión para el día de hoy, corresponde al quinto servicio después del día de Epifanía; en esta oportunidad, podremos observar como nuestro Señor Jesucristo nos enseña con ejemplos referidos a los sentidos del gusto y la vista.

En el Salmo para hoy, Dios nos muestra de dónde proviene la verdadera prosperidad; muy propicia la enseñanza para determinar con claridad, que las corrientes doctrinales acerca de la «Prosperidad» están, sino erradas, bastante alejadas de lo que Dios tiene preparado para el ser humano. 

Dios nos enseña que: antes que nada, debemos temer a Dios y, como sabemos, este «temer» es más un respetar profundamente y con reverencia a Dios que un sentimiento de terror; de ese principio del temor a Jehová parten las subsiguientes bendiciones y promesas Divinas. 

Ahora bien, ¿Cómo respetar de todo corazón a Dios? Debemos decir que esto solo es alcanzable cuando por fe queremos conocerle, amarle y finalmente «temerle», y todo esto por medio de Jesucristo quien es la viva imagen de Dios. 

Lo anterior es clarificado en el libro de Isaías, en el pasaje leído hoy, cuando Dios le dice al profeta que, proclame a su pueblo de Israel que: ellos son hipócritas, quieren todo los beneficios que solo puede dar Dios; pero su actuar no se corresponde con lo que Jehová exige. 

En la epístola, Pablo da un giro a lo inicialmente establecido en el Antiguo Testamento; notemos que el versículo 9, haciendo a su vez referencia a Isaías 64: 4, nos dice que Dios tiene preparado cosas inimaginables para todos aquellos que le aman. Esto nos hace entender que el profeta Isaías ya conocía de las bendiciones que Dios otorga por medio de la fe y el amor en el Mesías prometido, Jesucristo. 

El Evangelio para hoy, que es la continuación del Sermón del Monte, Jesús nos enseña con el sentido del gusto y de la vista. De tal manera que, debemos ser testimonios fieles de la vida que se halla en Cristo Jesús; es decir, debemos dejar que brille todos los atributos de Cristo y que, hemos adoptado como nuestros únicamente por medio de la fe en él. A veces nos encontramos con personas que teníamos tiempo sin ver y, nos sorprende en el caso de las mujeres, exhibiendo un rostro sin maquillaje y descuidadas en su presencia personal, así como hombres que eran de un muy buen humor, mostrando rostros alargados y tristes; mas cuando se les pregunta: ¿Qué tragedia les ha pasado para andar así? Ellos responden, por lo general: No, no me ha pasado nada malo, es que ahora soy evangélico o es que acepté a Cristo como mi Salvador. Y la pregunta es: ¿Los cambió Cristo y este quiere que las personas sean así de condimentadas con sal? O ¿Ellos mismos se impusieron esos personajes para adaptarse al círculo de personas e iglesias que ahora frecuentarán? Estos son ejemplos de cómo algunos creyentes dejan de ser sal por seguir doctrinas erradas. 

La luz del mundo. Jesús nos dice que somo la luz del mundo; del texto leído, lo que podemos entender es que, no debemos tener oculta nuestra fe; sino por el contrario, aprovechar la menor ocasión para hablar del cambio en amor y paz, que nos ha otorgado los méritos de nuestro Señor y, esto es solo por fe. Hermanos, así como la luna refleja la luz de sol, nosotros solamente podemos reflejar la luz que nos irradia y hace nuestra, nuestro Salvador Jesús. 

Y concluye el evangelista mostrándonos otra enseñanza de Jesús; él nos dice que no vino a poner fin a la ley sino más bien a cumplirla. Y luego nos dice que debemos ser promotores en hacer que la gente cumpla la ley; pero sabemos muy bien hermanos que, el cumplir gustosamente alguna ley dada por Dios, es solo el resultado de tener una fe verdadera en el sacrificio realizado por Jesucristo y, luego, solo luego, podremos y querremos amorosamente atender a cualquier ley. Nunca va a ser al revés, que comenzando por el cumplimiento de la ley, vamos a llegar al amor y fe en nuestro Señor y Salvado Jesús. 

Oremos:

Amantísimo Padre celestial, en este día te pedimos que nos conviertas en promotores de la sal y luz que hay en ti, y además podamos guiar a las personas que creen en ti a atender la ley por ti otorgada.

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!

