Revised Common Lectionary - Daily Readings

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Novela «El Terror de Alicia» Autor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Novela «El Terror de Alicia» Autor: Miguel Ángel Moreno Villarroel
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Noveno Domingo Después de Pentecostés - Señor Jesús, guíame hacia tu reino

30 de julio de 2023

Noveno Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 119:129-136; 1 Reyes 3:5-12; Romanos 8:26-39; Mateo 13:31-33, 44-52

Tema de hoy: Señor Jesús, guíame hacia tu reino

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy las lecturas que hemos escuchado nos hablan de la sabiduría, la paciencia y el amor de Dios.

En el Salmo 119:129-136, el salmista expresa su amor por la ley de Dios, que le guía en su camino y le da sabiduría. La ley de Dios no es un conjunto de reglas arbitrarias, sino una guía para una vida plena y en armonía con Dios y el prójimo. Siguiendo la ley de Dios, encontramos la sabiduría y la comprensión necesarias para enfrentar las dificultades de la vida.

En 1 Reyes 3:5-12, vemos a Salomón, el rey de Israel, pidiéndole a Dios sabiduría para gobernar al pueblo de Dios. La respuesta de Dios es sorprendente: no solo le da sabiduría a Salomón, sino también riquezas y gloria. La sabiduría de Dios es suficiente para resolver cualquier problema o necesidad que tengamos, y Dios está dispuesto a proporcionarnos todo lo que necesitamos para vivir nuestra vida en plenitud.

En Romanos 8:26-39, Pablo habla de la paciencia y el amor perseverante de Dios por nosotros. Aunque sufrimos y enfrentamos dificultades en esta vida, Dios nos ama incondicionalmente y nos da la fuerza y la perseverancia para enfrentar cualquier desafío. Nada puede separarnos del amor de Dios, y podemos estar seguros de que Él siempre está con nosotros en todas las circunstancias de la vida.

En el evangelio de Mateo 13:31-33, 44-52, Jesús comparte parábolas sobre el reino de Dios, comparándolo con una semilla de mostaza, un tesoro escondido y una red de pesca. En estas parábolas, vemos que el reino de Dios es algo de valor incalculable, algo que debemos buscar y esforzarnos por encontrar. Pero también vemos que el reino de Dios puede comenzar como algo pequeño, como una minúscula semilla que crece y se convierte en un gran árbol.

Queridos hermanos y hermanas, estas lecturas nos recuerdan que Dios nos ama de manera incondicional y nos da la sabiduría, la fuerza y la perseverancia para enfrentar cualquier desafío. Debemos buscar el reino de Dios y la justicia de Dios en todas las áreas de nuestra vida, sabiendo que Él está con nosotros en todo momento. 

Oremos:

Que Dios nos bendiga y nos guíe en nuestro camino hacia Él. Amén.

Séptimo Domingo Después de Pentecostés - Señor Jesús, hazme tierra fertil

 16 de julio de 2023

Séptimo Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 65: 9-13; Isaías 55:10-13; Romanos 8:1-11; Mateo 13:1-9, 18-23

Tema de hoy: Señor Jesús, hazme tierra fértil

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy nos reunimos para meditar en la Palabra de Dios, y en particular, en algunos pasajes que nos hablan de la relación que Dios tiene con su creación. En el Salmo 65: 9-13, se nos dice: "Visitas la tierra y la riegas, la enriqueces mucho; con el río de Dios, lleno de agua, preparas el trigo, porque así preparas la tierra. Saturas sus surcos, aplanas sus terrones, la ablandas con lluvias y bendices sus brotes. Coronas el año con tus bienes, y tus huellas destilan prosperidad". 

Este Salmo nos muestra a un Dios preocupado por su creación, interesado en cuidarla y proveerle todo lo que necesita para florecer. Pero además, nos muestra cómo la tierra y el cielo, la lluvia y el trigo, son dones de Dios, y por lo tanto deben ser valorados y cuidados.

En el pasaje de Isaías 55:10-13, se nos presenta la imagen de la lluvia y la nieve que caen del cielo, y que riegan y fecundan la tierra. Es una imagen poderosa del poder de Dios para hacer crecer la vida. Pero también se nos dice que la Palabra de Dios es como esa lluvia y esa nieve, que no vuelven al cielo sin haber producido fruto: "Así será mi palabra que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero y llevará a cabo mis planes". 

La Palabra de Dios, entonces, es otro don de Dios para su pueblo, una fuente de vida y de salvación que no deja de producir frutos.

En el pasaje de Romanos 8:1-11, San Pablo nos habla de la libertad que tenemos en Cristo. Somos librados del poder del pecado y de la muerte, y podemos vivir según el Espíritu de Dios que habita en nosotros. Pero esta libertad no es para que hagamos lo que queramos, sino para que sigamos el ejemplo de Cristo, quien dio su vida por nosotros: "Porque los que viven conforme al Espíritu tienen la mente puesta en lo que el Espíritu quiere. Pero los que viven según la carne tienen la mente puesta en lo que la carne quiere".

