Revised Common Lectionary - Daily Readings

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Novela «El Terror de Alicia» Autor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Novela «El Terror de Alicia» Autor: Miguel Ángel Moreno Villarroel
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Octavo Domingo Después de Pentecostés - Oh Señor Jesús, haz de la cizaña trigo limpio

 23 de julio de 2023

Octavo Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 86:11-17; Isaías 44:6-8; Romanos 8:12-25; Mateo 13:24-30, 36-43

Tema de hoy: Oh Señor Jesús, haz de la cizaña, trigo limpio

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, en las lecturas de hoy, Dios nos habla de su poder y amor por nosotros, así como de la lucha entre el bien y el mal en este mundo.

El Salmo 86:11-17 nos recuerda que Dios es único y grande, y que no hay nadie como él. Es un Dios lleno de amor, compasión y fidelidad hacia sus hijos. Debemos buscar el camino de Dios y seguir su voluntad en nuestras vidas. Debemos pedir su dirección y guía, y buscar su misericordia y perdón.

El profeta Isaías en el capítulo 44, versículos 6-8, nos dice que Dios es el rey y el redentor. Él es el creador de todo el universo y su poder es incomparable. No hay otro Dios aparte de él. Debemos poner toda nuestra fe y confianza en él, porque él es el único que puede salvarnos.

En la carta de Pablo a los Romanos, capítulo 8, versículos 12-25, se nos dice que, como hijos de Dios, debemos vivir según el Espíritu y no según la carne. El Espíritu de Dios vive en nosotros y nos da fuerza y ​​vida eterna. Pablo nos dice que el sufrimiento de hoy no se compara con la gloria futura que tendremos en el cielo. Debemos confiar en Dios y en su amor y gracia, ya que él nos ha adoptado como hijos suyos y nos ha dado una gran herencia.

En el Evangelio de Mateo, capítulo 13, versículos 24-30 y 36-43, Jesús nos habla de la parábola del trigo y la cizaña. Nos dice que el reino de Dios es como un campo en el que se siembra trigo, pero mientras todos duermen, un enemigo siembra cizaña. Cuando el trigo comienza a crecer, la cizaña también lo hace. Los siervos del dueño del campo le preguntan si deben sacar la cizaña, pero él les dice que esperen hasta la cosecha. En la cosecha, el trigo será recogido y la cizaña será quemada.

Jesús nos dice que esta parábola se refiere a la lucha entre el bien y el mal en este mundo. El trigo representa a aquellos que siguen a Dios y la cizaña representa a aquellos que siguen al diablo. Jesús nos dice que debemos esperar pacientemente hasta que llegue el juicio final, cuando los justos serán separados de los malvados.

En resumen, las lecturas de hoy nos recuerdan que Dios es poderoso y amoroso, y que como sus hijos debemos poner nuestra fe y confianza en él. Debemos seguir su voluntad y buscar su misericordia y perdón. También nos recuerdan que hay una lucha entre el bien y el mal en este mundo y que debemos esperar pacientemente hasta que llegue el juicio final. 

Oremos:

Que el Espíritu de Dios nos guíe y nos sostenga en esta vida y en la vida eterna. Amén.

Séptimo Domingo Después de Pentecostés - Señor Jesús, hazme tierra fertil

 16 de julio de 2023

Séptimo Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 65: 9-13; Isaías 55:10-13; Romanos 8:1-11; Mateo 13:1-9, 18-23

Tema de hoy: Señor Jesús, hazme tierra fértil

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy nos reunimos para meditar en la Palabra de Dios, y en particular, en algunos pasajes que nos hablan de la relación que Dios tiene con su creación. En el Salmo 65: 9-13, se nos dice: "Visitas la tierra y la riegas, la enriqueces mucho; con el río de Dios, lleno de agua, preparas el trigo, porque así preparas la tierra. Saturas sus surcos, aplanas sus terrones, la ablandas con lluvias y bendices sus brotes. Coronas el año con tus bienes, y tus huellas destilan prosperidad". 

Este Salmo nos muestra a un Dios preocupado por su creación, interesado en cuidarla y proveerle todo lo que necesita para florecer. Pero además, nos muestra cómo la tierra y el cielo, la lluvia y el trigo, son dones de Dios, y por lo tanto deben ser valorados y cuidados.

En el pasaje de Isaías 55:10-13, se nos presenta la imagen de la lluvia y la nieve que caen del cielo, y que riegan y fecundan la tierra. Es una imagen poderosa del poder de Dios para hacer crecer la vida. Pero también se nos dice que la Palabra de Dios es como esa lluvia y esa nieve, que no vuelven al cielo sin haber producido fruto: "Así será mi palabra que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero y llevará a cabo mis planes". 

La Palabra de Dios, entonces, es otro don de Dios para su pueblo, una fuente de vida y de salvación que no deja de producir frutos.

