Revised Common Lectionary - Daily Readings

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Novela «El Terror de Alicia» Autor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

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Décimo Domingo Después de Pentecostés - La Abundante Gracia de Dios.

 06 de agosto de 2023

Décimo Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroe

Lecturas: Salmo 145:8-9, 14-21; Isaias 55:1-5; Romanos 9:1-5; Mateo 14:13-21

Tema de hoy: La Abundante Gracia de Dios.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy, en nuestras lecturas, vemos un hilo común: la abundante gracia de Dios y su amor por nosotros. En el Salmo 145, se nos muestra que Dios es misericordioso y paciente con nosotros. En Isaías 55, escuchamos a Dios llamarnos a todos a beber de la copa de la salvación. En Romanos 9, el apóstol Pablo expresa su amor por su pueblo judío y su gran deseo de verlos salvarse. Y en el Evangelio de Mateo, vemos a Jesús alimentando a una multitud de cinco mil personas con sólo cinco panes y dos peces.

Es importante recordar que la gracia de Dios no se limita sólo a algunos, sino que está disponible para todos. Como Dios dice en Isaías, “todos los sedientos, venid a las aguas, y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed” (Isaías 55:1). No hay nada que podamos hacer para ganar la gracia de Dios, ya que es un regalo gratuito que Él nos da por medio de su amor por nosotros.

En Romanos 9, Pablo expresa su gran dolor y angustia por los judíos que no han aceptado a Cristo como su salvador. Este mismo deseo debería estar presente en nosotros hoy en día, ya que hay muchas personas que aún no han oído hablar del amor de Dios y de su gracia salvadora. Debemos estar dispuestos a compartir la buena noticia con aquellos que aún no la han oído.

Y en el Evangelio de Mateo, vemos a Jesús alimentando a la multitud con sólo unos pocos panes y peces. Esto nos enseña que, aunque puede parecer que no hay suficiente para todos, Dios siempre provee lo que necesitamos. Tenemos que tener fe en Él y estar dispuestos a compartir lo que tenemos con los demás.

En resumen, nuestras lecturas de hoy nos recuerdan la abundante gracia de Dios y su amor por nosotros. Debemos estar dispuestos a compartir este amor con los demás y confiar en que Dios siempre proveerá lo que necesitamos.

Oremos:

Que Dios nos dé la fuerza y el coraje para hacer su voluntad y compartir su amor con el mundo. 

Amén. Dios me los bendiga y recuerden. Solo Dios Salva..

Noveno Domingo Después de Pentecostés - Señor Jesús, guíame hacia tu reino

30 de julio de 2023

Noveno Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 119:129-136; 1 Reyes 3:5-12; Romanos 8:26-39; Mateo 13:31-33, 44-52

Tema de hoy: Señor Jesús, guíame hacia tu reino

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy las lecturas que hemos escuchado nos hablan de la sabiduría, la paciencia y el amor de Dios.

En el Salmo 119:129-136, el salmista expresa su amor por la ley de Dios, que le guía en su camino y le da sabiduría. La ley de Dios no es un conjunto de reglas arbitrarias, sino una guía para una vida plena y en armonía con Dios y el prójimo. Siguiendo la ley de Dios, encontramos la sabiduría y la comprensión necesarias para enfrentar las dificultades de la vida.

En 1 Reyes 3:5-12, vemos a Salomón, el rey de Israel, pidiéndole a Dios sabiduría para gobernar al pueblo de Dios. La respuesta de Dios es sorprendente: no solo le da sabiduría a Salomón, sino también riquezas y gloria. La sabiduría de Dios es suficiente para resolver cualquier problema o necesidad que tengamos, y Dios está dispuesto a proporcionarnos todo lo que necesitamos para vivir nuestra vida en plenitud.

En Romanos 8:26-39, Pablo habla de la paciencia y el amor perseverante de Dios por nosotros. Aunque sufrimos y enfrentamos dificultades en esta vida, Dios nos ama incondicionalmente y nos da la fuerza y la perseverancia para enfrentar cualquier desafío. Nada puede separarnos del amor de Dios, y podemos estar seguros de que Él siempre está con nosotros en todas las circunstancias de la vida.

En el evangelio de Mateo 13:31-33, 44-52, Jesús comparte parábolas sobre el reino de Dios, comparándolo con una semilla de mostaza, un tesoro escondido y una red de pesca. En estas parábolas, vemos que el reino de Dios es algo de valor incalculable, algo que debemos buscar y esforzarnos por encontrar. Pero también vemos que el reino de Dios puede comenzar como algo pequeño, como una minúscula semilla que crece y se convierte en un gran árbol.

Queridos hermanos y hermanas, estas lecturas nos recuerdan que Dios nos ama de manera incondicional y nos da la sabiduría, la fuerza y la perseverancia para enfrentar cualquier desafío. Debemos buscar el reino de Dios y la justicia de Dios en todas las áreas de nuestra vida, sabiendo que Él está con nosotros en todo momento. 

Oremos:

Que Dios nos bendiga y nos guíe en nuestro camino hacia Él. Amén.

Octavo Domingo Después de Pentecostés - Oh Señor Jesús, haz de la cizaña trigo limpio

 23 de julio de 2023

Octavo Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 86:11-17; Isaías 44:6-8; Romanos 8:12-25; Mateo 13:24-30, 36-43

Tema de hoy: Oh Señor Jesús, haz de la cizaña, trigo limpio

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, en las lecturas de hoy, Dios nos habla de su poder y amor por nosotros, así como de la lucha entre el bien y el mal en este mundo.