Y finalmente, en el Evangelio de Mateo 13:1-9, 18-23, escuchamos la parábola del sembrador. Jesús nos dice que el reino de los cielos es como un sembrador que sale a sembrar. Y que la semilla, que es la Palabra de Dios, cae en diferentes tipos de tierra, pero solo florece en aquella que es buena. 

La Palabra de Dios siempre es efectiva, pero depende de nosotros y de nuestra disposición el que produzca frutos en nuestras vidas.

En resumen, estos pasajes nos hablan de la relación que Dios tiene con su creación, y de su voluntad de proveer todo lo que necesitamos para florecer. Pero también nos hablan de nuestra responsabilidad como hijos de Dios, de nuestra obligación de cuidar la tierra y de seguir la Palabra de Dios para que produzca frutos en nuestras vidas.

Oremos:

Que el Espíritu Santo nos guíe y nos ilumine en este camino de fe, para que podamos seguir los pasos de Cristo y llevar a cabo los planes de Dios en nuestra vida. Amen.

Sexto Domingo Después de Pentecostés - Jesucristo, Nuestro Eterno Descanso

09 de julio de 2023

Sexto Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 145:8-14; Zacarías 9:9-12; Romanos 7:15-25a; Mateo 11:16-19, 25-30

Tema de hoy: Jesucristo, Nuestro Eterno Descanso

Estimados hermanos, hoy arribamos al Sexto Domingo Después de Pentecostés y nuestra reflexión para hoy, la basaremos en el evangelio de Mateo que hemos leído.

El problema de la generación humana de la época de Jesús sobre esta tierra, fue que, teniendo oídos y suficientes oportunidades, no oyeron, y tampoco quisieron entender el mensaje de importancia vital que les traía Jesús.

Ni Juan el Bautista, ni Jesús lograron aceptación alguna a los ojos de los grupos legalistas, para abarcarlos a todos. Sí, la ley, concebida a lo largo de los siglos, echaba por tierra en la mente y corazones de los legalistas, de la más mínima enseñanza de amor, compasión y de lo más relevante, la salvación de la humanidad solamente por la fe en la obra consumada por Jesucristo en la cruz.

Jesús les hace una comparación de un juego popular infantil de esos días para significar que, ni con Juan ni con Jesús ellos estaban conformes. De Juan criticaban que era un ermitaño, que no bebía alcohol porque era nazareo, por otro lado, de Jesús criticaban duramente, que socializaba con gente de mala fama y, además comía y bebía vino como era la costumbre. Como legalistas, ellos estaban confundidos de cómo clasificar a cada uno de estos personajes.

Hermanos, la usanza hasta el día de hoy sobre este planeta, es el de etiquetar y encasillar a las personas dentro de una tipología especifica, y si no lo logramos, llegamos a la rápida conclusión que esa persona no sirve a nuestros interese, cuales fueran estos.

De tal manera que, luego de exhortarlos, les dijo «Pero la sabiduría es justificada por sus hijos». Hermanos, esta pequeña oración quiere significar que, por más que ellos criticaran y censuraran a Jesús, sus hechos contundentes, es decir, su vida santa sin pecado y, los innumerables milagros, daban testimonio de su infinita sabiduría que como Dios ostenta.

Nos dice Jesús: Vengan a mí todos los que están agotados por el trabajo y cargados, y yo les daré el descanso que ustedes necesitan.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, en esta estación de verano sobre el planeta y en especial en el hemisferio norte, muchos seres humanos, con las altas temperaturas están buscando donde refrescarse y un poco de descanso. Un momento para relajarse y disfrutar del tiempo libre. Pero incluso, aparte de lo físico; cuando tomamos un merecido descanso, nuestras mentes y corazones pueden seguir sintiéndose cansados y agotados. Tal vez estamos preocupados por el futuro, el costo de la vida, la educación de los hijos o, cansados de las demandas y retos de la vida diaria. Tal vez nos estamos preguntando ¿qué significado tiene todo esto?

Jesús nos ofrece un consuelo y una esperanza en medio de nuestras fatigas y preocupaciones. Él nos invita a ir hacia Él y encontrar descanso no solo para nuestros cuerpos, sino también para nuestras almas.

Esta es una de las afirmaciones más hermosas y poderosas de Jesús. Él no nos dice que nuestras preocupaciones desaparecerán de inmediato, o que nuestros problemas desaparecerán como por arte de magia. Pero nos promete que, si venimos a Él y lo seguimos, encontraremos un descanso para nuestras mentes y corazones cansados.

