Revised Common Lectionary - Daily Readings

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Novela «El Terror de Alicia» Autor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Novela «El Terror de Alicia» Autor: Miguel Ángel Moreno Villarroel
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Vigésimo primer domingo después de Pentecostés - Honremos las instituciones creadas por Dios

 


22 de octubre de 2023

Vigésimo primer domingo después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 96:1-9; Isaías 45:1-7; 1 Tesalonicenses 1:1-10; Mateo 22:15-22

Tema de hoy:   Honremos las instituciones creadas por Dios

Así llegamos al vigésimo primer domingo después de Pentecostés. La lectura del evangelio para el día de hoy que se encuentra en Mateo 22: 15-22, nos trae una reflexión para nuestras vidas muy importante, nos habla acerca del siempre bien ponderado y para muchos temido pago de impuestos.

En esta escena nos alejamos de viñedos, obreros, banquetes y bodas, para sumergirnos en el conflictivo asunto de los tributos. Normalmente nos encontramos con diferentes puntos de vistas de si es necesario pagarlos o no y, esta disyuntiva se presenta más en Latinoamérica y demás países del Tercer Mundo que en otras latitudes.

Vemos en el pasaje del evangelio de hoy que dos bandos enemigos se juntan para hacer el mal; los fariseos y los herodianos que se demostraban desprecio mutuo se unen para complotar contra Jesús.

Hermanos, esto lo vemos en nuestra cotidianidad más de los quisiéramos. Sí, efectivamente. Dos o más personas; dos o más grupos de cualquier clase dentro del estamento de una sociedad que se odian y no comparten ideologías ni intereses; pero, eso sí, abrazan la misma animadversión hacia otra benigna entidad para configurar un hecho dañino u odio sin igual contra ella .

Y ya entrando en materia. Vemos que los hipócritas empiezan por alabar a Jesús diciéndole que sabían que enseñaba la verdad y el camino a Dios, y hablaba sin dejarse llevar por lo que opinen los demás. Le están diciendo, en pocas palabras: habla sin restricciones y dinos acerca de lo que te vamos a preguntar, que no hay que pagar impuestos, para poder acusarte con las autoridades romanas.

Y, efectivamente Jesús les advierte, sabiendo sus malas intenciones, (porque estamos ante un Dios omnisciente), que son unos hipócritas y pide le muestren la moneda con la cual se pagan los impuestos. Luego de observar detenidamente la moneda, y preguntarle de quién era el rostro acuñado sobre el dinero, y responder ellos que que era del emperador, Jesús les dice en forma enérgica, entonces den al emperador lo que es del emperador y a Dios lo que es de Dios.

¿Qué quiso dar a entender Jesús al decir, den al emperador lo que es del emperador y a Dios lo que es Dios?

En Lucas 12:13-14 leemos: «Uno de entre la gente dijo a Jesús: —Maestro, dile a mi hermano que me dé mi parte de la herencia. Y Jesús le contestó: —Amigo, ¿quién me ha puesto sobre ustedes como juez o partidor?».

Debemos entender que hay un gobierno sobre este planeta, que ha sido designado por Dios para resolver los asuntos y el gobierno terrenal de las diferentes materias de la mejor manera posible.

De lo anterior se desprende y debemos entender que: si hay necesidad de partir una masa hereditaria, debemos ir ante la entidad constituida por Dios para realizar esta tarea.

Si es necesario contribuir a sostener el gasto público de nuestra sociedad, entonces debemos cumplir con las leyes y pagar los impuestos ante las autoridades creadas por Dios a tales fines. 

Es así como se evidencia y podemos manifestar que, el Señor no está promoviendo el amar o servir a dos amos, ni que nos hagamos los desentendidos cuando se nos presenta un asunto no cristiano en la cotidianidad.

Nuestro Señor Jesucristo deja por sentado que su fidelidad es para con Dios Padre, de eso no hay duda; pero quiere significar que esto no es impedimento ni razón para incumplir con los deberes que tenemos que honrar como ciudadanos y sujeto a una cultura determinada.

Ahora bien, en nuestro desenvolvimiento social, debemos fijar nuestra vista en que primero somos cristianos, que amamos y obedecemos a Dios, y desde allí dimensionar nuestras actitudes y relaciones con la cultura que nos envuelve, es decir, debemos ir desde Dios hacia el hombre; y en ese sentido podremos dar al hombre lo que le corresponde y a Dios lo que es de Él, teniendo un mismo corazón; pero cuidando de tenerlo en contenedores separados.