El Salmo 86:11-17 nos recuerda que Dios es único y grande, y que no hay nadie como él. Es un Dios lleno de amor, compasión y fidelidad hacia sus hijos. Debemos buscar el camino de Dios y seguir su voluntad en nuestras vidas. Debemos pedir su dirección y guía, y buscar su misericordia y perdón.

El profeta Isaías en el capítulo 44, versículos 6-8, nos dice que Dios es el rey y el redentor. Él es el creador de todo el universo y su poder es incomparable. No hay otro Dios aparte de él. Debemos poner toda nuestra fe y confianza en él, porque él es el único que puede salvarnos.

En la carta de Pablo a los Romanos, capítulo 8, versículos 12-25, se nos dice que, como hijos de Dios, debemos vivir según el Espíritu y no según la carne. El Espíritu de Dios vive en nosotros y nos da fuerza y ​​vida eterna. Pablo nos dice que el sufrimiento de hoy no se compara con la gloria futura que tendremos en el cielo. Debemos confiar en Dios y en su amor y gracia, ya que él nos ha adoptado como hijos suyos y nos ha dado una gran herencia.

En el Evangelio de Mateo, capítulo 13, versículos 24-30 y 36-43, Jesús nos habla de la parábola del trigo y la cizaña. Nos dice que el reino de Dios es como un campo en el que se siembra trigo, pero mientras todos duermen, un enemigo siembra cizaña. Cuando el trigo comienza a crecer, la cizaña también lo hace. Los siervos del dueño del campo le preguntan si deben sacar la cizaña, pero él les dice que esperen hasta la cosecha. En la cosecha, el trigo será recogido y la cizaña será quemada.

Jesús nos dice que esta parábola se refiere a la lucha entre el bien y el mal en este mundo. El trigo representa a aquellos que siguen a Dios y la cizaña representa a aquellos que siguen al diablo. Jesús nos dice que debemos esperar pacientemente hasta que llegue el juicio final, cuando los justos serán separados de los malvados.

En resumen, las lecturas de hoy nos recuerdan que Dios es poderoso y amoroso, y que como sus hijos debemos poner nuestra fe y confianza en él. Debemos seguir su voluntad y buscar su misericordia y perdón. También nos recuerdan que hay una lucha entre el bien y el mal en este mundo y que debemos esperar pacientemente hasta que llegue el juicio final. 

Oremos:

Que el Espíritu de Dios nos guíe y nos sostenga en esta vida y en la vida eterna. Amén.

Séptimo Domingo Después de Pentecostés - Señor Jesús, hazme tierra fertil

 16 de julio de 2023

Séptimo Domingo Después de Pentecostés.

Pastor: Miguel Ángel Moreno Villarroel

Lecturas: Salmo 65: 9-13; Isaías 55:10-13; Romanos 8:1-11; Mateo 13:1-9, 18-23

Tema de hoy: Señor Jesús, hazme tierra fértil

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy nos reunimos para meditar en la Palabra de Dios, y en particular, en algunos pasajes que nos hablan de la relación que Dios tiene con su creación. En el Salmo 65: 9-13, se nos dice: "Visitas la tierra y la riegas, la enriqueces mucho; con el río de Dios, lleno de agua, preparas el trigo, porque así preparas la tierra. Saturas sus surcos, aplanas sus terrones, la ablandas con lluvias y bendices sus brotes. Coronas el año con tus bienes, y tus huellas destilan prosperidad". 

Este Salmo nos muestra a un Dios preocupado por su creación, interesado en cuidarla y proveerle todo lo que necesita para florecer. Pero además, nos muestra cómo la tierra y el cielo, la lluvia y el trigo, son dones de Dios, y por lo tanto deben ser valorados y cuidados.

En el pasaje de Isaías 55:10-13, se nos presenta la imagen de la lluvia y la nieve que caen del cielo, y que riegan y fecundan la tierra. Es una imagen poderosa del poder de Dios para hacer crecer la vida. Pero también se nos dice que la Palabra de Dios es como esa lluvia y esa nieve, que no vuelven al cielo sin haber producido fruto: "Así será mi palabra que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero y llevará a cabo mis planes". 

La Palabra de Dios, entonces, es otro don de Dios para su pueblo, una fuente de vida y de salvación que no deja de producir frutos.

En el pasaje de Romanos 8:1-11, San Pablo nos habla de la libertad que tenemos en Cristo. Somos librados del poder del pecado y de la muerte, y podemos vivir según el Espíritu de Dios que habita en nosotros. Pero esta libertad no es para que hagamos lo que queramos, sino para que sigamos el ejemplo de Cristo, quien dio su vida por nosotros: "Porque los que viven conforme al Espíritu tienen la mente puesta en lo que el Espíritu quiere. Pero los que viven según la carne tienen la mente puesta en lo que la carne quiere".

Y finalmente, en el Evangelio de Mateo 13:1-9, 18-23, escuchamos la parábola del sembrador. Jesús nos dice que el reino de los cielos es como un sembrador que sale a sembrar. Y que la semilla, que es la Palabra de Dios, cae en diferentes tipos de tierra, pero solo florece en aquella que es buena. 

La Palabra de Dios siempre es efectiva, pero depende de nosotros y de nuestra disposición el que produzca frutos en nuestras vidas.

En resumen, estos pasajes nos hablan de la relación que Dios tiene con su creación, y de su voluntad de proveer todo lo que necesitamos para florecer. Pero también nos hablan de nuestra responsabilidad como hijos de Dios, de nuestra obligación de cuidar la tierra y de seguir la Palabra de Dios para que produzca frutos en nuestras vidas.

Oremos:

Que el Espíritu Santo nos guíe y nos ilumine en este camino de fe, para que podamos seguir los pasos de Cristo y llevar a cabo los planes de Dios en nuestra vida. Amen.