Jesús entiende nuestras luchas, porque Él mismo las ha experimentado. Él ha compartido nuestra humanidad y ha conocido el dolor y la fatiga del mundo. Él no solo nos ofrece un camino hacia la paz y el alivio, sino que Él mismo es nuestro descanso.

Así que, cuando nos sintamos abrumados por la vida, cuando nuestros corazones estén pesados y nuestras mentes estén confundidas, recordemos las palabras de Jesús. Vengamos a Él con humildad y esperanza, confiando en que podemos encontrar la paz que anhelamos.

Oremos:

Padre eterno, permite que el amor y la gracia de nuestro Señor Jesucristo nos concedan el descanso que buscamos, hoy y siempre.

Amén. Dios me los bendiga y recuerden. Solo Dios Salva.

 

 

 

Tercer Domingo Después de Pentecostés - La Necesidad del Espíritu Santo

18 de junio de 2023

Tercer Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 100; Éxodo 19:2-8; Romanos 5:1-8; Mateo 9:35-10:8

Tema de hoy: La Necesidad del Espíritu Santo

Estimados hermanos, hoy arribamos al Tercer Domingo Después de Pentecostés y nuestra reflexión para hoy, la basaremos en el evangelio de Mateo que hemos leído.

Es maravilloso ver el trabajo que realizaba el Señor Jesucristo; lo que costaría trasladarse de una población a otra, predicando la fe acerca de la buena noticia de que el reino de Dios se había acercado. Jesús, no solo enseñaba al pueblo, sino que también les sanaba de todas sus dolencias y hasta resucitaba a las personas de entre los muertos, cuando su misericordia era desbordada por una fe genuina de alguien que creía en su poder de lograr estos milagros. La Palabra de Dios nos dice que nuestro Señor sentía mucha compasión de las personas, ya que sabía que estaban desesperados e indefensos. Por ello les dijo a sus estudiantes más cercanos, que la cosecha era abundante; mas los obreros eran escasos, y luego los invitó a orar, pidiendo a Dios, como dueño de aquella cosecha que enviara trabajadores en recogerla.

Hermanos, en este primer segmento Jesús nos enseña el ejemplo que debemos seguir de él en no escatimar nuestros recursos disponibles para llevar el mensaje de vida eterna a todos, y también procurar manifestar el amor que Dios nos ha dado, cooperando con quienes están necesitados de alimentos y salud, por decir lo menos. En estos tiempos de crisis mundial, cuando uno da unas vueltas por las calles, pueden observarse personas necesitadas, tanto de alimentos como de salud; muchas veces la falta de lo primero (alimentos) conlleva a lo otro (enfermedades). Si tenemos la posibilidad en nuestras manos y el Espíritu Santo que mora en nosotros nos lo indica, démosle, aunque sea un pedazo de pan y, al enfermo, si está en nuestras posibilidades visitémoslo.

Más adelante, leemos que Jesús le dio autoridad a sus discípulos para curar a los enfermos y echar fuera los espíritus impuros, y seguidamente el evangelista hace una nominación de los apóstoles de Jesús.

Muchas veces se discute, si esa autoridad era solamente para los apóstoles o si también es extensible a nosotros en la actualidad. Bien, la evidencia bíblica nos señala que, también nos arropa a todos quienes creemos desde el corazón y la mente en nuestro Señor Jesucristo.

Para finalizar nuestra reflexión leemos que Jesús envió a los doce apóstoles a predicara a los Israelitas, diciéndoles que el reino de Dios se había acercado.

Hermanos, pues claro que el reino de Dios se había acercado a la humanidad; él estaba hablando acerca de él mismo. Hoy en día el reino de Dios se acerca a nosotros en: el Bautismo, en la Santa Cena y por su Palabra santa.

Jesús luego de haberles dado autoridad, les dio como directrices que: sanaran a los enfermos, resucitaran a los muertos, y expulsaran a los demonios. Hermanos, ¿podemos también nosotros hacer todo esto? Pues, por supuesto que sí. Cuando oramos por los enfermos y proveemos recursos para su curación; cuando compartimos nuestra fe con otros y el Espíritu Santo obra la fe, hemos servido de vehículo para la resurrección de alguien que estaba muerto en sus pecados.

Para concluir nuestro pasaje bíblico, les recuerda y advierte que ellos habían recibido ese poder y dones gratis, que no cobraran tampoco por usarlo.

Hermanos, un alerta para los líderes «cristianos» que, tristemente han convertido a la iglesia del Señor Jesucristo, en una empresa con franquicias incluidas, para enriquecerse malamente. Los casos y ejemplos abundan; pero debemos estar confiados en que, los líderes de enseñanzas cristocéntricas y doctrinas saludables, son mayoría sobre este mundo tan necesitado de su Salvador.