 

 

Cuarto Domingo Después de Epifanía - Dichosos y Bienaventurados de Tener un Salvador Fiel

29 de enero de 2023

Cuarto Domingo Después de Epifanía. 

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel 

Lecturas: Salmo 15; Miqueas 6:1-8; 1 Corintios 1:18-31; Mateo 5:1-12 

Tema de hoy: Dichosos y Bienaventurados de Tener un Salvador Fiel

La reflexión para el día de hoy, corresponde al cuarto servicio después del día de Epifanía; en esta oportunidad, podremos observar como la naturaleza humana no puede comprender la bienaventuranza que representa tener un Dios que nos ama. 

En el Salmo para hoy, el rey David le pregunta a Dios bastante preocupado: ¿Quién entrará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo? Y vemos que Dios (Espíritu Santo) le responde que, la solución se haya en el conocimiento de los diez mandamientos y su cumplimiento fiel y, además de poder vivir en su santuario, jamás caerá en trampa alguna; es decir ninguna vicisitud le molestará en el camino de la vida. 

El antiguo testamento que hemos leído hoy, nos dice que, el profeta Miqueas reveló lo que había anunciado Dios que proclamara a su pueblo de Israel. El pueblo escogido por Dios, en su infidelidad vez tras vez se apartaba de sus enseñanzas y cuidados en actos claros de rebeldía. Jehová les dice: Yo te hice salir de la tierra de esclavitud de Egipto, y, ¿Por qué me pagas de esa manera enojándote conmigo? 

Miqueas hace una reflexión de parte de Dios, al igual que lo hizo David; en pocas palabras: ¿Qué haré para presentarme ante Dios? Y, Miqueas responde de parte de Jehová: solamente una cosa exige el Señor de su pueblo, el hacer justicia y amar la misericordia, y humillarse ante tu Dios. 

En la epístola del apóstol Pablo, se nos habla y enseña que lo que normalmente vemos como gran sabiduría en el mundo, es nada comparable con la que es en Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. El apóstol también nos invita a que calibremos nuestra humildad, que por interpretación en contrario se puede deducir y aplicar en su sentencia: «El que se gloría, gloríese en el Señor». 

Hermanos, ¿Hemos tal vez pensado que no somos dignos de entrar a la iglesia de Cristo? ¿Buscamos tener como justificativo nuestra buena conducta sostenida a lo largo de la semana? ¿Solemos caer en pecado una y otra vez en nuestra cotidianidad, y no sabemos cómo responder? ¿Sentimos este pecar como una conducta que le paga mal a Dios, quien nos ha dado todo lo bueno que poseemos? ¿Sabemos que el hacer justicia solo se logra por fe en los méritos de Jesucristo, quien es la única y verdadera justicia de Dios? ¿Entendemos que no puede haber más orgullo en el creyente que la cruz de Cristo? 

El evangelio para reflexionar hoy, nos muestra el Sermón de Monte predicado por nuestro Señor Jesucristo, el cual es uno de los más famosos y peor interpretado dentro de la cristiandad. 

No es un compendio de la fe cristiana y, todo aquel que pretenda acá encontrar el centro mismo de esta religión, sufrirá una muy gran decepción. 

Podemos sacar de la lectura del pasaje que, el auditorio se trataba principalmente de los discípulos, aunque en el escenario se hallaba una multitud de personas que seguían con interés al Maestro para escucharlo.

Lo más seguro es que, alguna persona distraída tome las palabras del Sermón como un recetario para logar justicia, santidad y hasta el cielo. 

Las bienaventuranzas, son el prefacio a este Sermón. Estas declaraciones de bendiciones no nos explican como obtener las bendiciones, sino que describen la dicha y felicidad que ya les pertenecen a los verdaderos creyentes en Jesucristo, y nos describe ocho tipos de cristianos.

De entrada, debemos entender que todos los cristianos son pobres de espíritu, lloran y también son mansos, así mismo, padecen hambre y sed de justicia, y son misericordiosos y limpios de corazón; son pacificadores y perseguidos por la justicia. 

Hermanos, ¿Nos revisamos a nosotros mismos, para darnos cuenta que poseemos las anteriores características en una escasa dimensión, y que perdemos muchas bendiciones por no vivir de acuerdo a las indicaciones que nuestro Señor hace aquí? 

En forma resumida podemos decir que: 

Los pobres de espíritu: Son quienes reconocen su miseria espiritual, su culpabilidad e indignidad ante Dios. 

