30 de julio de 2023
Noveno Domingo Después de Pentecostés.
Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel
Lecturas: Salmo 119:129-136; 1 Reyes 3:5-12; Romanos 8:26-39; Mateo 13:31-33, 44-52
Tema de hoy: Señor Jesús, guíame hacia tu reino
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy las lecturas que hemos escuchado nos hablan de la sabiduría, la paciencia y el amor de Dios.
En el Salmo 119:129-136, el salmista expresa su amor por la ley de Dios, que le guía en su camino y le da sabiduría. La ley de Dios no es un conjunto de reglas arbitrarias, sino una guía para una vida plena y en armonía con Dios y el prójimo. Siguiendo la ley de Dios, encontramos la sabiduría y la comprensión necesarias para enfrentar las dificultades de la vida.
En 1 Reyes 3:5-12, vemos a Salomón, el rey de Israel, pidiéndole a Dios sabiduría para gobernar al pueblo de Dios. La respuesta de Dios es sorprendente: no solo le da sabiduría a Salomón, sino también riquezas y gloria. La sabiduría de Dios es suficiente para resolver cualquier problema o necesidad que tengamos, y Dios está dispuesto a proporcionarnos todo lo que necesitamos para vivir nuestra vida en plenitud.
En Romanos 8:26-39, Pablo habla de la paciencia y el amor perseverante de Dios por nosotros. Aunque sufrimos y enfrentamos dificultades en esta vida, Dios nos ama incondicionalmente y nos da la fuerza y la perseverancia para enfrentar cualquier desafío. Nada puede separarnos del amor de Dios, y podemos estar seguros de que Él siempre está con nosotros en todas las circunstancias de la vida.
En el evangelio de Mateo 13:31-33, 44-52, Jesús comparte parábolas sobre el reino de Dios, comparándolo con una semilla de mostaza, un tesoro escondido y una red de pesca. En estas parábolas, vemos que el reino de Dios es algo de valor incalculable, algo que debemos buscar y esforzarnos por encontrar. Pero también vemos que el reino de Dios puede comenzar como algo pequeño, como una minúscula semilla que crece y se convierte en un gran árbol.
Queridos hermanos y hermanas, estas lecturas nos recuerdan que Dios nos ama de manera incondicional y nos da la sabiduría, la fuerza y la perseverancia para enfrentar cualquier desafío. Debemos buscar el reino de Dios y la justicia de Dios en todas las áreas de nuestra vida, sabiendo que Él está con nosotros en todo momento.
Oremos:
Que Dios nos bendiga y nos guíe en nuestro camino hacia Él. Amén.