Oremos:

Padre celestial, llénanos con tu Espíritu Santo para reconocer como tus apósteles, las oportunidades de servirte y servir al prójimo.

Amén. Dios me los bendiga y recuerden. Solo Dios Salva.

 

  

Segundo Domingo Después de Pentecostés - Así nos llama y nos cura Dios

11 de junio de 2023

Segundo Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 50:7-15; Oseas 5:15-6:6; Romanos 4:13-25; Mateo 9:9-13, 18-26

Tema de hoy: Así nos llama y nos cura Dios.

Estimados hermanos, hoy arribamos al Segundo Domingo Después de Pentecostés y nuestra reflexión para hoy, la basaremos en el evangelio de Mateo que hemos leído.

«Dios jamás lo llamará a su reino, porque ese tipo es bastante malo y super pecador». Muchas veces escuchamos expresiones de este tipo y otras parecidas, que no dan ni un céntimo por el futuro espiritual de alguien. Y, así se nos pasa el tiempo, diciendo o escuchando: «no, no le prediques a ese, o no vayamos allá a compartir el evangelio, porque son una partida de perdidos».

En la lectura del evangelio asignada para hoy, nos encontramos con Jesús que muestra la paciencia, el amor, la compasión y misericordia que como Dios sobreabundaba en él. Aquí es el mismo evangelista quien relata cómo fue llamado por Jesús a su ministerio. Debemos entender que el trabajo de los recaudadores de impuesto era uno de los más viles empleos que se podían ejercer en ese tiempo para el imperio romano, ya que, esto abarcaba, la expoliación de un pueblo sometido a la bota romana y a las dificultades económicas domésticas. Muchos de los hacendistas como Mateo, investigaban la vida económica de los pobladores, sus fuentes de ingresos y otras circunstancias para de esta manera asegurase de que estaban tributando lo correcto, en virtud de que ellos percibían una parte importante de lo recabado.

Así las cosa, mateo recibió a Jesús en su casa y se unieron algunos colegas y personas de dudosa reputación moral; y, como mencionamos antes, siempre habrá personas que están prestas a murmurar, criticar y juzgar si alguien es digno del mensaje de salvación o no. En el caso del segmento que nos cupa, les correspondió a los fariseos desempeñar este triste papel; mas Jesús les respondió con la sabiduría que solo procede de Dios: «Los sanos no tiene necesidad de médico, sino los enfermos» rematándoles que debían aprender a tener misericordia del prójimo y, no vivir confiados con el cumplimiento legalista de los sacrificios. Dios es quien anda buscando a los pecadores al arrepentimiento y no a los santos.

Mas adelante, en el pasaje leído hoy, identificamos que hay una humanidad, rescatable por Dios, cuyos seres humanos son de corazón humilde y misericordioso, que no sienten vergüenza de acercarse a Dios para ponerse de rodillas y pedirle por el destino de una hija que acaba de morir, y de una fe tan solida, que cree que con tan solo el Señor Jesús poner su mano sobre ella la resucitará, y, efectivamente cuando llega a la casa de la niña muerta, todos se burlaban de él porque el les decía que la niña no estaba muerta sino, que estaba dormida, y la tomó de la mano y ella se incorporó.

Hermanos, aquí nos enseña Jesús, que Dios ve a las personas que les ha cesado sus signos vitales como seres que están dormidos, recordemos: Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos.

También acudió ante él una mujer enferma con flujo de sangre desde hacía doce años. Esta mujer tenía una firme creencia de que, con tan solo tocar el manto de Jesús, ella iba a quedar curada; bien, así lo hizo, y el flujo cesó de inmediato. Jesús sintió que alguien lo había palpado y, dándose la vuelta la vio, ella estaba como apenada; mas Jesús le dijo que recobrara el ánimo porque su fe la había salvado.

Hermanos, debemos observar que Jesús dice en la versión de traducción de tipo «palabra por palabra» Reina-Valera «salvado» en lugar de «sanado» y esto no debe parecernos extraño, ya que, Dios primero te salva tu alma y tu cuerpo del pecado, y luego procede a curar todas tus enfermedades. Quien acude a Jesús para ser curado, debe acercarse con fe como hemos visto hoy, esa fe lo salva y luego lo cura de sus dolencias tanto físicas como espirituales.

Oremos:

Amantísimo Dios, te rogamos hoy, que nos concedas vivir en comunión con el Espíritu Santo y, de esta manera poder atender tu llamado y ser salvados con tu poder sanador.

Amén. Dios me los bendiga y recuerden. Solo Dios Salva.

 

  

Primer Domingo Después de Pentecostés - Una Comisión y Razón de Vida muy Especial

04 de junio de 2023

Primer Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 8; Génesis 1:1–2:4a; 2 Corintios 13:11-13; Mateo 28:16-20

Tema de hoy: Una Comisión y Razón de Vida muy Especial

Estimados hermanos, hoy arribamos al Primer Domingo Después de Pentecostés y nuestra reflexión para hoy, la basaremos en el evangelio de Mateo que hemos leído.