Oremos:

Dios Padre eterno, cólmanos de inteligencia y sabiduría, para acudir a las instituciones que tu nos has dado y de esta manera honrarte fielmente.

Amén. Dios los bendiga y recuerden: ¡Solo Dios Salva!


Vigésimo Domingo Después de Pentecostés - Muchos son los llamados y pocos los escogidos


15
de octubre de 2023

Vigésimo Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 106:1-6, 19-23; Éxodo 32:1-14; Filipenses 4:1-9; Mateo 22:1-14

Tema de hoy:   Muchos son los llamados y pocos los escogidos

Muy buenos días, hermanas y hermanos en nuestro Señor Jesucristo; la lectura del evangelio para el día de hoy que se encuentra en Mateo 22: 1-14, nos trae una reflexión para nuestras vidas muy importante, ya que Jesús hace una comparación entre un rey que prepara un banquete para la boda de su hijo y lo que sucede en el reino de los cielos.

Nuestro Señor y Dios ya no utiliza los viñedos ni la siembra o cosechas de esta importante fruta para esa época histórica, como punto de comparación para explicar cómo se desarrolla el reino de los cielos y los problemas u obstáculos que el mismo encuentra a lo largo de su instauración.


El rey dijo a sus empleados que fuesen a llamar a los invitados; creo que ya habían sido formalmente convocados al banquete; mas éstos no quisieron ir. En este punto pienso que fue su voluntad el no querer acudir al llamado del soberano.


El rey vuelve a insistir en su empeño y los hace llamar diciéndoles que ya tenía preparada la comida, que había dispuesto de lo mejor de su ganado para ello, pero ellos no hicieron caso a la cita; uno a uno se fueron excusando, y los que no se excusaron, golpearon a los mensajeros hasta darles muerte.


El rey se molestó mucho por lo que habían hecho a sus criados y ordenó a su ejército que mataran a los malvados y quemaran su pueblo. Más tarde, manifestó a sus criados que el banquete a la verdad estaba listo; pero aquellos convidados no eran merecedores de asistir y les ordenó que fueran a las principales vías e invitaran a todos los que encontraran. 


Los sirvientes del rey fueron e invitaron a todos los que hallaron, buenos y malos, y de esta manera se llenó la sala de recepción del banquete. Al entrar el rey, vió a un hombre que no estaba vestido con ocasión de un banquete de bodas, y le dijo: ¿Cómo había entrado sin vestir el ropaje apropiado para la ocasión?  Ante lo cual guardó silencio sin poder explicar el hecho; el rey ordenó a los meseros que le maniataran y lanzaran a la oscuridad, donde le vendrá el llanto y desesperación, porque muchos son los llamados pero pocos los escogidos.


El Dios Padre eterno, invita a su pueblo de Israel a disfrutar del reino de los cielos; pero no atendieron la invitación por su propio ejercicio del libre albedrío.

Dios insiste porque era su pueblo escogido, les dice que ha dispuesto lo mejor que tiene para ellos; mas el pueblo de Israel se fue excusando en sus prácticas paganas y el legalismo que les endureció el corazón, y no se les ocurrió nada mejor que asesinar a los profetas que Jehová les enviara.


Dios se enojó con este pueblo ingrato y les abandonó a su suerte. Les quitó la exclusividad de su amor y ordenó a sus profetas que llamaran a todos los que encontraran, sin importar que no fuesen Israelitas, podían convocar también a los gentiles. 


Así hicieron, invitaron a buenos y malos, en ambos casos personas revestidas de Jesuscristo por fe; mas en el día del juicio, Dios detectará a quienes no se encuentren revestido de su Hijo Jesús y les preguntará: ¿cómo han entrado? Y, no pudiendo justificar su presencia, ya que el único que justifica es Jesucristo, ordenará a sus ángeles los lancen a la oscuridad del infierno, donde les vendrá el llanto y la desesperación eterna.

Porque muchos son los llamados pero pocos los escogidos.


Hermanos, ¿estamos nosotros revestidos de nuestro Señor Jesucristo para poder disfrutar del banquete de las bodas del cordero, y no ser echados fuera por no vestir el traje adecuado para la ocasión?

Oremos:

Roguemos a Dios Padre eterno, que envíe su Santo Espíritu y nos guíe a nuestro Señor Jeuscristo, único camino al Padre. Pidámosle ser dignos de ser escogidos por medio de su Hijo.