En el pasaje de Romanos 8:1-11, San Pablo nos habla de la libertad que tenemos en Cristo. Somos librados del poder del pecado y de la muerte, y podemos vivir según el Espíritu de Dios que habita en nosotros. Pero esta libertad no es para que hagamos lo que queramos, sino para que sigamos el ejemplo de Cristo, quien dio su vida por nosotros: "Porque los que viven conforme al Espíritu tienen la mente puesta en lo que el Espíritu quiere. Pero los que viven según la carne tienen la mente puesta en lo que la carne quiere".

Y finalmente, en el Evangelio de Mateo 13:1-9, 18-23, escuchamos la parábola del sembrador. Jesús nos dice que el reino de los cielos es como un sembrador que sale a sembrar. Y que la semilla, que es la Palabra de Dios, cae en diferentes tipos de tierra, pero solo florece en aquella que es buena. 

La Palabra de Dios siempre es efectiva, pero depende de nosotros y de nuestra disposición el que produzca frutos en nuestras vidas.

En resumen, estos pasajes nos hablan de la relación que Dios tiene con su creación, y de su voluntad de proveer todo lo que necesitamos para florecer. Pero también nos hablan de nuestra responsabilidad como hijos de Dios, de nuestra obligación de cuidar la tierra y de seguir la Palabra de Dios para que produzca frutos en nuestras vidas.

Oremos:

Que el Espíritu Santo nos guíe y nos ilumine en este camino de fe, para que podamos seguir los pasos de Cristo y llevar a cabo los planes de Dios en nuestra vida. Amen.

Sexto Domingo Después de Pentecostés - Jesucristo, Nuestro Eterno Descanso

09 de julio de 2023

Sexto Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 145:8-14; Zacarías 9:9-12; Romanos 7:15-25a; Mateo 11:16-19, 25-30

Tema de hoy: Jesucristo, Nuestro Eterno Descanso

Estimados hermanos, hoy arribamos al Sexto Domingo Después de Pentecostés y nuestra reflexión para hoy, la basaremos en el evangelio de Mateo que hemos leído.

El problema de la generación humana de la época de Jesús sobre esta tierra, fue que, teniendo oídos y suficientes oportunidades, no oyeron, y tampoco quisieron entender el mensaje de importancia vital que les traía Jesús.

Ni Juan el Bautista, ni Jesús lograron aceptación alguna a los ojos de los grupos legalistas, para abarcarlos a todos. Sí, la ley, concebida a lo largo de los siglos, echaba por tierra en la mente y corazones de los legalistas, de la más mínima enseñanza de amor, compasión y de lo más relevante, la salvación de la humanidad solamente por la fe en la obra consumada por Jesucristo en la cruz.

Jesús les hace una comparación de un juego popular infantil de esos días para significar que, ni con Juan ni con Jesús ellos estaban conformes. De Juan criticaban que era un ermitaño, que no bebía alcohol porque era nazareo, por otro lado, de Jesús criticaban duramente, que socializaba con gente de mala fama y, además comía y bebía vino como era la costumbre. Como legalistas, ellos estaban confundidos de cómo clasificar a cada uno de estos personajes.

Hermanos, la usanza hasta el día de hoy sobre este planeta, es el de etiquetar y encasillar a las personas dentro de una tipología especifica, y si no lo logramos, llegamos a la rápida conclusión que esa persona no sirve a nuestros interese, cuales fueran estos.

De tal manera que, luego de exhortarlos, les dijo «Pero la sabiduría es justificada por sus hijos». Hermanos, esta pequeña oración quiere significar que, por más que ellos criticaran y censuraran a Jesús, sus hechos contundentes, es decir, su vida santa sin pecado y, los innumerables milagros, daban testimonio de su infinita sabiduría que como Dios ostenta.

Nos dice Jesús: Vengan a mí todos los que están agotados por el trabajo y cargados, y yo les daré el descanso que ustedes necesitan.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, en esta estación de verano sobre el planeta y en especial en el hemisferio norte, muchos seres humanos, con las altas temperaturas están buscando donde refrescarse y un poco de descanso. Un momento para relajarse y disfrutar del tiempo libre. Pero incluso, aparte de lo físico; cuando tomamos un merecido descanso, nuestras mentes y corazones pueden seguir sintiéndose cansados y agotados. Tal vez estamos preocupados por el futuro, el costo de la vida, la educación de los hijos o, cansados de las demandas y retos de la vida diaria. Tal vez nos estamos preguntando ¿qué significado tiene todo esto?

Jesús nos ofrece un consuelo y una esperanza en medio de nuestras fatigas y preocupaciones. Él nos invita a ir hacia Él y encontrar descanso no solo para nuestros cuerpos, sino también para nuestras almas.

Esta es una de las afirmaciones más hermosas y poderosas de Jesús. Él no nos dice que nuestras preocupaciones desaparecerán de inmediato, o que nuestros problemas desaparecerán como por arte de magia. Pero nos promete que, si venimos a Él y lo seguimos, encontraremos un descanso para nuestras mentes y corazones cansados.

Jesús entiende nuestras luchas, porque Él mismo las ha experimentado. Él ha compartido nuestra humanidad y ha conocido el dolor y la fatiga del mundo. Él no solo nos ofrece un camino hacia la paz y el alivio, sino que Él mismo es nuestro descanso.