Según el Diccionario de la Real Academia Española una comisión es: «Conjunto de personas encargadas por la ley, o por una corporación o autoridad, de ejercer unas determinadas competencias permanentes o entender en algún asunto específico».

Los once discípulos fueron a Galilea, los conocedores creen que este evento tuvo lugar al final de los cuarentas días luego de la resurrección del Señor Jesús. Cuando los discípulos lo vieron le adoraron, como recordamos que lo hicieron los reyes magos. Debemos tener en cuenta que la adoración que hacemos a Jesús, también la haremos en el cielo, tal como lo muestra Juan en Apocalipsis Capítulo 5 Versículo 12: y decían con fuerte voz: «¡El Cordero que fue sacrificado es digno de recibir el poder y la riqueza, la sabiduría y la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza

Luego se presenta una disyuntiva, adoraron y algunos dudaron. ¿Qué puede significar esto? Podemos pensar que ellos simplemente estaban confundidos y llenos de temor; tengamos presente que ellos no sabían cuándo se les iba a aparecer de nuevo. Tampoco sabían con certeza qué era lo que Jesús pretendía que ellos hicieran; de hacerlos pescadores de hombres, nada más les había sugerido que hicieran, de allí la gran respuesta de Jesús a sus preguntas e inquietudes es la gran comisión; sí, de allí tal vez el deseo de Jesús de separarlos de la influencia cotidiana de Jerusalén. Jesús también sabía que pronto ascendería al Padre y debía aprovechar el tiempo que le restaba para explicarle con detalles lo que sería su último encargo.

Esta gran comisión es un mandato claro para llevar la palabra de Dios a todas las personas sobre este planeta, sin importar, credo, raza, sexo, tendencia política etc.

La comisión, según vimos en la definición del vocablo que nos da la Real Academia Española, debe ser otorgada por un organismo o persona que detente autoridad, en nuestro caso vemos que la autoridad del mandante es ilimitada, ya que nos encontramos ante Dios mismo, quien es todopoderoso.

A quienes nos queremos excusar, con el hecho de que no pertenecemos a ningún grupo de evangelismo porque no tenemos tiempo entre semana, quiero decirles que se incumple con la gran comisión mandada por Dios, cuando dejamos de asistir al servicio dominical y, más si tenemos familia, porque el ejemplo que le damos a nuestros cónyuges e hijos es, que de nada vale su propia evangelización, la cual comienza asistiendo al templo de Dios, llevando a otros al culto divino en la medida de lo posible, escuchando su palabra, participando de sus sacramentos y lo más importante, recibiendo el perdón de pecados que todos necesitamos con la mayor frecuencia.

Hermano, ¿has descuidado tu propia evangelización y la de tus propios familiares? Entonces, hermano, déjame decirte que llevas una vida de pecado, sí, porque el vivir separado de Dios es igual a pecado. Sabes que mereces la muerte eterna como destino una vez que partas de esta vida terrenal o ¿es que piensas que nunca vas a morir y rendirle cuentas a tu creador? Yo, siendo tú, estuviese bastante preocupado, ¿no lo crees?

Ahora bien, hermano, no todo está perdido. Quiero decirte que Jesucristo murió por ti, para pagar por todos tus pecados, ya no cierres más tu corazón al Espíritu Santo que te está llamando. Él, creará la fe en ti, y, seguidamente podrás apoderarte de los méritos de Cristo y todos tus pecados te serán perdonados, añadiendo una nueva vida de abundancia, tanto para ti, como para tus seres queridos.

Oremos:

Eterno Dios, haznos entender el significado verdadero de la gran comisión que tu Hijo nos ha encomendado y, de esta manera disfrutar de una vida de abundancia en tu fe.

Amén. Dios me los bendiga y recuerden. Solo Dios Salva.

 

 

  

Séptimo Domingo de Pascua - Jesús, Nuestro Sacerdote Perfecto

21 de mayo de 2023

Séptimo Domingo de Pascua.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 68: 1-10, 32-35; Hechos 1: 6-14; 1 Pedro 4: 12-14; 5: 6-11; Juan 17: 1-11

Tema de hoy: Jesús, Nuestro Sacerdote Perfecto

Estimados hermanos, hoy arribamos al séptimo domingo de Pascua y nuestra reflexión para hoy, la basaremos en el evangelio de Juan que hemos leído.