Los que lloran: Ese llanto es un producto directo de la tristeza por el pecado. 

Los mansos: Son todos aquellos que muestran amabilidad y paciencia, no son alborotadores ni exigentes y soportan las afrentas sin tomar revancha. 

Hambre y sed de justicia: Son quienes desean con todo su corazón, el ser justificados mediante la fe en nuestro Señor Jesucristo. 

Los misericordiosos: Vienen a ser todos aquellos que aprecian la infinita misericordia de Dios, quien les perdona todos sus pecados y al mismo tiempo los salva por el sacrificio hecho por Jesús. 

Los limpios de corazón: Es aquel cristiano que procede sin astucia ni engaños en su diario vivir. 

Los pacificadores: Son quienes no buscan causar problemas, sino por el contrario, son conciliadores y ajenos a peleas y enemistades. 

Los que padecen persecución por causa de la justicia: Es cuando sin haber hecho mal alguno, nos persiguen y castigan; en esos casos debemos insistir en hacer lo correcto. 

Oremos:

Amantísimo Padre celestial, en este día te rogamos que nos hagas seres agradecidos con todos los bienes materiales y espirituales que nos das día a día; y al mismo tiempo, haznos ser merecedores de todas tus bienaventuranzas como hijos tuyos que somos.

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!

 

 

Tercer Domingo Después de Epifanía - Respondiendo Inmediatamente al Señor, para ser Pescadores de Hombres.

22 de enero de 2023

Tercer Domingo Después de Epifanía. 

Pastor: Miguel Moreno 

Lecturas: Salmo 27:1, 4-9; Isaías 9:1-4; 1 Corintios 1:10-18 Mateo 4:12-23

Tema de hoy: Respondiendo Inmediatamente al Señor, para ser Pescadores de Hombres.

La reflexión para el día de hoy, que corresponde al tercer servicio después del día de Epifanía; en esta oportunidad podremos observar como el llamado hecho a los primeros discípulos es respondido instantáneamente, entre otras enseñanzas de nuestro Dios. 

Jesús tomó como señal de su Padre la prisión de Juan el Bautista para iniciar su ministerio y, habitó en la región de Zabulón y Neftalí para que se cumpliera la profecía del profeta Isaías en el capítulo 9 versículo 2 que se refiere a que, esos pueblos que andaban en tinieblas verían una gran luz, al igual como lo dijera el rey David en el Salmo 27, que «Jehová es mi luz y mi Salvación». 

Hermanos, ¿sabemos identificar lo tiempos y oportunidades para compartir el mensaje de vida a quienes nos rodean? 

Nos dice Mateo, que desde entonces nuestro Señor empezó a predicar diciendo: «Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado», de esta manera inicia nuestro Dios predicando ley, sí hermanos, cuando vemos en la actualidad a algún religioso llamando a alguien al arrepentimiento, podemos afirmar que, efectivamente se le está predicando la desesperante y agobiante «Ley»; y, esto es así, porque el sujeto conminado a cambiar de vida, no halla qué hacer y por demás, es sabido que muchos de quienes practican este tipo de llamado, dejan a los individuos en un estado de indefensión que hasta tristeza y depresión llegan a causarle; pero, así quiso Dios dar comienzo a su ministerio público. 

Hermanos, ¿acostumbramos a predicar ley o evangelio? ¿Conocemos las diferencias entre ambos? 

Mateo nos da a conocer que, luego el servicio prestado por Jesús en los templos era de proclamación del mensaje de vida y la correcta enseñanza de su significado, lo cual debería ser el ejemplo a todo varón que desempeña las funciones de predicador de la Santa Palabra de Dios. 

Jesús conformó su grupo de trabajo y para esto, buscó hombres sencillos de corazón, sin prejuicios y que esperaban la venida del Mesías para el pueblo de Israel. 

Hermanos notemos que ellos responden al llamado de Jesús instantáneamente; luego le siguen y sirven a Dios inmediatamente, desde el lugar y tarea en que fueron hallados. Esto nos enseña que, no debemos esperar ser alguien más o tener una jerarquía social distinta a la que ocupamos hoy en día para servir en el reino de Dios. 

Hermanos, ¿respondimos con inmediatez cuando Jesús nos llamó a su reino de vida? ¿Hoy en día, respondemos con premura a las indicaciones que Dios nos da a través de su Santa Palabra? 