Así que, cuando nos sintamos abrumados por la vida, cuando nuestros corazones estén pesados y nuestras mentes estén confundidas, recordemos las palabras de Jesús. Vengamos a Él con humildad y esperanza, confiando en que podemos encontrar la paz que anhelamos.

Oremos:

Padre eterno, permite que el amor y la gracia de nuestro Señor Jesucristo nos concedan el descanso que buscamos, hoy y siempre.

Amén. Dios me los bendiga y recuerden. Solo Dios Salva.

 

 

 

Quinto Domingo Después de Pentecostés - Servidores Fieles de Dios

02 de julio de 2023

Quinto Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 89:1-4, 15-18; Jeremías 28:5-9; Romanos 6:12-23; Mateo 10:40-42

Tema de hoy: Servidores Fieles de Dios.

Estimados hermanos, hoy arribamos al Quinto Domingo Después de Pentecostés y nuestra reflexión para hoy, la basaremos en el evangelio de Mateo que hemos leído. Este es un pasaje rico en significado y nos da una visión clara de lo que significa ser un servidor fiel de Dios.

En este pasaje, Jesús está hablando con los apóstoles y les está dando instrucciones sobre la misión que les ha encomendado. Les dice que quien los recibe a ellos, recibe a él, y quien lo recibe a él, recibe a aquel que lo envió. Esto significa que aquellos que reciben y aceptan a los mensajeros de Dios, reciben al propio Dios.

Hermanos, como está el mundo de convulsionado y, cada quién busca sus propias satisfacciones personales, debemos tener mucho cuidado con estos mandamientos de nuestro Señor. Primero, debemos sopesar muy bien cuando conocemos a los mensajeros actuales de Dios. Probar su rectitud, su probidad, moralidad, respeto por los asuntos divinos y temor a Dios. Luego que eso haya tenido lugar, sí podemos obedecer a Jesús, ayudando a estos hombres de Dios en su evangelización y demás tareas de llevar la Palabra de Dios.

Hermanos, ¿hemos conocido personas que se esconden cuando ven a un grupo de cristianos que están cumpliendo con la gran comisión? ¿Personas que se molestan si les envías un mensaje cristiano a su teléfono celular? En un mundo lleno de escepticismo, es importante que recordemos esto. Cuando nos acercamos a alguien con las buenas nuevas del Evangelio, es fácil sentir que no nos están escuchando o que no nos están tomando en serio o como si fuéramos unos fenómenos por decir lo menos. Sin embargo, Jesús nos recuerda que, aunque puede que nuestras palabras no sean escuchadas, Dios siempre está presente en todo aquello que hacemos en su nombre.

Hermanos, debemos estar muy claros que la salvación no es por obras, sino que es solo por fe y, esta la crea solamente el Espíritu Santo en nosotros «No es por obras, para que nadie se gloríe» dice la biblia. Jesús continúa diciendo que aquellos que les reciben a ellos, también recibirán una recompensa. Esta recompensa no es sólo material, sino que es espiritual. El amor y la generosidad que demostramos a aquellos que se acercan a nosotros en busca de consuelo y apoyo, no pasan desapercibidos a los ojos de Dios. La recompensa se manifiesta en paz, misericordia, abundancia de amor hacia el prójimo. Así que, nunca dejemos de hacer el bien que nos corresponde como discípulos de Jesús.


Esta es una de las enseñanzas más importantes del cristianismo: el amor y la compasión que demostramos hacia los demás, y la manera en que acogemos a aquellos que lo necesitan, es algo que no sólo honra a Dios, sino que también es recompensado; y, esta recompensa de parte de Dios, de ninguna manera trata sobre ganar el cielo, por medio de estas acciones. Además, todo acción fuera de la fe, es considerada inútil, sin valor ante los ojos de Dios.

Aunque la idea de ser recompensados por nuestras acciones no debería ser el principal motivo por el cual hacemos algo, sino la consecuencia directa de la fe que nos declara libre de pecados y, es esta fe la que nos ayuda a comprender la importancia de nuestras acciones. Cuando mostramos compasión hacia los demás, es como si estuviéramos mostrando compasión hacia Dios mismo. Es nuestra manera de demostrar gratitud y amor hacia aquel que nos dio todo y, principalmente la Salvación de nuestras almas.

En conclusión, esta enseñanza de Jesús nos recuerda la importancia de ser servidores fieles de Dios. Al acercarnos a los demás con amor y generosidad, estamos haciendo la obra de Dios producto de la fe en los méritos de Cristo. Y aunque puede que no seamos recompensados con riquezas materiales, nuestra recompensa espiritual será abundante. Sigamos siendo fieles siervos de Dios y acerquémonos a los demás con amor y compasión.

Oremos:

Oh Dios eterno, enséñanos a producir obras aceptables por medio de la fe en tu Hijo Jesucristo.

Amén. Dios me los bendiga y recuerden. Solo Dios Salva.