En el evangelio para hoy nos encontramos con la famosa oración Sumo Sacerdotal hecha por nuestro Señor Jesucristo: él pide a su Padre que le glorifique y, este glorificar se refiere a que pueda lograr completar su obra salvífica para el bien de la humanidad, esa gloria tiene como partes inobjetables, lograr el perdón de nuestros pecados por la muerte en la cruz, y su triunfo sobre satanás por su resurrección al tercer día y se completará su gloria por su posterior ascensión al cielo. De aquí es que Jesús dice al Padre que él lo ha glorificado, pues ha concluido la obra que el Padre le confiara.

Hermanos, esta primera parte introductoria, nos hace ver la importancia de fe que el Espíritu crea en nosotros y, nos hace creer en todas estas obras de nuestro Señor Jesucristo. Es muy fácil salirse de estos parámetros divinos y eternos para ir detrás de otras doctrinas que, siendo heréticas, tambalean o deshacen nuestra seguridad en la vida eterna.

Así continúa Jesús y le dice al Padre lo que este ya conoce, sí, que él (Jesús) les enseñó quien era el Padre, luego, nos muestra algo que deberíamos tener presente, que Dios Padre da a Jesús a todos aquellos que han llegado a ser suyo (del Padre). Dice Jesús, que todo procede del Padre, inclusive yo mismo, y la fe salvadora es que ellos crean que tú me enviaste.

Hermanos, no encontró Dios Padre mejor manera para el hombre, que darle un Salvador y que este, tuviera siempre la esperanza cifrada en Jesús, el Mesías, el Cristo.

Jesús ruega por los discípulos que el Padre le dio; mas no por quienes son del mundo, que pertenecen al sistema de cosas pecaminosas. Y más adelante pide a su Padre que los cuide, porque si bien él se va a ir, ellos continuaran sobre este mundo y permanezcan unido como nosotros lo estamos.

Debemos darnos cuenta y entender que, se muestra claramente en este pasaje como en ningún otro, el oficio de Sacerdote de Jesús; él ruega a su Padre por los discípulos que les dio; pero más adelante también nos incluye a todos nosotros en el versículo 20 «No te ruego solamente por éstos, sino también por los que después han de creer en mí al oír el mensaje de ellos» y en la primera carta de Juan capítulo 2 versículo 1b aprendemos que «Aunque si alguno comete pecado, tenemos un abogado ante el Padre, que es Jesucristo, y él es justo».

Hermanos, de allí la importancia acerca del tipo y calidad del mensaje que escuchamos, y también la confianza en que aún y hasta su egreso triunfal, tenemos a nuestro amado Jesús abogando por nosotros ante Dios Padre.

Oremos:

Amantísimo Dios de la gloria y majestad, concédenos apropiarnos de todas estas promesas que nos ha transmitido nuestro amado Señor Jesús.

Amén. Dios me los bendiga y recuerden. Solo Dios Salva.

 

 

Sexto Domingo de Pascua - Dios se nos Muestra

14 de mayo de 2023

Sexto Domingo de Pascua.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 66:8-20; Hechos 17:22-31; 1 Pedro 3:13-22; Juan 14:15-21

Tema de hoy: Dios se nos Muestra

Estimados hermanos, hoy arribamos al sexto domingo de Pascua y tenemos que en el Salmo revisado leído, 66 versículos desde el 18 hasta el 20, el salmista dice entre otras cosas «Si yo tuviera malos pensamientos, el Señor no me habría escuchado; ¡pero él me escuchó y atendió mis oraciones! ¡Bendito sea Dios, que no rechazó mi oración ni me negó su amor!

Continuamos y hemos revisado el libro histórico de Hechos de los Apóstoles podemos leer parte del discurso de Pablo en el capítulo 17, versículos desde el 27 hasta el 28: “«…aunque en verdad Dios no está lejos de cada uno de nosotros. Porque en Dios vivimos, nos movemos y existimos; como también algunos de los poetas de ustedes dijeron: ‘Somos descendientes de Dios’»”

La Epístola que hemos escuchado hoy nos muestra como el apóstol Pedro, nos conmina a hacer siempre el bien, y a no tener miedo a nadie ni asustarnos, sino, más bien, nos dice que honremos a Cristo como Señor.

En el evangelio para hoy Jesús nos dice que seremos identificados como seres que amamos y honramos a Jesús como Señor, si sabemos poner en practica y acción los mandamientos @. Luego promete que pedirá al Padre que envíe el Espíritu de Verdad, es decir el Espíritu Santo para que siempre esté con nosotros; quienes mantienen una vida impía no pueden recibir al Espíritu Santo, y esto es así porque no lo conocen, ni lo ven, si lo hubiesen conocido, él hubiese creado la fe, conversión y salvación en ellos; luego, Jesús explica que, en cambio en quienes han creído, el Espíritu Santo permanece siempre. Jesús promete no dejarnos solos. A sus discípulos les dice que lo verán pronto; acá les enseña que luego de resucitar ellos le verán, y también les expresa que ellos vivirán porque él vive.