Amén. Dios los bendiga y recuerden: ¡Solo Dios Salva!




Décimo Noveno Domingo Después de Pentecostés - Persevemos con el Reino de Dios en nuestros Corazones

08 de octubre de 2023

Décimo Noveno Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 80:7-15; Isaías 5:1-7; Filipenses 3:4b-14; Mateo 21:33-46

Tema de hoy:   Peseveremos con el Reino de Dios en nuestros Corazones.

Muy buenos días, hermanos y hermanas en nuestro Señor Jesucristo; en esta oportunidad vamos a reflexionar acerca de la lectura del evangelio según Mateo capítulo 21, versículos desde el 33 hasta el 46.

El arrendamiento de un fundo para la época del evangélio, constituía una doble obligación contractual por parte de los arrendatarios, no solamente debían pagar un canon de alquiler por el terreno a usar, sino que también debían destinar una parte de la cosecha para el propietario del viñedo. Según lo narrado en la parábola, el dueño se empeñó en que el terreno fuera productivo y pareciera que así resultó.


Jesús como incomparable Maestro, nos explica de una realidad cotidiana una verdad espiritual, y, ya en varias ocasiones han sido dirigidas a los Sacerdotes y Maestros de la Ley.


La Palabra, promesas acerca del Reino de Dios y el mismo cuidado espiritual del pueblo de Israel, fueron confiados a las autoridades religiosas israelitas; pero ellos, en vulgar desprecio a los bienes espirituales que les habían confiado, mataron generación trás generación a los profetas enviados por Dios; al final, viendo nuestro Padre celestial que no atendían razones de sus elegidos, se dijo, enviaré a mi propio Hijo Jesucristo, que a Él sí obedecerán y respetarán; más la realidad es que el pueblo escogido por Jehová, no reconoció a Jesucristo ni le aceptó Juan 1: 10-11. Leer versículo

"El viñedo del Señor Todopoderoso, su sembrado preferido, es el país de Israel, el pueblo de Judá. El Señor esperaba de ellos respeto a su ley, y sólo encuentra asesinatos; esperaba justicia, y sólo escucha gritos de dolor"  Isaías 5: 7  Ver


Por la herencia que nos viene dada por Dios a través de Abraham, todos nosotros, por fe, somos pueblo de Israel y por lo tanto guardas tanto de La Palabra de Dios, así como de la predicación y expansión del Reino de nuestro Dios. Pero ¿que nos encontramos hoy en día, cuando de compartir el amor de Jesús y su sacrificio para perdonar nuestros pecados se trata? Bien, vamos a ver. 


Se evidencia en los creyentes una falta genuina de devoción hacia la herencia dada por Dios, en relación al privilegio de leer, estudiar, meditar y honrar su Palabra. En los hogares, la atención hacia el mundo moderno del internet y su adicción a las redes sociales, ha puesto a un lado la dedicación cristocéntrica que se debería profesar en la vida de sus miembros. Otro tanto ocurre con los Pastores y demás líderes de la Iglesia, cuando presentan predicaciones o enseñanzas adulteradas y sin basamento escritural bíblico.


Así las cosas, cuando rechazamos el hacer uso de la lectura de su Palabra para acercarnos a Dios y lograr la comunión con Él, matamos a sus Profetas y despreciamos a su Hijo Jesuscristo; pero no nos desesperemos, aún estamos a tiempo de cambiar nuestra forma de actuar.

Oremos:

Pidamos al Espíritu Santo que toque nuestros corazones y, de esta manera recuperemos nuestro andar con Dios, por medio de la Fe en Nuestro Señor Jesucristo. 

Amén. Dios los bendiga y recuerden: ¡Solo Dios Salva!



 

Décimo Octavo Domingo Después de Pentecostés - Dios, danos coherencia de fe para mirar a Jesús como nuestro único Salvador

 01 de octubre de 2023

Décimo Octavo Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 25:1-9; Ezequiel 18:1-4, 25-32; Filipenses 2:1-13; Mateo 21:23-32

Tema de hoy:   Dios, danos coherencia de fe para mirar a Jesús como nuestro único Salvador.

Muy buenos días, hermanos y hermanas en nuestro Señor Jesucristo; en esta oportunidad vamos a reflexionar acerca de la lectura del evangelio según Mateo capítulo 21, versículos desde el 23 hasta el 32.