Otra cosa que debemos observar y que nos sirve de consuelo y tranquilidad a quienes atendemos una pequeña congregación, son las palabras de Jesús cuando les dice a sus nuevos seguidores: «YO los haré pescadores de hombres» observemos que el énfasis se encuentra en la palabra «yo»; luego de lo cual debemos entender que ningún crecimiento en cuanto a numero de miembros de una iglesia, depende de la actuación del «Hombre»; sino que es Dios mismo que nos capacita para mostrar las maravillosas Palabras de vida eterna y, de esta manera Dios mismo incorporará a quienes vayan creyendo, a su cuerpo de seguidores y adoradores genuinos. 

Entonces tenemos que el ministerio de Jesús consistía y consiste hoy en día en: Enseñar, predicar el evangelio y sanar. 

Hermanos, ¿sacamos tiempo para enseñar, predicar y orar por sanidad de nuestros semejantes? 

Oremos:

Amantísimo Padre celestial, en este día te rogamos que nos hagas atender inmediatamente a tu llamado, para llegar a ser pescadores de hombres como tú nos has enseñado por medio de tu Santa Palabra.

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!

 

 

Segundo Domingo Después de Epifanía - He ahí el Cordero de Dios

15 de enero de 2023

Segundo Domingo Después de Epifanía. 

Pastor: Miguel Moreno 

Lecturas: Salmo 40:1-11; Isaías 49:1-7; 1 Corintios 1:1-9; Juan 1:29-42 

Tema de hoy: He ahí el Cordero de Dios

La reflexión para el día de hoy, que corresponde al segundo servicio después del día de Epifanía; en esta oportunidad podremos observar como Juan movido por el Espíritu Santo, hace la identificación cierta y perfecta de Jesús como el Cordero de Dios. 

Dice el Rey David, en el Salmo 40, inspirado por el Espíritu Santo que: Jehová oyó mi clamor y me quitó toda desesperación y vida asquerosa que yo tenía. 

En el verso 7, el salmista declara que en las Sagradas Escritura podemos encontrar evidencias de la promesa de un Mesías. 

El verso 16 del Salmo 40, nos conmina a llevar una relación de alegría y gozo con nuestro creador, y quienes amemos la salvación que nos otorgó Dios, debemos manifestar y procurar su exaltación sobre toda la tierra. 

Cuando nos adentramos en las profecías de Isaías reflexionadas hoy, este nos habla en el versículo 6 de lo que espera Jehová de su siervo escogido Jesús; él desea que las tribus de Jacob sean levantadas y el remanente de Israel sea restaurada. 

Hermanos, nosotros pertenecemos a las tribus de Jacob y somos remanente escogido de Israel, esa promesa es para nosotros, proveniente de la que fue hecha a Abraham por Dios; y solo Jesús las puede producir y cumplir en nosotros, y esto es solo por fe en él.

La epístola que examinamos hoy, nos enseña que somos Santos por medio de Jesucristo, y nos habla que Dios siempre se mantiene fiel a sus promesas, ya que, fuimos llamados a vivir en comunión con su hijo unigénito, Jesucristo. 

Hermanos, y ¿cómo llegamos a estar en comunión con Jesucristo? ¿Cómo nos podemos fundir en él y que él viva en nuestros corazones, mentes y cuerpos? Solo escuchando su Palabra, participando del Bautismo y de la Santa Cena. Y pregunto: ¿tenemos devoción diaria para con nuestro Salvador o hay cosas en nuestra cotidianidad que nos desvían en este propósito? 

En el evangelio para hoy, Juan el Bautista declara en dos oportunidades que Jesús, su pariente, es «el Cordero de Dios». 

Juan dice que no lo conocía, y podemos pensar que no lo conocía como el Mesías que había de venir; pero, sí como el pariente que era. Dios esperó el cumplimiento del tiempo propicio para revelarlo a Juan. 

Juan el bautista, es el ejemplo más claro de cómo debemos presentar a Jesús al mundo, sí, él solamente dijo: este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, y quienes le escucharon se interesaron y siguieron a Jesús, el Mesías prometido, el Salvador, el único que puede quitar de una vez y para siempre todos nuestros pecados. 

Oremos:

Amantísimo Padre celestial, en este día te pedimos que podamos decir con confianza y firmeza de espíritu, que Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, a todos aquellos que aún viven en la oscuridad.

Amén. Dios los bendiga, y recuerden. ¡¡Sólo Dios Salva!!