Hermanos, esa promesa, también es aplicable a nosotros. Recordemos lo que dijo Jesús: en donde estén dos o más reunidos en mi nombre, allí estaré yo y, por otro lado, Pablo dice, en la lectura de Hechos en el capítulo 17, versículos desde el 27 hasta el 28: "«…aunque en verdad Dios no está lejos de cada uno de nosotros. Porque en Dios vivimos, nos movemos y existimos; como también algunos de los poetas de ustedes dijeron: ‘Somos descendientes de Dios’»” @.

Hermanos, Jesús termina su pasaje de la escritura para el día de hoy de la misma manera en que la comenzó: ¿Como mostramos y demostramos que amamos a Jesús? Sencillo, recibiendo sus mandamientos y obedeciéndolos @. Dios Padre amará a quien ama al Hijo y, el Hijo promete amarle también y se mostrará a él.

Hermano, ¿Jesús se ha mostrado ante ti? ¿En dónde podemos ver que se nos muestra Jesús? La respuesta no tiene mayor complicación: En su Palabra, en el Bautismo, en la Santa Cena y, cuando nos reunimos en su nombre.

Oremos:

Amantísimo Padre Celestial, te pedimos que nos enseñes y des fuerzas para cumplir tus mandamientos, como señal inequívoca de que te amamos y, tanto tu como el Padre Celestial nos lleguen a amar.

Amén. Dios me los bendiga y recuerden. Solo Dios Salva.

 

 

Quinto Domingo de Pascua - ¡Jesús, el Dios de las Innumerables Habitaciones!

07 de mayo de 2023

Quinto Domingo de Pascua.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 31:1-5, 15-16; Hechos 7:55-60; 1 Pedro 2:2-10; Juan 14:1-14

Tema de hoy: ¡Jesús, el Dios de las Innumerables Habitaciones!

Nuestra predicación está basada en la lectura del evangelio que hemos leído en el día de hoy y sobre la misma podemos reflexionar lo siguiente:

En los tiempos actuales hay comunidades en las cuales por más que se haya empleado el concepto de soluciones habitacionales que desafían las nubes, como lo son los altísimos edificios o los llamados rascacielos, que ya no son de extraña presencia en los países desarrollados y en vías de desarrollo, aún se padece la carencia de lugares, llámense pisos, apartamentos o simplemente casas en las cuales las nuevas familias que se están formando les sea propicio hacerse con lugar para establecer sus hogares. En la historia bíblica para hoy vemos a un Jesús que dice a sus discípulos, y extensibles a nosotros una promesa: Confíen en Dios y en mí, en la casa de mi Padre hay muchas moradas o habitaciones y, voy a ir a prepararles un sitio allá. Eso sí, luego volveré a buscarlos para que estén en el mismo lugar en donde yo voy a estar.

Hermanos, cuando muere un ser querido, muchos nos preguntamos y, ¿dónde estará esa persona que hasta ayer estaba aquí con nosotros?, ¿adónde fueron sus risas, sus llantos, sus alegrías, sueños e ilusiones?, y, luego; la desesperanza nos acosa, la incertidumbre existencial nos rodea y no sabemos cómo explicar esas preguntas. Acá, Jesús trata de hacernos física las respuestas a las preguntas que tanto nos hacen daño, tanto espiritual como emocionalmente; ese ser querido que ha fallecido y que confió en Jesús como su Salvador, se encuentra con Jesucristo en un lugar especial que él de antemano le preparó, para que estuviera a su lado.

Sigue Jesús y dice: ustedes saben el camino que lleva a donde yo voy, y Tomás le responde: pero Señor si no sabemos adonde vas menos podremos conocer el camino. Aquí se ve, y lo vuelven a manifestar, que los discípulos tenían el entendimiento nublado; no sabían nada del cielo, de Dios Padre, ni de la eternidad.

Con mucha paciencia divina, Jesús les recapitula lo que les había enseñado y, que ellos no habían entendido: Yo soy el camino, la verdad, y la vida. A estos tres elementos deberíamos agregarle «el único camino; la única verdad; y el único que puede dar vida» para poder comprenderlo mejor. Y, eso es tan así que enseguida dice: Solamente por mí se puede llegar al Padre; únicamente a través de mí pueden acceder a Dios Padre. Inmediatamente les enseña sobre la Trinidad: ya que me conocen, entonces conocerán al Padre; y ya lo conocen pues lo han estado viendo. Felipe muy entusiasmado dice: Maestro, solo muéstranos al Padre y eso nos bastará. Jesús les recalca su lento entendimiento: Hace tanto que estoy con ustedes y todavía no me conocen; despierten ya, no me pidan ver al Padre, porque quien me ve a mí, también ve al Padre; todas las cosas que he dicho proviene del mismo Padre quien hace su obra en mí.