En una oportunidad alguien me contaba que estando en su lugar de trabajo, un grupo de sus compañeros mantenían una discusión llegando a acalorarse un poco, en relación a cómo era el uso de una determinada conjugación verbal; al ya no poder darle vueltas al asunto, sin posibilidad de consultar a nadie, estoy hablando de los tiempos en los que vivíamos sin acceso a internet, apareció un señor quien visitaba con regularidad su lugar de trabajo, fungiendo como un humilde librero ambulante, a petición y a domicilio y, les preguntó con mucha discreción: ¿cuál era la discusión propiamente dicha en la que estaban inmersos? Todos sin excepción fruncieron, cuenta mi amigo, viraron los ojos en señal de menosprecio y alguien a regañadientes balbuceó la duda.


Siguió contando mi amigo que está visto y es verdad, como se dice normalmente, que la ignorancia es libre, y que los prejuicios limitan el progreso individual y colectivo de la humanidad. Aconteció, que el vendedor de obras literarias manteniendo su sencillez, echó manos de un pizarrón y como un catedrático universitario pasó a explicarles hasta el más mínimo detalle acerca de la incertidumbre que les frustraba hasta ese momento; al ser preguntado acerca de los conocimientos mostrados, el buen y viejo librero respondió que, era Licenciado en Letras con Postgrado y Magister en el tema específico de cuya ignorancia les rescató; dice mi amigo, que está demás contar que todos quedaron sorprendidos con aquella declaración, y comentaron con pena propia: «cómo la mayoría de las veces, creyéndonos mejores que los demás, caemos en la enfermedad del orgullo».


En nuestra historia de hoy, observamos a Jesús que enseña y además lo hace con toda autoridad. Los jefes de los sacerdotes y los ancianos de los judíos, observaban con admiración oculta y con envidia revelada, como este hombre humilde, cuyo padre tenía un oficio corriente como carpintero, procedente además de un pueblo insignificante como Nazaret, desplegaba todos eso conocimientos de la Escritura; pero a ellos sólo se les ocurre preguntar:  ¿Con qué autoridad haces esto y quién te la dio? ¿Será que preguntaban eso para ellos buscar de la misma fuente donde Jesús había sido provisto? Pudiera ser esa la motivación, mas también buscar una excusa para acusarlo y apresarlo.


Jesús, quien sí sabía de sus intenciones (Dios es omnisciente y conoce los pensamientos e intenciones de los corazones), se les escapa inteligentemente respondiendo con una pregunta sencilla pero aguda, ¿quién envió a Juan a Bautizar, Dios o los hombres? Y los señores maquinando sus cálculos, referidos al costo social y religioso que tendrían que enfrentar, manifestaron no saber; Jesús responde, entonces yo tampoco les diré con qué autoridad hago esto.


El anterior pasaje bíblico nos enseña que todo aquel que ve a Cristo con ojos humanos, desprovisto de fe que obra el Espíritu Santo, se preguntará, ¿con qué autoridad me puede dar algo este personaje histórico?, si lo que observo es a un hombre pobrísimo, que nació en un pesebre maloliente, que no tenía ni donde recostar la cabeza Mateo 8: 20; además, se dejó crucificar sin abogar defensa alguna a su favor. En conclusión, Él no puede hacer nada por mí; entonces no me interesa y rechazo seguirle como discípulo.

Así las cosas, el ser humano queda atrapado en una condenación eterna, desesperado, llevando una existencia que nada ni nadie puede llenar, al enceguecerse por la enfermedad del orgullo propio.


Y, como se nos muestra en la parábola de los dos hijos, no sirve de nada las promesas verbales de sujeción a nuestro Señor Jesuscristo, por ejemplo: la persona que trás ser invitada al servicio cristiano responde: -Oh sí, el próximo domingo sí iré a la iglesia, y llegado el día no aparece, lo que sí cuenta para Dios, son las actuaciones efectivamente realizadas como resultado de la fe y, de esta manera dar fruto de arrepentimiento y discipulado real; ya que, no es por estatus socioeconómico, ni méritos académicos que vamos a lograr acceder al reino de los cielos, sino por la milagrosa misericordia de Dios que obra la fe en nosotros.

Oremos:

Dios de Gloria y Majestad, haznos vivir una existencia de coherencia, y ver en Jesús al Dios Todopoderoso que salva nuestras almas de la perdición eterna.

Amén. Dios los bendiga y recuerden: ¡Solo Dios Salva!