Hermanos, ¿tenemos problemas con la Santa Trinidad?; ¿podemos ver al Padre cuando vemos a hijo? ¿Es Jesús para nosotros solamente un buen maestro, o simplemente el Hijo de Dios; pero no Dios mismo? Hermanos, debemos tener mucho cuidado y respeto con estas enseñanzas, porque si perdemos a Jesús vamos a perder al Padre, y con ello, la Salvación eterna que ya es mucho decir.

Para finalizar, Jesús se despide haciendo unas promesas: el que cree en mí hará las obras que yo hago; y lo que piden en mi nombre, yo lo haré para que a través de mí se muestre la gloria del Padre.

Oremos:

Amantísimo Señor de Sabaot, te rogamos prepares un sitio para mí en la eternidad y permite que tengamos presente el mirar y reconocer al Padre en el Hijo.

Amén. Dios me los bendiga y recuerden. Solo Dios Salva.

 

 

  

 

Cuarto Domingo de Pascua - ¡Cuidado con Pastores que Saltan Cercas!

30 de abril de 2023

Cuarto Domingo de Pascua.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 23; Hechos 2:42-47; 1 Pedro 2:19-25; Juan 10:1-10

Tema de hoy: ¡Cuidado con Pastores que Saltan Cercas!

Nuestra predicación está basada en la lectura del evangelio que hemos leído en el día de hoy y sobre la misma podemos reflexionar lo siguiente:

Para quienes en estos tiempos actuales hemos podido observar de cerca la crianza y pastoreo de ovejas, podemos decir que estos animalitos son, además de pacíficos muy maleables y obedientes; cada pastor le asigna a su rebaño una forma particular y personal de llamarles y, sorprendentemente ellos atienden con prontitud. Los pastores que conocí recientemente, llevaban una varita no muy larga que utilizan para posarla con suavidad sobre el cuerpo de la que se haya distraído y esta, inmediatamente reacciona y atiende a las directrices que su cuidador le está señalando. De lo que podemos entender que, entre las ovejas y su pastor, siempre debe existir una cierta compenetración y familiaridad, él sabe cuales pertenecen a su rebaño y ellas identifican claramente quien es su guardador y benefactor, esto es, quien las alimentas o la lleva a los mejores pastos, quien las cura si se han herido etc.

En nuestro pasaje para el día de hoy, podemos apreciar bastante de estas características del trabajo ganadero. Jesús nos dice algo muy de lógica: ¿Quién querría entrar saltando la cerca, en lugar de hacerlo por la puerta para tener acceso a las ovejas? Pues claro, solamente un ladrón. Y así, empieza Jesús a explicarles lo que ellos no habían entendido.

Yo soy la puerta, por donde pasan las ovejas, todos los que vinieron antes que él, eran unos ladrones y bandidos. En este sentido, no podemos pensar que Jesús está refiriéndose a los profetas enviados por Dios, que vinieron antes que él a profetizar acerca de su propia venida, ya que, no tendría sentido que los llamara ladrones y bandidos. Jesús está hablando y haciendo directa mención a los engañadores, que practicaban toda suerte de artes mágicas y oscuras y, que se hacían pasar por él, burlándose de ellos, de tal manera que sus almas se perdieron por haber entrado por la puerta incorrecta.

Hermanos, cada vez que vemos personas siguiendo, a cualquier líder «religioso» ocupado más en cosas terrenales que en las espirituales y el evangelio de nuestro Señor Jesucristo, podemos estar seguros que están errando en la puerta que lleva a la salvación; no es que esos líderes están robando el dinero de muchas personas en este mundo, porque estaríamos enfocando nuestra mirada en cosas de este mundo y pasajeras como «el dinero»; sino, lo terriblemente grave es que, les esté robando el alma y, como lo dice Jesús en el versículo 10: «pero yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia». La vida en abundancia es un concepto que no tiene que ver con la largura de años por vivir; sino más bien por la calidad en el disfrute de los beneficios provenientes de nuestro Dios: la justificación, la paz, el amor y la misericordia verdaderos.

Hermanos, ¿estamos asistiendo a iglesias en las cuales solamente se tiene como centro de sus enseñanzas el dinero o la «prosperidad»? ¿Nos sentimos intimidados porque nos parece que formamos parte de fríos números dentro de un presupuesto a alcanzar para complacer a algún ser mortal? O ¿estamos seguros y en paz en una iglesia cristocéntrica en donde se predica con seriedad la salvífica Palabra de Dios? Recapacitemos y pidamos dirección a nuestro Dios. 

Oremos:

Amantísimo Padre celestial, te pedimos que nos permitas entrar por ti, quien eres la puerta a la salvación, y cuídanos de los pastores que han saltado la cerca y que ellos mismo aún no lo saben.

Amén. Dios me los bendiga y recuerden. Solo Dios Salva.